Dios permite, pero no quiere

Sigue coleando el escándalo mayúsculo protagonizado, cómo no, por el Papa Francisco I en su viaje a Abu Dhabi, donde firmó un increíble documento, verdadero alarde de sincretismo religioso, con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahamad Al-Tayyb, por el que, básicamente, reconoció que religiones hay muchas y que todas son los mismo. (VER AQUÍ)

Mons. Schneider

Pues bien, que el Papa sigue en sus trece, que no se apea del burro, que permanece impasible el además, que es contumaz persistiendo en el error y que le importa un bledo lo que se le diga cual sordo que no quiere oír, lo ha demostrado en sus respuestas, sibilinas y torticeras, a las preguntas sobre el particular que le hizo Mons. Schneider, uno de los obispos auxiliares de Kazajastán, durante su visita, junto con el resto de jerarcas de aquella diócesis, al Vaticano.

Veamos el diálogo entre  Mons. Schneider y el Papa según lo contó tan insigne prelado:

El pasaje controvertido dice: «El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos».

Sobre el tema de mi preocupación acerca de la frase utilizada en el documento de Abu Dhabi, que Dios «quiere» la diversidad de las religiones, la respuesta del Papa fue «también se puede decir que, la diversidad de las religiones es la voluntad permisiva de Dios».

Intenté profundizar más en la pregunta, al menos citando la frase tal como se lee en el documento. La frase dice que así como Dios quiere la diversidad de sexos, color, raza y lenguaje, así también Dios quiere la diversidad de las religiones. Existe una comparación evidente entre la diversidad de las religiones y la diversidad de sexos.

Le mencioné este punto al Santo Padre y él reconoció que, con esta comparación directa, la oración puede entenderse erróneamente. Hice hincapié en mi respuesta de que la diversidad de sexos no es la voluntad permisiva de Dios, sino que Dios la desea positivamente. Y el Santo Padre reconoció esto y estuvo de acuerdo conmigo en que la diversidad de sexos no es un asunto de la voluntad permisiva de Dios.

Pero cuando mencionamos estas dos frases en la misma oración, entonces la diversidad de las religiones se interpreta como una voluntad positiva de Dios, como la diversidad de los sexos. Por lo tanto, la oración lleva a dudas e interpretaciones erróneas, y así fue mi deseo, y mi petición de que el Santo Padre rectifique esto. Pero él nos dijo a los obispos: «pueden decir que la frase en cuestión sobre la diversidad de las religiones significa la voluntad permisiva de Dios».

La voluntad permisiva significa que Dios permite ciertas cosas. Dios consintió o permitió el pecado de Adán y todas sus consecuencias; e incluso cuando nosotros pecamos de modo personal, en cierto sentido, Dios lo permite o lo tolera. Pero nuestro pecado no será la voluntad positiva de Dios. Él lo permite en vista del sacrificio infinitamente meritorio de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz, y porque no quiere destruir nuestra libertad. Este es el significado de la voluntad permisiva de Dios.

Es decir, que como hemos dicho al principio, Francisco I erre que erre y, peor aún, porque cuando se vio pillado por el argumento incontestable de Mons. Schneider, volvió sobre su error, se dio cuenta y… ya lo saben, erre que erre, incluso contradiciéndose de lo que había dicho dos segundos antes, sin importarle no ya la confusión, sino el error que propaga con tal actitud. Así pues, una nueva escena de infinita soberbia de parte de Francisco I ¿cuántas van ya?, quien antepone su ordeno y mando, «su verdad», a la Verdad del Evangelio. ¡Pobre hombre! y ¡pobre Iglesia y católicos!

Y el resto de prelados del mundo chitón, y por ello cómplices. Y los católicos mirando al tendido sin querer enterarse, ciegos que no quieren ver. Así nos va.

P.D.- Para nuestros lectores: religión sólo hay una verdadera, depositaria de las verdades reveladas por Jesucristo: la católica, apostólica y romana; lo demás no lo son, llámenles «creencias», «filosofías» o como quieran, pero no religiones; comencemos por recuperar de una vez por todas la semántica que es esencial, pues es por donde nos cuelan los mayores goles.


Una respuesta a «Dios permite, pero no quiere»

  1. Muy bueno.
    Es, como, por ejemplo, el caso de Amoris Laetitia y la afirmación del Papa, pública y publicada (en la web del Vaticano), a los impresentables obispos argentinos confirmándoles en su interpretación (que es posible dar la comunión a los divorciados reajuntados con otros) -…»la prueba del algodón»

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