A perro español flaco todos son pulgas

Puigdemont y Valtonyc en Bruselas

El aforismo que da título a este artículo viene que ni pintado para lo que de un tiempo, ya bastante largo por cierto, a esta parte, viene ocurriendo con España, con nuestra Patria, en múltiples aspectos de los cuales vamos a resaltar el de nuestra posición internacional a través de varios hechos; no todos pues hay muchísimos más.

Uno de ellos es la extensión de las aguas territoriales marroquíes de forma que se han comido algún que otro trocito de Las Canarias… y nosotros chitón. Otra lo mismo por parte de Argelia en 2018 cuando se comió un «cacho» del parque nacional de la isla de la Cabrera, en las Baleares… y de nuevo chitón. Otro ejemplo es la vergüenza de que todo tipo de gentes de mal vivir y de traidores como Puigdemont y Valtonyc, por poner sólo ejemplos bien conocidos, encuentren refugio en países de la mismísima y tan cacareada Unión Europea, así como que Ana Gabriel, la desorejada transformista secesionista, lo lograra en Suiza.

Ana Gabriel en España y en Suiza

Podríamos seguir hasta hartarnos, pero eso se lo dejamos a ustedes que tienen más tiempo.

La conclusión es que España en la actualidad no es que carezca de política exterior, que también, sino que debido a nuestra galopante y aberrante decadencia cuya principal característica es la autodestrucción, no quiere asumir que junto a tan grave mal van anexos otros como es que todos nos toman por el pito del sereno, que todos se ríen de nosotros, que somos el trasero del mundo y que, como lo saben y nosotros ni siquiera lo escondemos, actúan en consecuencia y nos muerden seguros de que nadie va a mover un dedo; tampoco nuestras «flamantes» FFAA a las que tanto se les llena la boca de España y su defensa… en lugares cuanto más lejanos, mejor, claro.

El último caso, por cierto, el del Mobile World Congress de Barcelona cuya suspensión nada ha tenido que ver con el bichito chino, sino con lo que decimos aquí.

Hubo un tiempo en que nuestra decadencia degenerativa nos costó el imperio, aquel en el que nunca se ponía el Sol; incluso nos costó una parte de nuestro ser como es Gibraltar. No es de extrañar que nos vaya a costar ahora hasta los calzoncillos, porque ya se sabe que quien cede un poco, cede poco a poco y al final termina cediéndolo todo, y con la habilidad e inteligencia con que votan los españoles, cuyos resultados vemos todos los días desde hace décadas, no otra cosa podemos esperar.

Quien deja un espacio libre, otro se lo ocupa… da la impresión de que estamos dispuestos a dejarlo todo y coger las maletas camino… del polo… si es que nos dejan, claro, lo que parece poco probable porque hasta lugar tan ignoto como ese lo reclaman, lo ocupan y defienden con uñas y dientes ya otros.


3 respuestas a «A perro español flaco todos son pulgas»

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