A un panal
A un panal de rica miel… y aunque la mona se vista de seda en mona se queda.
A un panal de rica miel
dos mil guardias acudieron,
que para lucirse urdieron
un show delante de él.
Ocurrió esto en Oropesa,
En una plaza de toros,
Pero astados había pocos,
Salvo el “pillao” por sorpresa.
La Guardia Real jugaba,
A hacer poses malabares,
Frente a niños escolares,
Que atentos los observaban.
Y en esto la Abeja Reina,
Que lo es por gracia de Dios,
Descubre que esos soldados,
Son escoltas de otra “reina”.
Ella, que tiene aguijón,
Y un carácter castellano,
Intuye el riesgo y va al grano:
Ordena la ocupación.
“Estimadas camaradas”,
Zumba a sus trabajadoras,
“Nos traen una usurpadora,
Una tipa malcarada”.
“Tiene cintura de avispa,
Y Alteza se hace llamar,
Pero Leti es tan vulgar,
Que hasta a su suegro le crispa”.
“Sus pretorianos nos manda,
Para el Panal conquistar,
Reina se hará proclamar,
El florero de esa panda”.
Las abejas tras la arenga,
Se lanzan contra las gradas,
Que de inocentes pobladas,
Oyen los bichos llegar.
Los guardias reales giran,
Sus rostros hacia el ataque,
Mas son rencos al combate,
Y optan por irse: ¡se piran!
Gracias a esa retirada,
La victoria es del enjambre.
El terror a su raigambre,
Ha perdido a la soldada.
El cuento, habrán descubierto,
No es mío, es de Samaniego.
Las moscas son mesnaderos,
Mas tiene igual vencimiento:
“… Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina”.
