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A vueltas con el Gral. Salom

Lo de las misiones en el exterior es una falacia, y una falsedad en cuanto a sus fines —nuestro análisis aquí—  y lo que en ellas realmente se hace lo sabemos no sólo los que van, sino también muchos otros; otra cosa es que aquellos han terminado por creerse su propia propaganda y con ella se auto-justifiquen, y nosotros no.

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Gral. Salom Herrera

El pasado 22 de Marzo publicamos un artículo titulado «Gral. Salom: injuria permitida», subtitulado «Traición cometida». Nuestro agradecimiento tanto a los que coincidieron con nosotros como a los que no.  Ahora bien, como estos últimos lo han hecho en forma y fondo a nuestro juicio improcedente y errónea, cuando no torticeramente, ampliamos aquel artículo para que tanto ellos, como nuestros cada día más numerosos seguidores, dispongan de todos los datos precisos. Conste que nuestra tardanza en publicar esta réplica se ha debido sólo a que los días de Semana Santa son para nosotros sagrados.

Los hechos conocidos.-

En la actual campaña en la Antártida, que ha finalizado hace veinticuatro horas, han figurado, además de trece militares, catorce civiles. El organizador, gestor y de quien depende dicha campaña, como todas, es la División de Operaciones del EM, actualmente mandada por el Gral. Julio Salom Herrera; jefe de la expedición fue el Cte. V. C. Beneítez. Uno de los civiles participantes fue Conchita –la «x» que la ponga ella– Ávila Escartín, de la universidad de Barcelona. Dicha individua, desde el momento en que llegó a la base Gabriel de Castilla hizo ostentación en diversas formas de su activismo secesionista, vulnerando el código de conducta que sin duda conocía. Tras desoír varias amonestaciones verbales del Cte. Beneítez, éste le entregó un escrito en el que además de reiterar lo dicho verbalmente, añadió dos novedades: que solicitaba «al Comité Polar Español que tome las medidas oportunas para que los citados incumplimientos del Código de Conducta de la Base no puedan repetirse en próximas campañas» y que procedía «a informar a la autoridad polar y la cadena de mando del ET”.

Junto a lo anterior se difundieron dos fotografías que adjuntamos más abajo, de las cuales nosotros en su día sólo insertamos la segunda.

Nuestro análisis fue el que sigue.-

* Esta individua no actuó sola, sino que además de ella iban en la tanda de civiles más secesionistas.

* Existió un plan premeditado de injuriar a España.

* El Cte. Beneítez debió solicitar/exigir «a la cadena de mando del ET», o sea, al Gral. Salom, que tal individua fuera evacuada de inmediato; y no conformarse con solicitar que se adoptaran medidas para «próximas campañas».

* De no accederse a ello, el Cte. Benaítez, por la gravedad de las injurias a España, debió dimitir ipso facto y pedir que fuera él relevado inmediatamente; en tal gesto debieron sumársele los demás militares.

* El Gral. Salom debió haber ordenado la evacuación inmediata de tal individua de la base, movilizando para ello los medios precisos.

* Si lo quiso hacer y no fue autorizado por el Gral. Alejandre (JEMAD) o por Cospedal, debió dimitir de inmediato.

* Existió por parte de tal General y de la División de Operaciones del EM una evidente negligencia, porque las ideas y el activismo de Conchita eran fáciles de conocer ya que, por ejemplo y entre otras muchas pruebas, posee desde 2014  una cuenta en twitter (aquí) en la que se ufana de ello —y conste que hemos sido los únicos en aportar tal detalle y prueba, vean la foto–, por lo que hubiera bastado con investigar a dicha persona en las redes –la conclusión es que no se hace y puede que nunca se haya hecho, es gratis y lleva un minuto–, como a todos los civiles, y más viniendo de Barcelona,  para que se la hubiera calificado de «no idónea» para formar parte de la campaña y rechazarla de plano.

Perfil Twitter Conchita Avila

* Si se hizo, que no se hizo, nunca se debieron consentir presiones de ningún tipo, de ninguno, si las hubo, para admitirla, bajo ningún concepto.

* Las injurias contra España, contra sus símbolos, nunca se pueden consentir –así nos va–, menos aún por militares juramentados; si se hace, con las excusas que sean, que no razones, se convierten en traición.

* La intención del artículo fue, y sigue siendo, única, clara y leal: poner en evidencia los hechos, exigir las oportunas responsabilidades y ayudar a espabilar a quien corresponda para el futuro.

Sobre las críticas negativas recibidas.-

* Ninguna ha negado, ni ha contradicho, ni rebatido ninguno de los hechos relatados; es más, ni los mencionan.

* Todas han optado por arremeter contra el mensajero, nosotros, tildándonos incluso de «traidores»; bien que también sin argumentar ni a qué ni por qué lo somos.

* Todas han considerado nuestro análisis un ataque directo contra el General y el Comandante en lo profesional, en sus trayectorias, e incluso en lo personal.

* Todas han optado por llenar de alabanzas y loas a ambos en lo personal y en lo profesional.

* Todas han supuesto que el autor o autores del artículo no estaban capacitados, ni por asomo, para realizar el artículo; incluso alguno nos tachan casi de cobardes en contraposición con la supuesta valentía demostrada por el General y el Comandante.

* Sólo una de las críticas se sale de esa tónica afirmando que «está seguro» que hay un «fin particular» en el artículo, que «la foto es de otra base» y que «la científica fue expulsada». Pero no es posible tenerla en cuenta, desgraciadamente, porque no dice con qué fin, ni por qué está tan seguro; no dice de qué base es entonces la foto; no avala lo de la expulsión, hecho del que no hay ni referencia ni constancia alguna en ningún medio; además, dice ser «yo mismo», o sea, anónimo, a no ser que sean o el propio Gral. Salom o el propio Cte. Beneítez, que ya nos gustaría.

Nuestra réplica a las críticas negativas.-

* Cuando uno considera que algo no es cierto, debe argumentar en contra y aportar los datos que permitan al observador discernir sobre cuál de las dos versiones considera correcta a la vista de lo alegado por cada parte.

* Arremeter contra el mensajero e intentar desacreditarlo sin argumentos, descalifica automáticamente a quién así procede.

* Nunca se entró ni a favor ni en contra, en la vida profesional, mucho menos la personal, ni del General ni del Comandante. Somos asépticos e indiferentes porque ni los conocemos, ni antes habíamos oído hablar de ellos, ni nos importan; ni ello importa para este caso puntual.

* Sus trayectorias hasta el momento nada tienen que ver y en nada desvirtúan nuestro análisis. Si hasta ahora lo hicieron bien –hay un último comentario que aunque un tanto críptico parece que duda sobre el Gral. Salom–, eso no significa que ahora no hayan podido «meter la pata»; somos humanos y podemos errar, para esos momentos están los «chorreos» y los «paquetes», cuyo objetivo es hacer mejorar a quien los merece y por ello recibe; de otra forma caemos en la autocomplacencia, el ensimismamiento, en creernos siempre magníficos. Que a uno le llamen la atención o le metan «un cuerno» no significa que no valga, sino que debe poner más atención y corregirse. Cada cual debe asumir sus responsabilidades en cada momento. No es admisible querer vivir siempre de las rentas.

* Ahora un secreto: quién escribió el artículo nunca habla de lo que no sabe y nunca exige a los demás hacer aquello que él no hizo antes. Mucho antes que el Gral. Salom y el Cte. Beneítez y los que nos han criticado pisaran tierras de Oriente Medio, él ya estuvo allí, en solitario, sin apoyo alguno y con misión que muy bien pudo acabar en su desaparición sin que nadie diera cuenta jamás de él, y más adelante se vio inmerso en las duras circunstancias y violencias que sufrió cierto país de la antigua Europa del Este, también sólo y sin apoyo alguno –en ambos casos en misión de interés real y concreto para España–; por sus méritos le fue confiado un importante mando del que dimitió al comprobar que ni podía ejercerlo como consideraba, ni se quería que tal unidad cumpliera realmente con su misión; más tarde abandonó la carrera –bien prometedora, por cierto– al apercibirse de que el rumbo de nuestras FFAA empezaba a ser el que hoy es, osea, una vulgar ong. Así que tiene los «cataplines negros por el humo de cien batallas» , como poco iguales, y puede que mayores, que cualquiera en las que se hayan podido ver el Gral. Salom, el Cte. Beneítez o los «criticones».

Últimos apuntes.-

* No fue sólo Conchita la única secesionista que se le coló al Gral. Salom. Si observan la primera foto, el pié rezaba «Conchita con parte de su equipo» y la segunda está sacada del blog de «Científicos independentistas», ambas en la Antártida. Vean las caras y verán que aunque en la primera, la del equipo del Conchita, ólo ella lleva el lacito amarillo, en la segunda lo llevan todos y aparecen tres de la primera. Otra cosa es que fuera Conchita la más audaz de entre ellos.

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* Lo que han demostrado tanto el Gral. Salom como el Cte. Beneítez es su enorme apego al cargo, su preferencia por «no dar problemas», su deseo de no mutilar sus carreras, su afán por mantenerse siempre en lo «políticamente correcto» y de seguir saliendo en la foto, que es lo que viene ocurriendo en las FFAA desde hace décadas, es decir, anteponer la carrera a España.

* Lo de las misiones en el exterior es una falacia, y una falsedad en cuanto a sus fines —nuestro análisis aquí—  y lo que en ellas realmente se hace lo sabemos no sólo los que van, sino también muchos otros; otra cosa es que aquellos han terminado por creerse su propia propaganda y con ella se auto-justifiquen, y nosotros no, bien que no podamos convencer a los españoles de que por ahí fuera NO se defiende ni a España NI nuestra seguridad. Más aún, cuando se encuentran con el verdadero enemigo, el de casa, ya vemos cómo… no se enfrentan a él.

* La actual pérdida de autoridad de las FFAA que cita una de las críticas se debe a diversas razones, muchas de ellas debidas a los propios militares pues durante décadas los mandos –más los superiores, lógicamente– optaron por acomodarse  y «bajarse los pantalones»; renunciaron al puesto que les corresponde en la sociedad; se dejaron comprar por ascensos y dietas; han colaborado con lo «políticamente correcto»; vieron asesinar a sus  camaradas sin mover, tampoco ellos, un dedo; entraron en una competitividad, muchas veces desleal, sólo por «hacer la carrera»; convirtieron el compañerismo en corporativismo; se inhibieron del penoso devenir de nuestra nación; traicionaron a la patria y a sus símbolos; han preferido estar en «cinco continentes» en vez de en España donde a la vista está lo que ocurre, etcétera.

Conclusión.-

Lo peor de todo es ese vicio y cobardía de no asumir las propias responsabilidades, como ha ocurrido en este caso una vez más, prefiriendo conformarse y regodearse con el enfoque dado por los medios –menos el nuestro–, los cuales vituperaron a Conchita, lo que es correcto, pero pasaron de largo por lo que nosotros hemos denunciado, que es la verdad, prueba de ello es que por eso ha escocido; algo que también se nota en ese desaforado corporativismo, vicio opuesto a la virtud del compañerismo, que han destilado las críticas negativas recibidas.

La humildad ayuda a aprender de los errores, la soberbia impide hacerlo de los aciertos. Hay que preferir siempre la amarga verdad a la dulce mentira. La lealtad o es sinceridad o no es lealtad.

Por último, ahí va nuestro correo electrónico buzon@elespañoldigital.com para todo lo que se considere; en esta casa no hay rencores, sino amor a España precisamente porque no nos gusta y nos duele, así como a sus FFAA, porque tampoco nos gustan como están y nos duelen, aunque alguno no se lo crea.

Por Fco. B. Ayuso (Director)


3 respuestas a «A vueltas con el Gral. Salom»

    1. Otro que defiende a España y al ejercito desde fuera, si no te parecia bien el camino que estaban tomando las FFAA haberte quedado y haber peleado desde dentro para cambiarlo, lo facil es dejarlo cuando no estas de acuerdo lo dificil y valiente es quedarse y pelear por el cambio.

      1. Estimado seguidor: negativo. Mientras estuvimos «dentro» cumplimos más que muchos de los que se quedaron y lucen hoy altos cargos. Tennemos las pruebas. Pero llegó un momento en que estaba claro que «dentro» era imposible porque nadie quería hacer lo que había que hacer, como se ha demostrado hasta la saciedad; así estamos. Que no se quejen. Todos querían el adocenamiento, el postureo y hacer la carrera, como se puede comprobar. Se fueron, y no es alarde, posiblemente los mejores, lo que han demostrado en la vida civil; se quedaron los que ya sabemos y vemos. No es cuestión de valentía, sino de análisis de la realidad. Dura, muy dura fue la decisión, créanos, y valiente, porque empezaron de cero, de la nada. Perder el tiempo y bajarse los pantalones no ha sido nunca nuestro estilo. Lo que hoy vemos nos da la razón. Mil gracias y saludos cordiales.

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