Aclaraciones sobre la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos
Por su enorme interés y profusa argumentación, publicamos como artículo el siguiente comentario insertado de «Kevlar Steiner» al que le damos las gracias.
El Decreto de expulsión de 30 de marzo de 1492 no obedece a cuestiones de intolerancia religiosa, ni tampoco a un supuesto «racismo» de los Reyes Católicos, como absurdamente se ha dicho y se ha venido enseñando desde hace más de 70 años en los colegios por esa masa de analfabetos con título universitario que son los profesores de Historia (digo absurdamente porque si un judío se convierte al Cristianismo no se transmuta su raza, únicamente cambia de credo, hasta un tonto lo advierte, salvo el gremio de los profesores que han venido politizando a los chavales en los colegios durante décadas y décadas, que su lavado de cerebro les impedía ver la realidad), sino que vino motivada por una Razón de Estado: la amenaza de invasión turca, y la necesidad de afianzar la unidad interna para hacer frente a este peligro.
Fernando el Católico era un Rey renacentista, no tomaba decisiones por «fanatismo» religioso sino de un modo calculado y racional, la decisión venía motivada por el incremento de la potencia turca en el Mediterráneo.
A lo largo de todo el siglo XV, tendencia que proseguirá en los siglos sucesivos (y obligará a la Batalla de Lepanto en 1571), se sufre una invasión, en toda regla, del mundo cristiano, por parte del Imperio otomano que era en la época un peligro como el que representaban los bárbaros en tiempos de Roma o el comunismo soviético en los años 30, 40 y 50 del siglo XX.

Con un movimiento de doble pinza, a través del Danubio por tierra y a través del Mediterráneo por mar, imponiendo una guerra de exterminio a los territorios más expuestos a la línea de avance turca, los turcos amenazaban con hacer desaparecer la Cristiandad.
En 1453 Constantinopla, la que durante mil años había sido la capital del Imperio Romano de Oriente, sucumbe a la invasión turca después de soportar un terrible asedio y de oponer una resistencia heroica, que ha quedado para los anales de la historia militar de la Europa cristiana. La población cristiana que no pereció en la defensa fue prácticamente pasada a cuchillo. Del saqueo de Constantinopla los únicos que fueron respetados fueron los judíos que se concentraban el barrio de Balat.
El ver Santa Sofía, la iglesia más grande del mundo, convertida en una mezquita, y la capital del Imperio Romano de Oriente exterminada, supuso un sobresalto enorme para toda la Cristiandad, pero en especial para los más expuestos en la línea del avance turco por el Mediterráneo.
Después de Constantinopla le llegó el turno a Atenas en 1456 (la cuna de la Cultura Occidental en manos turcas).
En 1463 caen los territorios que conocíamos por Yugoeslavia, y en 1468 cae Albania, separada de Italia por el Estrecho de Otranto.
En 1479 Venecia, que se ve inminentemente amenazada y que después de 15 años de guerra está exhausta, firma un pacto con los turcos, donde abandona todas sus posesiones en el Peloponeso y Albania (a excepción de Durazzo que caerá en manos turcas en 1501) y se obliga a pagar un rescate de 100.000 ducados a los turcos.
En 1480 los turcos tomaron Otranto, la ciudad italiana que da nombre al estrecho homónimo, exterminando a gran parte de su población y reduciendo a la esclavitud a los pocos supervivientes. La toma de la ciudad alarmó aún más a la Cristiandad porque los turcos estaban ya en la península italiana y amenazaban a la propia Roma, por lo que los Reyes Católicos exhortaron a las autoridades eclesiásticas españoles a ir a Roma a estar con el Papa en esta hora y mandaron una flota para desalojar a los turcos de Italia.
Por el Danubio los turcos llegarán a tomar Hungría en 1526 y a sitiar Viena en 1529.
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En tales circunstancias, si había alguna nación sensible a sufrir una nueva invasión mahometana, esa nación era España que durante ocho siglos había venido sufriendo y combatiendo contra la invasión musulmana del 711, y en esos momentos estaba culminando la Reconquista.
Fernando el Católico había recibido de su padre en 1468 el Reino de Sicilia, y en 1504 recibirá también Nápoles, de modo que la situación de extremo peligro de los territorios italianos, lo eran también de las posesiones italianas de la Corona de Aragón, además de las Baleares, y sobre todo por la existencia del Reino moro de Granada. Este reino musulmán, con sus 300 kms de extensión de este a oeste, y sus 90 kms de norte a sur era, en el último cuarto del siglo XV, una invitación permanente y una base para un desembarco turco en «territorio» amigo o musulmán, y posible punto de partida de una nueva invasión musulmana.

Por ello para los Reyes Católicos era vital neutralizar esta cabeza de playa que podía suponer para los turcos el reino moro de Granada (que no sólo incluía las playas de Granada y buena parte de las de Málaga y Almería). La ocasión propicia se producirá en 1481 cuando los musulmanes granadinos rompan la tregua de 1478 y tomen Zahara, corriendo la frontera.
Si los Reyes de entonces en lugar de ser los Reyes Católicos hubieran sido Felipe VI y los Ministros de Defensa y JEMAD,s que venimos padeciendo desde hace décadas, la estrategia para hacer frente a la invasión turca del Mediterráneo quizás hubiera consistido en salir todos corriendo a Covadonga, y felicitar el ramadán, como en Ceuta, a los primeros que desembarcaran, o peor aún, declarar oficial la religión musulmana y meter en la cárcel por delito «de odio» a todo el que se hubiera atrevido a hablar de defender España, pero afortunadamente entonces España no estaba en manos de Juan Carlos I ni de Felipe VI, ni sus ejércitos estaban comandados por el Almirante memo ni por Generales como Alejandre o G. Escamez, sino por otros como el Gran Capitán o el Cardenal Cisneros que hicieron del Servicio a España su seña de identidad.
Por tanto en la toma del Reino moro de Granada estaba en juego no sólo la culminación de la Reconquista después de ocho siglos, sino también el neutralizar y hacer frente al peligro de invasión turca y evitar que sus playas pudieran ser utilizadas para un desembarco otomano en territorio amigo musulmán.
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Mientras esto ocurría los judíos tomaron partido por los turcos, como en la invasión mahometana del 711 tomaron partido por los invasores musulmanes. Y es esto lo que va a motivar la expulsión.

La Caída de Constantinopla intensificó el despertar mesiánico de la diáspora judía, en especial a los judíos de España. Se interpretó el Targum, (la versión aramea de la Biblia hebrea), «a Lamentaciones 4.21» («¡Alborózate y regocíjate hija de Edom, que moras en el país de Us!, también a tí te llegará el cáliz, te embriagarás y te descubrirás»), como una profecía sobre la caída de Constantinopla. Al occidente de Europa llegaron cartas judías de Jerusalén que profetizaban la venida de la redención judía en aquel año del 5214 (1453-54 del calendario cristiano), y desde entonces los visionarios seguirán los avances otomanos. Esto va a significar que los judíos van a simpatizar con los apetitos expansionistas del imperio otomano. Lo que a su vez va a ser explotado por los turcos para, explotando estas simpatías, encontrar en las aljamas de los Estados cristianos del Mediterráneo, un terreno abonado y propicio donde reclutar espías y conjuradores que operen a modo de quintacolumnistas en los territorios cristianos, bien para facilitar una posible invasión, o bien para desestabilizar y perturbar la cohesión interna de esos Estados cristianos que apurados y ocupados en sofocar sus propios peligros internos, no podrían impedir la hegemonía del poder turco en el Mediterráneo, ni ponerle freno.
La ayuda judía a los turcos también fue abierta a favor de su causa. El sultán Mehmet II (conquistador de Constantinopla) tenía entre sus consejeros de confianza al judío Jacobo de Gaeta, quien había reclutado en italia a los expertos en fortificaciones y en fundición de grandísimos cañones que serían lo que luego habían machacado y roto las defensas de Bizancio.
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En esta coyuntura, en enero de 1481, se descubre en Sevilla una grave conjuración quintacolumnista cuyo cabecilla era el converso Diego de Susan, que poseía una fortuna de más de diez millones de maravedíes, descendiente del Almojarife del rey Alfonso VIII, Ibn Xuxan, y en la que estaban implicados no pocos de los regidores del Ayuntamiento. En la mentalidad renacentista, y respecto de personajes que gobernaban España que no estaban vendidos al enemigo, y por tanto no pueden confundirse con lo que viene siendo habitual en España desde 1973, conjura descubierta significaba conjura neutralizada automáticamente, el monarca procedió con su habitual cautela y sistemática economía de esfuerzos,a guardando, en el turno de sus enemigos, la llegada del momento propicio y exacto para neutralizarlos, que llegó con el derrumbamiento final del Reino moro de Granada (2 enero 1492), primero poniendo fin al peligro de la playa amiga, y acto seguido (31 de marzo 1492) la expulsión de los judíos.
Si los Reyes Católicos pensaban no ser traidores y descargar la fuerza reunida de sus reinos en plantarle cara a los turcos e impedirles el paso al Mediterráneo Occidental o «Aragonés» y a sus dominios, deberían antes asegurar completamente sus bases de partida, robusteciendo la unidad interna e impidiendo cualquier movimiento quintacolumnista que desde el interior facilitara el avance turco o entorpeciera la capacidad de respuesta del Estado Español. Y esta unidad era esencial si al final los turcos conseguían romper y atravesar la defensa avanzada cuyo eje era Rodas, Sicilia y Nápoles, y España se veía avocada si eso ocurría a hacer frente de nuevo a una invasión en su propio territorio. Por tanto nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la unidad en el repertorio político del Renacimiento, según el cual el reino que se divide internamente está perdido.
En esta cohesión interna la religión juega un papel fundamental, máxime en una España como la de la época que salía de la Reconquista y que por tanto había una identificación entre religión y patria, y la religión era una característica nacional y de primer orden. La unidad religiosa es un bien supremo y la diversidad de creencias debilita y desfigura al Estado. (Si lo pensamos, durante la Transición se ha hecho todo a la inversa lo cual demuestra la clara intención de debilitarnos y desdibujarnos como Nación).
La unidad suponía la adhesión a unas creencias, a unos ideales, a una cultura común, y los judíos no sólo no participaban de estos ideales sino que se habían constituido en una amenaza contra los mismos. Mientras la Cristiandad contenía aterrada la respiración ante el avance turco por el Mediterráneo exterminando poblaciones cristianas enteras, los judíos seguían con interés este avance pero a la inversa, de modo que cada descalabro cristiano y cada conquista turca era motivo de júbilo para ellos.

Para los Reyes Católicos sólo eran españoles los que colaboraban y participaban de las finalidades del nuevo Estado Moderno. Si los judíos no participaban de ellas, o incluso participaban de las aspiraciones de los enemigos de la Cristiandad y de España, se deducía su mala voluntad u «obstinación», y en consecuencia el Estado «Moderno» de los Reyes Católicos no tenía ningún interés en conservar dentro de su territorio minorías no entusiastas, sino incluso enemigas de sus programas de defensa nacional y expansión territorial, permanentemente sospechosas de quintacolumnismo a favor de los enemigos de sus reinos. Les dieron la ocasión de hacerse de forma sincera partícipes de la causa de España, y los que se negaron a asimilarse y participar como unos españoles más, tuvieron que marcharse. Esto puede que no se comprenda hoy día que España gasta nueve millones de euros en comprar 130 vehículos todoterreno para nuestro enemigo Marruecos, de tanta calidad que España no posee estos vehículos en nuestro ejército o policía, pero entonces en lugar de venderse y someterse al chantaje de los enemigos de España, lo que se hacía era que se les combatía y plantaba cara. Es preciso aclarar esta diferencia entre entonces y ahora.
Los hechos posteriores demostraron que los Reyes Católicos no iban muy descaminados, porque si los que se fueron hubieran querido sinceramente a España, habrían guardado este apego en el exilio, pero lo cierto fue que allí donde se establecieron, en los Países Bajos, Gran Bretaña y el los territorios del Mediterráneo oriental en manos de los turcos, fueron donde surgieron los principales focos de conflicto contra la Monarquía Hispánica nada más establecerse y en las décadas siguientes: el sefardita Héctor Núñez, uno de los mercaderes más importantes de Londres, organizó una red de espionaje en España y Portugal y fue quien trajo la primera noticia de la llegada de la Armada Invencible a Lisboa. Su cuñado fue espía en España hasta que fue apresado en 1588. El sefardita Francisco Añés fue espía del pirata Francis Drake (Sir Francis Drake, porque para la reina de Inglaterra el robar y asesinar era motivo para elevarlo a la condición de Sir), en un punto tan estratégico como las Islas Azores. En general, dice Salvador de Madariaga en su libro «El auge y ocaso del imperio español en América» (página 316) «los judíos de España ayudaron a Drake en todas sus incursiones sobre las costas españolas». En este mismo libro Madariaga cuenta (página 314) que al sefardita Marco Pérez puede considerársele como uno de los responsables de la guerra de 80 años entre los Países Bajos y España, el cual fomentó también la impresión de catecismos y biblias calvinistas en idioma español para introducirlas en España y estuvo en contacto con William Cecil (el Secretario de Estado de la reina Isabel de Inglaterra, enemiga de Felipe II y asesina de María Estuardo), y con el espía de éste en Amberes, llamado Gresham, así como también financió personalmente la guerra de Flandes contra España. Se podrían dar muchos más ejemplos, incluida la piratería en el Caribe que prácticamente era una piratería sefardita, lo cual está reconocido por ellos mismos que se jactan de ello. Hasta el extremo que el Conde de Miranda en su libro «Peso de todo el mundo», escrito en 1622, escribió al rey refiriéndose a los judíos como «los más peligrosos entre todos los enemigos que su majestad tiene».
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A pesar de los términos insolentes en los que está escrita la carta, lo cierto es que los Reyes Católicos dieron un trato de favor a este personaje.
En cuanto al contenido de la carta, hay que reconocer que en esta guerra que la carta anuncia que van a emprender contra España, la guerra la han ganado ellos. Los judíos que no quisieron asimilarse a los españoles, han pasado de ser expulsados en 1492, a acaparar todo el protagonismo, y no sé si es todos los 21 de enero el Senado presta vasallaje por parte de todos los grupos políticos con representación parlamentaria sin excepción, lo cual es una gran victoria para el judaísmo. Los parlamentos están tan a su servicio que mientras los delitos contra los españoles sí prescriben, como por ejemplo los de terrorismo, sin embargo respecto de los judíos no prescriben nunca, a pesar de que no se cometen delitos contra los judíos, y sí en cambio contra los españoles no judíos, lo cual deja al descubierto bien a las claras a quienes sirven los parlamentos. En 1992 consiguieron incluso suspender el proceso de beatificación de la Reina Isabel la Católica, precisamente por la expulsión, lo que da idea de que su poder llega hasta el propio Vaticano.
Los peligrosos no son los que rezan en las sinagogas, sino los que están detrás de la guerra de Ucrania, y arrastran a las naciones a las guerras, a la pobreza, con la cooperación cada vez más creciente y más activa de no judíos. No caigamos en el engaño.

Don «Kevlar», como de costumbre, para quitarse el sombrero.
Siempre quedará la duda de si se tomó la decisión más acertada para el interés nacional, vistas las consecuencias…, A PESAR DE LA PLENA JUSTIFICACIÓN DEL DECRETO DE EXPULSIÓN.
Y, sin embargo, recordando que a lo largo de los siglos otros reinos también optaron por la misma resolución, en la España de los Reyes Católicos -llegado el momento- fue en donde con más generosidad y respeto se les trató.
De vivir Isabel y Fernando hoy en día y se les preguntase sobre los posibles autores intelectuales del 11S, no tendrían ninguna duda. Tampoco les sorprendería que en una ciudad como Nueva York -con la mayor colonia de judíos en el mundo (aprox. 2 millones de judíos)- el bajo número de víctimas de tan solo 1 judío de entre las 3000 víctimas de aquel atentado, cuando de los 20.000 trabajadores en dichas Torres Gemelas, los judíos eran 4.000. La empresa inmobiliaria Silverstein Properties, propiedad desde su fundación en 1957 de Larry Silverstein, firmó un contrato de arrendamiento por 99 años en el complejo del World Trade Center, en julio de 2001, junto con otros inversores y prestamistas y DOBLÓ la póliza del seguro de dichas Torres 2 meses antes del 11S. Justamente ese día -el 11S- Larry Silverstein estuvo ausente en la Torres Gemelas donde tenía su despacho, pues fue al médico; sus 2 hijos que trabajaban en dichas Torres no estaban: la hija ese día no fue a trabajar y el hijo se demoró. La mujer de Larry Silverstein (quién le recordó que tenía ir al médico según él mismo) estaría de compras o en la peluquería fijo que lejos de lo que se denominó posteriormente «zona cero».
La invasión musulmana en España, la caída de Constantinopla, la caída de las Torres Gemelas y el TW7, etc. llevan el mismo modus operandi de aquellos que nos quieren marcar en la mano o en la frente, como si fuésemos ganado, con el Sello de la Bestia.
racista ridiculo no fomenten el odio
JESUS era judio y murio siendo judio
Soy catolico desendiente de sangre judia sefardita y eskenazi
ridiculos
¿Sefardita o «mosad-ita»?
Tonto racista nazi
Estimado señor: nuestra política de comentarios, como es bien sabido, es muy laxa, pero usted, con insultos, que son el rebuzno del ser humano, prácticamente se ha puesto al borde de traspasarla y obligarnos a borrar su comentario. Comentar es aportar argumentos a favor o en contra de lo que dice el articulista, insultar, deja en evidencia su falta de argumentos o potenciales razones, y hace el ridículo. Le sugerimos que tanto en esta web como en cualquier otra muestre, si lo tiene, nivel, si no es mejor que evite hacer comentarios. Saludos cordiales
Estáis muy vistos con la excusa siempre del «racismo».
Qué tendrá que ver el racismo, como no sea el tuyo, con los actos criminales que cometen algunos de los tuyos amparados en la fachada que tenéis montada de no haber roto nunca un plato, y siempre con las excusa del racismo si se ve lo que estáis haciendo.
Estáis armando a Marruecos en sus planes de agresión a España, de robarnos Ceuta, Melilla, los recursos de las Canarias y las propias Canarias, van a morir españoles a miles, y si no mueren en porque mandáis sobre los propios gobernantes de España y os obedecerán como lacayos vuestros que son, y si nos atrevemos a decir algo, enseguida sacáis la bandera del «racismo».
Menudo jeta estás hecho tú y los tuyos.
Está actitud vuestra es la que fomenta la mala fama que teneis
No cabe duda de que los comentarios de D. Kevlar al artículo sobre la carta de Abravanel al decreto de expulsión de los judíos promulgado por los Reyes Católicos, aparecido hace unos días, merece ser reproducido en la forma como acertadamente lo hace El Español Digital.
Desde luego que se trata de un hecho histórico de gran relevancia que ha suscitado diversas interpretaciones sobre cuáles fueron las causas que motivaron tal decreto. Es evidente que es poco riguroso -tal como muy bien remarca Kevlar- atribuirlo de manera muy simplificada a “racismo” o a “intolerancia religiosa”. Seguramente debió ser el resultado de considerar varios factores (sin descuidar el económico), los cuales debieron influir con un peso diferente en la definitiva decisión, la cual, aunque emitida por Isabel y Fernando, pudo estar también basada en recomendaciones de consejeros reales.
Averiguar las motivaciones verdaderas de los hechos históricos que están lejanos en el tiempo es un tema problemático y controvertido. Sin embargo, en este caso, el historiador recibe cierta ayuda en su investigación, puesto que en el texto mismo del decreto quedan expuestos los argumentos que lo fundamentan. Y, por otra parte, la carta del rabino Abravanel dirigida a los Reyes Católicos en respuesta al decreto revela la interpretación que del mismo hizo un insigne representante de la parte afectada. En base a estos datos y si otorgamos confianza a las razones expuestas en ambos escritos, hemos de deducir que el factor religioso (no la intolerancia, sino la diferente percepción sobre quién fue Jesucristo), tuvo un papel primordial. Como la Verdad sólo puede ser una, quizás con mejor voluntad por dirimir esta cuestión se hubiera evitado tan trágico episodio.
Dices: «Como la Verdad sólo puede ser una, quizás con mejor voluntad por dirimir esta cuestión se hubiera evitado tan trágico episodio»
Pues estás en lo cierto: La Verdad solo es una, el Mesías es N. S. JESUCRISTO, por lo tanto solo les queda (quedaba) a estos Deicidas convertirse al Cristianismo lo que conlleva (conllevaba), además, dejar la Sinagoga de Satanás y sus «actividades tan altruistas e inocentes».
Ya ves que me he centrado en tus palabras.
Sí, el problema es que aunque la Verdad es una y debiera ser evidente para todo el mundo, la realidad es que -por diferentes causas- hay diversidad de opiniones. Entre quienes no reconocen (y no reconocieron) a Jesucristo como el Mesías los hay que se basan en una serie de razones, y a éstos no se les puede pedir que cambien su punto de vista porque sí; hay que ofrecer argumentos para ello; no se puede imponer la verdad por la fuerza.
También hubo y habrá quienes no quieran admitir la verdad por muchas buenas razones que se les presenten. Pero por lo menos se debe hacer el esfuerzo de intentarlo. Así se ha logrado la conversión de muchos judíos, y creo que a medida que avanza el tiempo aparecen nuevos motivos que ayudan a la conversión, como son las apariciones de la Virgen María.
La Verdad acabará por hacerse evidente.
“y a éstos no se les puede pedir que cambien su punto de vista porque sí; hay que ofrecer argumentos para ello; no se puede imponer la verdad por la fuerza”.
Si te parece poco argumento todo lo expuesto por Kevlar Steiner en su artículo, yo no podría ampliarlo más y mejor. Los judíos se comportaron como enemigos de los reinos cristianos y su forma de actuación viene a ser marca de la casa: “tirar la piedra y esconder la mano”. Propiciar intrigas y revueltas e incluso aliarse con enemigos externos, no es precisamente un comportamiento inofensivo.
A nivel político por ir contra los reyes.
A nivel social por ser esencialmente usureros y perjucial para la mayoría de la población.
A nivel religioso por ser Deicidas y para colmo de los colmos esperar un supuesto mesías liberador para ellos y subyugador para el resto.
Resumiendo, a todos los niveles los judíos representaron un peligro total. Son enemigos de DIOS y del género humano (lo percibimos perfectamente en la actualidad pues el Plan de DOMINACIÓN y EXTERMINIO lo están realizando a la vista de todos).
Miquel tu enfoque consiste en desarmar a N.S. JESUCRISTO como Mesías, como DIOS, como centro de todos los hombres por el mesías de Satanás origen de todos los males y que defiendes a capa y espada. Lo de las apariciones de la Virgen como que no cuela, dudo mucho –más bien nada- que la Madre del Salvador pusiese algún pero a su HIJO por agradar a un impostor de mesías por venir.
Lo tuyo empieza oler a azufre en demasía.
Ya te has vuelto a salir del tema de mis comentarios. Ahora utilizas cualquier frase que encuentras para expresar tus desvaríos y suposiciones gratuitas. Desde luego, tu último párrafo debería ser estudiado en un colegio de médicos.
A Miquel dice: 23 de mayo de 2023 a las 4:19 pm
Utilizas torticeramente los comentarios. Hablas acerca de los Decretos de expulsión, de que la culpa de este desastre de la expulsión solo se le puede atribuir a los cristianos (implícitamente lo das a entender), sueltas el rollo cuasi Talmúdico de que N. S. JESUCRISTO -según estos señores- no es el Mesías y que de alguna manera (también implícitamente das a entender) que habría que llegar a una especie de consenso.
Has soltado las perlitas envenenadas acerca de la identidad del Mesías, claramente ya desde el artículo » Una insolente carta que explica muchas cosas» que deriva de este artículo y, ya puestos, en el último de Ramiro Grau «El Papa Luna está más vivo que nunca. A Dios gracias» en que dices:
«Benedicto III, Papa Luna, que promovió la Disputa de Tortosa (1413-1414) entre sabios judíos y cristianos, en la que se debatió si Jesucristo era el Mesías, un tema que impedía la aceptación del cristianismo por parte de muchos judíos».
Decir, y creo que lo sabes más que de sobra, que no fue tal «debate», sino una serie de sesiones de adoctrinamiento religioso con el objetivo de forzar a las autoridades religiosas judías a reconocer «errores» de su religión frente a sus correligionarios y de reconocer que el Antiguo Testamento avala que N. S. JESUCRISTO es el Mesías.
Para ser un supuesto cristiano, sí que desvarías para no tener a N. S. JESUCRISTO como el único Mesías. De no ser cristiano, actúas como si fueses simpatizante judío, pro judío o mismamente judío.
¿Te crees «alma cándida» que no sé de qué va el tema?
A «Eugenio» 23 de mayo de 2023 a las 7:43 pm
Ahí está el reiterado error de tus respuestas a mis comentarios, en las suposiciones «implícitas» sobre mis frases, en lugar de centrarte en lo explícito, en lo literal.
Este domingo día 28 de mayo se celebra la festividad de Pentecostés. Es un buen momento parar pedir el don del discernimiento (entre otros).
A Miquel dice: 24 de mayo de 2023 a las 9:14 am
Hace 60 años NO tendrías precio para los promotores del CVII. ¡Eres dinamitero puro y duro!
Excelente artículo, como todos los suyos.
En mi opinión, debería transformar en artículos la mayoría de sus comentarios, pues van a la raiz del problema.
¡Gracias, amigo, por sus valientes y acertados trabajos!
Reitero mi admiración Herr Kevlar.
Total
No deja de sorprenderme.
Únicamente, como se ha comentado en esta web, habría que añadir los motivos de siempre: «Usura» aterradoramente explotadora y odio al Cristianismo y «libelos de sangre» (como el inmediato del Niño de La Guardia).
Y felicito al editor por hacer este artículo «monográfico», fruto del anterior basado en la Carta de Abravanel
Extraordinario Kevlar.
Dejo aquí una cuestión al respecto, y de la que el autor de tan interesante artículo seguro que sabe algo: ¿es cierto que el régimen franquista, cuando empezaba a caer en manos del Pusdei y permitió la apertura de varias sinagogas en el Marruecos español (bastante antes del decreto de libertad religiosa miccionado por el CVII), llegó a redactar un decreto de revocación del edicto de expulsión de 1492?
Sin ánimo de polemizar…
Mi más sincera admiración por el autor, reitero.
Yo no sé la respuesta a estas dos preguntas, pero lo de las sinagogas es muy probable que sea cierto, en cambio lo de «derogar» el Decreto de expulsión lo dudo, porque para acoger de nuevo a los sefarditas, como ya se empezó a hacer con la dictadura de Primo de Rivera, y luego se ha hecho en el reinado de Juan Carlos I, no era preciso derogar formalmente un Decreto del siglo XV que se agotó a los 3 meses de su puesta en marcha, una vez que cumplió su función.
Muy buen articulo. Los labradores arrendatarios asesinos siempre han estado detrás de todo y son los que harán ciertas las profecías del mismo Cristo hasta el final. El Islam es un gnosticismo más de diseño, un apaño sincrético como tantos, y además burdamente sincrético (tal como se pretende hacer con la Iglesia actual) con la particularidad del añadido, para nada casual, del odio exterminador al infiel (había que parar el cristianismo como fuera). Habría que ver, para empezar, la procedencia de la mujer millonaria del comerciante iluminado, la que le convenció de que sus «apariciones» no eran demoniacas sino angelicales (recuerda mucho al demente Zeví con el marrano de Gaza). Millonaria y con parte fundamental en el tema… quizás sus creencias no eran las que se supone. El marranísmo hunde sus raíces en el Viejo Testamento.
Hay que diferenciar entre judío y sionista (el peor enemigo del judío de a pie, es el judío sionista como dijo sin pudor el mismo Herzl), como en tiempos de los RRCC había que diferenciar entre judíos bien intencionados y los conspiradores marranos. Lo cual era bastante difícil al ocultar su condición e intenciones, como sucede con sus excrecencias masonas. Como siempre, por sus obras les conoceréis. Como hay que diferencia entre los catalanes o los vascos españoles, y los separatistas. Se da el caso de que junto a lo peor, casi siempre resiste lo mejor (mientras puede). Al judío siempre el máximo respeto. Jesús lo era, Abraham, Mateo, etc etc etc
Llevamos siglos perdiendo, nos aplastarán, pero estamos del lado bueno; el de la Verdad, o al menos, sabemos donde está. Los amos anglo sionistas nazis llevan a la humanidad al desastre de la eficiencia inhumana, que le vamos a hacer.