Adiós, Novell. Que te den
Se va el hasta hace poco obispo de Solsona Mons. Javier Novell. Pues adiós, Novell, y que te den.
Novell fue siempre persona y clérigo histriónico, desencajado y con aspecto de loco y además peligroso. En cuanto a sus actos no desmerecieron nunca de su aspecto, confirmándolo. Ahora bien ¿quién fue la cabecita que le propuso para obispo? Porque vaya lumbrera o… tal vez fue uno como él.
Novell ha sido uno de esos personajes que pasan haciendo el mal y luego se van dejando a todos, propios y extraños, jodidos. Novell ha sido otra de esas cagarrutas de las muchas que la jerarquía eclesiástica española y antiespañola viene excretando desde hace décadas; las mismas que que nos separan del Concilio Vaticano II. Por cierto ¿saben nuestros clérigos que en la historia de la Iglesia, además de ese, ha habido 20 concilios más? ¿Los acatan tanto como a ese? Porque de unas décadas a esta parte da la sensación de que sólo ha habido un concilio y de que sólo ese es el válido.
Novell nunca debió ser obispo, como nunca lo debe ser ningún cura con menos de 50 años y aún así… Ya está bien de que institución atemporal como es la Iglesia se apunte también a esa estúpida moda temporal, por mundana, moderna y modernista, de nombrar para altos cargos directivos a gente demasiado joven. Como si la juventud fuera garantía de algo que no sea insensatez, falta de experiencia, imprudencia y desvarío.
Novell nació en 1969 y fue ordenado en 1997, o sea, con 28 años, y en tan sólo 13 años Benedicto XVI le hizo obispo; sin duda engañado por los mismos que después forzaron su renuncia como Papa. En esos 13 años, Novell sólo estuvo tres y medio en una parroquia, precisamente sus primeros años como cura, luego todo fueron cargos en las curias de varios de los obispados de las provincias catalanas –de las que nunca ni salió ni ha salido, lo que lo dice todo–, así como profesor de Antropología Teológica (¿?). O sea, un burócrata en vez de un apóstol. Un funcionario cobijado a la sombra de buenos árboles, en vez de un misionero. Un paleto provinciano, en vez de un católico universal.
Y, claro, con ese currículum… obispo.

Y… Novell fue siempre un mal obispo porque su verdadera fe no era la católica, sino la separatista, fe que ha suplantado en Cataluña a la única verdadera, la católica, gracias a los Novell y demás clérigos de por allí; prácticamente el noventa por ciento sea por acción u omisión, siendo casi peores estos últimos. Novell, cuidado con él, igual que con Borrell, ha sido paladín de los separatistas catalufos, antiespañol desorejado, apátrida, renegado y traidor, como todo buen separatista sea de la región española que sea. El problema añadido en Novell es que era obispo, con lo cual el escándalo de su activismo ideológico y político ha sido supremo, porque ha confundido a sus ovejas, ha sido mal pastor porque las ha dispersado y ha transgredido, y públicamente, el cuarto mandamiento el cual ordena honrar también a la madre patria, o sea, a España. Todo un record del «joven» obispo.
Además, y por si no fuera poco, Novell no dejó nunca de meterse en otros charcos, como el de la sodomía, donde pretendiendo sentarles la mano a los sodomitas, tan «inteligente» «antropólogo teológico» acabó ciscándola cuando dijo que tal práctica sexual se debía a la falta de la figura paterna; o sea, desde cualquier punto de vista una absoluta barbaridad, lo que provocó que hasta los propios sodomitas le sentaran la mano a él. Otro record de este «joven» obispo.
Y ahora la traca final: Novell se ha echado novia. ¿Desde cuándo? O sea, que después de desvariar durante dos décadas haciéndose pasar por cura y obispo, acaba seducido por Venus haciendo bueno aquello de que tiran más dos tetas que dos carretas. Una ciscada más de este penoso personaje del que sólo podemos decir, como ya hemos dicho, que pasó haciendo el mal, mostrándonos la cara más amarga de una Iglesia que en general, y en España en particular, desvaría, va de escándalo en escándalo, incluso en lo material, léase corrupción, y caída en el pozo llega al fondo y… se dedica a escarbar.
PD.- Esperemos que, al menos, Novell se case por la Iglesia, aunque conociendo al personaje no lo podemos asegurar y a lo mejor acaba «conviviendo» –si no lo ha hecho ya– o… tras casarse acaba divorciándose, que viene siendo lo natural, y además… le veamos presentarse a las próximas elecciones autonómicas por JxCat.

Que tanta paz lleve como DESCANSO deja.
¡A chuparla, puerco separatista!.
basura de post,rancio y mas de lo mismo……no decis mas que memeces.puercos!!!
Para PUERCOS -con mayúsculas- los CERDOS de tu puta cuerda. GOCHO rojo-separatista asqueroso.
Si algo te molesta, tira de ésta.
Que te sigue molestando, sigue tirando.
España: UNA Nación, UNA Lengua y UNA Bandera. Punto.
Una Grande y Libre, bajo Dios.
Ahora, guarro, vas y lo cascas en la granja porcina, el matadero o la «fábrica» de embutidos en la que trabajas por menos de 1.000 cochinos euros al mes.
¡A chuparla!.
Estimado seguidor: como ve, nuestra política de comentarios es muy laxa, tanto que usted ha incluido uno con insultos (que son el rebuzno del ser humano), el cual, a pesar de ello, vamos a dejar para que quienes lo lean vean su ínfimo nivel a la hora de debatir, así como el talante que le anima, todo lo cual le desacredita porque, además, no aporta argumentos, sino sólo eso: insultos. Le sugerimos que cuando comente en cualquier sitio o red, evite rebuznar y aporte sesera y razones si es que tiene algo de ambas. Saludos cordiales
Administrador, ¿a quién va dirigido tu comentario?. ¿Al sepaRATA polaco?, ¿o a mí?.
Estimado seguidor: a «rep/cat», el separata polaco, no a usted. Saludos cordiales
Administrador, roger that (recibido).
Un saludo. ;=)
Ciertamente, lo que me sorprende más de la deriva del ya exobispo catalanista o catalufo Javier Novell no es tanto que haya colgado hábitos y mitra por el amor de una mujer; lo que me sorprende es conocer a través de los medios la identidad de la mujer elegida. Lo cual es lo mismo que afirmar que «la mujer del obispo» no es una mujer con reputación de católica practicante precisamente, soltera, militante de la causa del Dios Uno y Trino, fiel a nuestra patria, que es España. No, ni modo. El señor Javier Novell va y se enamora de una muchacha divorciada, de trayectoria más bien secularista, mundana, tal vez catalanista, emparejada en su momento con un ciudadano marroquí ni que decir que musulmán, madre de dos hijos, y escritora de al menos dos novelas de altísimo voltaje erótico, blasfemo, irreverente y hasta satánico.
Mis respetos hacia el aún eclesiástico Novell; iguales respetos hacia la psicóloga, escritora y joven madre catalana Silvia Caballol: lo que ellos hagan con sus respectivas vidas a partir de ahora no es asunto mío. No soy quién para juzgar; yo también soy pecador, no estoy libre de pecado como para tirar la primera piedra, pero… Pero no puedo dejar de reflexionar en voz alta, al precio incluso de compartir esta reflexión. A saber: «monseñor» Novell, ¿qué es para usted la familia cristiana, católica para más señas, como núcleo de amor esponsal que busca la santificación de los esposos? ¿Qué significa para usted, estando en una relación con una mujer al parecer nada católica y además divorciada de un ciudadano marroquí, o sea, sarraceno (fiel de una religión que es enemiga declarada de Cristo y de su Iglesia), que la familia cristiana es Iglesia doméstica, escuela de solidaridad, experiencia de amor esponsal fiel y abierto generosamente a la vida (tener hijos, según el don de Dios)?
Todos nos equivocamos, somos pecadores todos; yo que estas líneas escribo el primero. Todos tenenos derecho a buscar la verdad, la felicidad, la justicia, la libertad, la realización personal… De acuerdo. Usted ha sido obispo de la Iglesia de Cristo; ha decidido dejarlo todo por una mujer. No es un paso el suyo como para tirar voladores, como para prorrumpir en aplausos, pero bueno, ya que lo ha hecho, yo al menos le deseo toda clase de éxitos personales y felicidad. Empero, el daño y el descrédito a la Iglesia ya está hecho. Solo que insisto, permítame, aunque reconozco que no es asunto mío: en su intención me cuesta adivinar el deseo de construir una familia cristiana fiel a Cristo y a su Iglesia según la enseñana de sus pastores, de Juan Pablo II, por ejemplo, gran impulsor del Evangelio de la vida y de la familia.
Y esto es lo que me quita el sueño: la demoledora apostasía que se está viviendo en la sociedad, en el mundo entero, «urbi et orbi», y en la Iglesia. De modo que no defiendo el paso dado por el obispo Novell de abandonar su ministerio de pastor en la plenitud del orden como obispo (sucesor de los apóstoles), pero sí que me desconcierta que la mujer elegida no sea una mujer de convicciones confesantemente católicas, discípula por ende de Cristo y de su Iglesia, soltera, patriota, hija de España o de la patria que sea si no es española.
¿Será todo mera casualidad o será más bien porque en Cataluña ya es que no deben ni quedar mujeres jóvenes católicas, señor Novell, en gran parte porque el separatismo catalanista que usted siempre ha abanderado se ha encargado de vaciar los templos, las iglesias, los seminarios, los noviciados, las conciencias mismas?
Estimado seguidor:
Brillante comentario, sí, señor, brillante.
Saludos cordiales