Agravio comparativo de la Iglesia entre Suárez y Franco
La Justicia es una virtud cristiana que la Iglesia respecto de Franco no sólo no practica (a excepción del Abad del Valle de los Caídos, naturalmente) sino que contrasta injustamente con el trato que, sin embargo, sí le dispensa con infinitamente menos mérito y más demérito por ejemplo a Adolfo Suárez, cuando los servicios que Franco ha prestado a Dios y a la Iglesia son incalculables, sin parangón posible respecto de ninguna otra personalidad, y que contrastan con los daños irreparables y difícilmente reversibles que a ese mismo Dios y a esa misma Iglesia le son imputables a Adolfo Suárez y su acción de gobierno.
Si todavía queda algo de sentido ético cristiano en los Cardenales, Obispos y en la Conferencia Episcopal como Órgano colegiado, y en el propio Vaticano como cúpula universal de la Iglesia, esto debería invitar como mínimo a una profunda reflexión entre los responsables, porque de esta escandalosa traición e injusticia, como mínimo tendrán que dar cuentas a Dios Nuestro Señor.
Parece ignorarse la realidad de que Franco salvó a la Iglesia de su completa aniquilación y sostuvo a España en la causa de la Cristiandad evitando que se perdiera y se situara en la causa de Satanás.
Está por escribir un libro definitivo y en términos de Justicia y Verdad en toda su crudeza y realidad, sobre la persecución religiosa en España. Los que hay, incluso los mejores (Vicente Cárcel Ortí, Antonio Montero Moreno, Manuel Nieto Cumplido etc.), están escritos desde la acomodación política y el complejo de inferioridad y los efectos de la propaganda roja, casi piden perdón ellos a los asesinos, (y en ocasiones incluso sin el “casi”), y nada dicen o muy poco de los asesinos y sus cómplices, o de los Jefes de Estado extranjeros cómplices de tal persecución religiosa o que dieron cobijo de impunidad durante su comisión y al final de la guerra a los asesinos y al botín de sus rapiñas. Porque algunos jefes de Estado o de gobierno de algunas naciones que aparecen como buenos, resulta que no lo fueron tanto.
Todos los obispos a los que la guerra les pilló en Zona roja, fueron asesinados sin piedad, y con ellos todos los religiosos, hasta los más insignificantes, monaguillos incluidos (de hecho el primer asesinado en Alcalá de Henares fue el hijo de 5 años de un sacristán). El último en ser asesinado, el Obispo de Teruel D. Anselmo Polanco, fue capturado al tomar la ciudad el 8 de enero de 1938, se lo llevaron a Gerona. El Gobierno de la República se negó a liberarlo. Un año más tarde lo mataron con total sangre fría al final de la guerra, cuando ya la tenían perdida y al borde de la frontera con Francia. Lo llevaron consigo y justo antes de pasar la frontera a la Francia frente populista de Léon Blum que les garantizaba la impunidad, lo asesinaron el 7 de febrero de 1939. Con él fueron asesinados también un grupo de 40 defensores del Seminario de Teruel, entre ellos el Coronel jefe de la defensa D. Domingo Rey d’Harcourt.
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Los radiomensajes de los defensores nacionales del Seminario de Teruel, dan idea del dramatismo de aquella defensa numantina, sin comida, sin agua, sin medicinas, con un 90% de bajas y a 20 grados bajo cero:
Radio-mensajes del Coronel Nacional D. Francisco Barba a las Fuerzas Nacionales, correspondientes a los días 5 y 6 de enero de 1938, en la defensa del Seminario de Teruel:
“Desde que hizo explosión la mina hasta este momento estamos conteniendo ataque del enemigo que se lanzó al asalto por varios puntos. Seguimos en nuestro puesto. ¡Viva España!.
Por el panorama trágico de una serie de mujeres, ancianos y niños que mueren todos los días por enfermedades originadas por la deficiente o casi nula alimentación y muy cerca de un millar de enfermos y heridos a los que no se puede curar por falta de material sanitario. Da pena ver hombres que todo lo han dado por España con heridas leves a los que el tétanos y la gangrena hacen caer a montones. Por nosotros, por los que quedamos en pie no se preocupen. Ya sabemos lo que tenemos que hacer y lo haremos, pero por los demás, por los heridos y enfermos, los que están sepultados, dense prisa o sólo encontrarán aquí un cementerio. ¡Viva España!.
Toda la noche en gran tensión. El enemigo ha incendiado el convento de Santa Clara y la Iglesia de Santiago. Nuestra gente estuvo en sus puestos. Hoy os esperamos y se asombrarán de nuestro estado, principalmente de los heridos y población civil moribunda. ¡Viva España!
Los combatientes del Seminario y Santa clara sabremos morir honrando a España, más me permito decirle que más de 700 heridos y población civil compuesta de 600 mueren de sed desde hace tres días. Ruego pongan el hecho en conocimiento de la Superioridad por si pueden prestarnos auxilios inmediatos. Moriremos en nuestros puestos, ¡Viva siempre España!”
(“La Batalla de Teruel”, publicación del Servicio Histórico Militar, Editorial San Martín, Madrid 1990, páginas 174-175).
Todo este sacrificio y todo este martirologio se tiró absurda y estúpidamente a la papelera tras la muerte de Franco, y la puesta en marcha de la Transición de nuevo a un sistema de la lucha de partidos con los viejos partidos del Frente Popular. Ahora nos lamentamos de la situación presente, pero ¿es que nadie, en su sano juicio, podía esperar otra cosa de tales partidos?
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Fusilamiento por los rojos del Corazón de Jesús en el centro geográfico de España (Getafe), y posterior demolición del mismo. Placa conmemorativa de su reconstrucción que como muy bien ha recordado D. José Luis Díaz Jiménez en estas páginas del Español Digital, se hizo por suscripción popular |
En toda la España bajo el poder del Frente Popular, la Religión Católica fue proscrita, y los cristianos perseguidos y asesinados a mansalva como en tiempos de Nerón. Sólo Franco y la España de Franco evitó el completo exterminio de la Iglesia católica y de los cristianos en España.
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Octavilla roja dando un plazo de 5 días para deshacerse de los objetos religiosos bajo pena de muerte. Milicianos disfrazados con vestiduras eclesiásticas robadas de la iglesia que acaban de profanar se fotografía en señal de sorna. Adviértase el cadáver de una niña a sus pies a la que acaban de asesinar. De esto no se hacen películas. |

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A.- El rostro de un sacerdote al que le han sacado los ojos y torturado bárbaramente. B Una iglesia profanada y calcinada. C Foto los cadáveres de personas quemadas vivas por los rojos en el Arahal (Sevilla). Cuando las tropas del General Queipo de Llano entraron en El Arahal, vieron uno de los hechos más horrorosos de la guerra: los cadáveres calcinados de 24 personas que habían sido quemadas vivas en la cárcel. Antes los milicianos habían matado salvajemente también a otras dos personas entre ellas varias mujeres. Un oficial del Ejército Nacional, ante la vista de aquel tremendo espectáculo, y conocedor que si hubiera llegado sólo unos pocos minutos antes habría salvado a aquellas pobres gentes, sintió tal frustración y tal dolor por aquella pobre gente que enloqueció allí mismo, a pesar de ser un veterano de la guerra de África, acostumbrado a ver los padecimientos y horrores de la guerra. Pero aquella forma tan canallesca de actuar de los rojos con personas indefensas superaba los peores pronósticos. De esto no se hacen películas. Mientras en el bando rojo los comisarios políticos, pistola en mano tenían que amenazar a sus soldados con matarlos sino avanzaban, en el bando nacional a la vista de estas monstruosidades cometidas por los rojos, eran los oficiales los que tenían que sujetar a la tropa que insistentemente pedía acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta para darles su merecido. Esta era la terrible realidad, hoy silenciada por razones de propaganda, de los pueblos que quedaron bajo el demonio del Frente Popular.




“Ya no hay duda para nadie, o con el comunismo y Moscú, sacrificando a España y a su civilización cristiana, o con los cruzados de una España Libre, cristiana, grande, y respetada”. Francisco Franco. (24 julio de 1936)
Mientras la España de Franco avanzaba, liberando localidad tras localidad, y la gente esperaba ansiosa y esperanzada poder ver, aunque fuera a lo lejos, flamear y llegar las banderas roja y gualda de España, que traen la Patria, el pan y la Justicia, y también la Religión prohibida y perseguida en la España de miseria, de sótanos de tortura, y de gonorrea y piojos de los rojos, mientras esto sucede, la España de Franco a través de la radio mandaba la palabra de Dios y retransmitía la misa para los que todavía se encontraban al otro lado bajo el yugo de las autoridades rojas y sus bandas de malhechores, con el mensaje fraterno de ánimo y esperanza de que es cuestión de tiempo que las fuerzas de España puedan llegar también a ellos para salvarlos.

La propaganda izquierdista guarda silencio de la superioridad moral de los nacionales de llevar por delante de su avance terrestre la palabra de Dios al otro lado donde estaba perseguida con la muerte. No es una guerra civil, es una guerra del Bien contra el Mal, por ello en la zona roja si cogían a alguien escuchando una misa, significaba la muerte de todos los moradores de la casa.
“Con nosotros va el bienestar y la paz de España, la Religión, y la Patria” Francisco Franco. (24-julio-1936)
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El General Yague entra en Barcelona, las mujeres se acercan para besarle sus manos liberadoras de la chusma roja. Es la Verdadera Memoria Histórica que la Ley de Desmemoria, Falsificación y Manipulación Histórica de Zapatero-Rajoy trata de ocultar, con la complicidad de los medios de comunicación y hasta del Tribunal Supremo.
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Entrada de las tropas nacionales en Barcelona. Antes que ninguna otra cosa, se improvisa en la Plaza de Cataluña una misa de campaña en plena calle. Después de 3 años de dominación roja, la gente puede asistir a una misa y oir la palabra de Dios sin miedo a ser torturados y asesinados. La escena se reproduce igualmente en Madrid, al ser liberada la ciudad, y en todas las localidades liberadas.



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A.- Cartel de la Guerra de Liberación como una Cruzada. Justamente el odio y la persecución religiosa fue tan salvaje en la Zona roja, que la mal llamada Guerra civil no sólo fue una auténtica Guerra de Liberación (del poder de Stalin) sino también una auténtica Cruzada contra los enemigos de Dios al que los rojos simbólicamente fusilaron en el Cerro de los Ángeles. B.- Mayo de 1939, Franco, victorioso en la guerra, ofrenda de rodillas su espada a la Virgen, con asistencia del Cardenal primado, en la Iglesia de las Salesas Reales de Madrid. La espada fue un regalo de los legionarios cuando ascendió a General. Toda una declaración de intenciones de servicio a Dios, y por qué había luchado. Esto es lo que los enemigos de la Europa Cristiana no le perdonan a Franco, de ahí la calumnia permanente.



Como muy bien nos ha recordado en esta páginas de El Español Digital el artículo y video de José Luis Díaz Jiménez titulado “El Caudillo : in memoriam” , Franco no sólo salvó de su aniquilación a la Iglesia e impidió que España se perdiera para la causa Cristiana, sino que acto seguido toda su acción de Gobierno fue un constante servicio a Dios. La Educación Nacional fue una educación en sentido cristiano, entregada por completo a la Iglesia y a la Moral Católica. Las leyes, las políticas públicas, la acción de gobierno, y de sus medios de comunicación social, todo a mayor gloria de la Fe Católica.
“La profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado Español, gozará de la protección oficial” (art. 6 del Fuero de los Españoles).
“La Nación Española considera como timbre de honor el acatamiento de la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional, que inspirará su legislación”. (Punto II Ley de Principios del Movimiento Nacional).
El ideal cristiano de la justicia social, reflejado en el Fuero del Trabajo, inspirará la política y las leyes. (Punto IX apartado 4º Ley de Principios del Movimiento Nacional).
Sin embargo la Iglesia en vez de ser agradecida (porque es de biennacidos ser agradecidos), y actuar si no con reciprocidad al menos con algo de gratitud y un mínimo de reconocimiento, cuando ya Franco estaba llegando al final de su vida, le volvió la espalda y se alió con sus enemigos, que son los propios enemigos de la Iglesia también, y desde su muerte la Iglesia lo ignora y reniega de él no sólo como ingenua forma de ponerse ilusoriamente a salvo de sus enemigos, (como si respecto de los enemigos de la Cristiandad eso le fuera a servir para algo), sino también por un proceso de corrupción, satanización y politización de la propia Iglesia. La actitud de la Iglesia, tanto la española como la Vaticana, en este asunto, tendría que mejorar muchísimo para merecer únicamente el calificativo de ruin y miserable.
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A pesar de que Franco ha salvado a la Iglesia literalmente de perecer exterminada, de que gobernaba buscando el Bien, y al Servicio de la Religión Católica, de que indiscutiblemente la legislación española se inspiraba en la Doctrina de la Iglesia, etc. etc., lo cierto es que el Papa Pablo VI se une a la fuerzas antifranquistas en su afán de derrocar al régimen, sin importarle que éstas, más pronto que tarde traerán la proliferación de las sectas y de otras confesiones religiosas para ningunear a la Iglesia Católica, el aborto, el divorcio, la corrupción de las costumbres y la descristianización de España, la destrucción de la familia y el acoso a la propia Iglesia, con políticas públicas claramente hostiles. Conceptos básicos como el de familia o matrimonio o valores cristianos como la modestia, la virtud o la honestidad serán objeto de mofa pública. Mediante una maniobra política vaticana se impondrá antidemocráticamente (sin permitir una votación de los obispos españoles que era el procedimiento legal), al Cardenal Tarancón en 1971 al frente de la Iglesia española para realizar esta labor de destrucción, cuyos nefastos resultados podemos ver hoy día con una sociedad corrompida, víctima de la infiltración mental, y satanizada, que vive de espaldas a Dios.
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A la muerte de Franco se inicia la Transición, que debería haberse llamado la “Descomposición”, un proceso político que no sólo conlleva la descomposición del régimen de Franco sino también la descomposición moral y espiritual de la sociedad española y de España como Nación cristiana. Se inicia así un sistema que pone en marcha toda una serie de medidas legislativas, sociológicas y políticas públicas abierta y directamente tendentes a la descomposición de los valores cristianos de la sociedad Española, contando en esta labor de zapa con la propia colaboración de la cúpula corrupta (valga la redundancia) de la Iglesia tanto española como vaticana, en un acto de puro suicidio si se actuó por error o engaño, o de pura traición satánica si se hizo con toda la mala intención a sabiendas.
Los crucifijos fueron sacados de las escuelas y de todo lo demás, los argumentos hipócritas (y para engatusar a los tontos) que se dieron entonces como pretexto de aquella medida, se dejaron sin embargo sin efecto para aceptar en los colegios años después las clases pagadas de Islam o de Testigos de Jeová.

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Portada del libro “El precio de la traición: la FAI, Tarradellas y el asesinato de 172 maristas”, de Miquel Mir y Mariano Santamaría (edición 2010 en catalán). En este libro y en otro de los mismos autores escrito en Español y titulado “La otra memoria histórica”, se documenta una de tantas acciones criminales planeadas por las autoridades rojas, cuyo conocimiento pone de manifiesto el perfil claramente criminal y mafioso de las mismas. Desde el 19 de julio del 36, las patrullas de la CNT-FAI dirigidas por Manuel Escorza del Val, por Aurelio Fernández, Secretario general de la Junta de Seguridad de la Generalitat, por Dionisio Eroles Jefe de Servicios de la Comisaría General de Orden público de la Generalitat, etc. asesinaban a los cristianos (religiosos o seglares) a mansalva: 650 religiosos en las dos primeras semanas. El libro explica que en este contexto los superiores de los Hermanos Maristas desde Francia, alarmados por las noticias que llegaban sobre el asesinato de 37 hermanos de su orden en España, iniciaron gestiones con los Consulados para pactar con la Generalitat catalana la forma de garantizar la vida de casi 200 maristas que se encontraban escondidos en Barcelona, a cambio del pago de un rescate como si se tratara de un secuestro. Las autoridades rojas pactaron con la institución marista la entrega de 200.000 francos franceses a cambio de la inmunidad y salida de España de estos maristas. Tarradellas, como Conseller de Finanzas, cobró el dinero, pero una vez cobrado el dinero y que los maristas habían salido de sus escondites, y concentrados en el puerto de Barcelona en el barco Cabo San Agustín, los 172 maristas fueron conducidos en camiones a las afueras y satánicamente asesinados. Esto es lo que en la Universidades y en las televisiones denominan la “legalidad republicana”(?).
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Ni que decir tiene que cuando el criminal de guerra Tarradellas regresó a España en 1977 la prensa roja ocultó el dato.

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Izquierda: Encuentro de Pablo VI y Adolfo Suárez en Castelgandolfo (Italia), el 2 de septiembre de 1977. Derecha: consecuencias de (entre otros) dicho encuentro, se da paso a un sistema político abiertamente anticristiano donde desde la más tierna infancia se adoctrina a las niñas en al corrupción moral y en el desprecio a los valores cristianos (en la foto una niña de unos 6 años portando una pancarta pro aborto). De esta forma se envilece a las personas desde pequeñas, y crecen en unos ambientes de ateísmo, lavado de cerebro y degradación moral, con la finalidad de hacer desaparecer en una o dos generaciones el sentido de la familia cristiana. Cada vez más hay padres que ni se molestan en bautizar a sus hijos.
Las consecuencias de la nueva política no se hacen esperar:

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Adolfo Suárez y el Cardenal Tarancón, simbolos el uno de la traición política a Franco, y el otro de la traición de la Iglesia (con no pocos sucesores: Marcelo González, Díaz Merchan, Delicado Baeza, José Mª Llanos, José Mª González Ruiz, Jose Mª Díez-Alegría, el proabortista Fernando Sebastián nombrado luego en 2014 Cardenal por el Papa Francisco, y tantos otros hasta los actuales Carlos Blázquez y Osoro). En la Foto de la derecha Suárez con Santiago Carrillo, el asesino de Paracuellos del Jarama y de la dominación roja en Madrid “íntimo” de Adolfo Suárez y del Rey que lo invitaba a sus cumpleaños.
El resultado de todo este proceso de degeneración de los valores y de destrucción de la Religión Cristiana en España, es una completa transformación de la sociedad española, pasando de ser la “Reserva espiritual de Occidente” a la reserva de todo lo contrario: de miseria moral, de tráfico y consumo de drogas, de SIDA y sífilis, de matrimonios rotos, de familias desechas, de niños sin padre o sin madre, con un cacao mental y una zozobra existencial tremendas, a una precariedad laboral, nula política de viviendas y sueldos de miseria para que sea imposible la creación de familias cristianas, a la legalización del aborto con 100.000 abortos anuales que desde Rajoy son 140.000, el auge de los degenerados y la corrupción sexual organizada bajo el disfraz de la libertad sexual, y de la apertura al marxismo cultural de las sociedades izquierdistas y liberales.
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De la degeneración de la juventud pronto se pasa a su militancia anticristiana:
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La en otro tiempo “Reserva Espiritual de Occidente” se ha convertido en la reserva de los ateos y del odio a Dios. Aprovechando la impunidad que otorgaba el Gobierno de Rodríguez Zapatero los anti-Dios organizan una manifestación en la visita del Papa Benedicto XVI a las Jornadas Mundial de la Juventud JMJ Madrid 2011 para insultar y agredir a los peregrinos que han venido de todo el mundo. Una monja peregrina, con la mochila por delante para evitar que se la roben, y con el miedo marcado en su rostro, pasa el vía crucis de insultos y escupitajos de los ateos. El epitafio de Adolfo Suárez dice para los tontos “La concordia fue posible”, ¿dónde está la concordia? Estos son los mismos que votaron por Barrabás, y escupían e insultaban a Cristo cuando lo llevaban para crucificarle, le gritaban a Pilatos ¡crucifícale!. Exactamente los mismos.
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La pregunta es fácil: ¿Cuándo era España cristiana y estaban llenos los seminarios, con Franco o con el sistema que creó Adolfo Suárez?
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Ante este panorama de lo que ha supuesto la descristianización de España, que Adolfo Suárez puso en marcha o se prestó a perpetrar, la Iglesia Católica entierra en el claustro de la Catedral de Ávila a Adolfo Suárez, y no mueve un dedo para evitar que la tumba de los restos de Francisco Franco sea profanada por los enemigos de Dios y de España. ¿Es esto practicar la Justica como Virtud cristiana?



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La famosa concordia a que hace referencia la lápida, que brilla por su ausencia.
El Obispo de Ávila que presidió el Funeral de Adolfo Suárez, Jesús García Burillo (en la fotografía), pronunció las siguientes palabras:
«Las convicciones cristianas de Adolfo Suárez fueron el marco en que se desenvolvió su quehacer humano y político, en actitudes de responsabilidad, mesura y respeto«, y destacó que «su prodigioso trabajo durante la Transición española fue realizado desde la serenidad, el respeto profundo a los demás y desde la cortesía, que no era formal sino permanente reconocimiento de la dignidad del ser humano«.
Recordó que la fe y convicciones cristianas fueron el referente para su accionar durante toda su vida, incluso en los momentos más difíciles de su historia personal y de España.
Parece ser que para Monseñor Burillo los asesinatos de ETA de la Transición enterrando a los Guardias civiles de madrugada, por la puerta de atrás y con las misas en Euskera, (y echando después a las viudas de los pabellones, porque muerto el marido perdían el derecho a permanecer en sus casas, que de esto no se hacen películas), la bacanal del orgullo gay a la vista de todos incluidos los niños, los 140.000 abortos anuales, la degeneración de la juventud tirada a la droga, el botellón y la píldora del día después, y que vive de espaldas a Dios, la cantidad de niños que nacen y que sus padres ya ni bautizan, la corrupción de todas las instituciones incluido el Poder Judicial que debería ser garantía de legalidad y Justicia, y mil cosas más a él le parecen “un prodigioso trabajo de la Transición”.
Que tontolabas y merluzos como éste estén al frente de la Iglesia o en puestos de responsabilidad explica el estado de ruina moral que se sufre en España.


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Hasta donde mis conocimientos de Historia alcanzan, nunca la Iglesia española estuvo en manos de merluzos tan poco preparados y tan insolventes moral, intelectual, y políticamente como los actuales.
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“Los que detuvieron a Jesús se lo llevaron a Caifás, el sumo sacerdote, donde los escribas y los ancianos estaban reunidos. Pero Pedro fue siguiéndolo de lejos, hasta el patio del sumo sacerdote, y, después de entrar, se quedó sentado con los servidores de la casa para ver el resultado.
Mientras tanto, los sacerdotes principales y todo el Sanedrín buscaban testimonio falso contra Jesús a fin de darle muerte, pero no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaron. Más tarde se presentaron dos y dijeron: “Este hombre dijo: ‘Puedo derribar el templo de Dios y edificarlo en tres días”. Ante aquello, el sumo sacerdote se puso de pie y le dijo: “¿Nada respondes? ¿Qué es lo que testifican estos contra ti?”. Pero Jesús se quedó callado. Por eso el sumo sacerdote le dijo: “¡Por el Dios vivo te pongo bajo juramento de que nos digas si tú eres el Cristo el Hijo de Dios!”. Jesús le dijo: “Tú mismo [lo] dijiste. Sin embargo, digo a ustedes: De aquí en adelante verán al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder y viniendo sobre las nubes del cielo”. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus prendas de vestir exteriores, y dijo: “¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? ¡Miren! Ahora han oído la blasfemia. ¿Qué opinan?”. Dijeron en respuesta: “Expuesto está a muerte”. Entonces le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos. Otros le dieron de bofetadas, diciendo: “Profetízanos, Cristo. ¿Quién es el que te hirió?”.
Ahora bien, Pedro estaba sentado fuera en el patio; y una sirvienta se le acercó, y dijo: “¡Tú, también, estabas con Jesús el galileo!”. Pero él lo negó ante todos, diciendo: “No sé de qué hablas”. Después que él hubo salido al portal, otra muchacha lo observó, y dijo a los que estaban allí: “Este hombre estaba con Jesús el Nazareno”. Y otra vez él lo negó, con juramento: “¡No conozco al hombre!”. Un poco después se acercaron los que estaban parados por allí, y dijeron a Pedro: “Ciertamente tú también eres uno de ellos, porque, de hecho, tu dialecto te denuncia”. Entonces él empezó a maldecir y a jurar: “¡No conozco al hombre!”. E inmediatamente un gallo cantó. Y Pedro se acordó del dicho que Jesús habló, a saber: “Antes que un gallo cante, me repudiarás tres veces”. Y salió fuera, y lloró amargamente.” Evangelio de San Mateo, 26 (57-75).

Vamos a tener que hacer como el filósofo Diógenes de Sinope: coger un farol y salir a buscar HOMBRES (en el mejor sentido de la palabra) por el proceloso territorio del gremio episcopal.
Simplemente hombres, porque si además pretendemos que sean buenos católicos… sería ya una tarea imposible.
El «humo de Satanás», al que el infame sodomita de Concesio abrió las puertas de la Iglesia, ha tomado posesión hasta del último rincón de la casa del Señor.
Estimado seguidor: muy bien. Muy bien. Sí señor. Saludos cordiales
Excelente y formidable trabajo que delata inequívocamente la traición, la felonía y la vileza de la Iglesia,que no de Cristo sino de satanás y de sus sirvientes, para con quien no solo quiso vivir y morir como católico y tuvo la voluntad de ser hijo fiel de la Iglesia, sino que la salvó de su desparación y exterminación
Idéntico comentario merecen nuestros miserables gobernantes, medios de comunicación al servicio del mal común, órganos judiciales y demás cómplices que por acción u omisión han contribuido a semejante infamia. Caiga sobre todos ellos la ira de Dios como divina respuesta a su pecado y a su culpa.
En fin, el recurso del pataleo. ¿Me puede explicar alguien a qué viene ahora todo esto?
Vamos a ver: no es cierto que Franco siempre fuese correcto con la Iglesia, sino que era un perfecto «tonto útil» de la Iglesia, un sumiso sin más.
¡Pero como va a ser correcto que entregase la enseñanza a la Iglesia y mucho menos de los modos como se entregó! Así ha resultado tal educación.
Franco demostró ser ante todo un católico prácticamente fanático, mucho antes que español o cualquier otra cosa; aquí no se hacía nada «sin que la Iglesia estuviese de acuerdo», así nos ha ido, con una educación totalmente antipatriotica. Hace falta ser poco inteligente para no distinguir entre el mensaje y la tradición y la caterva de simples hombres que constituyen otro Estado, dándoles un poder total, con miles de puntos «quintacolumnistas» en tu propio territorio, lo que realmente es alta traición, situando al país en una clara posición de inferioridad y sumisión respecto a otro. Así no podemos esperar respeto.
La política de Franco con la Iglesia ha sido totalmente errada, otro gigantesco error más que sumar a la cuenta y eso que todo el mundo se lo indicaba, hasta la firma del Concordato al que incluso los católicos más acérrimos, como Castiella, para más embajador en la Santa Sede, le advertían que esas concesiones no se podían realizar. Pues nada, este a lo suyo. Y luego esperamos buenos resultados.
En fin, que sea lo que Dios quiera.
José Luis González
Señor José Luis González, he leïdo varias veces su comentario y le confieso que no me queda claro. ¿Está usted a favor o en contra del fusilamiento del Corazón de Jesús de Getafe por las hordas rojas? ¿Esta usted a favor o en contra de la quema de iglesias y de los símbolos religiosos, de la tortura, mutilación y de los sádicos asesinatos de religiosos (monjas y sacerdotes) y demás fieles católicos de manos del bando rojo? ¿Según su superior criterio cuándo había más católicos que acudian a las iglesias, durante el régimen de Franco o ahora en la actualidad?
Sr. Arias de Bobadilla: no me extraña que haya tenido que leer varias veces mi comentario, porque denota no haber entendido nada de nada; es el problema de los fanáticamente católicos y además fanáticamente franquistas.
Vamos a ver: ¡que Franco no era Dios! El problema con ustedes es que en cuanto señalas cualquier tema que pueda poner en duda la infalibilidad de Franco (como el Papa dogmáticamente) se piensan estar frente a “rojos alienados” o “comunistas asesinos” y cosas por el estilo; no les entra en la cabeza que se puede apreciar una labor (cada vez menos en realidad) y también señalar sus errores o inconvenientes; esto es críticamente necesario pues en caso contrario solo creamos mitos.
En su situación me atrevo a aconsejarle que busque lo hecho realmente por Franco con la Iglesia, su sumisión absurda y todo lo que esta ha influido en los acontecimientos de esos tiempos y posteriores.
A ver si nos enteramos, la Iglesia es católica (universal) y no tiene en cuenta ningún país definido, incluso la molestan los poderes demasiado fuertes que puedan competir con ella, por eso busca el fraccionamiento; hay que conocer la historia de la Iglesia para saber que jamás ha sido pro-española sino todo lo contrario, y ha sido España quien la ha salvado de la desaparición no en la GC sino mucho antes, ya en la revolución protestante, donde no hubiese quedado de Roma ni piedra sobre piedra sin España, que además la llevó a todas las partes del mundo. Sin España la Iglesia Católica sería un apunte en la historia universal y ya hubiese sido borrada de la mente colectiva, a ver si nos vamos enterando.
Lo dicho, a estudiar y analizar críticamente, sin lo cual todo es verborrea sin sentido.
José Luis González
José Luis
que eres tonto, tonto, tonto, está claro, la duda es si es tonto de nacimiento , o fue de un golpe que de pequeño se dió en la cabeza.
No sabia que usted estaba en guerra contra mí, pues nos hemos relacionado de modo muy normal en otros comentarios y me he congratulado de su presencia en el foro, a lo que usted ya ni contestó.
Ahora sin más y traidoramente me insulta de modo grave y gratuito, lo que el moderador debería tener en cuenta.
¿Qué sucede? ¿No ha podido refutar nada de lo comentado en este y anteriores ocasiones y le duele? Usted es otro de los que «va de listo» y no tiene ni idea de nada.
Y por cierto, no se esconda tanto en oscuros nombres y si le parece podemos contactar y me dice lo que quiera a la cara, lo que de su cobardía probada no espero, claro.
Ande, corra a meterse debajo de la cama, no sea que vengan «los rojos».
José Luis González
Como de costumbre, apreciado José Luis, sueles exponer ideas y opiniones muy sensatas e interesantes, en general; pero casi siempre del estilo que denuncia la expresión: Ver los toros desde la barrera.
Si a Hitler, a principios del año 1945, lo hubiesen trasladado al mes de septiembre de 1939 (utilizando una hipotética máquina del tiempo, pero conservando toda la experiencia adquirida durante la guerra), seguro que Alemania habría vencido a todos sus enemigos. Gracias a Dios, no fue así.
Entonces, «viendo los toros desde la barrera», cualquiera es capaz de hacer una buena faena. Dicho de otro modo, ningún ser humano puede gobernar con acierto pleno todos los imprevisibles que encontrará en su camino (más las consecuencias derivadas de cada decisión). Y de ello proceden, los numerosos errores y derrotas que toda persona puede acumular a lo largo de su existencia.
Apreciado Jesús, lamento no estar de acuerdo en absoluto con su apreciación y mucho me temo que está se ha hecho desde un auténtico fervor por el Caudillo.
En absoluto es “ver los toros desde la barrera” ni con ventaja temporal; ya le señalo en mi comentario (objeciones de este tipo ya las esperaba) que el mismo Castiella y en realidad todos los elementos cercanos a Franco le objetaron tan irracionales concesiones, ¡muy superiores a las que el Vaticano pedía! ¿Estaban viendo estas personas los toros desde la barrera? ¿No era evidente en ese mismo momento el error que se cometía?
Esto le demuestra bien a las claras que el error se cometió a conciencia, que era evidente y que nunca un Estado ha hecho tamañas concesiones, perdiendo en realidad su libertad política, pues “todo había que consultarlo con los obispos y el Vaticano”, que por ejemplo, fue la razón de rechazar la constitución de José Luis de Arrese, ya que no convenía a la Iglesia y está no dio finalmente el visto bueno, dejando a España políticamente inerme a la finalización del Régimen, contra el que combatía con ventaja y denodados esfuerzos esa misma Iglesia.
Por tanto su argumento “torero” no se puede aplicar en este tema y me temo que en muchos otros relativos al Régimen tampoco, pues los errores han sido evidentes incluso en sus mismos tiempos; también ha ocurrido posteriormente, pues podemos decir que la “Transición” o la CE, etc. han sido un error ¿esto es ver los toros desde la barrera? En absoluto, ya que eso lo sabía hasta el más tonto y sus consecuencias han sido señaladas por muchos incluso paso por paso de lo evidente que era; claro que esos ya estaban inermes políticamente, otra de las consecuencias de los errores del Régimen.
Su “objeción” dejaría el estudio científico de la Historia en una situación imposible de realizar, pues a todos les objetaríamos la cuestión “torera” y así nadie podría “abrir la boca” ni realizar estudios o conclusiones de cualquier tipo, pues no han estado en tiempo y lugar; o sea, el cierre total de las cuestiones históricas.
Además ocurre lo siguiente: se puede permitir equivocaciones, errores, en el pueblo y sus opiniones, lo que no se debe es admitir estos mismos errores en dirigentes con toda la información y el poder en su mano; para eso se erigen en dirigentes, pues si tuviesen los mismos errores y aciertos que cualquiera de nosotros ¡qué pintan allí, que pongan a otro cualquiera al azar!
Para justificar a alguien no es preciso buscar cualquier argumento, por proclives que seamos a su figura.
Saludos,
José Luis González
Apreciado José Luis, el dicho empleado por mí, no es «torero» sino román paladino; aunque el mismo provenga de ese mundillo.
Como te dije anteriormente, tus comentarios son interesantes y bien argumentados, pero cojean casi siempre del mismo lado: Ves los toros desde la barrera. O el fútbol desde la grada. O las carreras de motos desde una colina cercana… Como mejor o peor te parezca.
En ese grupo, estamos todos los que no hemos tenido -y no tenemos- poder para cambiar la Historia, en la medida que nos fuera posible.
La diferencia está en que yo soy consciente, en todo momento, de esa «minusvalía». Y, no tengo la impresión, de que sea ese también tu caso.
Las decisiones en política suelen ser difíciles, normalmente, y teniendo que atender muchos intereses en juego; contrapuestos, las más de las veces.
La vida no suele ser fácil para la mayoría de la gente; pero, en la esfera del poder político («donde al más astuto nacen canas», en famosa expresión poética), menos todavía.
Apreciado Jesús,
Sigue en su posición «román paladino» y contra esos personales conceptos no puedo hacer ya nada, esa es su opinión y lo respeto aunque no la comparta.
Los argumentos a mi anterior respuesta siguen vigentes y no refutados, solo se escuda en lo difícil que son ciertas cosas, políticas en este caso, pero esa misma regla sirve para cualquier caso e incluso para los políticos actuales, así que tampoco les podremos juzgar por esa misma regla, de hecho ni siquiera comentar sus acciones, pues…¿que sabemos o conocemos nosotros de los profundos vericuetos políticos de los que nos falta cualquier información profunda?
Total, que estamos inermes ante cualquier acción “superior”. Si es así ¿para qué argumentar?
José Luis González
Jesus
no creo que Alemania perdiera la guerra gracias a Dios, porque no creo que Dios quisiera para la Cristiandad lo que la victoria aliada trajo. Se lo tiene que hacer mirar. Le recomiendo para empezar a curarse el libro: «La Historia de los vencidos» de J. Bochaca, o «Derrota Mundial» de Salvador Borrego.
Una lectura cada 8 horas 3 veces al día durante una semana ó 10 días lo dejaran nuevo.
Un saludo.
Médico, cúrate a ti mismo…
Gracias por el consejo, pero no pienso hacerle caso.
De todos modos, sí quiero aprovechar la oportunidad para decirle algo:
Cuando el nacional-SOCIALISMO y el comunismo se enfrentaron en el terreno bélico, el primero era todavía un «cachorro» pendiente de pleno desarrollo (no me refiero al asunto militar); mientras que el segundo, en cambio, era ya un monstruo completamente adulto.
Esto suele confundir a ciertas personas.
Pero a mí non placet ningún invento diábolico, sea en construcción o sea totalmente acabado.
Y el por qué del «gracias a Dios», sería muy largo de explicar. A fin de cuentas, si usted es creyente, sabrá -o debería saber- que este mundo que pisamos es terreno enemigo.
Enhorabuena. Impecable e implacable
Muchas gracias, un saludo.
Señor José Luis González, mucho esfuerzo no le habrá supuesto «denotar» que no había entendido nada de su comentario porque ya se lo anticipaba yo en el mio.
Al margen de mi fanatismo Franquista que gratuitamente usted me atribuye, probablemente en el mismo grado que el suyo antifranquista, y con la tranquilidad de saber que según sus doctas, eruditas y sabias palabras la Iglesia está a salvo gracias a un tal «España» , ¿qué hay de las cuestiones que le planteaba en mi comentario?
Que sí hombre, en efecto, la Iglesia Católica Romana solo existe porque la ha salvado España; vaya a aprender historia a ver si se entera de algo.
José Luis González
@JL
En primer lugar, la situación actual no es culpa de Franco, sino de cómo se hizo la transición.
Yo también he pensado a veces que la actitud de Franco con respecto a la Iglesia fue más sumisa de lo que él estaba obligado a hacer como gobernante… pero quiso siempre ser sumiso ante nuestra madre la Iglesia católica, ya que Franco entendía MUY bien lo que era la disciplica y pensó que obedeciendo al Papa no se equivocaba. Actuó como católico, no olvidemos que también el perdón y las amnistías, específicamente con criminales de guerra, también fue excesivo tal cual se hizo en los años 60. Franco meditaba diariamente frente al Santísimo y todo lo decidía después de una profunda reflexión.
En el catolicismo pensamos que el que gobierna la Iglesia de forma sobrenatural es Jesucristo, y si Él permite que sucedan estas cosas por algo será… es una purificación a través de la crisis interna, que finalmente no prevalecerá contra la Iglesia. Miles de sacerdotes se ven hoy en el dilema de obedecer a unas jerarquías que nos desconciertan cada día, pero que son la legítima Autoridad. Mientras las órdenes no vayan contra la ley de Dios hay que obedecerlas, por muy arbitrarias ó incomprensibles que sean. En caso contrario hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Ese mismo dilema tuvo Franco, y finalmente aceptó la Autoridad de la Iglesia en la mayoría de las ocasiones. Sí, desde nuestros tiempos las cosas se ven distintas, pero el reloj de la historia no va para atrás.
Lo que dice @Jesús es muy cierto, a todo pasado las cosas se ven de otra manera. El Concilio Vaticano II y sobre todo el espíritu post-conciliar fue algo totalmente nuevo e inimaginable por católicos educados de manera tradicional (y auténticamente católica). Un cardenal dijo que había sido la revolución francesa en la Iglesia, y la verdad es que cambió prácticamente todo, incluso la manera de pensar de los católicos de forma masiva. Cogió por sorpresa al régimen y a la propia Iglesia… la infiltración demoniaca masiva y el cambio de ideas a través de un proceso diseñado por la KGB fue algo totalmente nuevo en la historia del catolicismo. Muchos se dieron cuenta (Castiella como dices y otros muchos), pero en la responsabilidad del poder no es fácil la toma de decisiones en temas tan delicados.
A toro pasado Franco podía haber preparado la transición de forma diferente, haber creado una sana «memoria histórica» de lo que fue realmente la guerra civil, haber sido consciente de por dónde iban los tiempos post-conciliares y de la infiltración brutal de la unión soviética en la Iglesia católica (a través de infiltraciones directas y de falsa teología llamada de «liberación»). Tantas y tantas posibilidades… pero creo que la responsabilidad de la situación actual de España es más del espíritu postconciliar y de cómo se hizo la transición que de Francisco Franco.
D. Fernando,
Desde luego no «todo» va a ser culpa de Franco, algo tendrán que ver las gentes que le sobrevivimos, pero a no dudar y realmente usted mismo lo admite, las cosas se debieron hacer mucho mejor y eso no estaba en nuestro poder sino en el suyo.
En todo caso, no estoy de acuerdo con las «sorpresas» de Iglesia o Estado en cuanto a la infiltración y lo impensable de esta, pues era cuestión ya muy conocida; incluso antes del mismo Concilio circulaban hasta libros y artículos, cuyos autores se escudaban en seudónimos, descubriendo toda la trama y advirtiendo del fin de la Iglesia inclusive y como se estaba fraguando ¿eran adivinos?
Exactamente igual en el caso español, cuyo Régimen se estaba demoliendo mucho antes de la muerte de Franco y con las voces disidentes siendo acalladas y privadas de todo poder, político y de todo tipo, no sea que molestasen al “futuro Rey”, a la Iglesia, etc.
Esto es así nos guste o no; alguna responsabilidad tendrá quien ejercía el poder (omnímodo en este caso) y tendremos al menos el derecho a decirlo ¿o tampoco?
Saludos cordiales,
José Luis González
Apreciado José Luis, sigues viendo los to… bueno, ya tú sabes.
Y, permíteme que te ponga un ejemplo de lo difícil que es gobernar, esta vez en pleno siglo XXI:
¿Acaso José María Aznar no creyó que lo había dejado todo «atado y bien atado», dentro del Partido Popular, cuando, haciendo uso de su autoconcedido derecho a la «dedocracia», nombró a Mariano Rajoy presidente de esa formación política?.
Tiempo después, vistas las indeseables consecuencias de su lamentable decisión, confesó en privado a un conocido periodista radiofónico lo siguiente: «NUNCA ME HABÍA LLEVADO LA CONTRARIA EN NADA».
Estas son lentejas… nos recuerda la Historia, contínuamente, a todos los seres humanos. Sea rey o porquero, nadie tiene garantizado el triunfo de cualquiera de sus planes. Y eso sin contar con la incertidumbre inherente a todo cuanto sucede en el mundo visible. Sean cuales sean las resoluciones que se tomen, y el empeño que se ponga en llevarlas a buen puerto.
O, dicho en lenguaje popular, que cada palo aguante su vela (y sus secuelas, añado yo).
JL, derecho a nuestra opinión tenemos todos, por supuesto.
Yo creo que Franco actuó según su conciencia, ya que para un católico de verdad, lo que te pida un Papa no es cualquier matiz sin importancia. El régimen se apoyaba en el catolicismo para su supervivencia ideológica… pero ¿qué haces cuando tienes una auténtica revolución en la cúspide de tu propia religión y tu régimen se basa precisamente en esa religión?. Eres creyente y católico sincero, y tu obediencia a la Iglesia en lo relativo a tu conciencia es total.
Como católico y Jefe de un ESTADO CATÓLICO CONFESIONAL nacido de una terrible persecución religiosa, Franco tenía que tener en cuenta y sufrir la situación de la Iglesia en ese momento. Estos temas sólo los puede comprender un católico practicante. El régimen se basaba en lo que se llamó «Nacional Catolicismo», que yo más bien llamaría Catolicismo Patriota (una especie de tradicionalismo «por Dios, por la Patria y el Rey», pero con Franco como Rey). Un régimen confesional católico como el de Franco (y ya en los años 70 prácticamente no existía nada similar en el mundo) no estaba preparado para una revolución como la post-conciliar.
Nuestro Señor permitió la crisis interna de la Iglesia, como permitió la traición de Judas y las negaciones de Pedro… y Franco le fue fiel a la Iglesia hasta el final, a pesar de que la Iglesia le trató de manera muy injusta. Creo que Franco hizo lo correcto, a pesar de todo. El juicio de Dios es perfecto, que cada palo aguante su vela. Es como si un cónyuge es infiel pero el otro cónyuge permanece fiel a pesar de todo, rezando para que el pecador se convierta y arrepienta. Son situaciones dificilísimas, pero con un aspecto espiritual que hace que el análisis racional no sea suficiente. Uno actúa ante Dios, no ante los hombres.
Los frutos del post franquismo son malísimos… puede que Franco sea co-responsable en parte de ellos (al ser responsable del proceso de su sucesión), pero creo que más bien sus sucesores, aliados con gente muy malvada, dilapidaron un patrimonio maravilloso conseguido durante 40 años. La jerarquía de la Iglesia también tendrá que rendir cuentas ante Dios de sus actos. No te preocupes, que todos pasaremos por ese juicio tras nuestra muerte, y con Dios no puede haber excusas… Su Misericordia es infinita, pero Su Justicia también es infinita y perfecta, y nadie se burla de Dios.
D. Fernando,
Su argumento desde el punto de vista doctrinal y totalmente católico tiene su base, está correctamente argumentado, pero no es aplicable en este caso, al menos en gran parte.
Franco pudo ser igualmente fiel a la Iglesia haciendo las cosas de modo distinto; su argumento parece basarse en que el modo de actuar de Franco no podía ser otro para ser enteramente católico, lo que no es así.
No es preciso ceder tu propia soberanía, tus derechos y perjudicar a la sociedad civil en aras de satisfacer deseos de simples hombres, no de Dios, que nada tenia que ver en las concesiones gratuitas y los silencios cómplices posteriores que se han dado, eso no lo pide el catolicismo real, tal como se refleja en la tradición tomista.
En efecto, nos veremos todos allí y Dios será el juez supremo que decida.
José Luis González
Sr. Moderador,
Le pido se tomen las medidas pertinentes a fin de regular comentarios con insultos hacia las personas y que cobardemente se escudan en el anonimato de la red.
En estos mismos comentarios puede ver el caso, alguien que sin más insulta gravemente a otra persona, en este caso a mí, sin más argumento, simplemente parecen molestar otras opiniones o no se tiene capacidad ni conocimientos para rebatir y la rabia profunda se airea en tal caso.
Es indigno y vergonzoso tal comportamiento; con seres así ni vamos a salvar España ni a la Iglesia, todo está más que perdido. ¡vaya ejemplares!
José Luis González
Jose Luis Gonzalez
Yo no te he insultado, te he dicho que es tonto al cubo, no como insulto sino como el que sube a una montaña y describe lo que ve. Te lo podría explicar, pero como es tonto la explicación no serviría de nada, ya que tu eres tonto no de 8 a 3 sino a jornada completa. No quiero polemizar y menos trasladar a una página seria como esta ninguna dialectica a modo de partido de tenis, por tanto ers la última vez que te contesto. Tus comentarios son absurdos, (no lo digo por este artículo sino en general, no te parece bien nada) no es que no me gusten es que son incongruentes. Este artículo va de que la Iglesia trata mejor a Suárez que ha traído la descristianización de España que Franco que primero salvó a la Iglesia de su destrucción y después volvió a cristianizar España desde la raiz, y tú lo único que sacas en claro de esto, que es una obviedad, es que el artículo es un pataleo y que Franco hizo muy mal entregando la Educación a la Iglesia, cuando esa no es la cuestión porque ese es otro debate, y porque eso será motivo de crítica para los que hubieran querido otra clase de educación (por ejemplo yo), pero no para la Iglesia por que al margen de que pueda ser un error o no lo cierto es que para la Iglesia la medida la benefició, y como de lo que trata el artículo es de la ingratitud de la iglesia, su comentario es incongruente, pues estuviera bien o mal hecho lo cierto es que la Iglesia salió ganando de ello y en lugar de ser agradecida le vuelve la espalda a Franco.
La cuestión en sí no es relevante lo relevante es que es un dato más de la ingratitud de la Iglesia, un motivo para estar agradecida y en lugar de ello le vuelve la espalda.
No piense que no se te rebaten tus «argumentos» porque carezcamos (o carezca porque yo hablo por mí) de ellos, porque puedo caer sobre tí y sobre tus argumentos como un carro de combate sobre un cartón de huevos, lo que ocurre es que no voy a entrar en polémicas.
En cuanto a las acusaciones de cobardía, eres un julai, sólo un julai se pica como te picas tu en todos los comentarios con todo el mundo y me retas a un duelo. Me he quedado corto eres tonto elevado no al cubo sino a «n!» (n factorial). Pero yo no soy el Presidente de VOX en Tarragona ese que parece salido de un colegio de la Salle y que ha salido por la tele que por pocas le quitan la bandera en Bruxelas y le pega el rapero separatista Valtonyc, yo no he he estudiado en la Salle y no estés tan seguro que la bravata te saldría bien porque en un momento dado te puedo poner tierno para que no seas tan bocazas.
Con lo de llamar a los demás que no tienen ni idea de Historia, tú no puedes saber si una persona concreta tiene o no conocimientos de Historia solo porque su comentario no te guste, y no contiene ningún dato para pensar que esa persona no tiene ni idea. Aquí hay gente muy preparada y cometes otra temeridad más despreciando los conocimientos de los demás.
Eres un pobre trastornado sin solución; otro más incapaz de asimilar el mundo en que vive.
A ver si aprendes a escribir, que te lías y haces un refrito que no hay quien te entienda, zoquete.
Que miedito das, un individuo que se parapeta detrás de nombres que nadie pueda relacionar, primer signo de la cobardía y estupidez total.
¡Vete a esconderte que vienen los rojos!
José Luis González
Ah, por cierto ¿todavía te duelen los «baños» que te he dado cada vez que has expuesto tus «geniales saberes»?
Anda, vete a estudiar algo fuera de tus neuras y pide ayuda profesional, que la necesitas.
José Luis González
Lo que realmente sucede, como bien señala Sigfredo Hillers en una de sus obras es lo que refleja el siguiente comentario de ese autor:
“Las personas mentalmente sanas tienen pocos o ningún tema tabú, ya que son capaces de enfrentarse a la realidad tal como es y no se empeñan en vivir en un mundo de sueños o ensoñaciones sustitutivo de la realidad. Psicológicamente la existencia de temas tabú en las personas, en un grupo, partido o nación es debida a una sensación de inseguridad o de culpabilidad (o ambas cosas)”
Así de claro; en efecto, es evidente que este círculo existen temas, muy, pero que muy tabús, como la “infalibilidad de Franco”, cualquier cuestión sobre la Iglesia y su historia (no lo de ahora, que de esa sí se habla porque ya no se puede ocultar), etc.
De este modo nunca se diagnosticarán los problemas y por supuesto tampoco se encontrarán soluciones, puesto que no se sabe, más bien no se tiene ni idea ni se quiere tenerla, de donde proceden.
España no tiene ninguna solución por ese camino, es irreal y absolutamente inviable.
José Luis González