Balada de Evaneszer Escoge (3/4)

Apenas «Eva» se volvió al sobre

Oyó un cantar, lejano y pobre.

 

Pronto al cobarde faltaron ganas,

Y de repente, sin filigranas,

 

Entre las sombras, surgió el tercero,

Fantasma que era de Don Dinero.

 

Iba de corto el recién venido,

Cual escolar aún en el nido,

 

Pero aquel rostro oscuro y mestizo,

Lleno es de arrugas; y pocos rizos…

 

De entre sus labios, sin descansar,

Números brotan como al azar.

 

Y Escoge entonces, sabe que el mozo,

Estudia, claro, en San Ildefonso.

 

-¿Eres fantasma o eres carnal?

Pregunta Escoge al triste chaval.

 

-¡Mil novecientos setenta y ocho!

¡Nací ese año y ya nací pocho!

 

-Pues por tus prendas lo que aparentas,

Es ir al cole… ¿No tienes rentas?

 

-¡Cuarenta y cuatro años, mi vida,

Lleva en bajadas, poco en subidas!

 

-¿Y por qué bajas? ¿Puedo saberlo?

-¡Séptimo presi, vamos a verlo!

 

Y el cantarín selló los ojos,

Del presidente, caído de hinojos.

 

A su memoria alucinada,

Hizo llegar mil fotogramas.

 

Asistió entonces al nacimiento,

Del inductor de sus pensamientos:

 

Siete señores le rodeaban,

Y de una urna lo entresacaban.

 

-¿Tuviste tantos progenitores?

-¡Nací entre llantos y mil dolores!

 

-¿Dolores, dices? ¿Fue por el parto?

-No, presidente: fue por el pacto…

 

Pues me llamaron Constitución…

¿Entiendes ahora mi situación?

 

Escoge piensa, se pone rojo,

(Si es que es posible en alguien bermejo).

 

-Soy lotería, soy arbitrario,

Líquido soy, por ser “binario”.

 

Soy un producto del vil consenso.

Odio el disenso, amo al perverso.

 

Bajo mi escueta fisonomía,

Fue falleciendo, la economía…

 

Rompo pantanos, quiebro astilleros,

Arraso el trigo, no hay ganaderos.

 

Como en un cine retrospectivo,

Escoge asiste, como testigo,

 

A toda aquella demolición,

Que hizo en España, Constitución.

 

Lo más horrendo fue, sin embargo

Lo no visible, lo más amargo.

 

Constitución quiso enseñarlo;

Evaneszer no supo verlo:

 

Buenas costumbres, buenas maneras,

Patria, justicia, Dios a su vera…

 

-Todo se fue al garete aquel día,

En que nací cual lotería…

 

-¿Por eso cantas el veintidós?

-Es mi condena, mi maldición…

 

-¿Y por qué dices ser Don Dinero?

Tienes más pinta de pordiosero…

 

-Porque soy hijo del Capital,

Y lo reparto sin equidad…

 

El día del Gordo es sólo el final,

De un año entero de iniquidad.

 

Y otra pregunta te quiero hacer:

Pareces hombre, pero mujer,

 

Tu nombre indica que debes ser…

-¿Tú lo preguntas, Evaneszer?

 

¿Tú que la guerra has declarado,

A la verdad y al ser humano,

 

Tú que escogiste ser y no ser,

Estar alondra o estar ciempiés…?

 

Entre ser rosa o ser clavel,

Escoge, dime, ¿qué quieres ser?

 

-La rosa siempre del SOE seré,

Contesta el Presi, con rotundez.

 

-Quevedo a ti, te contestaría,

«Grande excelencia, su señoría:

 

Coja no eres; ni serás cojo.

Es-Coje eres, pedazo rojo…»

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