Banderas arriadas y ultrajadas
Margarita Robles, infecta sectaria, marxista totalitaria y feminista desorejada –de femenina nada–, antes de irse a hacer puñetas ha querido dejar una huella más de lo que es ordenando que las banderas de los cuarteles de las FFAA rompan con una tradición secular en Semana Santa y no ondeen a media asta. ¿Pero a alguien le ha sorprendido? Pues si es así entonces es que no saben nada, no entienden nada y se merecen lo que les va a suceder.
Sobre la noticia y orden dicha nada hay que objetar, porque nada nuevo hay bajo la oscuridad marxista de siempre, sobre todo en España; es simplemente más de lo mismo.
Lo que sí sorprende es que nadie, nadie, haya entrado en el fondo de la cuestión, en lo verdaderamente esencial, en el problema real que no es ni Margarita ni los suyos, sino… los otros, es decir los mandos, comenzando por los superiores de las FFAA. Ahí es donde desde hace mucho está el problema, ahí es donde las banderas no es que no vayan a ondear a media asta, no, es que se han arriado hace décadas y, además, cobardemente, es decir, con nocturnidad, a escondidas, vergonzosamente; y con las banderas los pantalones y calzoncillos.
Esa debía ser la noticia, ahí está lo indignante, lo asqueroso, lo estúpido, en la constante traición de esos mandos que lucen tan serios y ufanos en postureos de marketing artificial saludando aquí y allá, pero que en realidad ni son militares, ni aman a España, ni tienen valor. Esos mandos que sólo buscan hacer la carrera, salir en la foto, ascender, sentarse en poltronas, chupar dietas en misiones que ni nos van ni nos vienen, que mil veces retroceden ante el agravio a España, a la bandera, a nuestros sagrado himno, a lo mejor de nuestra historia, que carecen de honor y dignidad, sumisos hasta lo rastrero, vendidos por un plato de lentejas y algo más.
El problema no es Margarita, al fin y al cabo a ella y a los suyos, a la anti-España de siempre, se les ve el plumero a distancia porque tienen incluso la gallardía de no ocultar lo que son ni lo que quieren. El problema son los que van de lo que realmente no son, los que sí aparentan, los que mienten a todos, comenzando por a ellos mismos, los que tragan, los que anteponen sus intereses personales a lo que juraron hace tiempo; o, mejor decir perjuraron.
No nos vengan, por favor, con las críticas a Margarita y los suyos porque no cuela. Arreen a los que permiten, cumpliendo órdenes que van contra el honor y la dignidad de España y de las FFAA, que aquellos se salgan con la suya. Esos son los culpables, no Margarita Robles, pobrecita, pues nunca dará para otra cosa que no sea vomitar y ventosearse. El problema son los otros, los que no acaban de asumir, por pura cobardía incluso física, que la batalla está, desde hace mucho, en los despachos, que ahí es donde hay que dar los «golpes», que ahí es donde se demuestra el valor de verdad, jugándose no la vida –que en realidad es fácil–, sino el cargo y las prebendas, donde hay que cerrar filas y no asumir el puesto del que ha sido cesado bajo ningún pretexto.
No, el problema no es una individua patética, ignorante, zafia, anacrónica, cuyo cerebro se quedó atascado en los años treinta del siglo pasado, no, el problema son los que arriaron las banderas hace mucho, y con ellas traicionaron y traicionan a España cada día.

¡¡¡Chapeau!!
Toda esta gente está en el postureo, en trincar el pabellón con piscina que es lo que les interesa, y que tienen menos espíritu militar que un cartero eventual objetor de conciencia. Ninguno de estos, llegado el caso, morirá en combate defendiendo a España, en el peor de los casos antes de que el barro les manche las botas entregarán el sable.
Tengo alguna experiencia de 2015 para acá con algún pleito judicial en el que he visto actuar al personal militar de todo rango, y la verdad, no esperaba un nivel tan bajo en todos los aspectos, en todos los implicados sin excepción.
Lo triste o lo gracioso (maldita la gracia que tiene) de todo esto es que si Franco viviera, todos estos que son tan socialistas, que les falta tiempo para abrir expedientes disciplinarios contra una crítica a Pablo Iglesias o a los que firman el Manifiesto a favor de Franco como soldado de España, serían los primeros en levantar el brazo y en ser más patriotas y más franquistas que nadie aunque sólo fuera para no perder el trinque.
Una ultima cosa, supongo que lo de poner la bandera a media asta en Semana Santa es en señal de duelo y luto por la muerte de Cristo, y la Srª Ministra en su «tolerancia»(?) en su falta de respeto al sentido cristiano de la mayoría de los españoles (aunque no sean practicantes,pero son católicos la mayoría) ordena que no se ponga a media asta. Muy bien, yo sólo pido una cosa, que cuando llegue el día que la Srª ministra se esté muriendo, porque a todos nos llegará la hora, a ver si puede ser que no vaya un cura imbécil como el que le dió la extremaunción a Azaña y le dé los sacramentos a la ministra, Que se presente ante Dios con esta carta de presentación, y que Dios en su infinita Justicia resuelva lo procedente. A ver si puede ser.
Estimado seguidor: chapeau para usted. Su comentario completa el artículo y cierra el círculo. Espremos que algún día, tal vez la renovación generacional de oficiales haga el milagro. Otras veces ha ocurrido, aunque han tenido que pasar siglos. Saludos cordiales