Callosa siempre
Esta es, queridos lectores, la realidad de la cruz. Pero no una cruz sin sentido, no una cruz de desesperación, no, sino una cruz de resurrección, de gloria, de triunfo, por eso hemos esperado hasta este día de victoria, de resurrección, para mostrarla.
No podíamos cerrar nuestros artículos sobre esta Semana Santa, sin recordar de manera muy especial a los callosinos que cargan, desde hace tiempo, con una cruz muy especial, lo que hacen con una fe, un ánimo y un valor propio sólo de católicos y de españoles de verdad, de pura cepa, de esos de antes y… también de ahora, que ya vemos que los hay a pesar o precisamente por las circunstancias que vivimos –y más que va a ver gracias al ejemplo de éstos–, pues es en el sufrimiento donde se demuestra lo que de verdad somos.
Aquí ofrecemos dos instantáneas inolvidables, únicas, maravillosas, que encierran en sí la más profunda teología, la más excelsa espiritualidad, toda la verdad de Callosa de Segura. Dos cruces que se encuentran en la noche callosina, pero que en realidad son una misma, porque una sola fue la Cruz que cargó Nuestro Señor. Aquí vemos una de madera que lleva a Cristo en ella, la otra… la otra es brillante, refulgente, se diría que etérea, pero tan real como aquella, en la cual están Teresa y todos los callosinos de la asociación y los que les apoyan, aunque no se les vea.
Esta es, queridos lectores, la realidad de la cruz. Pero no una cruz sin sentido, no una cruz de desesperación, no, sino una cruz de resurrección, de gloria, de triunfo, por eso hemos esperado hasta este día de victoria, de resurrección, para mostrarla.
Vergüenza para aquellos que persiguen a la cruz, para ese alcalde y ese consistorio, para esos partidos y todos los sin Dios y sin Patria de Callosa y de cualquier parte del mundo. Que no duden que la cruz es victoria, que ellos pasarán y caerán en el olvido más ignominioso, en el ridículo que ya son, en la burla de nuestros hijos y nietos, mientras que los defensores de la cruz triunfarán y además vivirán para siempre en nuestro recuerdo por su gesta heroica digna de lo que son: católicos y españoles, las únicas cosas serias e importantes que merece la pena ser en esta vida.
De nuevo nuestra admiración a los callosinos de la cruz.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la cruz de Callosa de Segura! ¡Viva Teresa! ¡Viva España! ¡Feliz Pascua de Resurrección!
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