Con la cara lavada…
Y Anna Gabriel se fue a Suiza.
Con la cara lavada y recién peiná,
recién peiná, recién peiná…
Niña de los golondrinos.
Qué patética te ves,
luciendo encanto o tocino.
En Berna o en Hospitalet.
No te pintes en la cara,
Tus estelares colores,
Ni camufles tus olores,
“Que aixó no importa res ara”.
Ni un paso atrás, nos dijiste,
Y no has dado ni uno avante.
Pero que tía más tunante.
Qué bien juegas al despiste.
Me tienen loco perdío.
Tus sobacos depilados.
Podías haberlos mostrado.
Y habernos quitao el sentío.
Pero qué bien que te sienta,
Tu alpina torre de bolas.
¡Qué CUP! ¡Una puta trola!
¿Eres reina o cenicienta?
Con la cara lavada y recién peiná,
recién peiná, recién peiná…
En el vórtice del capital…
Echabas cal a Calvino.
Y ahora le honrarás con vino.
No será del Ampurdán.
Dices que te has aseado,
Para esquivar a la Pasma.
A otro vete con la alarma,
Que ellos te han acompañado.
Lo has hecho para estar maca,
Noia, aunque seas maqueta,
Charnega, catalá incompleta.
En tierra de la Gran Banca.
¿Cómo vas a soportar,
Vivir bajo esa bandera,
Que por uso, no de veras,
Lleva una Cruz tan central?
Es como aquella cruz roja,
Que por ser roja no es Cruz,
Pero tú estás en tu mundo.
Y no te has coscado aún.
Con la cara lavada y recién peiná,
recién peiná, recién peiná…
Quisiste ser confundida,
Con tu homónima alamense,
Pero nada en tu partida,
Cambia que eres indecente.
