Cáritas Hamburgo apoya la sodomía
Cáritas de Hamburgo brinda orientación a los homosexuales que viven en relaciones con personas del mismo sexo. Así, las personas que se identifican con el mundo LGTB pueden no sólo usar la ayuda de una organización eclesial, es decir, católica, sino también aprender, entre otras cosas, «Cómo criar hijos».
Nos llega información sorprendente de Hamburgo, donde la Cáritas de la Arcuidiócesis de Hamburgo ofrece asesoramiento para homosexuales que viven en relaciones con personas del mismo sexo. Como la organización «católica» informa en su sitio web «las familias en el contexto de LGBT pueden acudir a sus expertos y descubrir cómo moldear su vida familiar». Tales cursos, claro está, incluyen temas relacionados con la crianza de niños. Es decir, todo menos llamar a la conversión y renunciar a las tendencias homosexuales anti-natura y manifiesta y gravemente pecaminosas según la doctrina de la Iglesia.
Cáritas de Hamburgo invita a sus miembros a conocer a «familias» homosexuales, así como a miembros individuales de tales grupos. También, ofrece ayuda a los padres cuyos hijos «se sienten apegados a la comunidad LGBT». Sin embargo, y de nuevo, nada de intentar cambiar sus vidas y luchar contra dichas tendencias. En su oferta, Cáritas sólo habla del «desarrollo» de esas personas y sobre cómo superar los «problemas que afectan a su vida». Y el colmo es que Cáritas en Hamburgo también organiza reuniones de «familias del arco iris» que han adoptado niños para que puedan «conocerse mejor».
En pocas palabras, una organización católica financiada por la Iglesia y por sus fieles, invita a los homosexuales que crían a sus hijos a conocer a otras personas similares y, de hecho, a fortalecerse en su forma de vida extremadamente pecaminosa, asegurando que todos los representantes de la «comunidad LGBT serán bienvenidos en un ambiente de aceptación».
¿En qué piensa y cree el metropolitano de Hamburgo, el arzobispo Stefan Heße? Pues en nada, o al menos nada ha dicho sobre este escándalo que ya dura varios meses, por lo que hay que concluir que el que calla otorga. O sea, que Hebe está en la línea que durante los últimos años viene siendo habitual de la Iglesia católica en Alemania, la cual lidera la asunción a las mentiras de la revolución sexual de 1968. Y es que esa actitud y radicalismo de los obispos alemanes se afianzó cuando en 2017 el Bundestag legalizó los mal llamada «matrimonios» homosexuales.
Vale la pena recordar que no mucho después el presidente y el vicepresidente de la Conferencia de Obispos de Alemania, cardenal Reinhard Marx y el obispo Franz-Josef Bode, sugirieron la posibilidad de que la Iglesia bendijera parejas del mismo sexo. Y, peor aún, porque en marzo de este año la plenaria del episcopado germano anunció su decisión de introducir profundos cambios en lo relativo a la «opinión», o sea, doctrina, de la Iglesia, al menos de aquellos lares, sobre moral sexual, en el sentido de reconocer la homosexualidad como algo normal, así como asumir todo lo relativo a la ideología de género hoy en alza.
O la Iglesia en su conjunto toma medidas –del actual Papa nada hay que esperar–, o surgen ya de una vez voces autorizadas en su interior clamando sobre tanto despropósito y desvarío o la propia Iglesia sufrirá la ira de Dios y tendrá que enfrentarse a una purga como nunca antes.
Los alemanes tienen algo en común con los españoles, pueden llegar a lo más alto y pueden llegar a los más bajo.
Está claro que la Iglesia alemana como la española está en manos de indeseables que han tenido la suerte de vivir en esta época de decadencia y miseria moral a la que ellos con su actitud y con sus actos contribuyen de forma activa, y que les asegura la impunidad de sus actos.
Cuando los herejes ocupan los puestos de la Iglesia ocurren estas cosas, por eso es tan importante al menos denunciarlos en artículos como éste, en lugar de hacer lo que hacen todos los demás, que como en el cuento infantil «el traje invisible del emperador» todos dicen lo bonito que es el traje y lo bien que le queda al emperador a pesar de que el traje no existe y el emperador va desnudo. La Iglesia vaticana, masónica y anticristiana, está escribiendo desde Pablo VI en progresión geométrica hasta el actual Papanatas Francisco una historia de indignidad y miseria moral que si la civilización cristiana se salva, será estudiada por las generaciones futuras como algo no sólo abominable sino con la perplejidad de cómo se pudo llegar al actual estado de cosas.
Estos prelados, herederos morales de Lutero, que con su escandalosa conducta escarnecen a Jesucristo han perdido todo norte, viven en una burbuja de lodo y de fango que ni ellos mismos son conscientes de la gravedad de sus actos, de las consecuencias que tales actos tienen en la sociedad y en el mantenimiento de los Verdaderos Valores cristianos -entre los que no se encuentra la sodomía, la promiscuidad, el exhibicionismo, el escándalo, el afán de la carne etc. etc porque el Cristianismo y la Espiritualidad Cristiana es las antípodas de esa degeneración-, y que quieran o no tendrán que dar cuenta de todo esto ante el Altísimo, cuestión capital que pasan por alto en cuanto que la mayoría de ellos son ateos, porque otra explicación racional no tiene.
Estas actitudes de estos prelados, como las de sus homónimos españoles, son gravemente perniciosas para las Cristiandad por el mal ejemplo que dan dentro y fuera de la Iglesia, y por el efecto que ello tiene para subvertir la verdadera Doctrina Cristiana y para confundir a las personas de buena voluntad, creyentes o no.
Muy buen artículo, su autor es uno de mis preferidos.
Ya lo dijo nada menos que un reciente sucesor de San Pedro: «El humo de satanás ha penetrado en la Iglesia»
Solamente así se pueden explicar estas aberraciones.
A las que muy probablemente también puede contribuir el que haya en el seno de la Curia mas de un marlasca, marlascón y marlasconazo.
Y esta vez ni Lot pedirá clemencia por el género humano.