Carta abierta a Disenso
Algunas personas experimentamos interés en la teoría política, en las bases filosóficas de la organización de la polis, que son el primer capítulo para comprender la práctica política del siglo XXI. Sólo he encontrado en España dos programas de máster centrados en filosofía o teoría política, uno en la universidad Complutense y otro en la Pompeu Fabra. He revisado cuidadosamente el temario de ambas y no considero sea objetivo, sino que sigue en buena parte las sentencias de la progresía.
Existen cientos de personas con deseos de tomar asiento frente a un temario serio e intelectual sobre fundamentos políticos, que no esté infestado de izquierdismo (lo cual, dejando a un lado el adoctrinamiento, resulta a estas alturas soporífero y desgastador). La variedad es necesaria para ensanchar la mente y enriquecer la perspectiva.
Ansío que Disenso organice unas jornadas presenciales o a distancia sobre teoría política, donde se tolere la libertad de expresión para que tengan cabida las voces españolas que llevan tantos años censuradas. Ardo en deseos de abrir la mente, de compensar la ofensiva de izquierdismo a la que uno es sometido por todos los flancos desde hace tanto tiempo. Necesito acceder a aquellos que disienten del totalitarismo y del socialcomunismo, los cuales pretenden imponerse como única línea consentida, incluso en el área del pensamiento: el comienzo de la libertad.
Contamos con una marea de libros y pensadores izquierdistas. Es comprensible y aceptable, sin embargo, ¿dónde está el resto? Moriremos (si no lo hemos hecho ya) de endogamia, de podredumbre ideológica, si no colocamos el micrófono frente a los auténticos rebeldes, aquellos que representan la diversidad impopular, la nueva contracultura. Por lo tanto solicito a Disenso que nos instruya, que nos convoque mediante la organización de unas conferencias o incluso un postgrado; a algunos nos enorgullecería lucir en nuestro currículum el nombre de Disenso como una de las fuentes de nuestro conocimiento.

Lo único que hace falta para enfrentarse al rodillo ideológico inmundo de la basura roja totalitaria y criminal es valor y unidad, y asumir el precio del sacrificio que supone combatir a un enemigo tan poderoso y despiadado que, en último y no tan descabellado extremo, puede costar, no sólo la carrera profesional y la salud mental y hasta física, sino incluso la vida. Si la recompensa es la libertad, la paz social, la tranquilidad, la seguridad, la justicia y la prosperidad, la lucha merece la pena. Que se lo pregunten a los cubanos, a los venezolanos, a los chinos o a los norcoreanos. Yo lo tengo muy claro y no tengo ningún miedo, ¿y vosotros?.
Un saludo.
¡ARRIBA ESPAÑA SIEMPRE!
Hace falta un rearme ideológico, fundado en nuestras raíces cristianas, y el respeto a la vida humana, y la libertad personal.
Y lo más lejos posible de los partidos, partidas y hasta piaras -caso de Unidas Podemos- políticas.
Hace falta que nos organicemos en la sociedad civil, al margen de las subvenciones, que quitan la libertad, y rascándonos los bolsillos, que para algo existe el dinero… No solo para irnos de vacaciones, o comprar el último modelito, en una sociedad consumista, hedonista y decadente total.
Ramiro: comencé a responder a tu certero comentario, y he acabado escribiendo un breve artículo. Lo publicaré pronto.