La CEE triste y preocupada.
La CEE, que representa a la Iglesia de Cristo a la cual pertenecen sus miembros, se rebaja, y con ello rebaja a la propia Iglesia, al nivel de judíos, mahometanos y herejes, insistiendo contumazmente con esa patética manía y complejo de igualar a la única religión que existe, la católica, a la única Iglesia depositaria de la única Verdad revelada por Dios, a nuestra jerarquía y clero, y a nosotros, los fieles, con lo que no son ni religiones, ni iglesias, ni clérigos, pero sí descreídos, infieles y herejes.
A raíz de la proliferación de agravios, burlas y amenazas contra Dios Nuestro Señor, contra Nuestra Santísima Madre y contra la Iglesia, especialmente en los recientes carnavales, la Conferencia Episcopal Española (CEE) nos ha sorprendido, entristecido e indignado una vez más –y ya van… ni se sabe–, suscribiendo un comunicado conjunto (AQUÍ EL TEXTO EN PDF) con la Federación de Comunidades Judías, la Comisión Islámica y la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas, todas ellas de España; y ello al margen de la también indignación que nos han producido las habituales patéticas notitas de los obispos de la diócesis donde los hechos han sido más graves, en concreto, Santiago de Compostela y Canarias.
Y decimos que nos sorprende, entristece e indigna por lo siguiente:
* Porque la CEE, que representa a la Iglesia de Cristo a la cual pertenecen sus miembros, se rebaja, y con ello rebaja a la propia Iglesia, al nivel de judíos, mahometanos y herejes, insistiendo contumazmente con esa patética manía y complejo de igualar a la única religión que existe, la católica, a la única Iglesia depositaria de la única Verdad revelada por Dios, a nuestra jerarquía y clero, y a nosotros, los fieles, con lo que no son ni religiones, ni iglesias, ni clérigos, pero sí descreídos, infieles y herejes; lo que llama la atención es por qué la CEE, y «los otros», han dejado fuera del papelito a los mormones, testigos de Jehová, budistas, sintoístas, kare krishna, baptistas, calvinistas, cuáqueros… e incluso a los satanistas que, aunque nadie lo crea, haberlos haylos.
* En el punto primero dicen que se producen ofensas contra los sentimientos de los fieles de las «distintas confesiones»; pues no, que sepamos sólo contra los católicos. Contra los mahometanos ni una; contra los evangelistas, no en cuanto a la Santísima Virgen porque no creen en Ella, y tampoco en lo referente a Jesús, pues no creen en TODO Él; y contra los judíos, alguna se ha sabido pero no contra sus sentimientos religiosos, sino por antisemitismo, que es otra cosa.
* En los puntos dos y tres alardean del actual régimen, bien que sin citarlo expresamente, y además con graves ocultaciones e incorrecciones como por ejemplo, y entre otras muchas, cuando dicen que nos hemos dotado de leyes para disuadir, perseguir y castigar las manifestaciones más graves y extremas de estos comportamientos de odio y discriminación; pues se ve que o viven en la Luna o no consultan los medios. ¿Pero qué se cree la CEE de ahora y que se creían aquella mayoría de cardenales y obispos de entonces –hubo honrosas excepciones– que es lo que con tanto empeño e implicación personal e institucional han traído y de lo que hoy alardean? La democracia liberal, la partitocracia, muestra ahora su verdadera cara, realmente era y es lo que ahora aflora tras años de incubación soterrada: la persecución a la Iglesia y el empeño por borrar todo rastro de Dios; de esto último, además de los liberales, se van a encargar sus hijos, los marxistas, como la Historia, que se repite, nos enseña.
* En el punto cuatro se les ve el plumero, porque cuando se quejan, en realidad, quienes sólo tienen motivos para hacerlo, como ellos mismos descubren en un lapsus de su subconsciente e incoherencia, son los católicos, porque aquí los únicos símbolos y templos que se han profanado son los católicos y porque aquí las únicas burlas y escarnios han ido contra los referentes sagrados de los católicos; y encima mienten al decir que somos millones, porque sólo el catorce por ciento del setenta por ciento de los españoles que así se declaran, dicen ir a Misa, luego, por desgracia, y aunque no se quieran dar por aludidos, menos lobos Caperucita.
* En el punto cinco vuelven a destaparse cuando dicen que en los carnavales las ofensas han ido contra Jesús, María y los santos bíblicos, es decir, aunque no lo dicen, contra la Iglesia de Cristo y los católicos, porque los judíos ya sabemos lo que opinan de Jesús y de María, los mahometanos para qué decir y los evangelistas otro tanto. Lo mejor es que, sin nombrarlos, porque no se atreven –siempre ese miedo, ese querer quedar bien con todos, en especial con los que nos odian–, aluden a los colectivos LGTBIT… –¿cuántas letras más han añadido en la última hora?–, que son los que las pían siempre… y sin razón.
* En el punto seis ya el absurdo llega al culmen, cuando dicen no entender la tolerancia hacia esas ofensas; no dicen de los jueces y autoridades de todo pelaje porque son unos cobardes. Pues muy sencillo, a ver si ya se quieren enterar: porque todos están en el ajo de borrar a Dios de la faz de España, todos, los partidos y sindicatos marxistas, los separatistas –por cierto ¿hasta cuando su incomprensible tolerancia, señores obispos, con los también obispos, curas y monjas separatistas que profanan todos los días iglesias y sacramentos?– y también los peperos y «ciudadanos» a los que con tanto empeño han sostenido ustedes mismos durante décadas, a aquéllos, y ahora sostienen, a éstos.
* En el punto siete, y en la coletilla final, ya alucinan, porque si se cree la CEE que alguien les quiere para «trabajar por la causa de la paz, la tolerancia, la integración y la convivencia en libertad en aras del bien común», van apañados, no tienen ni idea y no saben ni lo que dicen. Todos, todos –ahora también incluimos a judíos, mahometanos y herejes–, lo que quieren es que no quede en España ni una iglesia en pie.
Arrieros somos y en el camino nos hemos encontrado, señores obispos de la CEE. Más les vale cambiar el chip, volver a la fe de verdad, predicar todo el Evangelio y mentalizar y movilizar a los fieles, por pocos que hayan dejado ustedes con sus estupideces, para que se apresten a lo que se avecina que es de traca.

Como comenté en el otro artículo:
//elespañoldigital.com/carta-jerarquia-eclesiastica-espanola/
Nada de esto debe causar sorpresa cuando se admite la realidad de que la iglesia conciliar con sus obispos, clero y feligresía en su inmensa mayoría ya no es espiritual y doctrinalmente católica. Esto es en la práctica, independientemente de que se trate de autoridades legítimas o del fuero interno de cada uno, que no podemos juzgar sino solo Dios Nuestro Señor. Los cada vez menos católicos conciliares de buena intención son unos pobres engañados a quienes les han enseñado una fe y una piedad que no son auténticamente católicas.
Por ejemplo se les obliga a tragar y amar ese insulto al Señor que es la misa conciliar, y se les enseña a odiar la verdadera liturgia, porque es en latín, porque el sacerdote está de espaldas al pueblo, etc… Han fanatizado al pueblo en contra de los mayores tesoros de la Iglesia y han puesto en peligro hasta la salvación de las almas bienintencionadamente piadosas de la iglesia conciliar.
Es muy fácil de ver todo esto. Por ejemplo, los obispos y el clero siguen erre que erre con su doctrina conciliar anticatólica de la libertad religiosa, que es claramente masónica y que es claramente opuesta a la doctrina católica. Ellos con su religión conciliar, que no es la católica, se ven en cambio en pié de igualdad con las demás religiones que para ellos son también arcas de salvación. Eso es una evidente y grosera herejía, hasta un niño de 5 años sería capaz de comprender que es abiertamente contradictorio a la verdadera doctrina apostólica que siempre enseñó la Iglesia.
Y así con todo lo demás. Ellos son los capataces de una religión adulterada, que en la práctica ya no es católica, y colaboran activamente en el advenimiento del Anticristo con su religión anticrística y anticristiana, la suprema religión universal del culto al hombre, que imperará sobre todas las demás, a las que dejará (y ya lo está haciendo) como simples tradiciones que nos han llegado como legado histórico de la humanidad y como una mas de las múltiples manifestaciones culturales de la misma.
Todo esto estaba profetizado que ocurriría, ya lo estamos viviendo, estamos en tiempos de la Parusía, viene estando cada vez mas y mas claro. Es cuando cobra sentido el «salid de ella, pueblo mío», refiriéndose en mi opinión y así me lo aplico yo y muchos otros católicos conscientes y bien formados, a esa iglesia adulterada que es la iglesia conciliar. No se puede ser católico y conciliar al mismo tiempo, no cuando uno profundiza y es consciente de estas realidades. Esto es independiente, repito, de que los curas sean o no autoridad legítima. Hoy día quedan muy pocos curas de verdad espiritual y doctrinalmente, que mantienen la fe y el sacerdocio católico, a esos muy pocos nos podemos acercar, a los demás no nos podemos acercar con confianza sino con mucho sigilo y mas por respeto y educación, pero si no nos acercamos mejor, excepción hecha de los sacramentos cuando sea necesario.
Y a esa vergonzosa misa conciliar, misa bastarda, tampoco hay obligación de acercarse sino, para el que es verdaderamente consciente, es obligatorio no acercarse. Ahora vayamos a decirle al obispo que recupere la Verdadera Misa Católica, a ver que le parece o que responde el señor obispo…
Todo esto es simple opinión mía, por supuesto, cada uno haga lo que le parezca. Se supone que somos católicos conscientes y que profundizan, es decir que no somos simples fideistas. El que no sepa de estos temas mi recomendación es que profundice.
A esto se llama poner el dedo en la llaga