Cómo combatió San Pío X al clero modernista

Hace décadas que la humareda infernal, como sierpe letal, asedia la Iglesia. Al presente esta bocanada de azufre pestilente se torna más densa que nunca. Bajo una neblina de meliflua laxitud hay que afinar la mirada para distinguir el vicio de la virtud. Tiempos recios con la espada de Damocles del cisma sobre la cúpula petrina. La gabarra de Pedro se tambalea en un mar tempestuoso de confusión.

No tengamos miedo. Debemos afianzarnos más que nunca en el roquedal de Cristo y en su doctrina perenne, custodiada de forma inmarcesible por la Santa Madre Iglesia. Cristo es la roca y nos prometió que las compuertas del averno nunca prevalecerán sobre su Iglesia. El camino seguro para no zozobrar es aferrarse a la Tradición, y al Magisterio. Santos varones como San Roberto Belarmini, Suárez…y otros muchos nos enseñan cómo actuar en estos casos.

Me han hablado de una serie de televisión sobre un joven Papa, que endereza el rumbo de la Iglesia tomando medidas drásticas. Visto lo visto parece ciencia ficción. Pero esto ya se dio en la realidad. San Pío X, con un santo pontificado, redujo el modernismo a la irrelevancia. Sin duda un ejemplo eximio de fidelidad a la santa doctrina y de combate sin tregua al modernismo en sus múltiples manifestaciones. No le tembló el pulso y tomó todas las disposiciones posibles para preservar la Fe y la buena salud de la Iglesia.

San Pío X

Medidas concretas de San Pío X para combatir en el modernismo del clero

El Papa Sarto fue un gran regalo de Dios a la Iglesia Católica. Su pontificado santo sentó las bases de la sana doctrina y nos previno de errores futuros, que desgraciadamente se están dando en nuestros días.

El combate del Papa San Pío X contra el modernismo fue verdaderamente infatigable, una lucha sin cuartel a todos los niveles. No se limitó a redactar encíclicas condenando el modernismo y los errores de su tiempo, entre las que refulge la famosa Pascendi de 1904, documento imprescindible, sino que se encargó de implementar toda una batería de medidas prácticas para extirpar de cuajo la herejía modernista que ya echaba raíces en la Iglesia.

El Papa hacía gala de una visión de futuro realmente impresionante cuando advertía en 1911 que “el error modernista que hoy trata de propagarse es todavía más mortífero, si cabe, que el de Lutero”.  El mismo lo definió como el compendio de todas las herejías y se determinó firmemente acabar con él. El Pontífice propuso como antídoto a esta peste la depuración de las cátedras, la prohibición de libros heterodoxos, la actuación de censores de oficio, la creación de una comisión de vigilancia en cada diócesis. Llamaba al orden a cada obispo y a cada sacerdote que se alejaba un ápice de la doctrina católica.

Mons. Merry del Val

Ayudado por su eficaz Secretario de Estado, el cardenal español D. Rafael Merry del Val, no se detuvo ante nada. La Escuela Bíblica de Jerusalén, la Facultad Teológica de Friburgo y el Instituto Católico de Paris eran instituciones intelectuales muy prestigiosas, pero habían empezado a acusar la infiltración modernista. Y el Papa no dudo en depurarlas al máximo con total firmeza y en enderezar de esta manera su rumbo.

El obispo Umberto Benigni, funcionario de la Secretaría de Estado fundó la Sodalitium pianum, conocida como la Sapinière, un instituto secular apoyado por el Papa en defensa de la sana doctrina católica. Contaba con 50 miembros muy bien relacionados con los medios de comunicación y con los centros de poder político de Europa.

Benigni informaba diariamente a Pío X a través del coordinador del equipo de secretarios y recibía del Papa el encargo expreso de informes y encuestas. Varias revistas católicas modernistas fueron cerradas. La Sodalitium pianum, acabó con el grupo de católicos liberales franceses conocido como Le Sillon que quería intervenir en política aliados con protestantes y masones.

El Vicario de Cristo advirtió sobre su mala conducta a un grupo de Cardenales, con Mercier al frente. Igualmente corrigió con firmeza al sector progresista de los jesuitas y les amenazó con destituir al general de la orden, el Padre Wernz. Pero la muerte de éste puso fin al problema momentáneamente.

Entre 1905 y 1907 el Papa intervino no menos de 12 veces públicamente a favor de la comunión frecuente que amplió a los niños, puesto que ya temía que los corrompiesen a tierna edad.

Llevó a cabo una extraordinaria reforma litúrgica, apoyándose en sabiduría de las abadías benedictinas. Recomendó y promovió el uso del canto gregoriano en la Liturgia frente a los intentos ya entonces de sustituirlo por músicas más modernas. Renovó en piedad y fervor los seminarios dictando nuevas normativas para los candidatos al sacerdocio y velando por la recta formación de los futuros sacerdotes.

Reformó la Curia unificando hasta 40 organismos administrativos. Reformó el Derecho Canónico. Toda su obra iba también encaminada a centralizar la Iglesia católica en Roma frente a los intentos modernistas de dispersar el poder papal para dárselo a los obispos, algo que se aprobaría más tarde en el Concilio Vaticano II.

Fue un Papa profundamente intelectual. Fundó el Pontificio Instituto en 1909, que se convertiría en un centro de investigación histórica y exegética de prestigio universal. Se atuvo siempre a las directrices tomistas de su predecesor León XIII. Los modernistas siempre intentaron desprestigiar o ignorar a Santo Tomás de Aquino.

Hacia 1913, después de este férreo combate, de oración, estudio y acción, el modernismo estaba en franca retirada y por un momento pareció extinguido para siempre, aunque por desgracia los hechos demostraron que no estaba muerto, ya que décadas después fue capaz de regenerarse con una fuerza enorme.

Sin embargo la lucha del pontífice no fue inútil. Imaginemos la tragedia que hubiera supuesto para la Iglesia que el modernismo hubiera tomado el control de la misma desde principios del siglo XX. En tal circunstancia cabría preguntarse el estado en que estaría la Iglesia hoy en día. ¿Peor si cabe que el actual? Si es que es posible imaginárselo.

Este Papa santo fue un ejemplo de cómo reformar la Iglesia desde dentro y puede marcar el camino a futuros sucesores de San Pedro para que cambie radicalmente el rumbo catastrófico que ha tomado la Iglesia.


6 respuestas a «Cómo combatió San Pío X al clero modernista»

  1. Aunque la mayoría de los católicos lo ignoran probablemente, todas las malas semillas que florecieron en la Iglesia Católica desde los pontificados de Roncalli & Montini y su querido Concilio, ya habían sido plantadas en la Viña del Señor por el Maligno desde mucho tiempo atrás. Las inteligentes y valientes medidas tomadas por el santo papa Pío X, solo consiguieron detener el asalto a la verdadera Iglesia durante algunas décadas más.

    Ahora, cuando el «humo de Satanás» ha llegado ya hasta los últimos rincones del templo de Dios, todavía son bastantes los que se empeñan en no ver la viga en el ojo propio. Como los habitantes de la Tierra antes del Diluvio, o como los de Sodoma y Gomorra antes de que lloviera fuego del cielo sobre ellos. El nuevo «evangelio del buen rollito», piensan, puede salvarnos de cualquier «infierno»… que amenace nuestro cómodo y placentero modo de vivir ¡tan moderno!.

    1. El veneno de la Ilustración hizo creer, a muchos incautos, de un nuevo momento histórico de libertades y progreso; fue justamente lo contrario, la entrada a saco de los enemigos declarados del cristianismo y demás listillos de turno para desmantelar, especialmente, la gran obra que hizo la Iglesia Católica a lo largo del mundo y, sobre todo, de lo realizado en zonas de la América Española sin olvidarnos de Filipinas entre otras.
      Conviene señalar, que si bien Roncalli y Montini están considerados Papas, no lo son en sentido estricto pues un hereje, masón,… deja de ser Papa automáticamente, sin necesidad de ser sancionados públicamente. Es una aplicación del Derecho Canónigo que se produce de forma automática y que incurre ipso facto en ella quien comete el delito, cuando la ley o el precepto lo establecen así expresamente. Otro ejemplo sería un abortista, alguien que votase o perteneciese a un movimiento comunista, socialista y similar. En 1949 Pio XII excomulga a todos los comunistas «por ser intrínsecamente perversos».
      Estos infiltrados en La Iglesia a partir de la muerte de Pío XII no dejaron de promocionar todos lo peor para la Iglesia y defenestrando las almas ejemplares en Ella. El de tema de Luciani es complicado, pues prácticamente no le dio tiempo a nada: Luciani estaba inmerso en una limpieza en el Vaticano por el tema de un fraude bancario que le había afectado con anterioridad a su elección como Papa, el caso es que –podría ser- que tuviese una lista de diversos personajes de la Curia y que posiblemente abarcase mucho más que solo el ámbito financiero. Wojtyla y sus 2 sucesores no tuvieron ningún problema a consecuencia de ello. Por lo tanto, desde Roncalli los enemigos de La Iglesia no dejaron de intentar destruirla.
      Expuse mis comentarios en un artículo anterior –referente a este tema- desde donde no se ha parado de insultarme por alguien que se cree un iluminado con no se qué profetas actuales. Viene en:
      https://www.xn--elespaoldigital-3qb.com/la-impureza-destino-a-la-condenacion-eterna/#comment-8923

      1. «Wojtyla y sus 2 sucesores no tuvieron ningún problema a consecuencia de ello.»

        San Juan Pablo ll, sólo ha tenido UN sucesor: Benedicto XVl. Punto.

        Por cierto, éste -Benedicto-, es el ÚLTIMO (la Gloria del Olivo) de la lista de Papas de San Malaquías.

        Bergoglio, no consta en la misma por la sencilla razón de que NO es Papa. Se trata de ése al que San Juan llama FALSO PROFETA en el Apocalipsis.

        «Desde donde no se ha parado de insultarme por alguien que se cree un iluminado con no se qué profetas actuales.»

        Tú, sí que insultas, pero a mi inteligencia, HEREJE BLASFEMO repulsivo.

        Lee y aprende, gañán IGNORANTE. Que andas bien falto de lecturas, tú.

        Y, cuando dejes de hacerlo, comienza a pedirle a tu Creador que te bendiga con el don del DISCERNIMIENTO. Que NO sabes ni dónde cojones tienes la puta mano derecha.

  2. Según información del periodista argentino Nicolás Morás, en carta personal enviada a él mismo por el mismísimo monseñor Carlo Maria Viganò este, exnuncio del Vaticano en USA, ya reconoce que Jorge Mario Bergoglio es un «hereje, usurpador del trono de Pedro». Viganò se atreve a llamarlo «un anticristo»; no dice el Anticristo, no, a tanto no llega, pero sí que lo califica de Anticristo.

    No obstante, lo sigue considerando Francisco, esto es, el Papa, tengo entendido, según ponen de manifiesto canales como «Arturo, Periodista Católica», o sacerdotes como el italiano Don Minutella, o aun canales como de Youtube como «Radio Rosa Mística Colombia». Con lo cual Viganò al parecer sigue sin reconocer que el Papa sigue siendo Benedicto XVI, de suerte que Bergoglio no ha de ser comprendido sino como un falso papa, antipapa, hereje, usurpador del Trono de Pedro.

    Mayor confusión doctrinal, litúrgica, disciplinar y pastoral no cabe en la Iglesia de nuestro tiempo histórico. Por una parte porfían en sus extremismos, intolerancias, fanatismos, rigorismos y herejías los sedevacantistas, que se han situado voluntariamente fuera de la comunión con la Sede de Pedro. A mi juicio, a estos dizque católicos, ni caso, por muchos que sigan siendo los anatemas e insultos que se empeñen en prodigar contra los católicos que sí aceptamos el Concilio Vaticano II y la consiguiente legitimidad de sus papas, se entiende que hasta Benedicto XVI. Los sedevacantistas deben ser un grupo de fanáticos con una comprensión de la dinámica de la Tradición completamente averiada y contraria al sentir de la Iglesia., más

    Luego estarían los lefebvrianos, más numerosos y organizados que los sedevacantistas. Estos en general son bergoglianos, esto es, aceptan a Bergoglio como Francisco, como papa legítimo, en buena medida porque el aceptarlo les da una coartada para segiir disparando contra el Vaticano II, que a lo que parece nunca jamás aceptarán. Estos tradicionalistas no en plena comunión con la Santa Sede están aglutinados en torno a la obra y herencia espiritual de monseñor Lefebvre.

    En tercer lugar tendríamos a los tradicionalistas que, en muchos casos habiendo comenzado en las filas del lefebvrismo, han acabado viniendo a la plena comunión con Roma, aceptando al menos de boquilla o boca para afuera el Concilio, por más que entre ellos aún haya más o menos simpatizantes de la causa de Lefebvre. En esta sensibilidad eclesial me parece que sigue habiendo una mayoría de católicos «oficialistas» que aceptan que Jorge Mario Bergoglio es Francisco (esto es, el Papa reinante actualmente en la Iglesia). Con todo, no me extrañaría particularmente llegar a la comprensión de que en este grupo hay cada vez más católicos convencidos de que el Papa sigue siendo Benedicto XVI.

    En cuarto lugar contamos con los modernistas, también llamados progres, progreeclesiales, secularistas, liberales, o incluso progresaurios. Son la izquierda pseudocatólica antimagisterio o Magisterio* paralelo. Son la izquierda pseudocatólica en la que no faltan voceros que siguen prefiriendo alinearse con la mugre asquerosa de Podemos, con los separatismos criminales o con la PSOE que es solo corrupción y mera corrupción, al precio de echar pestes contra VOX. Son la izquierda pseudocatólica en la que prácticamente todos sus miembros o cuadros son voceros del globalismo y de la invasión migratoria. Ni que decir que estos siguen siendo entusiastas bergoglianos, y así lo ponen de manifiesto en sus atrios, redes y demás espacios y plataformas. Entre estos además hay tipos de un narcisismo en verdad enfermizo, patológico, insoportable; individuos que se sienten y creen el ombligo del mundo, en su soberbia, petulancia y vanidad, en su descarado afán de protagonismo, desde el que desprecian a los demás, sintiéndose superiores tras una máscara de solo aparente humildad.

    Por último, en quinto lugar estarían todos los que, tan pecadores y falibles como los adscritos a los cuatro sectores o sensibilidades eclesiales anteriores, reconocen que el Papa sigue siendo Benedicto XVI. Aceptan el Concilio Vaticano II, aceptan a los papas de este Concilio.

    1. Justino, actualmente, sólo hay DOS tipos de católicos:

      1.- Los católicos de verdad, es decir, los integrantes del Remanente, quienes son FIELES a su Señor, y jamás se someterán al DEMONIACO Nuevo Orden Mundial, al profetizado régimen del ANTICRISTO.

      2.- Los hipócritas, los APÓSTATAS modernistas que siguen al FALSO PROFETA (Bergoglio). Punto.

      Por cierto, la maldita «vacuna» del CONTROLAvirus, es el BAUTISMO de éstos últimos mediante el cual pasan a ser miembros de la profetizada anti-Iglesia única mundial.
      El chip intradérmico, con la MARCA de la BESTIA en su interior, será su CONFIRMACIÓN, y lo que les llevará a compartir el destino eterno del IMPÍO Bergoglio, que no es otro que el INFIERNO.

      Desde 2013, estamos viviendo la gran APOSTASÍA revelada por la santísima Virgen María en Fátima, la DESTRUCCIÓN de la Iglesia desde DENTRO por parte de su actual curia MASÓNICO-SATÁNICA.

      «Bienvenido» a la Tribulación previa a la Parusía.

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