¿Conspiración mundial o dejación individual?
Circulan con frecuencia por las redes teorías que consideran que hay una conspiración mundial, liderada por algunos multimillonarios tales como George Soros, la familia Rothschild, Rockefeller, Bill Gates y otros, los cuales formarían parte de una trama oculta que, con el apoyo en diversas instituciones, la más aludida el Club de Bidelberg, que han constituido una red poderosa y malintencionada que mueve secretamente los hilos de la política y la economía mundial.
Su poder llegaría a ser tal que la mayoría de líderes mundiales (Macron, Merkel, Obama, etc) estarían bajo el dictado directo, o al menos el fuerte influjo de esa trama oculta. La Unión Europea en su web critica las teorías conspiratorias, lo cual podría sugerir que incluso la UE siente también su influjo y lo intenta contrarrestar desde su web intenta descalificando la idea de una conspiración mundial.
Otros van más allá de la política terrena aluden a conspiraciones impulsadas por seres extraterrestres o por grupos esotéricos misteriosos. como los Illuminati.
No puedo pronunciarme sobre las diversas teorías conspiratorias porque no las he investigado en profundidad, pero encuentro en todas ellas una gran carencia: no dejan claro cuál es el propósito de esa presunta conspiración, ni qué tipo de mundo quieren crear, ni cómo lo pretenden lograr.
Considero que apoyar teorías conspiratorias, salvo que se puedan demostrar, es negativo para la humanidad, la cual, aunque con grandes carencias en muchos lugares, ha alcanzado un enorme y accesible canal de información (y desinformación) a través de internet, un nivel de bienestar, productividad económica y participación política, impensable hace medio siglo.
La humanidad en los países avanzados, que constituyen parte importante del mundo, ha creado marcos tales como la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, de la que se han derivado libertades, bienestar social y progreso innegables. La realidad es que con sus pros y sus contras estos países constituyen un referente para las restantes naciones del mundo, aunque tengan, en mayor o menor grado, importantes lagunas en materia de igualdad de oportunidades y de respeto a los valores de libertad, justicia y fraternidad. Frente a los logros alcanzados en los países avanzados se encuentra la situación de otros países del mundo, muchos de los cuales están gobernados por dictaduras comunistas, teológicas o autoritarias que restringen en gran medida el ejercicio de derechos humanos básicos y que a la vez vienen acompañadas, en muchos casos, por situaciones de miseria económica, crecimiento exagerado de la población y gravísimas desigualdades. No obstante, las teorías conspiratorias pretenden ser de aplicación tanto a los países avanzados como a los restantes.
El problema más grave de las teorías conspiratorias consiste en que llevan a la desesperanza, a creer que no hay nada que hacer y por tanto a renunciar a proponer soluciones. Inducen a la dejación de nuestra responsabilidad individual y llevan a que el ser humano opte por negar la capacidad de progresar. Llevan más allá de la teoría de Fukuyama, que concluía que la democracia liberal avanzada, con sus riquezas y sus miserias, es la única meta final posible de la historia humana. Nos pretenden hacer creer que ni siquiera eso es posible ni defendible, por lo que al final su mensaje es que el individuo no tiene nada que hacer y que debe ser un mero observador pasivo de la realidad social.
Ante ello hay que propugnar con firmeza que hay que creer en el Estado de Derecho, como marco social esencial, y en la democracia representativa, como vía para que los tres poderes emanen del pueblo. El ciudadano tiene un poder clave: elegir democráticamente al Legislativo y al Ejecutivo. Respecto al Judicial debe exigir que esté sometido a unas normas constitucionales consensuadas de acceso y gobierno estables que hagan que su actividad se centre en aplicar la ley, evitando que su independencia se vea limitada por la ideología política de sus miembros.
También debe exigir que los candidatos a miembros del Legislativo o del Ejecutivo definan claramente lo que proponen respecto a la economía de mercado, a la propiedad e iniciativa privada, a la deuda pública y cómo van a garantizar la eficiencia del gasto público y la evitación del despilfarro.
Igualmente, el ciudadano debe exigir que se mantenga la unidad y solidaridad nacional que establece nuestra constitución, que el español sea lengua vehicular en toda España, sin menoscabo de que también lo sean en sus respectivos territorios las lenguas autonómicas, y que se mantengan y desarrollen lazos especiales con todas las naciones que fueron parte de España.
Asimismo, que la solidaridad nacional sea promovida mediante la coordinación de las competencias económicas y afirmando el espíritu de reconciliación que inspiró la Transición del régimen de Franco a la democracia.
Que haya unas normas que regulen la inmigración y que eviten que se dé prioridad a la via de la invasión, dejando claro que Salvamento Marítimo está para salvar a quienes pueden perecer en el mar, pero no para transportarlos a España. En este sentido la UE debe exigir la cooperación a los países vecinos, en el caso de España a Marruecos y Argelia fundamentalmente, adoptando las medidas de presión necesarias.
Todas estas exigencias están en manos de todos y cada uno de los ciudadanos. No cabe hacer dejación de nuestra responsabilidad. Que no nos engañen. No digamos que no hay nada que hacer.
Enrique Sánchez Motos es además autor del libro “Historia del Comunismo. De Marx a Gorbachov el camino rojo del Marxismo”.

Comparto con el autor la conclusión final.
Por el contrario discrepo de su aserto inicial, en el que duda sobre la existencia de una conspiración mundial.
Pues en cuanto a la carencia que apunta para asumir esa tesis, podría preguntársele si no es suficiente explicación el “denominador común” que relaciona a los personajes por él mismo citados.
Sorprende también esa duda en quien ha escrito un libro sobre la historia del comunismo, y por ello se supone que conoce quienes fueron los ideólogos del marxismo, quienes financiaron desde EE. UU. la revolución rusa y quienes en definitiva promovieron el comunismo en Francia, Alemania, Rusia y demás países.
Nadie puede negar que los “NAZIS” eran racistas, en cuanto preconizaban la superioridad de la raza aria, de los pueblos germánicos, sobre otras razas.
Pero a lo que nunca se atrevió Hitler ni ningún jerarca nazi, es a decir -y creerse- que la raza aria era la elegida por Dios para el dominio del Mundo.
Algo que si piensa una peculiar raza… que ya no cree en la próxima venida al Mundo de un Mesías de su estirpe… sino que ese Mesías es el propio Pueblo Elegido.
Que mediante creaciones debidas a su “superior inteligencia” (masonería, comunismo, capitalismo… y ahora feminismo, ecologismo, ideología de género y todas las nuevas corrientes que sea necesario ir implementando) consiga ese “NOM” que en definitiva será el verdadero Mesías.
Un Mesías al que no deben esperar, porque deben ser ellos mismos quienes hagan realidad las profecías.
Con un poco de humor se responden muchas preguntas.
https://www.youtube.com/watch?v=iS7620Uw1Jg
Saludos cordiales
Opino que si hay una conspiración mundial, y que se fragua en diversos momentos: Reunión de líderes mundiales en el año 2.000 en la Onu(una reunión aparte muy significativa de David Rockefeller y Fidel Castro), Foro de Sao Paulo y Reunión de Puebla, más una actitud contemplativa y poco definida del Papa actual, con respecto a regímenes dictatoriales y autocráticos, como Cuba, Venezuela, Rusia, China, etc…, cuyo fin final es ir desnaturalizado poco a poco la idiosincrasia de cada País y restringiéndole cada vez más su autonomía Legislativa, en favor de un orden superior, supuestamente justo y equitativo( Se puede observar en la Unión Europea, los dictámenes legislativos que han tenido entrometiéndose en la justicia interna de Hungria, Polonia y en España, sobre todo en la doctrina Parot y en los fallos que ha habido en el tema de Puigdemont).
Así mismo poco a poco, ir minando la propiedad PRIVADA en los códigos legislativos, para de una forma de «revolución pacífica», ir transformando la sociedad en nuevo y renovado Marxismo.Comunismo, que creo que es el fin último.
Y para evitar eso, el ciudadano sólo puede actuar apoyando iniciativas populares de los partidos y organizaciones liberales que hay en la sociedad, y que son éstas las que tienen que movilizar a los ciudadanos que creen en la democracia liberal a manifestarse en la calle y en los medios de comunicación, comprando estos medios para poder ser escuchados y no permitir la concentración de los mismos en manos de comunistas(Roures por Ejem.)
Muchas gracias a Lorenzo y a Alfredo por sus comentarios. Parece que discrepamos en que haya una conspiración. Como señalo en mi articulo yo no tengo argumentos para decir que exista. Sin embargo creo que es evidente que existe una dejadez individual de que asumamos responsabilidad para elegir a quien queremos que nos lidere. Para ello es esencial tener ideas lo mas claras posibles sobre los temas clave y contrastarlo con lo que propongan los lideres de los diferentes partidos politicos. En cuanto al comunismo hubo una conspiracion constante desde Lenin para extenderlo a todo el mundo pero su finalidad era clara: implantar el comunismo, aplicar el pensamiento marxista. Por contra yo no veo claro el proposito de las presuntas conspiraciones actuales. No veo que pretendan implantar el comunismo. Pero leere muy gustoso otros artículos que publiquéis en ese sentido. Un cordial saludo