Coronavirus y bendición Urbi et Orbe
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El acto de la Bendición Urbi et Orbe de Francisco I, con una primera parte de cinematográfica puesta en escena, entrando a pié desde el centro de una desierta Plaza de San Pedro, seguida de una adoración que el pontífice hizo de pié o sentado, puede parecer una “reacción” a la iniciativa portuguesa de la Consagración al Sagrado Corazón, con España en obligado remolque (Monseñor Omella la vió cómodamente sentado en el sillón de su cuarto de estar; (VER AQUÍ), y secundada por 17 naciones más, y que hace venir a la memoria esa versión del nunca revelado totalmente Secreto de Fátima en la que se dice que la Sede de San Pedro se llevará a Fátima…
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El obispo de Fátima, cardenal António dos Santos Marto, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Portugal en la basílica original, y el presidente de la CEE (Omella) con sus obispos auxiliares, todos en el momento de la consagración |
Terrible época.
Nunca se ha visto que no solo los fieles, sino incluso los consagrados, y doy fe del caso de algunas monjas de clausura, como las Clarisas, prefieran el confinamiento voluntario frente a un riesgo infinitamente menor a la Peste Negra (más de 50 millones de personas solo en Europa, aproximadamente un tercio de su población) o la Gripe “Española” (de 50 a 100 millones de personas en un año, incluidos los pastorcillos San Jacinta y San Francisco Marto), a la Misa, Comunión, Exposición, Confesión, Oficios, Cumplimiento Pascual …
¿Tampoco les recuerda todo esto la supresión del Sacrificio Perpétuo?

Primero, los obispos italianos, incluido el de Roma, suprimen Misas, con las secuelas mundiales de también la Comunión, la Confesión y Cumplimiento Pascual, y la Extremaunción, abocando a los católicos a la primera Semana Santa y Pascua sin Sacramentos, y poniéndose en la estela mundialista.
Un obispo de Roma que opina que el coronavirus es una pataleta de la Naturaleza.
Un obispo que no se arrodilla nunca en la Consagración pero siempre en el lavatorio de Jueves Santo …
Y ahora la bendición ¿sustitutiva?
Da que pensar mal, dolorosamente mal.
¿Y quién se va a poder lucrar de la indulgencia general? Recuerden las condiciones de confesar y comulgar, entre otras.
Oremos

De cómo la Iglesia Católica afrontó exitosamente dos epidemias de peste en la ciudad de Marsella (años 1720 y 1722), gracias al valiente y devoto ejemplo de su obispo:
http://www.quenotelacuenten.org/2020/03/29/detente-peste-por-la-hna-marie-de-la-sagesse-sequeiros/
La falsa neoiglesia surgida del conciliábulo masónico llevará la desolación al altar. He aquí el MISTERIO de iniquidad en el lugar Santo…
Muy acertado su comentario y gracias por su aportación
Desde luego, si no hemos entrado ya en la «abominación de la desolación», la «supresión del sacrificio perpetuo» que profetizó Daniel y recordó Nuestro Señor Jesucristo (Mateo 24 etc), estamos a las puertas.
Tiempos más que recios nos tocan vivir y tenemos cada vez más claras señales.
Pero, ¡hay tantos ciegos que no quieren ver!
Por eso es tan importante la labor de los que, como Vd, pueden guiar a los voluntariamente ciegos.