Corrección fraterna a Mons. Gerardo Melgar Viciosa, obispo de Ciudad Real
Nos pasan unas fotografías tomadas la semana pasada en una calle de Ciudad Real donde se ve a Mons. Gerardo Melgar Viciosa, obispo del lugar, de la siguiente guisa:
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Pues bien, Mons. Melgar, hermano obispo, pastor de ovejas dispersas, por no decir descarriadas, acuérdese que se predica más y mejor con el ejemplo, que con la palabra. Y el ejemplo que da usted no es ni mucho menos el mejor.
Es usted obispo, no un simple sacerdote, sino más, mucho más, por lo que le guste o no se debe a dicho cargo y dicho cargo le exige más, mucho más que a un simple sacerdote.
Va por la calle como uno más, con ese cleriman con manga corta que ya de por sí es una moda luterana que el clero católico asumió hace mucho, despreciando la sotana. Pero además, usted, obispo, esconde la cruz, identificativa de su especial ministerio y autoridad, en el bolsillo como si fuera la pitillera, el reloj de cadena o el paquetito de clinex. Por favor, obispo de Ciudad Real, algo de nivel, leche, más nivel, hombre. Luzca su cruz episcopal por donde vaya con gallardía y ostentación, con orgullo y alegría. ¿Que bambolea con el andar? Pues a curtificarse que singnifica curtirse y santificarse. ¿Qué hace calor? Pues más de lo mismo. Parece usted uno más y no lo es, porque no sólo es sacerdote, sino que además es obispo. La cruz, esa cruz, su cruz en el bolsillo es algo ordinario, grosero, barriobajero, penoso, patético y da que pensar sobre qué es lo que tiene usted en la cabeza.
Vivimos en una época en que para bien o para mal la imagen lo es todo. Pues espabile y predique con la imagen, es decir con el ejemplo, más que con la palabra; máxime cuando hoy en día, en esta misma época, la oratoria no es ni mucho menos el fuerte de obispos, curas y religiosos.
Mons. Melgar, como católicos y hermanos, le corregimos, conforme al Evangelio, fraternalmente. Esperemos que su soberbia, la que tenga, como todos teenmos, no le impida aceptarla y a partir de ahora cambie de actitud y de… imagen cuando vaya por la calle. Estaremos vigilando.

Si llegaron a prohibir el agua Bendita en las iglesias porque no tienen Fé.
Recuerdo enviarle por aquella época a un sacerdote información sobre las investigaciones del dr.Masaru Emoto…
mutis total
Cambiaron el agua bendita por el gel hidroalcoholico, cuyo frasco colocaron en el altar durante las Misas y lo usaron y abusaron cada 5 minutos, antes e incluso DESPUÉS de la Consagración.. que Dios me perdone por atreverme a juzgar esto, pero fue para mi un auténtico escándalo..
¡Esto no es un obispo! Ni dándole un cogotazo con una cruz de metro va a cambiar de actitud. Quien comulga a sabiendas con Sinagoglio Caifás no es lego ni cura ni obispo sino un traidor o un impostor. Que los católicos de misa y olla estén confundidos y no perciban el engaño, se comprende, pero a ver si los católicos leídos y escribidos se deciden por el bando de Cristo y dejan de decir tonterías. ¡Ay de la masa de tibios, comodones e indecisos!