Un cura que no cree.

Hace no muchos días, una joven fue a la parroquia de Santa María de la Esperanza, ubicada en el Colegio Valdeluz de Madrid, con la sana intención de confesarse. Como en muchas ocasiones…

Hace no muchos días, una joven fue a la parroquia de Santa María de la Esperanza, ubicada en el Colegio Valdeluz de Madrid, con la sana intención de confesarse. Como en muchas ocasiones e iglesias nadie en el confesionario. Por desgracia, muchos «católicos» ante ese penoso vacío se habrían vuelto por dónde vinieron, pero esta joven no; faltaría más.

 

Se dirigió a la sacristía y en ella se encontraba el P. Ángel; no el que todo el mundo conoce por sus teatrales y televisivas apariciones hasta en la sopa, no, tampoco el padre Miguel Ángel de la misma parroquia, no, otro que por la apariencia roza o supera los 75 años de edad. La joven le preguntó si iba alguien a confesar o, en su caso, si él lo podría hacer.

 

Hasta aquí lo normal, casi diríamos que lo heroico por parte de la joven. Pues ahora llega lo anormal o… tal vez no, por desgracia.

 

El citado sacerdote le suelta que no hace falta la confesión individual, que «…él no cree en ella…», que sólo considera la confesión colectiva. La cara de la joven se la pueden imaginar. Ella pelea el asunto con exquisitos modales y haciendo gala de doctrina, a lo que el P. Ángel le termina espetando «¿Entonces te quieres confesar? Pues bien, yo te perdono. Ya estás confesada».

 

Rvdo. P. D. Jesús Martín Palacios

Fin del primer acto porque la joven no daba crédito y optó ya por irse.

 

El segundo acto atañe al párroco de dicha iglesia, Rvdo. P. D. Jesús Martín Palacios, que lleva algo más de una década en tal puesto.

 

Como es lógico y corresponde a buenos padres católicos, enterados por su hija de lo ocurrido, se presentó en la parroquia la madre a fin de exponer al párroco la necesaria y obligada queja; no debemos pasar ni una. Pues bien, de parte de tal sacerdote buenas palabras, muchas disculpas, pero, nada de «voy a hacer…», sino todo lo contrario, incluso una a modo de justificación del ínclito P. Ángel porque los suyo «…es una actitud…» (sic). Fin de la historia.

 

Así estamos. Una actitud. Pues es la misma que la de Lutero, por cierto últimamente casi rehabilitado y en vías de subir a los altares por la jerarquía eclesiástica mundial actual; unos por acción, con el Papa Francisco I a la cabeza, y otros por omisión y silencio cómplice. Una actitud la de no creer en un sacramento. Una actitud la de poner a prueba la fe y la doctrina de una joven. Imagínense si en vez de una persona formada y firme, llega a pedirle confesión otra de las muchas que hoy divagan entre los católicos. Una actitud. ¡Qué asco, P. Jesús Martín Palacios!

 

Lo que hay que hacer, primero por caridad y después por higiene, es apartar al P. Ángel de la parroquia, comunicar el hecho de su falta de fe y repudio de un sacramento tan esencial como es el de la confesión al vicario de zona y éste al señor arzobispo, Osoro; del cual nada esperamos, pero al que compete imponer la necesaria disciplina. Si no lo hiciera, que no lo va a hacer, como no lo hace en otros muchos casos igual de tremendos, ya se le pedirán cuentas en su día, lo crea a no.

 

Hay que desenmascarar a todos esos curas, frailes y monjas que no creen para que dejen de contaminar a las sufridas ovejas; hay que apartarlos sin contemplaciones y si no reniegan de sus errores, hay que largarlos con viento fresco  –el que entrará cuando se vayan– de la Iglesia; como a los mercaderes del templo, pues son corruptos mercaderes de almas.

 

Por último: ¡pobre San Agustín! Si viera a sus agustinianos suicidándose doctrinalmente y camuflándose de paisano, , es decir, avergonzándose de la sotana o el traje sacerdotal, no sea que por la calle miren y digan que son «curas», no sea que la gente pueda ver en ellos a un mensajero de Nuestro Señor, no sea que así den testimonio ante el mundo, y eso sí que no. ¡Pobre San Agustín! Él que fue ejemplo de conversión y de doctrina.

 


29 respuestas a «Un cura que no cree.»

  1. » No juzgueis y no seréis juzgados » Demasiados juicios y alguna que otra amenaza. Pertenezco a esta parroquia y estoy muy orgullosa de que así sea, al igual que me siento orgullosa de nuestros sacerdotes que, con aciertos y desaciertos como cualquier ser humano, no se averguenzan de lo que son y no necesitan una sotana para evangelizar y hacer el bien.
    Así les queremos sus feligreses y así, lejos de avergonzarse, les quiere San Agustín. Y quien busque otra cosa, tiene opciones en otras parroquias que sigue habiendo sacerdotes con sotana a los que respetamos profundamente y nunca juzgaremos. Yo me quedo en mi parroquia!!!!

    1. Pues el primero que se pudo confesar fue el propio San Agustín en sus «Confesiones», quedándose –seguro– en la Gloria. Pero, claro, a los que les da igual ocho que ochenta y que ochocientos dirán que aquella confesión fue colectiva y que el pulpo es animal de compañía…

    2. Pues yo como católica me siento avergonzada de ese sacerdote que a todas luces ha perdido la fe, el sacramento de la Confesión es de suma importancia, y más si la persona en cuestión ha perdido la Gracia por un pecado grave. Es como si va un enfermo grave al hospital y le dice el médico que sólo atiende una vez al mes en forma comunitaria. Por si no lo sabe la Confesión Comunitaria no es válida en caso de pecados mortales, es necesaria la Comunión presencial con absolución individual, por lo que no sólo no cree en la Confesión sino que carece de Caridad y de Formación al no saber que pretende hacer confesiones inválidas.
      Ojalá echasen a tal sacerdote, lástima que parece que este Papa defiende a los malos sacerdotes y censura a los buenos.

  2. Pues anda que, si el único resumen es el tema de la sotana. No lo conozco y seguro que son bellísimas personas, pero como pastores de rebaño…. Creo que han metido la pata. Uno por meterla y el otro en lugar de reconocer y remediar, defiende la metedura de pata. En fin, qué pena. Como dice la Biblia»allí será el llanto y el rechinar de dientes»

  3. Un Sacerdote que no cree en la confesión, por lógica es un Sacerdote que no confiesa. Si seguimos tirando de la lógica, es un Sacerdote que no vive en gracia de Dios, que restituye este Sacramento, y si seguimos hilando, es un Sacerdote que Consagra en pecado. Ufffff, malo esto.

  4. Buenas tardes:
    Me ha venido a la memoria una anécdota que me comentó un pariente mío sobre la parroquia de San Francisco, en la ciudad de Reus, provincia de Tarragona.
    Mi citado pariente, en conversación con el párroco, le comentó que, al avecinarse la Semana Santa, iba a estar más relajado en lo que a ocupaciones laborales se refiere.
    El párroco se lamentó de tener que padecer por esas fechas a unas cuantas beatas «taradas» que no se movían del confesionario. ¡Qué coñazo!
    Éste y otros sucesos me llevan a pensar que el citado señor es prácticamente ateo, aunque se encuentra cómodo en el ejercicio del sacerdocio, pues ¿qué va a hacer? ¿Colgar los hábitos e ir a trabajar de reponedor en un supermercado?
    Ahí lo dejo.

  5. Pues yo estoy muy contento de la formación católica que recibí de Ángel y creo que ninguno estamos en disposición de juzgar a nadie. Como decía Agustín «Ama y haz lo que quieras». Os aseguro que Agustín está orgulloso de Ángel.

    1. Te referirás cuando dices que Agustín estaría orgulloso de Ángel, a alguien que esté a gusto, porque San Agustín, no creo, es más mira lo que dice de la confesión:
      La sinceridad en el momento de la confesión es la sinceridad ante Dios mismo; la actitud del que no es sincero es como la de quien, <<acudiendo a la consulta del medico para ser curado, perdiera el juicio y la conciencia de a que ha ido, y mostrase los miembros sanos y ocultase los enfermos […]. Dios es quien debe vendar las heridas, no tu, porque si tu, por vergiienza, quieres ocultarlas con vendajes, no te curara el medico. Has de dejar que sea el medico quien te cure y vende las heridas, porque el las cubre con medicamentos. Mientras que con el vendaje del médico las llagas se curan, con el vendaje del enfermo se ocultan. ¿Y a quien las ocultas? A quien conoce todas las cosas (SAN AGUSTIN,

  6. Pues siento decir a quien sea que cuando se acusa a alguien lo primero es dar su nombre no hacerlo en plan anónimo.Y después comentar que tal y como se hace la confesión individual no está de acuerdo con las normas que deben regirla
    Ha leído alguna vez un trozo de la palabra de Dios en el confesionario que es como se debería comenzar? Y por último decir que soy una ferviente defensora de la celebración comunitaria de la penitencia es decir en comunión con mis hermanos

  7. Como aguerridos soldados de Cristo, llevais la espada en ristre y pasáis a cuchillo a todo el que se ponga por delante. No importa que ahora sea un pobre cura de 87 años al que se le acababa de morir dos hermanos seguidos a los que quería mucho. Si hay que desvirtuar los hechos para asegurar la estocada, se cambia la verdad. ¡¡Mueran los infieles¡¡.
    Mi admiración, mi cariño, mi gratitud a todos los sacerdotes de la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza. La inmensa mayoría de sus feligreses estamos muy unidos a ellos. Hay otros que confunden la Cruz con la Espada.

    1. Qué tendrá que ver, las circunstancias personales en este momento de este sacerdote con su problema de no creer en la confesión; a eso se le llama sentimentalismo. Si es un problema de edad, más a favor para que se jubile. En cualquier caso si no cree en la confesión individual, está rechazando un sacramento, luego la solidaridad de los feligreses de esa parroquia, debería ser transformada en caridad para hacerle ver lo urgente, que por su edad es, arrepentirse de su falta. Repito, no a la solidaridad sentimentaloide y si a la caridad, por mucho que algunas veces parezca dura.

      1. Soy un Cristiano de nuevo cuño. Hasta el año 1978 ( yo tenia 40 años) yo no era creyente, pero Dios puso en mi camino varios amigos y varios PP. Agustinos, que sin yo darme cuenta y con el testimonio de sus vidas, cambiaronla
        mia. Uno era el padre Angel, que por cierto no tiene 75 años y si 86 dando su vida por la Iglesia.
        He convivido con el todos estos años que no fueron nada faciles para mi . En dos años y medio perdi, a mi hija, mi mujer y mi nadre por este orden.
        Nunca me senti solo, tanto los P.P: Agustinos como los miembros de la comunidad me acompañaron, encabezados por nuestro parroco P. Jesus Martin Palacios.
        Me parece totalmente anticristiano, calificar a unas personas ( sacerdotes) de la manera que algunos lo hacen sin
        conecer a laas peresonas que juzgan.
        Dios quiera que no tengan que ser juzgados,

  8. Los hechos que relata son incontestables. En los comentarios en contra, he de decir que nadie los niega. El párroco tampoco. Si el pobre cura, por negar él, además negó la confesión a la joven, doble pecado. A ver si nos dejamos ya de poner los sentimientos por encima del Evangelio. Jesús nunca se cansó de decir » no pequéis más» pues bien sabía y sabe que nos jugamos la eternidad del alma; y qué más importante que eso. La caridad no consiste en solidarizarse por amistad con el amigo cuando peca, sino todo lo contrario, en hacérselo ver.

  9. En la epístola de Santiago, en su capítulo 5: “Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados”. En el Evangelio: “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados”. Vuestros comentarios parecen hechos por fariseos, filibusteros. Dios es todo lo contrario: amor infinito, misericordia infinita, sentimiento infinito de PADRE y MADRE

  10. Juan 8, (3-7): “”Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?». Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra” .

    ¿Hablamos de juzgar a alguien? ¿A es nos invita el Evangelio?

    Quizá tampoco venga mal recordar Mateo 20:
    “«En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: “Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo.” Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontar a otros que estaban allí, les dice: “¿Por qué estáis aquí todo el día parados?” Dícenle: “Es que nadie nos ha contratado.” Díceles: “Id también vosotros a la viña.” Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: “Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.” Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno.. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: “Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.” Pero él contestó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?”. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.»”

    Dios es justo, generoso y misericordioso y nuestra visión de la justicia suele ser, en muchas ocasiones, cuanto menos, limitada. En definitiva ¿Somos nosotros quienes realmente sabemos a quienes debe elegir Dios para llevar el Evangelio al mundo (no olvidemos que es Él quien nos elige a cada uno)? ¿Realmente nos creemos tan sabios? Recordemos también el Salmo 117 y Mateo 21, 42: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”. Dios, y no nosotros, elige quiénes deben ser piedra angular en la tarea de evangelización.
    No juzguéis y no seréis juzgados, como decía Pepa, pero sobre todo, y siguiendo precisamente una frase de San Agustín (incluida en sus Confesiones), “mi amor es mi peso”; siendo así, el equipo sacerdotal de la parroquia, empezando por el párroco y terminando por cada uno de los sacerdotes tienen que pesar mucho, porque derrochan amor sin medida durante las innumerables horas que todos los días dedican, sin descanso, a asistir a todo aquel que se acerca a la iglesia; destinan todas sus energías a hacer de esta, nuestra parroquia un lugar de encuentro, de acogida A TODOS, de oración y de ayuda al prójimo; deben de pesar mucho porque, en definitiva, son reflejo, cada día , del amor de Dios, para mucha gente , entre la que me incluyo. Gracias ahora y siempre.

  11. JUAN RESUMEN

    Aquí veo dos tipos de comentarios totalmente opuestos. Los de la espada que la utilizan para echar de la Iglesia a todos los que no piensan como ellos- Los de la Cruz que tienen los brazos muy abiertos para dar acogida a todos, sin preguntarle sus creencias.

  12. Quiero comentar algunos detalles sobre este “artículo” si es que se le puede llamar así.
    El primero de ellos es puntualizar que esta persona llegó a la iglesia unos minutos antes de comenzar una celebración de la Eucaristía y que es por este motivo que el P. Ángel le dijo que no podía confesarla.
    Segundo: bastante poca educación tiene la persona que escribe esto, y con bastante poco respeto trata a dos personas que dedican su vida a los demás. Tanto el P. ángel, que sigue comprometido con su tarea pastoral, como el P. Jesus, que lleva muchos años en la parroquia, Y DEBE SEGUIR MUCHOS MÁS realizan una magnífica labor que no todos estarían dispuestos a asumir.
    Tercero: una persona que arremete como tú contra el Papa, el Arzobispo… tiene bastante poco de Cristiano.
    Pero menos lo tiene aún al decir que hay que desenmascarar a curas y frailes que no creen en Dios.
    Sus palabras son muy pero que muy lamentables, muy inapropiadas y demuestran una falta de respeto, de Educación y de vergüenza muy grandes.
    Dudo mucho que usted sea ni siquiera cristiano, pero si lo es … debería buscar una iglesia para reconocer más de un pecado: y créame que la confesaran, esté tranquila.
    Y sobre San Agustin… cuantas veces se está mejor callado que hablando sin saber. ¿Sabe qué decía San Agustín? Que si criticas, lo hagas con amor. Y aquí lo único que se ve es rencor.
    Los agustinos no se avergüenzan de ser lo que son, sacerdotes que viven en comunidad guiados por la regla de San Agustín. Pero la Iglesia sí que se avergüenza de tener dentro a gente como usted, si como le decís antes es Cristiana de verdad.
    Buenos días!

  13. El uno de noviembre, fiesta de Todos los Santo, el evangelio del día fue el de las Bienaventuranzas y Jesus nos dice: “Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”. Pues bien, leyendo la dureza con la que se juzga al P.Angel, al P.Jesús, al Papa, al Cardenal…..,
    resulta difícil compaginarlo con el mensaje de Jesús de mirar con limpieza de corazón al prójimo buscando no juzgarlo ni condenarlo.
    CONOZCO a los sacerdotes de la Parroquia de Santa María de la Esperanza desde hace muchos años y sé de su Fé, entrega y buen hacer.
    Ahora un refrán: “El hábito no hace al monje”. En la parábola del Buen samaritano Jesús nos enseña que lo más importante es actuar con misericordia, posiblemente el sacerdote que pasó de largo llevaría vestiduras sacerdotales pero no practicó la misericordia.
    Doy gracias por La Iglesia, por el aire fresco y evangélico que transmiten el Papa y tantas Parroquias, hombres y mujeres de buena fe que andan por el mundo.

  14. Buenas tardes

    Despues de leer estas lineas, me da tristeza leer estos articulos de gente que tiene las mismas creencias religiosas que yo.

    No mas lejos de la realidad, Cristo no sigue las reglas sino que nos enseña que el único mandamiento a seguir es el mandamiento del amor hacia Diós y hacia el prójimo.

    Leyendo las sagradas escrituras, no mas lejos del domingo pasado, dia 5/11, el Evangelio Mt 23, 1-12: Hipocresía de los fariseos, veo como Jesus nos enseña que es muy facil criticar a los demas y no hacer una autocrítica, es mas facil hacer una crítica destructiva que una crítica constructiva.

    No seamos como los fariseos, que solo se preocupaban por cumplir las normas.
    Seamos evangelizadores, que nuestra vida gire en torno a seguir las enseñanzas de Jesus y predicar su palabra en este mundo.

    Un saludo

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