De la guerra, de los vivales y otros cantamañanas a la derecha

Por Patricio Montero-Martin

16/05/2022 España

En la serie, estrellas y estrellitas de los medios de comunicación.

Cantinelas Medieras Animadas de Ayer y Hoy presenta:

A Álvaro Peñas, soi disant “gran especialista en Europa del este”, o uno más de los listillos que pululan en torno a VOX, a la espera del gran premio si la cosa les sale a estos, no menos soi disant “patriotas”, medianamente aparente.

Véase para más detalle la entrevista que le hace Navascués para ñ-tv: AQUÍ

Entrevista que hasta el min. 35 puede perfectamente darse a beneficio de inventario ya que se trata de la típica sesión de bombos mutuos, como decían los antiguos, en la que un señor encantado de conocerse, nos sugiere lo bien que le vendría una promoción a más jugosos pastos en los prados medieros, porque, claro está, él lo vale. Y, en efecto, para el entrevistado, el manejo de las medias verdades envuelto en verborrea no parece tener secretos. Así, Peñas, que sobre contar medias verdades, miente por toda la boca, porque no hay peor forma de mentir que contando medias verdades a sabiendas. Y, en efecto, a la pregunta del entrevistador, responde manipulando la información como un vulgar aprendiz de mediero estrella, estrellita de momento. Ucrania, dice, entregó en los 90′ su armamento nuclear de acuerdo al “memorándum de Budapest”, por el que Rusia se comprometía igualmente a “respetar su integridad territorial”, afirma campanudo el personaje, que cambia acto seguido de tercio, para seguir colocándonos, como quien no quiere la cosa, el propagandístico racarraca barato de la OTAN, el mismo que recitan diariamente los medieros con collar y correa que ladran incansables a favor de la guerra contra Rusia. Porque, que quede claro, según el listillo este, la culpa es de Rusia que ha invadido Ucrania, país con derecho indiscutible a poseer sus fronteras y a existir como nación, afirma muy serio y democrático nuestra, por ahora, estrellita mediática.

No se trata ya de que, aquí el especialista, no mencione ni por casualidad al títere de Kiev ni a sus admirados perros neonazis, criaturas en todo y para todo de la CIA y el MI6, no, se calla. Se calla como rabiza el fulano, y calla que, en la conferencia de seguridad de Múnich de enero 2022, Zelensky, invitado especial al evento ¡qué casualidad!, expresó claramente, y para el que lo quiera ver y leer grabado está, que Ucrania abandonaba el acuerdo (el famoso “memorándum” como dice el “especialista”) de Budapest, manifestando abiertamente su pretensión de dotarse del arma nuclear, además de solicitar formalmente su ingreso en la OTAN. Todo ello dicho tras el Maidán, al que este “avisado” plumilla llama muy formal en otra entrevista: “Euromaidán”, cuando no fue otra cosa más que un golpe de estado contra el gobierno legítimo de Ucrania. Tan públicamente instrumentado por USA-Inglaterra, que hasta la enviada de Obama, la innombrable Victoria Nuland, se dedicó ante las cámaras a repartir donuts entre los golpistas (buena parte de ellos armados) que, tras matar a algunos policías de nada, ocupaban aquella plaza del Maidán en Kiev; que de ahí el nombrecito y el hábil prefijo añadido. Tras eso, tras ese tan inocente “Euromaidán”, como lo denomina aquí el especialista, se le olvida igualmente hacer la más mínima mención a un ejército, el ucraniano, que instruido por ambos mentados paladines de la «democracia», en febrero de este año se hallaba, ¡oh! casualidad,  concentrado y dispuesto, hasta el punto de haber comenzado la previa preparación artillera (tal como lo demuestran los datos de explosiones diarias recogidos por la OSCE, cuyos observadores estaban desplegados sobre el terreno a lo largo de la línea de alto el fuego fijada por los acuerdos de Minsk, los mismos que el gobierno de Ucrania ignoraba por completo) a una ofensiva, -limpieza étnica sin disimulos anunciada por Kiev-, contra las provincias del Donbás. Región del este de Ucrania, lindante con Rusia y el mar de Azov, donde ya se hallaban estacionados, (detalle que aquí el hábil informador aparenta ignorar), los nazis de Azov y Pravy Sektor, tras haber sido prohijados por la CIA y el SAS británico, convertidos ya por tan benéficos padrinos sus militantes en una división (reforzada, con más de 20.000 integrantes) perfectamente entrenada, uniformada y armada, e integrados por el gobierno de Kiev sus componentes, tanto en la policía (guardia nacional), como en el ejército regular ucraniano; criatura este, igualmente, por entero de los anglos. Fuerza militar, por lo tanto, que se hallaba acantonada, entre otros lugares de esa mentada región, en las instalaciones del aeropuerto de Mariúpol que -cerrado desde 2015- les servía de cuartel general, y a donde la sola mención de ser detenidos y traslados causaba terror entre los habitantes de la ciudad, rusófona en su de mayoría (más del 80%), sabedores de lo que sucedía en sus sótanos. Lo que ha ocurrido -y ocurre- con las ratas neonazis, junto con el probable centenar de soldados OTAN (hay quien dice franceses) literalmente atrapados en una ratonera de la ciudad industrial portuaria de Mariúpol, no ha sido precisamente por casualidad. El que Peñas, hábil mediero, ni lo miente, en realidad no nos extraña lo más mínimo.

“Points of view” creo que llaman en las escuelas de guerra norteamericanas a las directrices que el Departamento de Estado, -en conexión con la inteligencia del Pentágono (civil affairs)-, elabora diariamente, es de suponer que con especial atención en tiempo de conflictos abiertos, para ser distribuidas a las agencias dominantes de noticias que las replican por todo el mundo mediante los llamados mainstream media (en castizo: mierda de medios de manipulación). El procedimiento no es más que una parte de las operaciones correspondientes a la guerra psicológica, sobre la que tanto aprendieron -perfeccionándola-, los americanos en Vietnam; obligados, dicho sea de paso, por pájaros de la catadura de un Walter Cronkite, que les hizo la jera que les hizo en los medios de entonces, sobre todo la tele.

En la guerra de Ucrania, los puntos de vista dominantes que replican diariamente, hay que insistir, sin la menor crítica ni reparo los MMM (mierdas-medieros-manipuladores en toda Europa), parten de USA; de su reparto e imposición, en el continente, pero también en la India (donde la operación por cierto les está saliendo rana y no les faltan, desde el gobierno del subcontinente mismo, contestones que ponen a esos perros del MI6 en su sitio, pero esto es otra historia), ya se cuidan esos piratas ladrones y asesinos de los hijos de la gran etc., especializados históricamente, como se sabe, y allí donde mediante el expolio han esperado obtener ganancias, en matar a millones de seres humanos mediante hambrunas provocadas por ellos; que si no lo consiguen ahora con Rusia, no será porque no lo deseen ni lo busquen.

Hoy, a poco que se observe con atención, las cantinelas y racarracas propagandísticos sobre la guerra en Ucrania se repiten, tan sistemática como servilmente, por todos y cada uno de los medios de comunicación occidentales, desde los grandes consorcios de la comunicación y tv’s estatales, a la última hoja parroquial del más humilde villorrio. Es, ni más ni menos, que una de las características novedosas de esta guerra. Una instrumentación propagandística a gran escala sobre un conflicto armado, sobre unas operaciones bélicas, destinada a provocar una histeria colectiva, de origen sentimentaloide pero siempre con el objetivo de anular la más mínima posibilidad de raciocinio y crítica, en las personas a las que va dirigida. La campaña en este campo de la guerra es de tal magnitud, que puede afirmarse con toda rotundidad, que el mundo nunca ha conocido algo semejante. Naturalmente, la escala de los que participan como jerárquicamente organizados agitadores y voceros de estas operaciones de sofisticada guerra psicológica, admite una gran amplitud, y en ella están, como es lógico, los que ingresan jugosos dividendos, los que reparten el pastel de las oportunas subvenciones, y, luego, los que se llevan las migajas: los viajes gratis y los rumbosos hoteles, las prostitutas y los regalos, y, en fin, otras gabelas de similar jaez. Y como que, a fin de cuentas, en esto se trata de logreros y buscavidas, de jetas y vivales, al final de la cola, de esa cola de la inmundicia y la ignominia, de la trampa y el camelo, al final de la cola, figuran los aspirantes, los willige Vollstrecker, los ejecutores voluntarios como dicen los “cabezas cuadradas”, que permanecen en su labor como aspirantes a futuros y golosos puestos y promociones. Lo que es justo el caso que nos ocupa, tal y como lo vemos reflejado en la entrevista a que aludimos, donde se nos presenta a un impostor y, de momento barato, vulgar propagandista de la agenda atlantista dominada por las élites de USA e Inglaterra.