De la Providencia Divina
¿Qué es la Providencia divina? La Providencia divina es el cuidado amoroso que tiene Dios de todas sus criaturas.
¿Habla a menudo la Sagrada Escritura de la divina Providencia? De pocas verdades habla tanto la Sagrada Escritura como del amor con que cuida Dios de sus criaturas. “Todos tus caminos están aparejados desde la eternidad, y has fundado tus juicios en tu infalible providencia” (Judit IX, 5) – “No digas en presencia del ángel: No hay providencia” (Ecles., V, 5) – “La sabiduría va por todas partes buscando a los que son dignos de poseerla por los caminos que les presenta con agrado” (Sab., VI, 17) – “Mirad las aves del cielo, cómo no siembran, ni siegan, ni tienen graneros: y vuestro Padre celestial las alimenta. Pues ¿no valéis vosotros mucho más sin comparación que ellas?” (Mat., VI, 26)
¿Cómo se prueba por la razón que existe la Providencia? La Providencia se prueba por la misma noción de Dios, por el orden admirable que reina en el universo, y por el consentimiento universal de todos los pueblos. 1° Dios, siendo infinitamente sabio, no puede obrar sino con un fin digno de Él; siendo infinitamente bueno, no se concibe que deje de cuidar de los seres que creó. Negar la Providencia sería lo mismo que negar la existencia de Dios. 2º El universo nos pre8enta una multitud de seres esencialmente diferentes entre sí, pero gobernados todos por leyes constantes, y que en el conjunto de sus fines particulares persiguen un fin general cómo explicar la constancia de las leyes del universo sin la intervención de una razón ordenadora; es decir sin la Providencia. 3° El testimonio unánime de todos los pueblos, que en todas partes y en todas las edades han creído, en una u otra forma, en la existencia de un Ser supremo que gobierna el mundo con poder, sabiduría, bondad y justicia, es otra prueba en favor de la Providencia.
¿Cuáles son los actos que supone la Providencia? Dos: uno que consiste en prever, en disponer de antemano el orden y el plan de la creación; y otro en proveer a las criaturas de los medios necesarios para la consecución de su fin.
¿A qué atributos corresponde el primer acto? A la sabiduría y a la ciencia.
¿Cómo a la sabiduría? Porque la sabiduría divina fija, desde toda la eternidad, a cada ser su fin propio, y a todos juntos, un fin común, que es la gloria de Dios. “La sabiduría abarca fuertemente de un cabo a otro todas las cosas, y las ordena todas con suavidad” (Sab., VIII, 1) – “El corazón del hombre forma sus designios; mas del Señor es el dirigir sus pasos” (Prov., XVI, 9)
¿Cómo a la ciencia? Porque la ciencia infinita de Dios se extiende a todas las cosas, a lo pasado, a lo presente, a lo venidero, y aun a los actos futuros de las criaturas libres. “Todo lo conoces, Señor, lo pasado y lo venidero” (Salmo CXXXVIII, 5)
¿A qué atributos se refiere el segundo acto? A la bondad y al poder de Dios.
¿Cómo se refiere a la bondad? Porque amando Dios a sus criaturas conviene que las gobierne para bien de ellas. “En abriendo tú la mano, todos se hartarán de bienes” (Salmo CVI, 38)
¿Cómo al poder? Porque la ejecución del plan divino en el mundo es acto de la omnipotencia de Dios. “Terrible es el Señor y grande sobremanera, y su poder es admirable” (Ecli., XLIII, 51)
¿Se extiende a todo la Providencia de Dios? Sí: se extiende a las cosas pequeñas como a las grandes, a la brizna de hierba y al gusanillo, como al hombre y al ángel, y se ejerce tanto en el orden de la naturaleza como en el de la gracia. “Dios hizo al pequeño y al grande, y de todos cuida igualmente” (Sab., VI, 8) - Ni un pájaro caerá en tierra sin que lo disponga vuestro padre. Hasta los cabellos de nuestra cabeza están todos contados” (Mat., X, 29-30)
¿Cómo se manifiesta la Providencia en el orden de la naturaleza? 1º Manteniendo el orden maravilloso que reina en el mundo físico; “Los cielos anuncian la gloria de Dios” (Salmo XVIII, 1); 2º Conservando en la humanidad la creencia en los principios fundamentales de la religión y de la moral; “Los gentiles hacen ver que lo que la ley ordena está escrito en sus corazones, como se lo atestigua la propia conciencia y las diferentes reflexiones que allá en su interior ya los acusan, ya los defienden” (Rom, II, 15). 3º Haciendo que concurran al cumplimiento de sus designios los acontecimientos de la Historia. “Del Señor es el reino, y Él ha de tener el imperio de las naciones” (Salmo XXI, 28)
¿Cómo se manifiesta la Providencia en el orden de la gracia? Por las revelaciones, milagros y profecías; por innumerables medios de santificación, y por la conservación de su Iglesia.
¿Qué frutos debe producir en nosotros la fe en la Providencia? Mucho consuelo y confianza, porque en medio de las penas e inquietudes de la vida, sabemos que nos hallamos en las manos de un Padre que nos ama y a quien podemos invocar. “Expón al Señor tu situación, y confía en Él; y Él obrará” (Salmo XXXVI, 5) – “Descargando en su amoroso seno todas vuestras solicitudes, pues él tiene cuidado de vosotros” (Salmo XV, 8)
¿Cuál debe ser nuestra conducta con respecto a la Providencia? Debemos: 1º Adorar humildemente los designios de Dios sobre nosotros en los acontecimientos que nos parecen adversos. “Yo contemplaba siempre al Señor delante de mí, como quien está mi diestra para sostenerme” (Salmo, Xv, 8); 2º Confiar en Dios, creyendo sin vacilar que nos concederá generosamente cuanto necesitemos para bien de nuestra alma y de nuestro cuerpo. “Contemplad los lirios del campo cómo crecen y florecen: ellos no labran ni tampoco hilan…Pues si una hierba del campo, que hoy es o florece, y mañana se echa en el horno, Dios así la viste: ¡cuánto más a vosotros hombres de poca fe!” (Mat., VI, 28-30); 3º Aceptar con sumisión los males de esta vida, como ordenados por la voluntad de un Dios infinitamente bueno y sabio. “Se ha hecho lo que es de su agrado: bendito sea el nombre del Señor” (Job., I, 21)
