Déjame dormir mamá
Artículo y video incluidos, ambos dos joyas. No se lo piedan.
Hace unos años encontré por internet un singular poema titulado “Déjame dormir mamá”, atribuido a la pluma de Fray Junípero Serra, en el que se burla y critica la actitud de los políticos allá por el siglo XVIII como si fuese hoy mismo…
El poema lo disfruté bastante, no sólo por el fino humor y la aguda sátira que laten en cada uno de sus versos, sino porque su lectura me enseñó que la conducta de los diputados parece ser la misma en todos los partidos políticos.
Y es que los parlamentos de España parecen más agencias de colocación de vividores políticos que, culiparlantes que en múltiples ocasiones ni ocupan sus escaños, y cuando lo hacen, duermen, bostezan, juegan con el teléfono o leen revistas poco informativas ni formativas. O, lo que es lo mismo, que prefieren dormir a cumplir con sus funciones, porque, realmente, ser parlamentario y votar por lo que otros propongan les produce verdadero cansancio por lo que se duermen en su escaño; amén de que, si faltan a las sesiones, saben de antemano que nada les pasará, y tampoco les importa el qué dirán; lo que solo y realmente les importa es el salario y las dietas que reciben.
Reproduzco a continuación un poema de Fray Junípero Serra de 1706 que parece que ya veía nuestras instituciones, y eso que eran bastantes menos parlamentos y políticos; dice así:
«-Hijo mío, por favor, de tu blando lecho salta. Déjame dormir, mamá, que no hace ninguna falta.
-Hijo mío, por favor, levántate y desayuna. Déjame dormir, mamá, que no hace ninguna falta. -Hijo mío, por favor, que traigo el café con leche. Mamá, deja que en las sábanas un rato más aproveche.
-Hijo mío, por favor, que España entera se afana. ¡Que no! ¡Que no me levanto porque no me da la gana! -Hijo mío, por favor, que el sol está ya en lo alto. Déjame dormir mamá, no pasa nada si falto.
-Hijo mío, por favor, que es la hora del almuerzo. Déjame, que levantarme me supone mucho esfuerzo.
-Hijo mío, por favor, van a llamarte haragán. Déjame, mamá, que nunca me ha importado el qué dirán.
-Hijo mío, por favor, ¿y si tu jefe se enfada? Que no, mamá, déjame, que no me va a pasar nada. -Hijo mío, por favor, que ya has dormido en exceso. Déjame, mamá, que soy diputado del Congreso y si falto a las sesiones ni se advierte ni se nota. Solamente necesito acudir cuando se vota, que los diputados somos ovejitas de un rebaño para votar lo que digan y dormir en el escaño. En serio, mamita mía, yo no sé por qué te inquietas si por ser culiparlante cobro mi sueldo y mis dietas. Lo único que preciso, de verdad, mamá, no insistas, es conseguir otra vez que me pongan en las listas. Hacer la pelota al líder, ser sumiso, ser amable. Y aplaudirle, por supuesto, cuando en la tribuna hable. Y es que ser parlamentario fatiga mucho y amuerma. Por eso estoy tan molido. ¡Déjame, mamá, que duerma!”
-Bueno, te dejo, hijo mío. Perdóname, lo lamento. ¡Yo no sabía el estrés que produce el parlamento»!
¿No es increíble que un franciscano del siglo XVIII escribiese este poema que suena tan radicalmente actual? Tan increíble, que unos dicen que sí y otros que no, pero la verdad del cuento, ¡Ay seño de los tormentos! Ni lo sabe la Lirio, ni lo sé yo.
Lo que sí sabemos es que estos “vividores de la política” son una carga que los españoles no podemos soportar. En fin, ¿no les parece que sobran muchos políticos?

Espectacular, parece escrito esta misma mañana.
Gracias por compartir
Estimado seguidor: es que este colaborador es magnífico. Saludos cordiales
Hay que ser un poco más crítico y no creerse a pies juntillas todo lo que se publica, ese simpático poema no lo escribió el susodicho franciscano, indague un pelin en Google y vera que es una auténtica mentira, que hace que pierda fuerza lo que se pretende transmitir. Un saludo