Desarrollo industrial durante el gobierno del Caudillo

José Alsina Calvés, nacido en Ripoll, es licenciado en Biología por la UB, y Master en Historia de las Ciencias y Doctor en Filosofía por la UAB. Catedrático de Instituto jubilado. Fundador y secretario general de la Asociación Sindical del Profesorado de Enseñanza Pública de Cataluña. Autor de diversos libros sobre historia de la ciencia, historia de las ideas y biografías políticas. Director de Nihil Obstat, revista de historia, metapolítica y filosofía. Hasta hace poco presidente de Somatemps, dirige en la actualidad la Catedra Eugeni D’Ors de Pensamiento Hispánico de esta asociación.
En esta ocasión nos habla de la importancia que tuvieron los ingenieros de Franco para el desarrollo económico del Régimen.
¿Por qué dice usted que la industrialización franquista puede tomarse como ejemplo de un desarrollo autocentrado?
Responde a un desarrollo autocentrado por primar el mercado interior, y no estar sometida a injerencias externas. La autarquía nunca fue total, es decir, a pesar del bloqueo comercial decretado por los vencedores de la II Guerra Mundial, algunos de estos países, como Inglaterra, seguían manteniendo alguna relación comercial.

Lino Camprubí puso de manifiesto lo absurdo de suponer que un Régimen que se mantuvo durante cuarenta años pudiera hacerlo de espaldas a la ciencia y a la tecnología.
Camprubí quiere decir que los científicos e ingenieros de Franco no eran unos funcionarios neutros sin ideología (suponiendo que tal cosa fuera posible) sino que eran personas comprometidas ideológica y políticamente con el Régimen.
Háblenos de la importancia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas para el desarrollo de España.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (en adelante CSIC) fue, y es, una institución fundamental para el desarrollo de la ciencia española. Su máximo impulsor, José Mª Albareda, era doctor en química y farmacia, especialista en Edafología (la ciencia que estudia la formación del suelo, a caballo entre la geología y la biología) y miembro de Opus Dei.
El CSIC estaba formado por una serie de Institutos que mantenían una estrecha relación con las empresas del Instituto Nacional de Industria (INI) y enfocaban sus investigaciones hacia cuestiones de trascendencia económica y tecnológica. En el régimen del 78 el INI fue desmantelado, pero el CSIC sigue existiendo.
¿Cuáles serían los principales centros y líneas de investigación del CSIC?
Entre muchos otros podemos citar el Instituto Técnico de la Construcción y del Cemento (ITCC), el Patronato Juan de la Cierva, el Instituto Alonso de Santa Cruz de Física, el Instituto Daza de Valdés de Óptica, el Instituto Milà y Fontanals de Humanidades y el Instituto Arnau de Vilanova de Historia de la Medicina (fundado y dirigido por Pedro Laín Entralgo).
¿Quiénes fueron los ingenieros de Franco que tuvieron más trascendencia?
Alfonso Peña Boeuf (que fue ministro de Obras Públicas) y Eduardo Torroja, ingenieros de caminos; Juan Antonio Suanzes (que fue ministro de industria) y José María Otero Navascués, ingenieros militares; Álvaro de Ansorena y Sáenz de Jubera (jerarca de la Organización Sindical) y Rafael Font de Mora, ingenieros agrónomos. Obsérvese que varios de ellos compaginaron su actividad profesional con el compromiso político con el Régimen.
¿Hasta qué punto nos beneficiamos hoy de sus obras?
La mayoría de las empresas españolas punteras fueron desmanteladas bajo el gobierno de Felipe González, como condición para la entrada de España en el Mercado Común. El INI fue desmantelado y sus empresas vendidas, la mayoría a firmas extranjeras (la emblemática Seat, por ejemplo, se vendió al grupo alemán Wolswagen). Nos ha quedado la inmensa obra hidroeléctrica (los famosos pantanos) y el propio CSIC.
