¿Diplomacia con Marruecos? ¿Seguro? ¿Cómo?

Podemos definir la diplomacia como el «arte» de representar y velar por los intereses propios en relación con los de otros países.

Lo anterior implica que para que una nación pueda desarrollar una eficaz diplomacia, debe tener bien definida su política exterior, es decir, sus objetivos en cada momento en relación con otros. Para ello, el Gobierno de turno debe elaborar la política exterior que a su juicio sea la más conveniente para los intereses nacionales –no partidistas– teniendo muy en cuenta el histórico particular y general de las relaciones con esos otros, la situación en el momento y las informaciones fidedignas de toda clase a las que pueda tener acceso, así como la propia realidad.

Pero se olvida, además, de que para perseguir esos objetivos, esos intereses, no basta con definirlos, elaborar un documento marco de política exterior –el papel todo lo aguanta– y desperdigar por esos mundos a unos diplomáticos para que, entre cóctel y reunión, y reunión y cóctel, velen por ellos ante sus homólogos extranjeros. No, en absoluto. Porque si esos objetivos, esa política exterior y esos diplomáticos no están respaldados por una nación unida, firme, seria, estable y lo más fuerte posible en todos los aspectos (económicos, sociales, institucionales, militares, etc.) de nada sirve completar proceso tan laborioso porque ni los objetivos estarán claros, ni el documento de política exterior dirá nada, ni mucho menos lo harán los diplomáticos que se dedicarán a vivir y figurar.

Es el triste caso de nuestra querida España que desde hace más de medio siglo carece por completo de una verdadera y nacional política exterior, motivo por el cual los avatares, sobre todo las adversidades, con que nos enfrentamos en nuestras relaciones con los otros nos cogen siempre con el pie cambiado y en pelota picada.

El caso más sangrante es el de nuestras relaciones con nuestro enemigo del Sur, Marruecos, el único realmente peligroso para nuestra soberanía, integridad e independencia nacional.

A pesar del tiempo transcurrido y de las múltiples puñaladas que desde su independencia en 1957 nos viene propinando Marruecos, no sólo no aprendemos, no sólo no nos convencemos, no sólo dejamos de creernos nada de lo que pueda decir Rabat, sino que despreciando las pruebas y evidencias prácticamente diarias, nada hacemos o, mejor decir, seguimos bajándonos los pantalones sea quien sea el que se siente en La Moncloa; en la Zarzuela no importa quién esté porque los Borbones son todos iguales.

El moro mira con atención nuestro caminar y lo que ve desde hace décadas le «mola» porque todo le favorece; hasta aceptamos como embajadora una marroquí ¡que tiene nacionalidad española! Nuestra tremenda situación de práctica disolución, las puñaladas traperas y cainitas entre unos y otros y entre todos, la falta de autoridad, de orden, etc., le muestran una nación desecha, débil, sin norte, sumida en el caos y, por ello, fácil presa de sus ambiciones. Marruecos es, en cambio, todo lo contrario.

¿Cómo vamos en nuestra penosa situación a poder desplegar una verdadera diplomacia con enemigo tan ladino, sutil, listo y que tiene las ideas muy claras de lo que quiere y la voluntad de conseguirlo antes o después? ¿Cómo nos va a respetar si no nos respetamos a nosotros mismos? ¿Cómo vamos a meterle miedo si carecemos de fuerza y, peor aún, de voluntad de llegar hasta las últimas consecuencias si hiciera falta en defensa de nuestros intereses? ¿De qué «diplomacia» estamos hablando? ¿Cómo se puede apelar al Rey si es un pelele, máxime si lo comparamos con el marroquí? ¿Cómo vamos a sentarnos en una mesa a negociar si antes no hemos conseguido la fuerza que dan las obras y no las palabras?

A ver si nos dejamos ya de fantasías y cuentos. España va de capa caída y ya se sabe que al perro flaco todo le son pulgas; la historia lo demuestra una y mil veces y siempre de forma cruel. Mientras no arreglemos nuestra casa, la limpiemos y fortalezcamos, el moro no sólo seguirá ladrándonos, sino que nos morderá y no habrá remedio; ya nos ocurrió más de una vez en otras latitudes.

PD.- Y en lo que respecta a Gibraltar igual. ¡Para empezar que cierren la «verja» de una puñetera vez!


5 respuestas a «¿Diplomacia con Marruecos? ¿Seguro? ¿Cómo?»

  1. Totalmente de acuerdo con usted, y con los dos contenciosos: con MARRUECOS y con EL REINO (HUNDIDO) DE LA GRAN BRETAÑA.
    Respecto a MARRUECOS, nuestra «postura» se resume en ponernos de rodillas, o mirando hacia Cuenca, a elección de los moros.
    Cobardía, inacción, etc. Y, por supuesto, defender a los saharahuis, y reconocer oficialmente a la república correspondiente.
    Y respecto a GIBRALTAR, urge cerrar LA VERGA, como hizo FRANCO, e impedir la entrada de camiones españoles que llevan escombros de España PARA SEGUIR «ENSANCHANDO» gibraltar, QUE YA ES EL DOBLE DE GRANDE que era hace tres siglos.
    Así de claro.

  2. Todo quisqui se CISCA en Ex-Paña por la sencilla razón de que todo quisqui sabe que tanto nuestros RIDÍCULOS politicastros como nuestros NO menos ridículos reyezuelos son una panda de COBARDES indecentes.
    Y NADIE respeta a los cobardes.

    El respeto, NO es gratis. ¡Hay que GANÁRSELO!.

    Que es justo lo CONTRARIO de lo que nuestros PATÉTICOS gobernantes llevan haciendo desde el 20-N de 1975.

    A Ex-Paña, hay que darle la vuelta como a un calcetín. Y eso, sólo pueden hacerlo los MILITARES.

    Aunque podéis esperar sentados a que lo hagan.

    La CASTA militar actual, está formada por auténticos EUNUCOS, con más MIEDO que vergüenza.

    Epílogo: la PRECIOSA Sangre y Oro, yacerá en el polvo hasta que, como fue profetizado, el Gran Monarca, el famoso Caudillo del Tajo, se ponga al frente de España.

    Por suerte, eso, sucderá bien PRONTO.

    ¡Dios, con nosotros!.

  3. España precisa un proceso de regeneración nacional que dé la vuelta de forma radical a la situación de corrupción y traición generalizada actual:
    si en la actualidad todos los Poderes del Estado están corrompidos y todas las instituciones prostituidas, hay que pasar al extremo opuesto.

    Para ello el mecanismo más importante de la España que resurja es la Justicia.
    Si ahora, y desde hace 40 años, da «puntos» para ser General o para progresar en los puestos del Estado, es ser un vendido, felicitar el Ramadán a los enemigos de España, celebrar los 100 años de la legión sin nombrar a sus fundadores Millán Astray y Francisco Franco, suspender en funciones por el periodo máximo y abrir un expediente disciplinario a un subordinado acusado por los comunistas de poseer tuits «franquistas», o directamente da puntos por ser un traidor a España, en la nueva España todos estos «méritos» y otros muchos deben ser motivo para perderlo todo, incluida la nacionalidad española y ser arrojado fuera del territorio nacional.
    Si ahora da puntos para llegar a los altos Tribunales el estar dispuesto a no resolver el recurso de inconstitucionalidad de la Ley del Aborto en 12 años porque no le conviene al Gobierno, o dar carta blanca para cometer el atropello por ejemplo de la profanación de la tumba de Franco, y destruir la Justicia en España e implantar en su lugar la indefensión, sin protección de Derechos Fundamentales por cuanto el Tribunal Supremo se presta a inadmitir a trámite el 98% de los Recursos de Casación C-A y el Tribunal Constitucional el 96% de los Recursos de amparo de los ciudadanos, con la complicidad de la Fiscalía, en la España que surja de su regeneración, todos estos «méritos» serán motivos de cargo en procesos judiciales contra los autores cómplices y encubridores.
    Si en la actualidad los medios de comunicación perciben enormes ayudas económicas del Gobierno por impedir que llegue a la población una información íntegra y veraz, en la nueva España, por el contrario, esto no será motivo para obtener pingues cantidades de dinero público sino cargos penales de los que responder ante un verdadero Tribunal, y ver expropiada la televisión o el medio de comunicación.
    Se ha de pasar de la situación actual en la que el funcionario policial y no policial que es honrado, cada vez que actúa con integridad tiene miedo de lo que le puedan hacer sus superiores, a que quienes tengan miedo sean los que son corruptos y los que como superiores impulsan o coadyuvan a esta corrupción.
    Que el ciudadano honrado que teme porque su vivienda pueda ser ocupada, o de ser asaltado por la delincuencia en la calle, de esta situación hay que pasar a que el delincuente que pase
    de la situación actual de estar envalentonada por la impunidad de la que goza, a que tema por su vida.

    Si uno echa la vista atrás estamos donde estamos porque desde el asesinato de Carrero Blanco inclusive, los enemigos de España han tenido garantizada la impunidad más absoluta. Esta situación debe invertirse completamente.
    Marruecos se viene aprovechando de esta situación, saliéndole gratis todas las agresiones que viene cometiendo sin ninguna consecuencia para ellos. Esto debe invertirse completamente. Sabemos lo que pasa por ceder en todo ante Marruecos y su ambición desmedida, pagando España subvenciones millonarias mientras a los españoles se les niegan servicios básicos, dándoles en España a sus naturales derechos de los que no gozan ni los propios españoles, incluso cuando la recuperación de la Isla Perejil, España trató a los marroquíes invasores con guante blanco, reconocimiento médico y devolución inmediata incluidas, y este ceder en todo, y pagar y pagar y pagar y pagar, ya sabemos a qué ha conducido, a nuevas exigencias.
    De lo que se trata es de invertir este proceso, y si es preciso prepararse para caer sobre Marruecos, sobre su clase dirigente, como un tanque caería sobre un cartón de huevos. Pero claro para eso hay que recuperar las capacidades que se han dejado perder traicioneramente en los últimos 50 años, y reforzarlas con otras muchas nuevas. El principal escollo es la imbecilidad social que ha sido implantada en España para que la población esté sumida en la estupidez en la que está posicionada.

  4. Totalmente de acuerdo con su exhaustiva y aguda reflexión.
    Ahora bien, ¿no cree usted que la imbecilidad social ha sido implantada en España con un sistema educativo (más bien deseducativo), de nulo exigencia, un profesorado mayoritariamente rogelio, la supresión de asignaturas o materias como la historia y la lengua española, la religión, o la tan denostada formación del espíritu nacional, que ayudaban a saber y sentirse miembros de una comunidad en la historia y de futuro…?
    Por no hablar, que también, de la invasión y ocupación por los moros, etc., las parejas de distintos colores, nacionales, etc., que han creado un ejército de obreros cipayos, de baja, bajísima, cualificación, y mano de obra barata para el capitalismo,. nacional e internacional… (Solamente marroquíes, tenemos en España MÁS DE UN MILLÓN, la mayoría viviendo de «nuestro» Estado de Bienestar, que en realidad es el suyo, pues ellos son los principales beneficiarios. Pero que, eso sí, se nutre con nuestros im puestos, y cotizaciones sociales).

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