Diwan de los perros de plomo

Hace ya tiempo que sabemos que todo es posible en esta España Komanche arrasada por la estampida de radikales e indepes, que han hecho de nuestros territorios y tradiciones una pura cacharrería para su divertimento. Pero lo que pocos sabían era que dentro del fragor de esta canallesca iba agazapada otra campaña electoral, subterránea ―pues viene del inframundo―, con un candidato espeluznante que, al fin, se ha presentado en sociedad.
Todo sucedió en mi Sevilla, donde los endriagos de turno escribieron hace no mucho en unas iglesias céntricas esas frasecitas que no por conocidas dejan de producir náuseas, y que constituyen el único programa electoral de las hordas luciferinas que asolan España: «Arderéis como en el 36», «La única iglesia que ilumina es la que arde». Nada nuevo bajo el sol, pero la enjundia, el tomate, está en la tercera frase que grafitearon, donde presentaban a su candidato. Más que frase, era una sola palabra: «Satán». Nada más… y nada menos.
Al fin se atreven a firmar, a presentar sus credenciales. No es que sea una sorpresa, porque no era difícil imaginar quién se encuentra detrás de tantas «performances» blasfemas como se suceden en España, pero ahí le tenemos, en campaña, sin máscaras ni disfraces.

Lo de las iglesias que iluminan cuando arden es un exabrupto blasfemo del anarquista ruso Piotr Kropotkin, muy citado por el también anarquista Buenaventura Durruti, aquel genio militar que murió en el frente de la Ciudad Universitaria de Madrid cuando se le disparó su propio fusil, aunque la propaganda roja le presentara como mártir caído con honor.
A mí lo que me llama la atención es que esta tribu luciferina hay utilizado la famosa frase acuñada por las asaltacapillas de la Complutense del 2011, entre las que figuraba la Rita Maestre: «¡Arderéis como en el 36!». ¿Coincidencia? ¿Por qué esta turba eligió precisamente esa frase, cuando su amenaza podía haber encontrado millones de eslóganes para expresar su amenaza pirómana? ¿Será que la «performance» sevillana la realizaron también miembras del comando de asaltacapillas, que plasmaron sus estribillos favoritos? ¿Serían quizá discípulos/as de ese comando? Sí, Rita Maestre, ¡contigo em… pezó todo!

Esto nos lleva a otra inquietante pregunta: ¿es también casualidad que el activismo luciferino se haya multiplicado en España, coincidiendo con la llegada a la arena política de los radikales podemitas? ¿Qué relación tienen estas jaurías de blasfemadores con los activistas antisistema?
El episodio de 2011 fue protagonizado por la sección feminista del grupo antikapitalista «Contrapoder», fundado por Pablo Turrión y Errejón Potter en 2006, cuyas integrantes se definían como «las nietas de las brujas que no pudisteis quemar». Bueno, pues yo soy hijo de los católicos que no pudisteis flambear en el 36.
La Fiscalía que se hizo cargo del caso de las asaltacapillas solicitó que no se tuviera en cuenta el recurso del abogado de Rita Maestre, alegando que se puede «alardear de ser puta», pero no frente al altar de una capilla religiosa. La respuesta de «AhoraMadrid» no tuvo desperdicio: «Somos putas, señoritas, bolleras, pescaderas… Seguimos siendo las brujas que no pudisteis quemar. Somos y seguiremos siendo libres». Sostenella y no enmendalla.
Tras las brujas vinieron las «madresnuestras», y más tarde las «coñoinsumisas», haciendo sus numeritos blasfemos, los cuales, según los jueces, no tienen ánimo de ofender, no son dolosos, así que pelillos a la mar. Aquí paz, y después infierno.
Más preguntas: ¿Qué sabrá la Rita Maestre de lo que pasó en el 36, si ella nació en 1988? ¿Qué le habrán contado? ¿Qué los milicianos bailaban con las momias de las monjas que desenterraban? ¿Qué la Iglesia opresora del proletariado merecía una buena cremá? No sé si esta quemaora y sus secuaces serán nietas de brujas, pero lo que sí es seguro es de quiénes fueron sus abueletes en la España del 36.

Siguiendo con los interrogantes, ¿a quién votarán estos militantes del Señor de las Moscas? A mí me da que no son del PP ni de VOX, sino que alguna simpatía tendrán al Sr. Turrión, ya que éste, además de fundar el grupúsculo antikapitalista del que salieron Rita y sus adláteres, llegó a decir que la acción de Rita era «un ejemplo a seguir». Ole y ole. Además, uno de los puntos de su programa consiste en la despenalización de la blasfemia. Ole y ole. Eso sin contar con las numerosas medidas que propone para desguazar la Iglesia católica.
Dicen que el Turrión está a partir un piñón con Bergoglio, y aunque tuvo la osadía de condenar un asalto a una capilla universitaria, lo hizo con la boca pequeña, ya que sólo condena «las formas», no «el fondo». No sería de extrañar que el Sr. Turrión, antipatriota que nos dice ―al estilo Bécquer― que «la Patria eres tú», nos diga un día de éstos que «la Iglesia eres tú», mientras con la otra mano jalea a sus demolicionistas.
Pero la pregunta clave es ésta: ¿A quién votaría el Sr. Satán? ¿Quién le valdría mejor para instaurar en España la Repúblika de las moscas, que mandará a nuestro país al vertedero de la Historia?
Parafraseando a Lorca, la situación de España ante la invasión luciferina de estos perros de plomo quemaiglesias podemos ilustrarla con unos versos de su «Diwan del Tamarit»:
«Por los caminos de España
han venido los perros de plomo.
A esperar que se caigan nuestros ramos,
a esperar que se quiebren ellos solos»
