El 8×8 un «Dragón» de chiste
Lo de la fabricación del vehículo blindado 8×8 «Dragón» de nuestras cada vez menos flamantes FF. AA. no sólo es un culebrón infecto, sino pero aún, porque a estas alturas empieza a parecer una comedia, es decir, a dar risa. El cúmulo de negligencias e ineptitudes, y de ineptos, se multiplica a cada segundo.
Hace unos días publicamos un pormenorizado artículo (AQUÍ) sobre las vicisitudes sufridas por el que es, o debería ser, el gran proyecto español para dotar a nuestras FF. AA. de un vehículo blindado con capacidades para hacer frente a lo que los conflictos actuales requieren. Pues bien, en dicho artículo, que recomendamos leer detenidamente, vimos cómo España lleva diez años, o sea, una década entera, intentando proyectar y fabricar dicho vehículo… que dicho sea de paso todos los demás países de nuestro entorno tienen en producción y uso, y exportación, desde hace ya más de esos mismos diez años, o sea, desde hace más de una década.
Lo que los demás, atentos a sus necesidades militares vieron con suficiente antelación, se pusieron manos a la obra y consiguieron realizar, nosotros ni lo vimos venir, ni nos pusimos a trabajar, ni mucho menos hemos sido capaces de lograr. Toda una hazaña de negligencias e ineptitudes de políticos y sumisos militares pendientes, éstos sobre todo, sólo de «hacer la carrera»; y despreocupados por sus subordinados que siguen yendo por esos mundos en pelota picada o en vehículos que compramos a los otros y que cuestan un riñón.
Pues bien, dicho lo anterior, la última es que cuando en este verano soporífero debían realizarse las primeras pruebas de tiro, algo es algo dijo un calvo al encontrarse un peine, las mismas se han suspendido porque… pues hay dos versiones: a) porque dicen que hay riesgo de incendio en el campo de tiro de San Gregorio, en Zaragoza, donde se iban a hacer dichas pruebas lo cual resulta muy extraño porque en dicho páramo no hay un árbol en todo él, que para eso es un puñetero desierto, b) que a quien nos desgobierna, o sea, al coletas, al privilegiado propietario de Galapagar, lo de las inversiones en «tanques» no le mola y ha puesto sus bemoles sobre la mesa y… Margarita Robles, que está de capa caída, ha tenido que tragar porque el segundo del desGobierno, o sea, Sánchez, se lo ha exigido. Nos quedamos con la segunda opción, por supuesto, que es la verdadera.
Así pues, nuevo parón y más capítulos para este penoso y patético culebrón que deja en evidencia a políticos y militares; y casi más a los últimos. Una vergüenza y una muestra de cómo de mal estamos a todos los niveles. Les podemos asegurar que para cuando se consiga, si es que se consigue, fabricar el 8×8 «Dragón» estará obsoleto, no servirá para los retos militares del momento y sólo se habrá conseguido ir, como siempre, en el vagón de cola… pero tan de cola que es ese que se queda en la estación porque ni siquiera lo enganchan al tren.
