El cardenal Viganó: de nuevo duro y a la cabeza… del Papa

Viganó

No es la primera vez, ni será la última. El cardenal Viganó, junto al también cardenal Sarah y al obispo Schneider constituyen, hoy por hoy, las únicas voces que claman en el desierto de nuestra Santa Iglesia. Por eso hay que seguirles en todas las declaraciones que hacen, pues son luz y guía para no perdernos en el mundanal ruido y monumental confusión que la inunda.

Ofrecemos a continuación las frases más destacadas de las declaraciones de Viganó a la revista Duc in Altum, traducidas por Adelantelafe.

«La transformación del Papado en un espectáculo a la que asistimos hoy es, por el contrario, de otra naturaleza. Parte del propio Bergoglio, que haciendo alarde de ello se niega a actuar como pontífice, a ponerse las vestiduras que le corresponden, a expresarse con palabras prudentes y sabias y a adoptar los títulos que le corresponden. En una sociedad cada vez más sensible al poder de la imagen, la manera de presentarse ante los demás es importantísima, porque transmite un mensaje muy preciso. (…)

Quienes elogian a Francisco piensan evidentemente que la humildad no es lo contrario del orgullo, sino de la dignidad y de la función que se ejerce. Les parece humilde que Francisco aparte la mano de quien se dispone a besarle el anillo, o el uso de un automóvil pequeño en vez de un automóvil de lujo, o una foto tomada casualmente mientras el Papa se compra unos zapatos en la calle Borgo Pio. Una valoración semejante manifiesta un mal disimulado satisfacción, como si quisiera reprochar a otros por ser soberbios por el sólo hecho de cumplir el protocolo o de ser conscientes de la dignidad de la función que desempeñan en la Iglesia. Como se ve, detrás de todo eso no hay la menor humildad sino una aspiración narcisista o política: lo que se quiere no es dar un ejemplo edificante, sino complacer al mundo. (…)

No se puede pretender que se obedezca al Papa si quien ocupa el solio pontificio se comporta como si no lo fuera… (…)

El Papa no puede dejar de reconocer su cargo: debe expresar la humildad precisamente sabiendo comportarse sin excentricidades, sin extravagancias. Y esta moda de alardear de humildad es contagiosa. Un obispo que llega a la catedral en bicicleta o que se hace llamar padre en vez de excelencia no es humilde, sino ridículo y egocéntrico, porque llama la atención y atrae con ello las miradas hacia él. (…)

No es casual que precisamente quienes son tan entusiastas del Ford Focus de Bergoglio aprovechen sus excentricidades para desmitificar el Papado, es decir para humillarlo, para rebajarlo a lo que por su propia esencia no puede ni debe ser. A quien le agrada la supresión del título de Vicario de Cristo le tiene sin cuidado que el Papa sea humilde; lo único que le importa es alcanzar un proyecto político destinado a demoler la Iglesia y sus más venerandas instituciones alineándose con el pensamiento mayoritario. (…)

Los fieles –y el propio clero– están escandalizados por la forma en que habla de la Virgen, por la arrogancia con que se permite rebajar y humillar a tan santísima persona sin emplear jamás los títulos que le corresponden y cuidándose mucho de recalcar las enseñanzas constantes de la Iglesia. En cuanto a externalización, percibimos que a Francisco no soporta honrar a la Reina del Cielo, y esto es un síntoma que debería ser causa de gran preocupación. Si semejante falta de reverencia es fruto del deseo de complacer a los herejes, es una agravante y no una excusa. Es más, yo diría que si el ecumenismo exige deshonrar a la Virgen y callar la verdad católica para agradar a los que están en el error, ahí tenemos una prueba más de que el ecumenismo desagrada a Dios. (…)

Por lo que se refiere a la maldita Pachamama, es evidente que se está materializando una sustitución de la Madre de Dios por la Madre Tierra en homenaje a la religión mundialista y ecológica. Esos están muy dispuestos a burlarse de la Virgen; ofensas que Nuestro Señor perdona cuando van dirigidas a Él no las perdona cuando tienen por objeto su Santísima Madre. (…)

Ver entrar en la basílica vaticana la Pachamama con sus insignias portada a hombros de obispos es algo tan vergonzoso e inaudito que en otros tiempos seguramente habría provocado las iras del pueblo y el clero. Desde el punto de vista canónico, es preciso hacer reparación de tal sacrilegio con un acto de reconsagración de San Pedro, que todavía no se ha realizado. Hasta ese momento, todas las funciones litúrgicas que se celebren allí van acumulando sacrilegios. (…)

En cuanto a permanecer sentado ante el Santísimo Sacramento, se trata de una actitud constante de Francisco en todas las celebraciones en las que se halla presente, empezando por el Corpus Christi, del que ostensiblemente se ausenta y al que muestra hostilidad. (…)

Y debemos entender igualmente que la privación de los Sacramentos y de la Misa en todo el mundo es un castigo además por nuestra infidelidad, por los sacrilegios que se cometen a diario en nuestros templos por la indiferencia de tantos ministros de Dios, por las profanaciones derivadas de comulgar en la mano, por la actitud descuidada con que se realizan las celebraciones. La voz ordenada y pura de la liturgia ha sido sustituida por el estrépito vulgar y profano. ¿Cómo vamos a esperar que nuestras oraciones agraden al Cielo?»


5 respuestas a «El cardenal Viganó: de nuevo duro y a la cabeza… del Papa»

  1. Muy cierto todo lo que dice el Cardenal Viganó Francisco parece confundir su persona con el papel que debe representar como vicario de Cristo y por eso lo esquiva y no cumple con el encargo de piedra que se le ha otorgado.

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