El CNI traiciona a España

Recientemente hemos conocido la existencia del programa ELISA del Centro Criptológico Nacional (CCN), departamento sin duda importante del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que a su vez debería ser parte esencial de nuestro sistema de seguridad nacional; lo que a la vista de los datos dudamos.

El caso es que dicho programa, según el propio CCN confiesa, tiene por objeto: detectar, vigilar, perseguir y neutralizar lo que desde su punto de vista consideran que son:

«narrativas antiglobalistas (que) tienen una marcada naturaleza antisistema contraria a las instituciones democráticas (que según el CNI dicen que) las democracias no obedecen o responden a las necesidades de los ciudadanos, sino que están al servicio de unas élites ocultas antidemocráticas que son las que verdaderamente toman las decisiones, ajenas a la voluntad de la mayoría de los ciudadanos (y que en realidad constituyen) propagadas a través de plataformas digitales que difunden contenidos maliciosos que son la base sobre la que se asientan movimientos militantes que buscan introducir y magnificar niveles de polarización en las opiniones públicas en Europa y Estados Unidos, y que plantean como retórica movilizadora “recuperar” la soberanía de los Estados con agendas políticas nacionalistas e identitarias».

O sea, y en cristiano, perseguir a todo aquel que en Internet o por las redes sociales disienta del «sistema», del Nuevo Orden Mundial, del «globalismo» que se nos impone cada día un poco más, el cual se arroga la única y máxima autoridad para decidir qué es la democracia y quiénes la encarnan y… lo contrario, claro. Así, el CNI con ELISA ha pasado a formar parte del engranaje totalitario citado de naturaleza y objetivos siempre oscuros, pero del que conocemos que lo que pretende es un mundo sin naciones, una sociedad uniforme, unos ciudadanos «del mundo» sin raíces ni creencias propias, con un gobierno también único formado –no elegido– por no se sabe bien quién, que dicte las leyes y las imponga mediante la manipulación o la fuerza, que desnaturalice al ser humano degradándolo a mero trozo de carne sin libertad, valedero sólo para producir y del cual se puede prescindir cuando ya no sea capaz o le convenga al sistema.

Sin embargo, el CNI, como su CCN, son hoy por hoy organismos del Estado español, cuyos miembros cobran y viven de nuestros impuestos, que han ingresado en él de forma voluntaria y que han jurado cumplir con unas misiones que son, básicamente, las siguientes:

  • Elaborar la inteligencia necesaria para proteger y promover los intereses políticos, económicos, industriales, comerciales y estratégicos de España.
  • Neutralizar las acciones de servicios extranjeros, grupos o personas que pongan en riesgo, amenacen o atenten contra el ordenamiento constitucional, los derechos y libertades de los ciudadanos españoles, la soberanía, integridad y seguridad del Estado, la estabilidad de sus instituciones, los intereses económicos nacionales y el bienestar de la población.

Paz Esteban

Ergo, si el CNI, cuyas cabezas actuales son Margarita Robles, ministro de Defensa –que bien que impuso a Sánchez que el Centro dependiera de ella y no de Presidencia–, y su recién nombrada directora, Paz Esteban, han colocado a «la casa» al servicio de un «sistema» que está claro que, como hemos visto, es contrario a nuestra soberanía, independencia, integridad, libertad, ordenamiento constitucional, etc., es también claro que las dos personas citadas y el propio CNI son reos de traición y por lo tanto deben ser ambas, el jefe del CCN y los funcionarios del mismo, cesados, detenidos y enjuiciados; además, al CNI hay que someterle a una profunda y estricta investigación para depurarlo. Y sólo después, intentar, con lo que quede sano, devolverlo a los cauces de los que nunca debió salirse, así como exigirle que cumpla con sus misiones que son tan urgentes como, entre otras, las siguientes:

  • los múltiples entramados y estructuras secesionistas de cualquier clase que nos destruyen; la infiltración de ideologías internacionalistas en las estructuras del Estado; la corrupción en cuanto atenta contra sectores esenciales de nuestra seguridad y libertad; la cómplice pasividad e inacción de fundamentales instituciones del Estado ante dicha destrucción; el amenazante fortalecimiento de nuestro enemigo del Sur –Marruecos–; la inmigración ilegal que bajo la pantalla de un falso humanitarismo nos invade y desnaturaliza; la decadencia y degeneración social que disuelve nuestra cohesión poniendo en riesgo nuestra capacidad de defensa; la pérdida de posición internacional y otras más. Bastante trabajo tiene el CNI… si lo hiciera.

Por lo dicho, Robles, Paz Esteban y cuando menos los miembros del CCN son traidores a España, y por ello deben recibir su merecido sin contemplaciones porque está en juego España, nuestra única misión e interés.


3 respuestas a «El CNI traiciona a España»

  1. Totalmente de acuerdo con su brillante análisis.
    Ahora han puesto el ojo (y dónde ponen el ojo, ponen la bala), en:
    * ALERTA DIGITAL y
    * EL CORREO DE ESPAÑA,
    pero estoy seguro de que esos ojos, y esas balas, pronto estarán dirigidas, también, a EL ESPAÑOL DIGITAL.
    ¿Qué podemos hacer…?
    PUES UNIRNOS Y PLANTARLES CARA. NO QUEDA OTRA.
    Las únicas batallas que se pierden son las que no se luchan y combaten…

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