El coronavirus y la política nacional española
El coronavirus es una pandemia mundial en expansión, que además está gravemente afectando a la economía de todos los países. Hay muchos interrogantes al respecto, empezando por el hecho sorprendente de que en China se haya concentrado en Wuhan sin extenderse a Pekín o Shangai, mientras que en España ha llegado incluso a pequeños pueblos. El coranavirus apareció en China a finales de diciembre de 2019, por lo cual resulta muy extraño que no se haya extendido por el país, dado que en la China comunista de hoy el movimiento interno de pasajeros y transportes es importante. Un reto a investigar a medio o largo plazo. Lo inmediato es que la pandemia se sigue extendiendo. El 26 de marzo publiqué un artículo “Trump y el coronavirus” y en esa fecha los datos mundiales de la expansión, en cuanto a número de contagiados situaban en primer lugar a China (81.728), seguida por Italia (74.386), Estados Unidos (62.086) y España (49.515). Hoy, 9 de abril, quince días después Estados Unidos tiene el mayor número de contagiados (432.132), seguido de España (148.220), Italia (139.422) Francia (113.759) Alemania (111.319) y China prácticamente estabilizada (81.856).
Presupongamos que las estadísticas están correctamente realizadas. Si es así los datos estarán desagregados por edades y circunstancias individuales y sociales de los afectados, a efectos de poder utilizar la información, para poder explicar la evolución de la enfermedad (grupos de riesgo, circunstancias socioeconómicas, etc). Parece que a estas alturas debería ya estar realizado un análisis que permitiera, además de tomar medidas lógicas pero improvisadas, adoptar pautas más precisas y eficientes, teniendo en cuenta los datos estadísticos. Este análisis es obligación de los ministros que coordinen la sanidad de los distintos países y por supuesto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ¿Dónde están esas conclusiones claras y concretas? Desde luego en España el ministerio responsable no las ha dado, siendo está unas de sus funciones claves de coordinación. El único mensaje es el confinamiento, no hay ningún otro enfoque claro y común dado por el Gobierno de la nación, como se puede comprobar en las conversaciones que, a dos metros y con mascarillas, tenemos los vecinos cuando nos encontramos en los comercios de alimentación y supermercados. Aquí la comunicación de la política sanitaria nacional está claramente fallando, salvo que no tenga nada que comunicar.
Sin embargo, el problema peor es la política nacional, ante un problema mundial, con especial emergencia en España, y ante la futura temporada turística, puntal de la economía de la nación. Son momentos de unidad. Sin embargo ¿ha sido esa la trayectoria del gobierno? En absoluto. Ha actuado buscando para sí todo el mérito de las medidas adoptadas. Era el momento de consensuarlas o al menos de buscar un consenso con todos los partidos de apoyo y de oposición. No se ha hecho. Se espera a que la situación mejore, en algún momento para intentar apuntarse el tanto y, si sale bien, convocar elecciones generales inmediatas. Eso es feo, muy feo. Los cuatro partidos principales de España. por número de diputados, son PSOE, 120; PP, 88; VOX, 52 y Unidas Podemos, 35. UP está en el gobierno. Al PSOE le falta hablar con PP y VOX que suman 140 diputados.
Sin embargo, Sánchez no parece que quiera incluir a VOX, para desgastarlo, y prefiera hacerlo sólo con el PP y con Ciudadanos que sólo tiene 10 votos. Es una actitud sectaria, ante un problema de clara envergadura nacional. Puede ser que el PP caiga en la trampa por cálculos electorales, a mi ver equivocados, y que tolere que no se convoque también a VOX, siguiendo con la actitud que dejó a VOX, con 52 diputados, con apenas un representante, vicepresidente cuarto, en la Mesa del Congreso y sin ninguna presidencia de las Comisiones del Congreso. La Constitución en su artículo 116 establece que el estado de alarma “será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros, por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados, sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo”
Así lo hizo el Gobierno el 14 de marzo, solicitando después, el 25 de marzo, al Pleno del Congreso una prórroga de 15 días, que termina el 12 de abril. Obtuvo su aprobación con el voto de VOX a favor. Pretende ahora el Gobierno solicitar otra nueva prórroga de quince días, lo cual parece natural dadas las circunstancias, basta con recordar el dato de contagiados a fecha de hoy, 148.220, que hace que España ocupe tristemente la segunda posición mundial. Obviamente el Gobierno contará, presuntamente, con el voto favorable de los partidos que le apoyan o que no se sientan ninguneados. Según parece VOX es el único que considera que se le ha echado de lado, a pesar de tener 52 diputados. ¿Tiene razón para ello? ¿Cuál ha sido la actitud de Sánchez con VOX a pesar de que es el tercer partido español por número de diputados? ¿Debe seguir VOX dando un cheque en blanco a Sánchez? ¿Deben exigir los otros partidos la formación de un gobierno de concentración nacional?
Ante un Presidente que ha mentido, contradiciéndose una y otra vez, engañando por tanto una y otra vez (“nunca con Podemos, nunca con los independentistas, nunca con los proetarras”) ha llegado el momento de que los partidos de la oposición hagan valer sus votos. Si el PSOE quiere una coalición o como mínimo una cooperación sincera, tiene que cambiar de actitud. Si no lo hace, si quiere dar la imagen de que es el Gobierno del PSOE-UP el único que se enfrenta al coronavirus, que no pida cheques en blanco a todos los partidos del Congreso. Eso no es tener visión de Estado, ni una mínima grandeza para enfrentar una gravísima crisis de ámbito nacional y mundial.

En España sufrimos muchas noticias falsas, la primera de ellas es señalar a Pablo Iglesias como el principal peligro del Gobierno de Pedro Sanchez. Creo, desde mi punto de vista, que Pedro Sánchez es más radical, más separatista, más proETA, y más extremista que Pablo Iglesias. No digo que este último no lo sea, que lo es y mucho muchísimo, lo que quiero decir es que Pedro Sanchez, como Zapatero, son todavía más, todavía peores, y se están escudando en el otro cuando el verdadero y mayor peligro son Pedro Sánchez y Zapatero.
Otra falsedad es cargar las tintas únicamente sobre el Gobierno. Obviamente es el Gobierno quien tiene la responsabilidad de gobernar, es quien supuestamente toma las decisiones y él es responsable de una gran parte del fiasco, pero no nos olvidemos de 3 responsables más:
1.- los medios de comunicación: los Gobiernos cambian: Zapatero, Rajoy, Pedro Sanchez, pero los medios de comunicación permanecen y son los medios quienes de alguna manera deciden quién gobierna, ya que conforman la opinión de la gente mediante su distracción de los peligros que afectan a la sociedad que con su actuación quedan ocultados, y mediante la manipulación, selección, ocultación o maximización (según convenga), y mutilación de la información, y en este sentido teledirigen el pensamiento y el voto de la gente. No de toda la gente, pero sí de una gran mayoría que está aborregada por lo que ve en la tele que es su única fuente de formación-información, y que arrastra al resto de la sociedad hacia el abismo imponiendo al resto lo que ellos como mayoría deciden que ha de gobernar (lo cual debería meditarse desde el punto de vista ético este abuso de derecho que hace que justos paguen por pecadores). Y son los medios de comunicación quien una vez que se producen las elecciones y se conforma el Gobierno quien lo sostiene en el poder dependiendo de su crítica o ausencia de la misma como ocurre en la actualidad, que les están ocultando a la población la verdadera faz del Gobierno y la verdadera cara de su actuación en este pandemia.
¿El Gobierno es culpable?, la respuesta es sí, un sí rotundo, pero no solo el gobierno sino en concurso con los medios de comunicación, en especial las televisiones que además han sido sobornadas con 15 millones de € con todo descaro para que apoyen al Gobierno, y por tanto con la agravante de «por precio o recompensa». Ante esta realidad. no se pueden dirigir los reproches únicamente al Gobierno ni se puede exigir responsabilidades al Gobierno y no hacerlo a las televisiones, porque las televisiones son tan culpables O MÁS que el propio Gobierno, por su acción y por su omisión.
2.- En segundo lugar el Ministerio Fiscal en una primera fase (fase de denuncia) y el Poder Judicial en una fase posterior (fase de enjuiciamiento), son también acreedores de una parte de la responsabilidad nada desdeñable, el primero por su inacción y el segundo por su sistemática actitud de archivo cuando se trata de ilícitos penales que afectan a la extrema izquierda.
En este país nos estamos acostumbrando a que al Ministerio Fiscal que tiene la obligación constitucional de la defensa de la legalidad y de los Derechos Fundamentales de los ciudadanos (art. 124 CE), ni está ni se les espera nunca en cuestiones de interés general cuando los que aparecen como autores de estos presuntos ilícitos penales forman parte de la cúpula del poder de la izquierda o la extrema izquierda. Así si se da un golpe de Estado en Cataluña, las acciones legales no las inicia el Ministerio Fiscal como sería lo procedente y su obligación en defensa de la legalidad (art. 124 CE) sino que tienen que ser VOX, porque sin la querella de VOX no se habría hecho nada. Y como esto en todo lo demás. A la Fiscalía no está ni se la espera en nada, salvo en perseguir a quien se atreva a negar el Holocausto o a escribir un tuit contra Pablo Iglesias que entonces sí se tiran en plancha a arruinarle la vida a quien se atreva a semejante cosa. Hemos llegado al extremo que el Ministerio Fiscal ante el Tribunal Constitucional, que es y está como parte ante dicho TC en los recursos de amparo por violación de Derechos fundamentales de los ciudadanos, precisamente como garantía de dichos Derechos Fundamentales, sin embargo el TC todos los años inadmite a trámite el 96% de los recursos de amparo de los ciudadanos. La inadmisión se acuerda sin trámite de audiencia previo que permita alegar o defenderse frente a la misma, y además no admite recurso del ciudadano, el único legitimado para recurrir es el Ministerio Fiscal, que debería hacerlo para defender los Derechos fundamentales de los ciudadanos (precisamente para ello es parte en dichos procedimientos) y lo que hace es no recurrir por sistema y si el ciudadano le pide que lo haga como único legitimado para poder formular recurso, el Ministerio Fiscal se niega sistemáticamente a defender al ciudadano, no en algún caso dudoso, sino por norma. España no es un Estado de Derecho por muchos motivos pero uno de ellos es porque en realidad no están garantizados los Derechos Fundamentales, al menos no para parte de la población que no pertenece al Comunismo y la Masonería. Un índice de inadmisiones de recursos de amparo de los ciudadanos del 96% (y más), si algo significa es la ausencia real de la garantía de los Derechos Fundamentales de los Ciudadanos. El articulista de esta página D. Ramiro Grau Morancho, que demuestra en sus artículos saber de todo esto mucho más que yo, que me corrija si me equivoco.
Con el Poder Judicial ocurre otro tanto de los mismo, en España se practica una «justicia» de autor, es decir dependiendo de quién seas y del color político, de si perteneces a la extrema izquierda o al «franquismo», la respuesta de la Justicia es muy diferente. Podemos dar ejemplos para aburrir pero basta con recordar las sentencias relativas a la profanación de la tumba de Franco, la sentencia sobre el golpe de Estado Revolucionario de Cataluña, y la impunidad posterior de las protestas incendiando la ciudad, la sentencia de Blanquerna en sí misma y en relación con Cataluña y con otros hechos similares, mucho más graves como los ocurridos en la universidad de Barcelona y que no han merecido ninguna acusación ni ninguna condena a nada, la actuación judicial tanto penal como Contencioso-Administrativa contra el Brigada de la GC de Cádiz acusado de «franquista», que contrata y mucho por ejemplo con el archivo de la causa contra el Concejal de Podemos del Ayuntamiento de Madrid Guillermo Zapata en esas mismas fechas, o con la amplia libertad de expresión d ela que gozan los enemigos de España, el archivo sin más trámite de la denuncia de VOX contra Zapatero a la luz de lo descubierto en los papeles de ETA en Francia, y un larguísimo etcétera al que se podría añadir el día que se enjuicie, todo lo denunciado en el expediente Royuela que entre otras cosas denuncia la presunta pertenencia de una parte nada desdeñable de la cúpula judicial a la Masonería, lo cual, de confirmarse, explicaría muchas actuaciones judiciales incomprensibles únicamente desde la óptica de la Ley y del Derecho.
VOX se equivoca cuando habla de interponer querellas y nada más, porque para que estas querellas sean vistas con ojos de la Ley y no con los ojos de las logias o del sectarismo político, primero habrá que garantizar primero la honestidad y la imparcialidad de esos tribunales, que es requisito previo y «sine qua non» para esperar algo de la Justicia. El art. 117, 1º CE es meridiano al respecto: «Jueces inamovibles e imparciales sometidos ÚNICAMENTE (es decir EXCLUSIVAMENTE) AL IMPERIO DE LA LEY», y con harta frecuencia vemos en las actuaciones o falta de las mismas del Ministerio Fiscal y de los tribunales de justicia un sometimiento a cualquier cosa antes que al imperio de la ley, salvo cuando la Ley es pretexto para poder perseguir a alguien por razones políticas, como es el caso del librero Pedro Varela y de tantos otros.
3.- En tercer lugar, la gente que de forma insolidaria insiste y persiste en votar y apoyar a Gobiernos nefastos como el de Zapatero, Rajoy y el actual de Perro Sanchez, que son la ruina sistemática para la Nación, y también tiene su parte de culpabilidad, porque con su sectarismo condenan al resto de la sociedad a pagar las consecuencia de este voto podrido, y de este apoyo sectario incluso después de haber quedado probado las consecuencias nefastas de tal elección. No hay gobierno del PSOE que no lleve a la ruina a España. La gente que sigue votándolo es culpable de esa ruina anunciada.
El Gobierno es culpable, pero en concurso con otros que no lo son menos, sino en el caso de las televisiones tanto o más, y puestos a exigir responsabilidades, (si Justicia es la constante y perpetua voluntad de darle a cada uno se derecho, en la clásica definición de Justiniano) habría que hacerlo a todos los responsables, no únicamente al Gobierno, porque si en España hubiera una prensa libre y no sobornada, si en España hubiera un Ministerio Público que de verdad hiciera honor al art. 124 CE, y un Poder Judicial independiente que estuviera sometido como dice la Constitución EXCLUSIVAMENTE al imperio de la Ley (art. 117, 1º CE) y no a los mamoneos de la política comunista y masónica, y una sociedad de personas libres y honestas en lugar de la sociedad envilecida que hoy padecemos, muy posiblemente no sino seguro que el Gobierno no se atrevería a hacer las cosas que hace, porque se le echarían encima los medios de comunicación que no taparían ni maquillaría su actuación, se le echaría encima el Ministerio Fiscal en forma de apertura de diligencias de información preprocesal y Decretos de acusación en su caso, cosa que no ocurre ni en este tema ni en ningún otro, se le echaría encima el Poder judicial en forma de sentencias justas, cosa que tampoco ocurre, y se le echaría encima la gente que pediría elecciones libres y le negaría su confianza cosa que es todavía más raro que ocurra que todo lo anterior, porque los primeros que no son democráticos son la votantes del PSOE.
Por eso España no es una democracia:
– porque no tiene medios de comunicación libres
– porque no tiene un Ministerio Fiscal que haga honor al mandato del art. 124 CE
– porque no tiene un Poder Judicial que haga honor al art. 117, 1º CE de atender EXCLUSIVAMENTE al imperio de la Ley
– y porque no tiene una mayoría de su población que sea verdaderamente democrática sino que es fanática y sectaria, y sostiene su fanatismo y su sectarismo, aun después de haber quedado probado los efectos nefastos para la sociedad de dicho sectarismo, y aún así, en contra de los intereses del Pueblo, los sigue sosteniendo que es toda esa masa de borregos, de fanáticos y de talibanes que siguen votando al PSOE aunque España se hunda y en ese hundimiento perezcamos todos, ellos incluidos. Pero no les importa porque su miseria moral, su falta de sentido democrático de verdad, propaganda comunista a parte, les impide rectificar y cambiar de dirección porque su dirección es el Mal, y este camino no lo abandonan nunca.
Tapar a todos estos culpables, sacrificando a Fernando Simón o al Ministro de Sanidad, como chivos expiatorios, sería peor que no hacer nada, porque modestamente creo que en la lista de responsables, éstos dos no son ninguno de los 10 primeros.