El “doctor” del cheque en blanco
El doctor en Economía, parece esté preparando un master en Derecho Constitucional, pues solicita un cheque en blanco a las Cortes. Conviene recordar que su tesis doctoral se puso en entredicho porque contenía demasiado corto y pega. Eso dio lugar a que Sánchez que estaba atacando ferozmente el dudoso master de Casado, entrara en un silencio repentino y total cuando éste le hincó el diente en la famosa tesis. Ocurrió algo parecido a lo que cuenta el conocido chiste en el que, al acercarse el dentista con el temido torno, el paciente tumbado en la camilla, le coge por salva sea la parte, y le dice “Doctor, ¿verdad que no nos vamos a hacer daño?”. El conflicto de títulos, entre Sánchez y Casado, quedó en un partido en tablas, si bien uno se quedó como Doctor y el otro sólo con un Master.
Luego el doctor Sánchez, llegó a ser presidente tras ganar a Rajoy en la moción de censura, y, por tanto, en este caso, con toda la legitimidad que le reconoce el texto constitucional. Después en las elecciones generales volvió a conseguir la presidencia, al ser investido legítimamente, según las normas que establece la Constitución. Otra cosa bien distinta es su legitimidad moral que quedará en entredicho hasta futuras elecciones, pues sus gravísimas concesiones a independentistas golpistas y a proetarras, para lograr su apoyo para su investidura, fueron lo contrario de lo que había prometido en campaña electoral, por lo que es lógico que muchos de sus votantes socialistas u otros se hayan sentido engañados y talvez no vuelvan a votarle.
Podría, durante el proceso de su investidura, haber apelado a la Cámara para que le diera un cheque en blanco y ser presidente sin más, pero el texto constitucional es tan claro “mayoría absoluta en primera votación, o mayoría simple en la segunda” que tuvo que optar por hacer apaños, para conseguir los votos de quienes quieren romper “la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”, es decir para logra el apoyo de los que quieren cargarse el artículo 2.
Ahora, sin embargo, quiere ignorar lo que establece la Constitución, y en su desarrollo la ley orgánica del Poder Judicial, para el nombramiento de los Vocales del Consejos General del Poder Judicial, que es el máximo órgano de gobierno y por tanto de nombramiento y promoción de los jueces. El artículo 567 es rotundo: “Cada una de las Cámaras elegirá, por mayoría de tres quintos de sus miembros, a diez Vocales, cuatro entre juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio en su profesión y seis correspondientes al turno judicial”. El marco legal actual es claro, se requieren tres quintos en cada Cámara, es decir al menos 210 diputados en el Congreso y más de 159 senadores en el Senado. Sin embargo, el presidente Sánchez, en una intervención patética y poco seria, ha apelado al necesario voto del Partido Popular, tildándoles de falta de respeto a la Constitución y de que sólo la esgrimen cuando les conviene. Su interpretación de la constitucionalidad no parece que le vaya a llevar a lograr otro doctorado y ni siquiera un master
Señor Sánchez, por favor, Ud. es doctor, conténgase, léase el artículo 567 y actúe en consecuencia. Usted sabe que la elección de los miembros del CGPJ no es un asunto menor. Se da la paradoja de que, aunque el poder judicial es independiente, lo que implica que los jueces y magistrados no son funcionarios civiles o militares que obedecen al Ejecutivo, sino un poder independiente que les permite, a cada juez y magistrado, tomar sus propias decisiones al aplicar e interpretar la ley. Esa independencia no impide que sus decisiones sean susceptibles de ser revocadas por los tribunales superiores, lo cual ofrece mayores garantías a los ciudadanos de que se realice una adecuada interpretación de la ley. No obstante, en el CGPJ reside también la potestad de promoción en la carrera judicial y, en especial, la promoción hacia los órganos superiores, que culminan en el Tribunal Supremo, los cuales, dados los excesivos aforamientos, que benefician a la clase política, son los que al final tienen que lidiar con los grandes casos de corrupción. Por cierto, conviene recordar que los más graves, casualmente, afectan al PSOE. Si Ud. señor Sanchez no me cree, pídale a su ingente número de ministros y asesores que le hagan la lista de las corrupciones que, en la democracia, hayan afectado a unos y otros partidos y comprobará que lo que le digo es objetivo.
El problema que subyace, en el nombramiento de vocales del CGPJ, es la politización de la justicia mediante el nombramiento de magistrados políticamente afines. Esto perjudica a todos los ciudadanos y también a todos los jueces que desean un enfoque más profesional. Rajoy dijo, y luego se echó para atrás, que iba a despolitizar la forma de elección de los vocales del CGPJ. Hágalo Ud. ahora, sr presidente, propóngaselo a Casado. Eso sería honrar a la Constitución reafirmando la separación de poderes. No es competencia del Ejecutivo el controlar a los jueces sino del Legislativo, mediante la modificación del contenido de las leyes para que los jueces las puedan interpretar de forma más homogénea y práctica. Pero eso no lo va a hacer, no quiere poner orden en España y así el golpismo, la insolidaridad, la okupación, la inmigración ilegal, el narcotráfico, la violencia encuentran un terreno abonado, a la vez que somos el peor país de Europa por caída del PIB y del empleo. Como presidente dedíquese a gobernar y no a fingir que pretende la unidad de todos ante la crisis cuando ni siquiera es capaz de convocar a ese presunto diálogo al tercer partido del Congreso.
Problema similar al del CGPJ tiene Ud. ante la necesidad de renovar a los miembros del Tribunal Constitucional cuyo término haya expirado. También aquí pide un cheque en blanco y se quiere olvidar del artículo 159 de la Constitución que establece que ese Tribunal “se compone de 12 miembros nombrados por el Rey, cuatro a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros; cuatro a propuesta del Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno, y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial”
La Constitución pretende dar estabilidad en instituciones clave tanto en el Consejo General del Poder Judicial como en el Tribunal Constitucional. De ahí la mayoría que requiere de tres quintos. No le dé vueltas. No pretenda hacer como se hizo con RTVE y obtener ventajas partidistas. Está claro que VOX no se lo va a permitir, pero le basta con el apoyo del PP en el que los veleteos de Casado y su falta de visión de Estado no auguran nada bueno. Si Ud. señor Sánchez cree que estamos ante una situación de bloqueo anticonstitucional y antidemocrático, la solución está en sus manos y es plenamente constitucional: convoque nuevas elecciones, que permitan que los ciudadanos den legitimidad a los partidos que crean mejores, a fin de que salgamos de este caminar hacia el abismo económico y político hacia el cual está llevando a España. La gran mayoría española se halla en el PSOE socialdemócrata, el PP y Vox. Si Ud. trabaja por esa gran coalición, por ese gran consenso democrático, podría enderezar lo que tan mal ha empezado e, inclusive, pasar a la historia como un gran estadista, pero mis esperanzas en ello son escasas, aunque milagros haya.

DOCTOR EN ECONOMÍA, CUM FRAUDE,
y lo iremos viendo con la aplicación» práctica de sus nulos conocimientos económicos,
ARRUINADO A ESPAÑA Y A LOS ESPAÑOLES.
Copio el final del artículo:
La gran mayoría española se haya en el PSOE socialdemócrata, el PP y Vox. Si Ud. trabaja por esa gran coalición, por ese gran consenso democrático, podría enderezar lo que tan mal ha empezado e, inclusive, pasar a la historia como un gran estadista, pero mis esperanzas en ello son escasas, aunque milagros haya.
El primer «haya» creo que no es correcto, ahí debe de ser «halla». El último «haya» lo estoy intentando «descifrar», si acaso, no sería «hayan»?
Saludos!
Estimado seguidor: muchas gracias. La primera corregida como dice. la segunda no pues es del verbo haber. Podría haberse dicho «aunque milagros puede haber o pudiera haber». Mil gracias. Saludos cordiales