«El engaño de la diversidad» o la imposición del pensamiento único en las nuevas generaciones


Se impone el «lenguaje inclusivo». Se eliminan palabras como padre, madre, nieto, tío. Lo que importa de, por ejemplo, Kamala Harris –incluso para la «católica» COPE y 13TV en España– no son sus ideas radicalmente anticatólicas –en realidad antihumanas–, sino que es mujer y afroamericana con unas gotas asiáticas. Lejos queda aquello de Luter King de que las personas deben ser juzgadas «no por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter». También aquello del boxeador Joe Louis que al ganar el campeonato del mundo y preguntársele si se sentía «orgulloso de por su raza» contestó «sí, me siento orgulloso por mi raza: la raza humana, por supuesto». O aquello también de que «cuando te miro, veo una persona, no un color» y que «la persona más cualificada es la que debería conseguir el puesto, con independencia de su sexo, religión, color,…». Se impone de nuevo el racismo más acervo y agresivo, sólo que esta vez al contrario del histórico, es decir, ahora son los negros e hispanos, más las mujeres, o mejor decir las feministas, las que promueven el racismo y la discriminación contra los blancos y los hombres.
«El engaño de la diversidad. Cómo el sometimiento a la Raza y el Género Corrompen la Universidad y Socavan Nuestra Cultura» («The Diversity Delusion. How Race and Gender Pandering Corrupt the University and Undermine Our Culture»), de Heather Mac Donald es un libro imprescindible si se quiere conocer lo que nos está pasando y lo malo que nos va a pasar. La autora, acreditada escritora norteamericana, habla desde su propia experiencia, lo que dota al libro, de entrada, de un altísimo valor testimonial.

Para abrir boca, Heather Mac Donald comienza por exponer su propio caso. Formada en los estudios postestructurales y deconstruccionistas definales del siglo XX, expresión de las ideologías de izquierda post sesenta y ocho, trató de aplicarlos a la nueva ideología radical del cambio de siglo. Las presentaciones de su anterior libro The War on Cops («La guerra contra la policía: cómo el nuevo ataque a la ley y el orden hace que todos estemos menos seguros»), sobre la culpabilización general de la policía por violencia sistemática contra hispanos y negros, fueron sistemáticamente boicoteadas o prohibidas en diversos campus, calificándolas de actos de agresión fascistas y racistas contra los estudiantes negros e hispanos.
Sus opositores, para boicotear dichas presentaciones, insistieron en que los campus universitarios son escenarios peligrosos para negros e hispanos, dado el sesgo racista de la cultura política de muchos de sus profesores y compañeros blancos (y asiáticos). En contra, la autora, afirmó que nunca un grupo humano ha gozado de mayor seguridad y protección que los estudiantes de las universidades norteamericanas en nuestro tiempo, arguyendo que las agresiones puntuales que se han registrado, por otro lado minoritarias, denunciadas por los universitarios negros e hispanos no son solamente fantasiosas y falsas, sino que, y esto es lo más importante, forman parte de una estrategia ideológica dirigida a ampliar sus privilegios (aumento de las admisiones y becas para hispanos y afroamericanos y reducción de las exigencias académicas). Esta estrategia, como la autora lo demuestra con estadísticas incontrovertibles, resulta altamente perjudicial para sus teóricos beneficiarios, confinados en la banda más baja del rendimiento universitario y de las expectativas profesionales.
Ahora, en «El engaño de la diversidad», Heather Mac Donald plantea dos importantes asuntos:
1) La facilidad con que las universidades estadounidenses crean organismos internos para estudiar y decidir sobre problemas supuestos o reales, y
2) La discrecionalidad, o sea, sectarismo, con la que las burocracias universitarias toman medidas drásticas sobre sus cuerpos docentes sin someterse a ninguna supervisión judicial.
Esta falta de supervisión judicial especialmente es evidente en dos fenómenos que están destruyendo la enseñanza universitaria en los EEUU: cuando se trata de la supuesta violencia sistemática contra hispanos y afroamericanos denunciada por estas minorías y de las supuestas “violaciones en campus” denunciadas por las feministas.
Heather Mac Donald expone en su libro un completísimo informe de persecuciones a profesores de importantes universidades de EEUU, en su mayoría de elite (Harvard, NYU, Yale, Duke, Davis, Berkeley, UCLA, UCSD, San Diego State University, etc.), aunque no siempre, donde la ofensiva de las asociaciones de estudiantes afroamericanos e hispanos ha sido más virulenta, diezmando los cuadros de profesores, indefensos estos ante la tibieza de las administraciones universitarias que, sistemáticamente, han venido concediendo crédito a los denunciantes en detrimento, no sólo de los profesores perseguidos, sino de la propia institución.
Los datos que aporta la autora demuestran que las administraciones universitarias están dispuestas inculparse incluso colectivamente de los “crímenes” que los estudiantes imputan a sus profesores individualmente o, al menos, permiten la creación de un ambiente de racismo que propicia las agresiones contra los colectivos de estudiantes afroamericanos e hispanos.
La ideología de género y el mito feminista de la “violación de campus” supone otra causa de la destrucción de la enseñanza universitaria y es un reflejo de la ideología radical. Según Mac Donald, el carácter delirante o falaz de las agresiones denunciadas por las organizaciones feministas universitarias ha calado. La “violación de campus”, en los supuestos más realistas, se halla en niveles ínfimos.
Por todo ello, la autora concluye que el mayor problema reside en la actitud oportunista y cobarde de las autoridades universitarias.
Pues bien ¿qué les parece si aplican lo que dice el libro a lo que está pasando en todos los colectivos y sectores de nuestra sociedad?

estados hundidos de israel, jewsa. el vertedero del mundo. estan ya acabados.