El gran engaño

El Gran Engaño, la madre de todos los engaños, consiste en que a los españolitos se les ha hecho creer que saben leer, que no son analfabetos. Este engaño es además una estafa porque tras el tiempo invertido en los estudios de

EGB y de más alto nivel se supone que se ha adquirido la alfabetización y Cultura suficiente para poder leer libros, la base del conocimiento intelectual.

Esta estafa no tiene como beneficiarios a los estafadores, sino que éstos solo son testaferros de los beneficiarios de nuestro analfabetismo.

El Gran Engaño se basa en la existencia de dos tipos de analfabetos: los profundos y los funcionales.

Son analfabetos profundos aquellas personas o «personos», como decía una analfabeta, «miembra» del PSOE que eran incapaces de juntar letras para formar sílabas y éstas para formar palabras. Éstos, los profundos, eran incapaces de leer un anuncio publicitario, como tampoco lo eran de enterarse de cualquier mensaje escrito. Ellos sabían que eran analfabetos, aceptaban dolorosamente su situación y deseaban salir de ella.

Esta lacra de la vida española fue definitivamente eliminada de nuestra historia durante el virreinato del Generalísimo D. Francisco Franco Bahamonde, que en Gloria esté, al que llaman el Dictador.

El segundo tipo de analfabeto está compuesto por los analfabetos funcionales, aquellas personas que colectivamente superan al noventa y muchos por ciento de la población española, que son capaces de leer un anuncio, una factura, una señal viaria, pero son incapaces de leer un sencillo libro de divulgación[1] por lo que quedan al margen de la cultura y se ven obligados a informarse, alimentarse culturalmente y entretenerse, a través de las televisiones.

Consecuencia de esta masificación del analfabetismo funcional es que al saber juntar letras y sílabas, los funcionales creen que todos los españolitos tienen el mismo nivel cultural y que no hay diferencias sociales y culturales porque todos pueden leer un anuncio o una señal de circulación, es decir lo necesario para comprar y obedecer. Así aceptan su condición, tan felices y se creen normales. De esta forma no pretenden mejorar su situación y desconocen las enormes desigualdades sociales existentes. Las clases sociales en el largo plazo están influidas por los distintos niveles de renta, pero a corto plazo reflejan los distintos niveles culturales.

El analfabetismo de cualquier clase produce un vacío cultural del que el afectado trata de salir acudiendo al único agarradero posible para él, la TV. La TV es a los analfabetos lo que el biberón a los recién nacidos. No pueden tomar otra clase de alimentos, no la podrían digerir. Así satisfechos refuerzan su analfabetismo, que les impide leer.

Dado que los analfabetos funcionales, repito más del 90% de la población española lo es, acuden a su abrevadero, la televisión, allá acuden los depredadores, las multinacionales para hacer su carnicería, es decir para «completar la fallida educación de la Escuela».

Una vez colocados frente a la TV se les somete al lavado de cerebro (con los mensajes y doctrinas que dictan las multinacionales para garantizar e incrementar a largo plazo sus beneficios económicos), aceptando esos analfabetos todo, absolutamente todo lo que oyen y ven en la caja tonta.

El analfabeto funcional, «casualmente» es el tipo de persona que el sistema capitalista, el de la Teoría Económica, requiere. El prototipo de este «homo economicus», concebido inicialmente por la Ilustración en el siglo XVIII y en el que se basó Adam Smith (1723-1790) para construir «La Riqueza de las Naciones, presenta este rasgo diferenciador: se mueve exclusivamente por su interés económico y está desprovisto de todo tipo de vínculos afectivos y de todo tipo de valores.

A esta forma de homúnculo quieren reducir las multinacionales el ser humano para poder aplicar íntegramente la Teoría Económica, lo que conduce al mercado autorregulado puro y duro, es decir sin intervención alguna del Estado ni de la Sociedad civil en la que se inserta ese mercado y en el que por tanto sólo operan las fuerzas de la oferta de trabajo y de su correspondiente demanda. La experiencia demuestra que en esa situación la oferta de trabajo, los trabajadores) SIEMPRE ha sido pisoteada por la demanda (las empresas). Un ejemplo bastante aceptable del mercado autorregulado es la actual situación de China Continental donde coexisten una brutal dictadura con un capitalismo salvaje.

Debido a esa coincidencia entre el individuo producto de la Escuela y las pretensiones del Sistema capitalista encarnado por las multinacionales debe concluirse que la Educación desde hace años está de manera encubierta manipulada por las multinacionales en su beneficio, como así lo atestiguan múltiples trabajos realizados tanto en USA como en países europeos, entre otros los de Christopher Lasch, Liliane Lurçat y Jean-Claude Michéa.

[1] Libro de Divulgación, libro técnico destinado a ser leído por lectores no especialistas en esa materia. Por ejemplo un libro sobre el Covid escrito por un periodista.

18 respuestas a «El gran engaño»

    1. El PP, ni está ni se le espera.
      Fejçoo está demostrando ser un cobarde. No pasa de cacique gallego, pero sin sentido ni visión de estado.
      Es triste decirlo, pero es lo que hay, o, al menos, como yo lo veo, en conciencia.
      Respecto al artículo dce don Ángel Boya, totalmente de acuerdo. Se puede decir más alto, pero no más claro.
      Mis felicitaciones.

      1. Permítame D. Ramiro que discrepe.
        Feijoo cumple con su función de engañar a los ingenuos militantes del PP para aportar su granito de arena a la destrucción de las Naciones y facilitar el Gobierno Mundial, uno de los objetivos de las conferencias de las multinacionales

  1. Hay un tercer tipo de analfabeto, mezcla informe y aberrante de buenista, borrego, cretino, cobarde y sumiso, como -y me duele decirlo- mi madre, la cual, siendo Doctor en Filosofía (manda huev..), es la primera en correr a pincharse cuantas veces le digan y en negar sistemáticamente la realidad (Agenda 2030, NOM, Plan Kalergi y demás basura globalista genocida comunista masónico-satánica).

    1. La inteligencia y el sentido común no la dan los estudios, es innata, o se tiene o no.
      Además existen lugares muy peligrosos para la inteligencia, como la universidad; después de esta comprobé como me había bajado el CI en 15 puntos tirando por lo bajo.
      Otro ejemplo; cuando entro en el gimnasio noto como de repente me baja el CI en alrededor de 10 puntos. Por suerte se recuperan al salir.
      En las reuniones de vecinos baja el CI en al menos 15 puntos.
      Ver la televisión: baja el CI en 20 puntos.
      Oír la radio: 10 puntos
      Leer la prensa: 15 puntos
      Navegar por Internet: 15 puntos.
      Etc.

      Siempre se realiza algo de lo anterior por lo que podemos deducir que el ser humano medio funciona con un CI próximo a 70 puntos. Para vestirse, hacer sus necesidades y andar como un autómata. La normalidad que comprobamos.,

      1. A mi me ha pasado lo mismo en los lugares que cita Vd.
        Pero el que más hace retroceder el CI es la tv que te destruye las neuronas por segundo. Lo mejor es dejarla apagada en un rincón, con este simple gesto la vida te cambia a mejor.
        Gracias Sr. Boya Balet, por su artículo.

  2. El Gran Engaño se basa en la existencia de dos tipos de analfabetos: los profundos y los funcionales.
    El autor del artículo, sin duda, pertenece al primero.
    Un saludo.

      1. «No hay mayor desprecio que no hacer aprecio», y «A palabras necias, oídos sordos». El tufo rancio a rojo bermellón se huele a kilómetros. «Ladran, Sancho, luego cabalgamos». Qué cruz con estos miserables.

    1. Es el autor de este artículo Ángel Boya Balet analfabeto profundo:
      ¿Por ser alérgico y producirle arcadas personajes tipo Inés Montero?
      ¿Por considerar que el Generalísimo D. Francisco Franco Bahamonde esté en la Gloria?
      ¿Por describir como está la situación actual?
      ¿Es ser analfabeto profundo describir la sociedad ante el gran engaño del plan satánico en pleno proceso?

      1. El argumento del que carece del mismo es invariablemente el insulto gratuito, vacío y descerebrado, el único que esgrime la chusma roja totalitaria para descalificar y anular a la oposición. El problema es que en una sociedad enferma e inmunda como la actual de analfabetos, cretinos, sectarios, borregos e indigentes mentales, les funciona a la perfección. Así nos va.

    2. Estimado seguidor: hemos observado que en varios de sus comentarios utiliza contra los autores de los artículos que comenta expresiones descalificativas (insultos) a todas luces innecesarias. Por un lado, sepa que el insulto es el rebuzno del ser humano por lo que le rebaja a la condición de animal; por otro, que lo dicho le desacredita. Se puede discrepar sin insultar, y siempre argumentando. Lo cortes nunca quita lo valiente. Nuestra política de comentarios es muy laxa, pero no tanto como para permitir tal actitud. Por ello, le rogamos que evite en lo sucesivo seguir en la misma tónica porque, muy a nuestro pesar, pues creemos firmemente en la libertad de expresión, nos veremos obligados a borrar su comentarios. Saludos cordiales

    3. Con todo el respeto, Pilar, pero hace Ud. unos comentarios que tal vez no sean los más adecuados.

      ¿Por qué no se va a su cheka de guardia a departir con sus camaradas y nos deja en paz?

  3. «Ningún pueblo, jamás, pierde su Honor de golpe; no hay ejemplo alguno en la Historia que pruebe lo contrario. Los pueblos, como todo lo que vive, siguen las leyes de la naturaleza y entre ellos, como entre los habitantes de la selva, hay pueblos leones y pueblos borregos, pueblos cóndores y pueblos ratas; y, como entre los animales, ningún león se convierte de golpe en borrego, ningún cóndor se transforma súbitamente en rata: si tal “cambio” fuese en verdad posible, requeriría de una larga, milenaria, evolución. Claro que, como en las fábulas, los borregos pueden alguna vez disfrazarse de leones, las ratas vestirse de cóndores».

    «Cuando aquellos que reinan caen tan hondo, no es posible cambiar nada fuera; solo queda transmutarse a sí mismo para que el reflejo del Origen jamás se pierda».

    Saludos cordiales

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