El mal ejemplo del Gral. Antonio Ruiz Benítez y su Instituto de Antihistoria e Incultura Antimilitar

Gral. Antonio Ruiz Benítez

En Octubre de 2022, el penoso y patético actual director del Instituto de Historia y Cultura Militar, el Gral. Antonio Ruiz Benítez autorizó la realización de un acto de presentación y exaltación del libro «Los ocho de Dachau» de cuya infamia (acto, libro, autores y todo en general) dimos cumplida cuenta AQUÍ.

El librito, en realidad panfleto propagandístico y por ello falso de toda falsedad al mejor y más puro estilo desmemoria antihistórica y antidemocrática, exaltaba y ponía como ejemplo de virtudes militares –y así se presentó a los asistentes al citado acto que lo eran, unos, por ignorancia punible y, otros, por estupidez patológica– de ocho oficiales del Ejército Popular, o sea, del ejército del Frente Popular (que no de la República ya extinta), es decir, ejército marxista-leninista, rojo, que al finalizar nuestra contienda 1936-39 terminaron sus días primero en Francia  –no tuvieron el valor de asumir sus responsabilidades por lo que huyeron cual cobardes– y después, a partir de 1944, ya con la guerra mundial en su fase final, en el campo de internamiento de Dachau donde algunos de ellos fallecieron por causas naturales (enfermedad).

Pues bien, para que quede clara la ralea de tan «insignes militares», en absoluto españoles, sino traidores a España, y con ello la del Gral. Ruiz Benítez y demás componentes del Instituto (de Antihistoria e Incultura Antimilitar) traemos hoy a esta web un buen botón de muestra de la verdad histórica de quienes eran aquellos «héroes» y «modelos de virtudes» a ver si tanto su actual director  –y los próximos, ya que los anteriores no fueron capaces–, los potenciales asistentes a sus malhadados actos y en general nuestros militares de hoy, se enteran de a quiénes enaltecen cuando en realidad deberían no sólo reprobarlos, sino mejor aún hundirlos en el fondo del estercolero donde ellos mismos se colocaron con sus viles actos, de forma que sean olvidados para siempre.

Eleuterio Díaz-Tendero

Eleuterio Díaz-Tendero Merchán (Consuegra- Toledo Septiembre 1882 – Dachau – Alemania Febrero 1945). Tras un breve y juvenil intento por seguir la carrera eclesiástica pasando por el seminario, en 1900 ingresó voluntario como soldado en el Ejército. Entre dicho año y 1906 sirvió en La Línea de la Concepción y Los Barrios (Cádiz). Trasladado en 1909 a Marruecos, participó en varias operaciones militares durante aquella campaña.

Miembro desde muy joven de la Masonería y por lo tanto al servicio incondicional de ella y de sus objetivos, los cuales como no podía ser de otra forma puso siempre por encima de los de España, llegó a ostentar cargos importantes en dicha sociedad secreta.

Furibundo antimonárquico, aunque no afiliado al Partido Comunista, su adhesión a esta ideología y fuerza política se hicieron evidentes desde finales de los años 20.

Al proclamarse la II República en Abril de 1931 se trasladó a Madrid ya con el grado de Oficial. En 1932 se opuso activamente al intento de golpe del Gral. Sanjurjo.

Como la mayoría de los comunistas se inhibió en la Revolución de Octubre de 1934 protagonizada sobre todo por los socialistas, bien que no por ello dejó de identificarse públicamente con ella, con sus métodos y objetivos, sin repudiar en ningún instante los crímenes cometidos durante la misma. Actuó cono defensor en varias de las causas judiciales abiertas contra varios de los militares participantes en las revueltas, sobre todo en la defensa del Cap. de la Guardia Civil Fernando Condés, comunista, masón y en 1936 uno de los asesinos materiales de José Calvo Sotelo.

Como consecuencia del fracaso de la Revolución de 1934 consideró la necesidad de fundar la clandestina Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA), de ideología manifiestamente comunista, opositora de la Unión Militar Española (UME), creada esta última con el objeto de neutralizar el desbarre marxista de no pocos mandos del Ejército, así como de la consiguiente infiltración comunista y soviética en él. Una de las principales actividades a las que se dedicó Díaz-Tendero fue a la de confeccionar un voluminoso y detallado archivo con fichas extremadamente completas y concretas con todo lujo de detalles, incluso familiares, de los mandos del Ejército. La intención de dicho fichero no se ocultó a nadie de los más implicados en la UMRA, que no era otro que el de catalogar a todos y cada uno de dichos mandos –según Díaz-Tendero los considerara desde su óptica comunista– en adictos, indiferentes o enemigos en realidad no de la II República como él decía, sino de la república socialista y soviética que tanto él como los suyos querían que llegara a ser aquella Segunda.

Casa de Campo de Madrid, Octubre de 1936, frentepopulistas jactándose de su maquinaria asesina de la cual fue motor Eleuterio Díaz-Tendero

Tras la victoria del Frente Popular en Febrero de 1936 –mediante un pucherazo electoral monumental– con el que se hizo con el poder gubernamental –que extendió a la mayoría de las alcaldías de forma harto ilegal mediante «golpes municipales»–, la actividad de Díaz-Tendero se multiplicó desde el Ministerio de la Guerra en Madrid pues, consciente y sabedor del inminente desencadenamiento de una nueva Revolución, en esta ocasión perfectamente preparada no sólo por los socialistas sino también por los comunistas, activó el perfeccionamiento del archivo para tenerlo al día y proceder siempre según la clasificación que él y los suyos adjudicaban a cada uno de los allí relacionados a su detención o eliminación física para impedir cualquier clase de reacción contrarrevolucionaria

Nada más producirse el Alzamiento, Díaz-Tendero, ya sin freno alguno, y sobre la base de su archivo, dio las órdenes precisas para que las milicias frentepopulistas procedieran a la detención y/o eliminación de los mandos militares que, al fracasar en Madrid la sublevación, quedaron a su merced. Así, fueron muchos los mandos, no pocos de ellos compañeros de Díaz-Tendero y otros tantos muy conocidos de él, los que pasaron a engrosar a los miles de detenidos civiles bien en cárceles o en las chekas, siendo incontable el de los que antes o después, y gracias a su labor, fueron asesinados; en el archivo constaban sus domicilios, así como los componentes de sus unidades familiares y otros datos personales que les hicieron presa fácil de los frentepopulistas, bien directamente o mediante la presión sobre sus familias, no pocos de cuyos miembros, sin distinción de sexo o edad, corriendo también la misma triste suerte.

Además de labor tan siniestra, Díaz-Tendero no perdió el tiempo y en aquellos frenéticos primeros meses de guerra, en vez de incorporarse al frente, prefirió implicarse también muy activamente en armar, equipar, formar y suministrar cuanto hiciera falta a las milicias frentepopulistas, no sólo a aquellas que se incorporaban al frente, sino también a las que en la retaguardia aplicaban sin piedad alguna el terror.​

La obsesión de Díaz-Tendero por dicha labor se extendió más adelante a los miembros del recién creado Ejército Popular, es decir, al ejército del Frente Popular, clasificando a sus miembros, siempre según su criterio basado en directrices masónicas y comunistas, otorgando así el plácet para el ascenso o no, o para asignar puestos de distinta responsabilidad. Por lo mismo, fue uno de los fundadores del temible Servicio de Información Militar (SIM) que en la zona frentepopulista fue el encargado durante toda la guerra no sólo de la labor informativa de aplicación militar y de la lucha contra la quinta columna nacional –adeptos al Alzamiento que trabajaban para él clandestinamente en la zona frentepopulista–, sino también y muy especialmente de la represiva contra los propios frentepopulistas, teniendo mucho que ver con la eliminación total del POUM o la de multitud de anarquistas, ambos grupos considerados enemigos por los comunistas.​

Paracuellos d el Jarama, 1941, paradigma de la barbarie y genocidio institucional del Frente Popular en cuyas fosas terminaron muchos de los mandos señalados por Díaz-Tendero

Al terminar la guerra, este siniestro personaje que siempre fue Díaz-Tendero, no tuvo el valor de asumir sus responsabilidades y optó por pasar a Francia donde las redes comunistas galas, junto con las de los frentepopulistas españoles allí refugiados, se encargaron de darle cobijo, al tiempo que de ponerle a trabajar para la causa; lo que significó, por ejemplo, que mientras estuvo en vigor el pacto Ribbentrop-Molotov, Díaz-Tendero no tuvo escrúpulo alguno, como tampoco sus camaradas comunistas, en ayudar a los alemanes a someter a Francia.

No fue hasta Diciembre de 1943 cuando, junto con otros de su mismo estilo e ideas, fue detenido e ingresado en la ciudadela de Perpiñán bajo custodia francesa durante dos meses, pasando a continuación a ser internado en el campo de prisioneros de Vernet d’Ariege, a 20 kilómetros de Toulouse, donde estuvo hasta Julio de 1944, mes en el que fue transferido por los franceses a los alemanes que lo llevaron al campo de internamiento de Dachau, cerca de Munich; lo dicho fue debido al temor de los germanos de que si los aliados, ya desembarcados en Normandia, llegaban al sur de Francia, Díaz-Tendero y los suyos se les pudieran unir.

En Enero de 1945, Díaz-Tendero se contagió en Dachau de una tuberculosis que fue rápidamente en aumento y sin solución, motivo por el cual en Febrero fue eutanasiado, es decir, que se le inyectó una sustancia que acabó con su vida en el acto, práctica habitual de los jefes de dichos campos cuyo objetivo era el de aligerar las necesidades de manutención de los allí presos, eliminando a los que no tenían posibilidad alguna de sobrevivir debido a sus graves dolencias; de los otros seis jefes frentepopulistas con él allí detenidos sobrevivió uno lo que demuestra que ni se les quiso eliminar por su tendencia ideológica ni tampoco en el caso de que estuvieran sanos o al menos no gravemente enfermos como fue el caso de Díaz-Tendero y los otros cinco.

Esta es la historia de un español y militar vendido desde siempre a una sociedad secreta, la Masonería, de objetivos como poco más que oscuros pero nunca favorables a España, así como también vendido por su ideología marxista-leninista comunista a una potencia extranjera, la URSS de entonces, cuyo objetivo declarado era hacerse con España mediante una revolución que eliminara incluso físicamente a los que consideraba sus enemigos, y todo por el valor que tenía España desde el punto de vista geoestratégico, así como revolucionario para Moscú y su tirano Stalin. Esta es la historia de Eleuterio Díaz-Tendero, un perfecto traidor a la Patria. Este es uno de los varios que desde hace ya años el Instituto de Antihistoria e Incultura Antimilitar, con su director actual al frente –como con los anteriores–, el nada insigne, sino todo lo contrario, Gral. Antonio Ruiz Benítez, pone como ejemplo de militar y español no sólo a los mandos actuales y futuros de nuestras FFAA, sino también a los españoles en general. ¡Qué asco!


4 respuestas a «El mal ejemplo del Gral. Antonio Ruiz Benítez y su Instituto de Antihistoria e Incultura Antimilitar»

  1. Los generales de este tipo están lo que se dice» cagados de miedo» ante la llegada de la Ley de Memoria democrática y como no sienten el uniforme que llevan o saben lo que significa el honor, la dignidad y el juramento dado a la bandera y a España, dejan hacer sin complicarse la vid porque les da igual 8 que 80, sencillamente hacen lo que sea para no tener «discos».
    También los hay, como Julito el rojo, que son de verdad comunistas , pero estos tienen cargos muy superiores al de director de el Instituto de cultura militar, este señor vestido de general, según la información que llega de internet, es un tipo gris que nadie sabe como ha llegado a general, probablemente por tener esa actitud que ha demostrado dándole cancha a los fulanos que desde el ejercito rojo se dedicaron a destruir España y a los españoles.
    Un Ejercito que borra cualquier referencia del militar que los acaudillo en guerra y que le dio días de orgullo y victoria es un ejercito sin identidad y sin tradiciones y eso deberían tenerlo en cuanta todos los españoles, militares o no, que son patriotas.
    Es una pena que cosas como estas sucedan, pero si Vds van al llamado Museo de…no se que, de Toledo verán que la tónica que sigue este tipo que rige el Archivo es el que rige en todas partes, incluido ese escaparate de uniformas y pedazos de cosas al que llaman museo.
    No se lo que en este momento enseñan a los cadetes en la AGM de Zaragoza, ni en Toledo, ni en Segovia, Valladolid etc pero si estoy seguro, a tenor de lo que se ve, que no es bueno para formar a un alumno que debe defender a España de sus enemigos, interiores y exteriores.
    Resultado, los héroes que defendieron a España son borrados de la historia y los masones que destrozaron España son ensalzados como héroes

  2. Buenos días.
    Los Ejércitos españoles (bueno, la Armada no, pq ya no se llama Armada Española [*] se entiende la ironía, supongo) forman parte del entramado de este Estado fallido que es la Expaña R78. Tengo poca, pero alguna, confianza en la Nación. Pero tengo muy poca en el Estado.

    [*] ¡¡quizá quiera llamarse División Expañola de la VI Flota USN!!]

  3. Continuación…
    FAS también llamadas «Cipayos sin fronteras repartidores de madalenas».
    ¿El paso siguiente será echarles sacos de maiz en los desfiles…?

  4. Generales como Ruiz Benitez sin HONOR los hay por cientos entre los «repartidores de magdalenas» como escribe Rafael F. con chispa ibérica pata negra.
    Tampoco les viene mal a las FAS lo de «Cipayos sin fronteras», a secas.
    Agradecer al coronel Bernal su extenso trabajo para desenmascarar por una parte a los criminales como Diaz Tendero y a generales sin patria ni fronteras como este Ruiz o mejor, a secas Ruyn.
    Espana por Cristo

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