El Mesias Preparado (III)
David
¿A qué familia pertenecía David? A la familia de Isaí, o Jesé, de la tribu de Judá, establecida en Belén.
¿Cómo escogió el Señor a David para suceder a Saúl? El Señor envió al profeta Samuel a Belén, y le hizo saber que su elegido era el hijo menor de Jesé, que se hallaba apacentando un rebaño.
¿Cómo preparó Dios a David para el trono? 1º Haciéndole llamar a la corte para que con los armoniosos sonidos de su arpa calmase los accesos de ira del rey Saúl; 2° concediéndole la victoria contra Goliat; 3º proporcionándole gran popularidad a causa de sus primeros triunfos; 4° haciendo que resultasen en provecho suyo los defectos y faltas de Saúl.
¿Por qué fue David el verdadero fundador de la realeza en Israel? Porque tuvo una capital y estableció un sistema de organización política y administrativa que duró hasta la destrucción del reino.
¿Cuál fue la capital de su reino? Jerusalén, cuya ciudadela había conquistado David a los Jebuseos. Esa Jerusalén tan amada de los Hebreos, es para los cristianos figura de la Iglesia y del cielo.
¿Cuál fue la gloria de David como conquistador? David, tan gran guerrero como hábil organizador, acabó de libertar a los Israelitas del yugo de sus enemigos, y extendió su poder desde el Mediterráneo hasta el Éufrates.
¿Qué hizo David por la religión? Hizo transportar el arca al monte Sión, dio mayor pompa a las ceremonias religiosas, dividió a los hijos de Aarón en veinticuatro familias, cada una de las cuales debía ejercer las funciones sacerdotales por turno durante una semana, y dividió a los levitas en cuatro clases: veinticuatro mil destinados a los oficios del santuario; seis mil para administrar justicia; cuatro mil ostiarios, y cuatro mil cantores distribuidos en veinticuatro coros semanales.
¿Qué lugar dio a la religión en su gobierno? David asoció la religión al gobierno, dando en todo la preferencia al culto de Dios.
¿Qué proyecto le inspiró su amor a la religión? El de edificar un magnífico templo al verdadero Dios. Hizo todos los planos del mismo; amontonó riquezas y materiales preciosos, y destinó para ese objeto los despojos de los pueblos y reyes vencidos. Mas el profeta Natán le hizo saber que el honor de la construcción estaba reservado para su hijo Salomón.
¿Qué promesa le hizo Dios? Le prometió su protección, a él y a los reyes descendientes suyos, si cumplían los preceptos dados por Moisés, y les anunció rigurosos castigos si no los cumplían.
¿Qué testimonios de su piedad nos ha dejado David? Ejemplos admirables de fidelidad para con Dios y de misericordia con los hombres. Sobre todo, nos ha dejado los Salmos que han llegado a ser la oración universal, el sostén de la fe, de la esperanza y del amor en todas las almas entregadas a Dios.
¿No se encuentran manchas en la vida de David? Sí, y muy grandes; pero las expió por la penitencia, y aceptó con resignación perfecta cuantos males le envió Dios, llegando a ser el modelo de todos los pecadores arrepentidos.
¿Cómo recompensó Dios a David sus virtudes y su penitencia? Dotándolo del don de profecía, y sobre todo escogiéndolo para ser uno de los progenitores del Mesías.
Salomón
¿Quién fue el sucesor de David? Su hijo Salomón, a quien hizo ungir por orden de Dios cuando él vivía aún.
¿Qué recomendó David a su hijo antes de morir? Que creciese en fortaleza y sabiduría, y observase los mandamientos de Dios: “Yo voy a entrar en el camino de toda la tierra; esfuérzate y sé hombre de valor. Guarda los preceptos del Señor tu Dios… conforme está escrito en la ley de Moisés” (Reyes II, 2, 3).
¿Fue fiel Salomón a los consejos de su padre? Salomón imitó la piedad de su padre y fue feliz durante largo tiempo; pues Dios, a quien él había pedido la sabiduría, le dio además riquezas y gloria.
¿Cuál fue el acontecimiento más notable del reinado de Salomón? La construcción del templo, edificado según el modelo del Tabernáculo, y cuya dedicación se hizo al cabo de siete años, con extraordinaria solemnidad.
¿Cómo pasó Salomón los últimos años de su vida? En la idolatría, en la que cayó instigado por unas mujeres extranjeras con las cuales se había desposado.
¿Qué castigo le anunció Dios? En consideración a David, Dios no quiso descargar sobre él su ira; pero le anunció que lo castigada en la persona de su hijo Roboán.
Cisma de las diez tribus
¿Cómo castigó Dios a Roboán, hijo de Salomón? Diez tribus se separaron de él para formar el reino de Israel, quedándole tan solo las tribus de Judá y de Benjamín, que formaron con los levitas el reino de Judá.
¿A qué se debió este cisma? A la obstinación de Roboán en no querer escuchar a los ancianos, quienes le aconsejaban que aligerase los impuestos excesivos con que su padre había gravado al pueblo. ^
Reino de Israel
¿Quién fue el primer rey de las diez tribus separadas? Jeroboán, intendente que fue de Salomón, a quien un profeta había anunciado que sería rey de diez tribus de Israel.
¿Fue Jeroboán fiel a Dios? Jeroboán, temeroso de que su pueblo volviese a la obediencia de Roboán si continuaba yendo a Jerusalén para celebrar las fiestas, erigió dos becerros de oro, uno en Betel, y otro en Dan. Es verosímil que esos becerros de oro, símbolos de la fuerza, estuviesen destinados a representar a Jehová de un modo sensible.
¿Qué conducta observaron los reyes de Israel? Casi todos fueron malos, impíos e idólatras.
¿Cómo fueron castigados? Los diecinueve reyes de Israel no lograron fundar dinastía alguna, habiendo pertenecido a nueve familias diferentes. Atrajeron sobre sí y sobre la nación todo linaje de males; y más de la mitad murieron de muerte violenta, y ordinariamente, a manos de algún asesino.
¿Cómo acabó el reino de Israel? El reino de Israel fue destruido al cabo de doscientos cincuenta años. Los Israelitas, con Oseas su último rey, fueron llevados cautivos por Salmanasar y dispersados por toda la Asiria, de donde nunca volvieron.
Los profetas de Israel
¿Qué hizo Dios para impedir el fin lamentable del reino de Israel? No cesó de suscitar profetas para atraer a los Israelitas a su culto y darles a conocer los castigos que les amenazaban.
¿Quiénes fueron los principales da entre estos profetas? Elías y su discípulo Eliseo, que combatieron la impiedad con invencible valor, y obraron muchos milagros.
¿Cuál es el glorioso destino de Elías? Elías no murió, fue arrebatado al cielo en un carro de fuego; apareció en el Tabor con Moisés, cuando Nuestro Señor sé transfiguró, y debe volver al fin de los tiempos con Enoc para combatir contra el Anticristo.
Tobías
¿No tuvo Dios algunos siervos fieles en Israel? Ciertamente, como lo prueba el ejemplo de Tobías.
¿Qué conducta observó Tobías antes de la cautividad? Cumplía la ley e iba a adorar a Dios públicamente en el templo de Jerusalén, sin que ni el temor ni los malos ejemplos lograsen apartarlo del buen camino.
¿Continuó Tobías sirviendo a Dios durante la cautividad? Sí: perseveró en la piedad con su familia, y ejercitó las obras de misericordia, consolando y socorriendo a sus hermanos, y enterrando a los muertos.
¿Qué prueba le afligió? Se quedó ciego y perdió todos sus bienes.
¿Halló sostén en sus parientes durante estas pruebas? Sus parientes, en vez de consolarlo, se reían de su resignación, y le decían: ¿Dónde está tu esperanza por la cual hacías limosnas y entierros” (Tob., II, 16).
¿Qué contestaba él a esas burlas? “No queráis hablar así, les decía, porque hijos de santos somos y esperamos aquella vida que ha de dar Dios a aquellos que nunca mudan de Él su fe” (Tob., II, 17, 18).
¿Cómo puso Dios fin a sus pruebas? Por la bienhechora misión del arcángel Rafael, quien después de haber servido de guía a su hijo, le devolvió la vista y le hizo recobrar grandes riquezas.
Reino de Judá
¿Qué contraste ofrecen los reinos de Judá y de Israel en cuanto a las dinastías de sus reyes? Al paso que el reino de Israel tuvo diversas dinastías, el de Judá sólo tuvo una, siendo todos sus reyes descendientes de David, de cuya familia había de nacer el Mesías. Cuando Atalía ordenó la matanza de todos los niños descendientes de David, no pudo impedir que uno de ellos, Joás, escapase de sus manos, por la protección divina, conservándose de este modo la descendencia de David sobre el trono de Judá.
¿Fueron fieles a Dios los reyes de Judá? Sólo cuatro lo fueron: Josafat, Joatán, Ezequías y Josías. Asá perdió la confianza en Dios al fin de su vida. Manasés, monstruo de impiedad y de crueldad, reconoció la justicia de los castigos divinos e hizo penitencia sincera de sus crímenes. Roboán, Abía, Joás, Amasías, Azarías, después de haber sido piadosos, sucumbieron ante las seducciones del politeísmo. Los demás, Jorán, Ococías, Acaz, Amón, Joaquín, Jeconías y Sedecías se obstinaron en la impiedad.
¿Cómo fueron castigados los reyes prevaricadores? En el reinado de Roboán la Judea fue invadida por los egipcios. Abía reinó sólo tres años. Jorán, después de varias guerras desastrosas, murió de una horrible enfermedad de entrañas, y no fue inhumado en el sepulcro de sus predecesores. Ococías no reinó más que un año, y murió a consecuencia de una herida. Joás y Amasías fueron asesinados. Azarías murió de lepra. Acaz tuvo que sufrir toda suerte de males de parte de Teglatfalasar, rey de Asiria. Manasés sufrió durante algún tiempo una dura cautividad en Babilonia. Amón fue asesinado después de dos años de reinado. Por fin, los tres últimos, Joaquín, Jeconías y Sedecías, cargados de cadenas, fueron llevados a Babilonia donde murieron miserablemente.
¿Cómo protegió Dios al pueblo de Judá antes de la ejecución de los decretos de su justicia? Lo preservó durante largo tiempo de las invasiones asirias, haciendo servir al reino de Israel de antemural contra ellas. Más tarde, en tiempo de Ezequias, envió a un ángel, que una noche exterminó a ciento ochenta y cinco mil hombres del ejército de Senaquerib, rey de Asiria. Durante el reinado de Manasés, cuando éste se hallaba cautivo en Babilonia, suscitó a Judit, que cortó la cabeza a Holofernes, general asirio, y preservó así a la Judea de la devastación y del yugo de los asirios.
¿Cómo acabó el reino de Judá? Cuando la mayoría de la nación, con sus últimos príncipes, hubo abandonado a Dios, Nabucodonosor, rey de Babilonia, fue el instrumento de la venganza divina. Tres veces se dirigió contra Jerusalén: la primera se apoderó de ella y se llevó parte de sus habitantes. Pero ni los Judíos que quedaron en el país, ni los que estaban cautivos, hicieron penitencia a pesar de ser amonestados, los unos por Jeremías y los otros por Ezequiel. La segunda vez, agravó el yugo de Jerusalén, saqueó los palacios y arrebató los tesoros del templo. Mas aquel pueblo indócil persistía en su ceguedad. En la tercera expedición, destruyó completamente a Jerusalén y entregó el templo a la voracidad de las Llamas. Sólo los pobres quedaron en Judea para cultivar la tierra; los demás Judíos fueron llevados cautivos a Babilonia. Así acabó el reino de Judá que había durado unos cuatrocientos años desde Roboán.
Los Profetas de Judá
¿Qué hizo Dios para que quedasen algunos judíos fieles en el reino de Judá? Suscitó a varios profetas de entre el pueblo. Después de Elías y Eliseo, que vivieron antes de la dispersión del reino de Israel, aparecieron Isaías, Jeremías y otros varios, cuyos escritos se conservan.
¿Cuál era la misión de los profetas? Para lo presente, tenían por misión mantener la ley mosaica en su integridad y conservar la pureza de doctrina y de costumbres por medio de sus avisos, reproches y amenazas; yen cuanto a lo porvenir, consistía en mostrar que la ley antigua no era sino la preparación a la ley nueva, y en profetizar al Redentor ya su Iglesia. “Los profetas hablaron en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres, y a todo el pueblo de la tierras” (Dan., IX, 6).
¿Cómo cumplían la primera parte de su misión? Dando ellos mismos ejemplo de todas las virtudes, reprendiendo a los reyes impíos, reprochando al pueblo sus infidelidades y crímenes, realizando en derredor suyo la unión de todos los buenos, y exhortándolos al amor de Dios y de la patria.
¿Qué castigos predijeron los profetas al pueblo judío ya las naciones extranjeras? Predijeron la cautividad de Babilonia ciento cincuenta años antes de que ocurriera, la ruina de Jerusalén y del Templo, la ruina definitiva de la nación judía, y también la de Nínive, Babilonia, Tiro, Menfis, de los Amonita, Moabitas, Filisteos e Idumeos.
¿Consiguieron mantener en el cumplimiento del deber a una parte del pueblo de Dios? En los días prósperos, gran número de fieles, siguiendo las huellas de los profetas, profesaron con valentía la ley de Dios; en los tiempos adversos, en el reinado de Manasés, una multitud de Judíos derramaron su sangre por la verdad.
RESUMEN
David.- David sucedió a Saúl y fue el verdadero creador del trono. Asoció la religión al gobierno, y dio en todo el primer lugar al culto de Dios. Su piedad fue admirable; expió sus culpas por medio de la penitencia. Dios recompensó su fidelidad concediéndole el don de profecía, y sobre todo eligiéndolo para progenitor del Mesías.
Salomón.- Su hijo Salomón le sucedió en el trono de Israel. Imitó la piedad de David durante mucho tiempo. Dios le otorgó le sabiduría, y, con ella, riquezas y gloria. En sus últimos años, cayó en la idolatría, y el Señor lo castigó en la persona de su hijo Roboán. Después de Salomón se dividió el reino: diez tribus formaron el reino de Israel, y a Roboán no le quedaron más que dos tribus, que formaron el reino de Judá.
Reino de Israel.- Casi todos los reyes de Israel fueron malos, impíos e idólatras. Atrajeron sobre sí y sobre su pueblo toda clase de males, y más de la mitad murieron de muerte violenta. Después de una duración de doscientos cincuenta años, fue destruido el reino de Israel y los israelitas fueron llevados cautivos a Nínive. Dios no había cesado de suscitar profetas para atraer de nuevo a los Israelitas a su culto y anunciarles los castigos que les amenazaban. De entre estos profetas los principales fueron Elías y Eliseo. Dios tuvo siervos fieles en el reino de Israel entre los cuales descuella Tobías.
Reino de Judá.- El reino de Judá duró hasta la cautividad de Babilonia. Sólo cuatro de sus reyes permanecieron fieles a Dios; los demás, después de prevaricar, sufrieron la venganza del Cielo. Este reino fue destruido por tres expediciones sucesivas de Nabucodonosor, después de haber durado unos cuatrocientos años. Dios envió profetas a este pueblo con el fin de tener siempre en él algunos servidores fieles. Después de Elías y Eliseo, que vivieron antes de la dispersión del reino de Israel, aparecieron Isaías, Jeremías y otros profetas, cuyos escritos han llegado hasta nosotros. Su misión consistía en mantener, por medio de sus advertencias y amenazas, la religión mosaica en su integridad, y en anunciar al Redentor ya su Iglesia. Predijeron la ruina de Jerusalén y del Templo, la de la nación judía, de Nínive y de Babilonia.