El proxeneta, sus prostitutas y el burdel ucraniano

Por Enríquez de Aguilar

24/01/2022 Internacional

Hablan de «tambores de guerra» entre EE.UU y la OTAN contra Rusia por Ucrania. Pues bien, pierdan cuidado porque la sangre, que sería mucha, no llegará al río.

Disuelta la URSS quedaron en los países que Rusia se había anexionado, esta vez con el cuento del internacionalismo comunista –la URSS fue Rusia y el imperialismo decimonónico de ésta fue el de aquélla–, amplias concentraciones de población rusa incrustadas en ellas a capón por la mano de Stalin que era un tirano pero que no era tonto y sabía la necesidad existencial de siempre de Rusia (URSS) de asegurar su espacio geoestratégico vital. Así pues, y con el paso del tiempo, que no fue poco lo que allí duró el comunismo, hoy podemos hablar de que partes de dichos países exsoviéticos fueron eficazmente rusificados, caso, en lo que a Ucrania se refiere, de la península de Crimea, hoy rusa tras su audaz anexión por Moscú, algo que no le perdonan a Putin (entre otra razones porque en ella está la esencial base naval rusa de Sebastopol con salida libre al Mediterráneo todo el año) y las grandes regiones de Jarkov, Lugansk y Donetz; todas ellas, claro, con amplia frontera con Rusia. Pero es que además la mitad este de Ucrania posee sentimientos prorrusos fortísimos (incluso se habla ruso mayoritariamente), mientras que la mitad oeste los tiene prooccidentales por motivos contrarios obvios. Así, Ucrania está realmente divida en dos, que conste y no se olvide a la hora de juzgar.

Cuando hablamos de la actual Ucrania debemos tener en consideración que no es una unidad consolidada como nación, pues bullen en ella sentimientos muy encontrados. Por su parte, y al contrario de Ucrania, otros ex países soviéticos guardan tras la disolución una clara cercanía y connivencia con Rusia, con la cual también poseen amplias fronteras, caso de la enorme Bielorrusia y de otros países exrepúblicas soviéticas de Asia como el gran Kazajistán.

Y todo lo anterior en las mismas barbas de Moscú, o sea, en sus fronteras físicas, de ahí, como es normal, inexcusable y justificado el interés en todos los aspectos de Rusia por esos vecinos; la díscola Ucrania lo es. ¿Quién lo puede criticar? Otra cosa son las formas y lo que en algún momento dado pueda estar tentado de hacer el oso ruso para asegurar su tranquilidad y seguridad.

En 1991 se disolvió el Pacto de Varsovia, pero no la OTAN que al desaparecer su enemigo debió haber hecho lo propio a no ser que… se hubiera decidido por los EE.UU. –alma, mente, corazón y sangre de ella– que era la herramienta perfecta para… sus intereses imperialistas de siempre como se viene demostrando; si Rusia fue imperialista, Estados Unidos para qué decir. Nuestro patético ministro de exteriores ha dicho que basta ya de «áreas de influencia» en relación al interés de Rusia por sus vecinos… pues bien, que se lo diga a los EE.UU. que consideran al mundo entero como patio de su casa, como su «área de influencia».

Recordemos que históricamente Rusia ha sido invadida a sangre y fuego dos veces por… Occidente: una por Napoleón (Francia) y la otra por Hitler (Alemania). Pues bien, desde la disolución unilateral del Pacto de Varsovia, EE.UU. y la OTAN llevan dos décadas expandiéndose hacia el Este, acercando tropas y bases militares (misiles incluidos) a Rusia creando un cinturón de hierro que constituye sin duda una muy cierta y seria amenaza y provocación para Moscú; Ucrania quiere entrar en esa OTAN… ¡imagínense lo que puede pensar Rusia! Actualmente Rusia está completamente rodeada, asediada por la OTAN, o sea, por EE.UU., menos en sus fronteras con China e Irán. Desde luego no es un proceder amistoso. ¿Quién amenaza a quién? ¿Quién provoca a quién? ¿Permitiría EE.UU. lo mismo? ¿Lo permitió cuando los rusos pretendieron colocarle misiles en Cuba? ¿Qué diría si Rusia pusiera bases militares en Méjico o en centro América?

EE.UU. cree llegado el momento de debilitar a su contrincante de tantos años, de poner a sus pies a Rusia, no por las armas, claro, sino por la economía y otras cuestiones, dada, desde luego, su debilidad tras décadas de maravilloso régimen marxista-leninista que, como en cualquier lugar donde se impuso, la ha dejado titiritando, bien que no por ello deja de tener garras; lo que Putin intenta es superar desesperadamente esa debilidad porque, no cabe duda, Rusia, como EE.UU., tiene potencial y vocación de superpotencia y, de gestionarse como es debido, sin duda lo hubiera sido y puede serlo. No nos olvidemos de que la dos invasiones occidentales a Rusia lo fueron buscando lo de siempre: su enorme potencial económico, humano y de espacio. Y recordemos que el corazón industrial y petrolífero ruso está pegadito a la actual Ucrania.

Llevamos años en los que se nos come el coco día sí y día también con lo peligrosa que es Rusia y lo antidemocrático que es Putin y es que una de las cosas que no se soporta en Washington es que Rusia lidere a los países antiglobalización, o sea, que no se rinda al totalitarismo políticamente correcto que dirige e imponen EE.UU. y la Unión Europea. No hay día que no se nos diga que la mano rusa está detrás de supuestos ciberataques y otras pretendidas jugadas maquiavélicas de las que… eso sí, nunca nos aportan pruebas contundentes; ya se sabe que lo de las redes es siempre virtual, indemostrable. De esta forma, Rusia es el nuevo enemigo… a falta de otros como el terrorismo, los yihadistas, etc. que van de retirada si es que alguna vez existieron realmente. Con China no pasa lo mismo… por el momento, y es que China es mucha China en todos los aspectos, también en el militar ¿verdad?

¿Qué ha pasado ahora?

Que el burdel en que se ha convertido Ucrania ha sido reactivado por Biden cuando tras sólo un año de desGobierno el viejo chocho hace aguas.

Los EE.UU. han vuelto a hacer un ridículo histórico con lo de Afganistán, donde la vergüenza de su gestión en todos los aspectos, también en el militar, ha dejado su prestigio, el del proxeneta que es, por los suelos –y el de sus putas, los países de la OTAN, España incluida–, y eso para el imperio, para el number one, el rey, para el chulo, es intolerable y puede ser letal, no sea que incluso las putas se le revolucionen. Por eso tenía que sacar pecho en algún lugar, inventar alguna amenaza y qué mejor que el burdel ucraniano que responde a su dueño y monta pollos todos los días para llamar la atención, para provocar, para justificar que el chulo ponga orden.

Y es que la pretendida amenaza rusa no aparece por ningún sitio, todo lo contrario, de lo que sí hay pruebas es de la provocación norteamericana y de la OTAN:

• En Diciembre pasado Rusia «agredió» a los EE.UU. y a la OTAN lanzándoles… sendas propuestas de tratados de paz (AQUÍ) a las cuales ni el uno ni la otra han contestado quedando en evidencia y en muy mala posición –ni siquiera los medios del globalismo, que son prácticamente todos dieron publicidad al hecho–; la actual crisis responde también en parte a tapar dicha evidencia de que ninguno de los dos quiere el entendimiento pacífico. Las dos propuestas son más que aceptables si lo que se quiere es establecer bases sinceras y sólidas de diálogo, respeto y buena vecindad… en vez de bases militares a las puertas de Moscú. También influyó en el proxeneta en el peligro de que las putas se sintieran tentadas por dichas propuestas, por lo que el chulo tenía que sentar su autoridad, lo que ha hecho provocando una crisis desmedida en apenas cuarenta y ocho horas.
• Hace tan sólo una semana que se reunieron por tres veces consecutivas sendas delegaciones de altísimo nivel rusa y estadounidense: a) en Ginebra, a nivel de viceministros de Relaciones Exteriores, donde Rusia se quejó y quiso que se hablara, sin conseguirlo, de «la no ampliación de la OTAN (porque Ucrania quiere entrar en la Alianza, Suecia negocia y Finlandia se lo piensa los tres lindan con Rusia), ‎eliminación de la infraestructura creada (de bases militares en su entorno), rechazo de ciertas medidas (sanciones económicas) y eso no sobre una ‎base ‎recíproca sino sobre una base unilateral de parte de Occidente (por ser quien provoca, se expande y amenaza)»; ‎b) en Bruselas, en el seno de la comisión OTAN-Rusia, donde la delegada estadounidense manifestó con su natural prepotencia y aviso a sus putas europeas, por si acaso, que «Ciertamente, somos 30, aquí ante ustedes. Pero somos uno en nuestras posiciones»‎, pintando además un potencial y enloquecido panorama de división en dos bloques otra vez como durante la «guerra fría» si, claro, «Washington cediese ante Moscú» (¿?) y c) en Viena, en el marco de la Organización para la Seguridad y la Cooperación ‎en Europa (OSCE), reunión premeditadamente «dilatoria» por parte norteamericana aprovechando que la OSCE ‎no tiene ningún poder de decisión, de forma que ni siquiera hubo comunicado final.

Pues bien, en todas ellas la delegación norteamericana, como hemos dicho, con la chulería inherente a un proxeneta con sus putas, impuso su criterio impidiendo, en contra de lo que proponía Rusia, que se hablara de lo actual, de lo que importa, de la situación de amenaza que supone para Rusia ese cinturón de hierro en torno suyo que, además, viola la carta de la ONU; hecho esencial que al chulo y sus putas, todos tan democráticos, pacíficos y demás, les importa un bledo.

Por el contrario, Estados Unidos reiteró sus advertencias sobre el estacionamiento de 100.000 soldados rusos… ¡en ‎el propio suelo ruso! cerca de Ucrania; nada dijo de sus soldados por medio mundo. Simultáneamente, en Washington, el Congreso debatía sobre nuevas sanciones ‎contra Rusia como por ejemplo contra ‎el gasoducto ruso Nord Stream 2 las cuales ¡había levantado el propio Biden cuando se reunió con Putin el pasado Diciembre! Asimismo, el Departamento de Estado proponía aumentar el arsenal nuclear de ‎Estados Unidos, impulsaba una operación de desestabilización en Kazajistán (hasta el punto de que su gobierno tuvo que apelar a la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (CSTO) con Rusia para que ésta y los demás miembros enviaran tropas durante una semana para pacificar la cosa, lo que EE.UU. y la OTAN no esperaban y les ha sentado a cuerno quemado) y ‎empujaba a la Unión Europea a imponer un bloqueo económico total contra Transnistria.‎ ¿Quién amenaza quién? ¿Quién acosa a quién? ¿Quién provoca a quién?

Biden, en horas bajas, con la vergüenza de Afganistán colgando de las orejas y con poca o ninguna guerrita con la que alimentar la todopoderosa industria militar norteamericana que tantos beneficios produce –ya ha vendido armamento a Ucrania por valor de 600 millones de dólares–, con el liderazgo de los EE.UU. puesto en duda, con la necesidad de un enemigo que aglutine a sus lacayos en su entorno, con una Rusia antiglobalista, con una China que calla pero labora y que asciende cada día más y más, no ha tenido mejor idea que inventar y provocar una crisis –igual que hizo Bush con sus falacias sobre la armas de destrucción masiva de Irak– donde cree que tiene todas la de ganar… menos la baza militar, claro, porque Rusia no es, a pesar de todo, cualquiera, ni Putin tampoco, y Biden lo sabe, porque está chocho, pero no es tan tonto como parece. También, porque al proxeneta le era necesario poner firmes y a prueba a sus putas, alguna de las cuales había mostrado últimamente cierta tendencia a hacer la calle por su cuenta como era el caso de Alemania con sus megacontratos de gas con Rusia (y el Nord Stream 2), así como Francia, siempre difícil, díscola y nada de fiar.

A nadie le interesa una guerra como tal entre Occidente y Rusia porque nadie ganaría y todos los saben. Eso sí, como el imperialismo yanqui da muestras de comenzar su declive –no hay imperio que mil años dure– y eso no lo pueden soportar, las «crisis» seguirán produciéndose en Ucrania o donde el proxeneta considere, llevando a su putas con él a nuevos o ya conocidos burdeles. Así pues, no se preocupen que la sangre no llegará al río.

¿Y España? Tiempo le ha faltado al fantoche de Sánchez para tirarse al suelo a limpiar las botas del odiado yanqui –los sociatas y sus adláteres comunistas odian a EE.UU., pero se derriten por sus migajas–, como hizo Aznar con Bush, y a Margarita Robles y sus muchachos a fingir que hacen, cual lacayos que son, mirando por los intereses exclusivamente norteamericanos sin tener en cuenta los españoles; nuestros únicos enemigos están dentro de España y en el Sur, y no en la estepa ucraniana o rusa… ni en Mali, el Líbano o… Tampoco hasta el momento sabemos de ningún informe de nuestros aguerridos Generales en el que digan bien claro de una vez por todas que nada pintamos metiéndonos en corral ajeno –además Rusia nada ha hecho contra nosotros– donde nada vamos a ganar y sólo podemos perder, como ha ocurrido en Afganistán de donde sólo sacamos un centenar de muertos y 4.000 millones de euros gastados; claro que con dicho cuento no pocos «hicieron la carrera» y facturaron pingües dietas.

PD.- Para que quede claro quiénes son los EE.UU. basta con algunos ejemplos de lo que ellos mismos han dicho:

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  “Estados Unidos no tiene amigos; sólo tiene intereses» (John Foster Dulles, Secretario de Estado norteamericano)

• «Nos ha ido bastante bien con Luisiana, Florida, Texas, Hawai y California y el Tío Sam puede tragarse a México y Centroamérica, con Cuba y las islas de las Indias Occidentales como postres y sin intoxicarse (…) He servido durante 30 años y cuatro meses en las unidades más combativas de las Fuerzas Armadas estadounidenses: en la Infantería de Marina. Tengo el sentimiento de haber actuado durante todo ese tiempo de bandido altamente calificado al servicio de las grandes empresas de Wall Street y sus banqueros. En una palabra, he sido un pandillero al servicio del capitalismo. De tal manera, en 1914 afirmé la seguridad de los intereses petroleros en México, Tampico en particular. Contribuí a transformar a Cuba en un país donde la gente del National City Bank podía burlar tranquilamente los beneficios. Participé en la «limpieza» de

  

  Nicaragua, de 1902 a 1912, por cuenta de la firma bancaria internacional Brown Brothers Harriman. En 1916, por cuenta de los grandes azucareros norteamericanos, aporté a la República Dominicana la «civilización». En 1923 «enderecé» los asuntos en Honduras en interés de las compañías fruteras norteamericanas. En 1927, en China, afiancé los intereses de la Standard Oil. (…) Fui premiado con honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás considero que podría haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como gángster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como marine, operé en tres continentes. El problema es que cuando el dólar estadounidense gana apenas el seis por ciento, aquí se ponen impacientes y van al extranjero para ganarse el cien por ciento. La bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera.» (Gral. Smedley Butler. El más condecorado de toda la historia de los EE.UU.)

NOTA.- Lo que dice el Gral. Butler de su época nunca ha cesado, sino que se ha incrementado después de la II Guerra Mundial hasta nuestros días. Para comprobarlo sólo hay que repasar los libros de historia o las hemerotecas.