El PSOE hoy, como ayer, y siempre… y el PP también
Las elecciones de mañana, 28-M, deberían haberse suspendido. Las del 14-M (2004) para qué hablar tras el fatídico 11-M. Lo mismo las de 16-F y 1-M de 1936. Estas últimas porque se sabía que el pucherazo del Frente Popular estaba servido, como así fue con las consecuencias más que conocidas. Las de 2004 porque un pueblo no puede votar bajo el humo, la sangre y los destrozos del mayor atentando jamás conocido en toda nuestra historia cuyo fin era el que se produjo. Las de mañana, porque a la vista está que no hay ni la más mínima garantía de limpieza y transparencia, de que su resultado, sea el que sea, represente de verdad la tan cacareada voluntad popular. Pero es que el sistema que regía y rige en todos los casos mencionados es el mismo y nunca suspenderá unas elecciones por mucho que estuviera justificado.
Las de mañana, en las que ha asomado sólo la punta de un infecto iceberg –cuya magnitud se conoce de antiguo, pero que nadie nunca ha querido ni cortar ni adoptar medidas para que no se produjera más–, son la prueba de que el PSOE sigue siendo no un partido político y mucho menos democrático, sino una organización históricamente criminal cuyo único fin es la consecución por los medios que sea del poder para hacerse con la pasta, y la pasta para conseguir el poder; y además un poder omnímodo y toda la pasta. El PSOE, desde su fundación, es el colector de lo peor que, por desgracia, es capaz de producir el pueblo español, y eso nunca ha cambiado ni va a cambiar, porque el problema no fueron Pablo Iglesias Posse, Largo Caballero, Indalecio Prieto, Juan Negrín, Felipe González, Rodríguez Zapatero o ahora Pedro Sánchez, sino los que les votaron, sostuvieron y le votarán y apoyarán a trancas y barrancas, pase lo que pase y cometa la felonía o crimen que cometa. Hay una parte de nuestra alma española que está viciada de origen y que no tiene remedio a no ser que se la someta. Cuando no se la contiene nos arrastra a todos a la perdición. En la actualidad sólo le falta tirar de pistola –la ETA lo hizo por ellos por un tiempo–, lo que no hace únicamente porque no se lleva… por el momento.
Pero con todo, el problema, si se analiza con rigor, no es esa antiEspaña –cáncer único de nuestro pueblo y patria, pues no hay otro país el mundo, por tirado que sea, que lo sufra–, no, el verdadero problema, la razón de que exista ese PSOE, y con él esa “izquierda” antinacional toda ella –PSOE incluido y a la cabeza–, ultra, radical, extrema y revolucionaria siempre, el problema, es hoy el Partido Popular (y sus predecesores UCD-AP), como antaño lo fue la CEDA, es decir, esa “derecha” también antinacional y, aún con sus formas, tan antiEspaña como la “izquierda”, cuya estupidez y sobre todo cobardía la lleva una y otra vez a someterse a ésta hasta la perdición.
Mañana, aunque el resultado sea, que aún está por ver, la expulsión de la “izquierda” de la mayoría de la autonomías y consistorios –menos de los que seguirán en poder de los separatistas de toda ralea–, sólo asistiremos a una nueva escena del gran teatro de este sistema de alternancia pactada entre PSOE y PP para seguir devorando sin piedad a España hasta incluso matarla; y ello, aunque su muerte conlleve la de ambos.
Lo malo es que los tiempos han cambiado de tal forma que en la actualidad al árbol caído resulta imposible salvarlo, porque los que van a hacer leña de él son ya muchos y muy poderosos, como nunca antes… bueno, antes también lo fueron, por eso perdimos un imperio cuyas posesiones y gentes eran tan españolas como nosotros mismos.

Don Francisco, totalmente de acuerdo con usted.
Se puede decir más alto, pero no más claro.
¡Que pasen los botontos!
Impecable, antológico, con especial hincapié en que lo único que puede hacerse con la parte viciada y enferma de la sociedad española es someterla, tal cual. Ya era hora de que alguien lo dijera.
Magnífico su artículo D. Francisco.
En mi modesta opinión Ud. pone el dedo en la llaga. Los enemigos de España no son uno sino tres.
El primero, por empezar por uno, es el POSE, que roge los votos de los fracasados, los ignorantes que creen en su inmensa rabia que por arte “birbiriloque” se les concederán unos ingresos económicos que mejorarán su situación económica. En ese grupo se encuentran también los trepas, la gente sin escrúpulos que esperaran triunfar haciendo demagogia barata, la única que saben hacer. Esta es la primera cara de Satanás.
La segunda cara de Satanás es el PP, que con los mismos objetivo que el PSOE, engaña a los que dice representar a la España Tradicional, la España de Las Navas, de Lepanto y de Trento. Como es obvio lo que inicia el PSOE, lo ratifica el PP.
El Tercer coadyuvante a nuestra desgracia es el clero católico que bendice todo lo que huela a poder político o económico, «la pela es la pela».
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Así los tres, cada uno por su lado, pero con el mismo objetivo común imponen la ideología de género que es lo opuesto a los 10 Mandamientos de la Ley de Dios
Así amordazando a España, se allana el camino para el triunfo del NOM, el de Satanás.