El Soldado Estaban Tries y el rescate y evacuación del Sargento Villegas en Monte Wireless Ridge
Wireless Ridge es una de las siete colinas estratégicas que formaban un anillo defensivo a unos 8 kilómetros (5 millas) de Puerto Argentino, y que el Ejército Británico fue tomando con el fin de envolver la capital.

El día 13 de junio el Regimiento 7 llevaba más de 20 horas ininterrumpidas combatiendo y rechazando los ataques del enemigo. Para apoyar este esfuerzo desde Puerto Argentino se ordenó que se desplazara la Compañía del Capitán Rubén Zunino, del Regimiento de Infantería nº 3, quien reunió a la Compañía y ordenó al Teniente Víctor Hugo Rodríguez que avanzara primero con su sección de 40 hombres. Las radios de la compañía eran a pilas y a esas alturas de la guerra las pilas se habían agotado y no quedaban repuestos, de modo que el Teniente se encaminó con su sección a las alturas de Monte Wireless Ridge para enfrentar a los ingleses desde arriba.
Al poco de salir el Capitán Zunino recibió contraorden de no avanzar porque el Regimiento 7 no había podido soportar por más tiempo el enorme bombardeo naval y de la artillería inglesa, y hacía dos horas que había iniciado el repliegue de sus posiciones, y la nueva orden era posicionarse en Monte Tumbledown. La compañía se detuvo pero no hubo forma de avisar a la Sección del Teniente 1º Víctor Hugo Rodríguez.
Cuando ésta llegó en la noche a las alturas se encontró que el Regimiento 7 ya no estaba allí sino que se retiraba por el valle.
El Teniente sabía que si el Regimiento no había podido sostener al 2º Batallón de Paracaidistas no lo iba a sujetar él con una sección de tan solo 40 hombres sin más armas que las individuales de cada soldado.
Formaban parte de la Sección el Sargento Villegas, que durante años había sido el duro instructor de reclutas del Regimiento, y el soldado habilitado como soldado dragoniano (o veterano, por tener cumplido su servicio militar) Esteban Tries, uno de los pocos reservistas que había sido llamado a filas, por su buena consideración que tenía como soldado.

Los ingleses que habían detectado la retirada del Regimiento 7 no contaban de ningún modo que una nueva unidad pudiera ocupar su lugar, de modo que el Teniente Víctor Hugo Rodríguez cogió por sorpresa a los ingleses con el intenso fuego de los fusiles argentinos que tenían la posibilidad de fuego automático (a ráfaga). Durante dos horas la sección atrajo el combate de los ingleses y gracias a la oposición de la Sección el Regimiento 7 pudo replegarse sin recibir el fuego desde las alturas.
El Sargento Villegas con una parte de la sección que intentaba progresar por otro lado sin saber que el Regimiento 7 ya no estaba, recibió fuego de las ametralladoras inglesas, a pesar de que se tiraron al suelo de forma inmediata un soldado resultó herido en el brazo y cuando el soldado Esteban Tries informó al Sargento éste le confesó que él estaba también herido, y no precisamente en el brazo sino en la barriga, pero que no intentaran llegar hasta donde él estaba porque la zona estaba muy batida y además los tenían rodeados. El sargento había caído en la línea de avance y estorbaba para poder devolver el fuego, por lo que Tries le pidió que
rodara o se echara a un lado para salirse de la línea de tiro y permitirle disparar. El Sargento le pidió que lo matara porque él tenía una herida mortal, así que disparara sin miedo, a lo que el soldado Tries se negó. A su lado estaba el soldado José Luis Cerezuela, alias “Lupin”. Cerezuela es un prototipo que rara vez falta en alguna compañía. Era huérfano, hasta llegar al servicio militar, dos meses atrás, no había encontrado algo parecido a una familia.
Tries y Cerezuela llegaron hasta donde estaba el Sargento, tiraron de él. La sangre le salía a borbotones, y no tenían vendas ni apósitos. Taponaron la herida como pudieron. El Sargento pidió que lo matarán y que le contaran a su familia cómo había muerto. Después rezó un Padre Nuestro completo.
Los dos soldados cargaron al Sargento y cuando la Sección se replegó lo llevaron a cuestas hasta Puerto Argentino, donde fue operado por lo médicos militares argentinos, y el Sargento Villegas sobrevivió a la guerra.
Muchos años después de la guerra Sargento y soldado Esteban Tries se encontraron en un acto de veteranos. El Sargento quería encontrar al soldado Cerezuela, porque se sentía culpable por un arresto que semanas antes del combate de Wireless Ridge le había impuesto al soldado. El Sargento Villegas lo había arrestado a achicar el agua de todos los pozos y trincheras por haber descuidado su fusil. Poco después de cumplir el arresto el soldado le pidió a su Sargento hablar con él para convencerle de que le pegara un tiro, que nadie si iba enterar. En lugar de un tiro le dio un abrazo, y sin que el soldado se enterara habló con otros soldados para que alguna de sus hermanas o alguien le escribiera una carta desde el continente. Cuando la carta llegó y se repartió el correo, Cerezuela se sintió persona.
Cuando tras años de búsqueda dieron con él, el antiguo soldado sufría un cáncer de pulmón terminal y estaba casado. Se levantó de la cama y se afeitó y aseó para recibir a sus viejos camaradas. El encuentro le devolvió la alegría. Al domingo siguiente murió.

El primer video que constituye el objeto de este artículo es el relato que hizo el soldado Esteban Tries en 2018 sobre el rescate que realizaron del Sargento Villegas, y de cómo combatió su Sección en el Monte Wireless Ridge. El video dura 6 minutos y medio, y no tiene desperdicio.
El segundo video que dura algo más de 4 minutos, es el relato contado también por el propio Sargento Villegas en marzo de 2022.
El tercero video es el relato del Teniente Víctor Hugo Rodríguez que mandaba la Sección, y que aporta datos de la operación muy importantes, así como del factor religioso y del valor de sus soldados de reemplazo, en contra de lo que alguna vez se ha dicho, sin ningún fundamento, de que eran cobardes. Dura 18 minutos.

¡Qué magnífico resumen de esa heróica acción!
¡Cuanto ignoramos por desidia y por falta de patriotismo y bonhomía!
Gracias D. José.
Los tres vídeos son la mejor teórica que he escuchado nunca.
A esos hombres traicionó Menéndez y otros «ilustrados» mandos.
Dios premie a unos y castigue a otros.
Repito, magnífico ejemplo de heroismo y camaradería inspiradas por el amor a la Patria y la religión.
Gracias, D. José.