El Soldado Lois: testigo de cargo de tibios y cobardes


En 2019, el «historiador» (¿?) Bernardo Máiz, en realidad experto en historia con orejeras… rojas, claro, aceptó el encargo de una asociación de «militares antifranquistas» (¿?) para redactar un informe a medida, claro también, que justificara por la infame Ley de Memoria Histórica -o sea, de lavado de cerebro, rescritura de la historia y revancha barriobajera– la demanda de supresión de las «denominaciones franquistas» (¿?) de las calles del Arsenal de Ferrol del Caudillo (lo del Caudillo, obviamente, ni lo mentaban). Máiz, con su poco saber y muy sectario entender, concluyó que eran ocho los nombres de las calles que debían suprimirse «por corresponder a responsables directos o indirectos de la masacre de ciudadanos civiles y militares inocentes” (¿?), excluyendo la dedicada al Soldado Lois (Manuel Lois García), porque según él, juez y parte, “no es responsable de la sublevación”, al haber sentado plaza como soldado en Infantería de Marina por corresponderle por reemplazo; por su heroicidad se le concedió la Laureada de San Fernando estando destinado en el crucero Baleares y de ahí su nombre a una calle.
Hace poco, el Ministerio de Defensa, y no sólo la ministro, (a) «La mofletes» y «La mangui«, sino más aún la cúpula militar y con ellos en sumiso seguimiento, que no obediencia, el resto de mandos de la Armada exEspañola, procedieron en consecuencia y quitaron los nombres a las calles Almirante Fernández Martín, Almirante Vierna, González Llanos, Salvador Moreno, Marqués de Alborán, Crucero Baleares, Cándido Pérez y Almirante Honorio Cornejo, porque lo había dicho Máiz. Pero llevados tan ilustres y patrióticos marinos de su extrema sumisión, lo hicieron también con la del Soldado Lois; nada peor que los nuevos conversos, los pelotas, los cobardes y los dedicados a «hacer la carrera».


Advertido el «error», salieron a la palestra en defensa de conservar la denominación de Soldado Lois algunos militares entre los que destacaron el Col. Juan Ángel López Díaz (R) y el TCol. Jesús Prieto Mateos, Jefe del Área de Gestión de Contratos en INVIED en el MINISDEF y secretario de la asociación profesional militar (sindicato encubierto) «Tercios Viejos españoles», los cuales clamaron indignados contra tal atropello y reivindicaron devolver el nombre… sólo a dicha calle, no así a las otras ocho, con lo cual, los muy cobardes, daban la razón al sectario Máiz, a la asociación de «militares antifranquistas» (¿?), a la infecta «memoria histórica», a su degenerado revanchismo y aceptaban, concluían, juzgaban y sentenciaban que los ocho defenestrados habían sido «responsables directos o indirectos de la masacre de ciudadanos civiles y militares inocentes” , sumándose a la antiEspaña rediviva que puja denodadamente por reescribir sectaria e ideológicamente nuestra más reciente y gloriosa historia general y militar, mintiendo cual bellacos que son, corroyendo nuestras FAS, adoctrinando a nuestros jóvenes y socavando la unidad de la Patria. Para más inri, el segundo de los valientes militares mencionados afirmaba implícitamente que los defenestrados lo estaban bien porque haber dado su nombre a una calle había sido un acto político e ideológico intolerable. ¡Hay que joderse!
Al hecho le dedicamos dos artículos AQUÍ y AQUÍ; el segundo de fecha 12 de este mes.
Pues bien. Cuando escribimos y publicamos el segundo artículo, no sabíamos que con fecha del día anterior, 11 de Abril, el Boletín Oficial de Defensa había publicado (AQUÍ) la decisión de la ministro Robles de poner el nombre Soldado Solis a un vial en el Ferrol del Caudillo (lo del Caudillo no lo dice, claro) propiedad del Ministerio de Defensa ), alegando que su heroicidad «tan fielmente supo encarnar» el lema de la Infantería de Marina «valientes por tierra y por mar».
De lo ahora decidido se deducen, entre otras posibles cosas, la siguientes con las cuales, y dado su proceder, tienen que estar conformes y darnos la razón tanto el Col. Juan Ángel López Díaz como el TCol. Jesús Prieto Mateos o de lo contrario se les verá aún más el plumero:
- Si el soldado Lois hubiera realizado el mismo acto de sin par heroísmo, pero en vez de por reemplazo hubiera sido soldado voluntario, su acto ya no sería merecedor ni de la calle, ni de la Laureada, ni de nada, ni hubiera sido fiel encarnación del lema de la Infantería de Marina, sino que habría sido, como los otros ocho, «responsable directo o indirecto de la masacre de ciudadanos civiles y militares inocentes». Por ello, ni el Col. López Díaz ni el TCol. Prieto Mateos se hubieran indignado ni pedido la reposición de su nombre a calle alguna.
- A partir de ahora, y como quiera que su acto fue, según ambos consideraron, para salvar a sus compañeros, no al buque, ni por España, nunca será considerado acto heroico ni merecedor de recompensa y honor alguno el que se realice en combate por la Patria, su integridad, soberanía e independencia, sino únicamente el que se realice para… salvar compañeros.
- A tales efectos el Ministerio de Defensa debe contratar al «historiador» Bernardo Máiz para que revise toda nuestra historia militar para sacar de ella, de las calles y retirar cualquier honor a los hasta ahora héroes cuyos actos heroicos no lo fueron… para salvar compañeros.
- De acuerdo con lo anterior, se caerán de sus pedestales no sólo, por poner algún ejemplo, los Col,s Moscardó y Pinilla, el Cap. Cortés -que además deben ser tachados de «responsable directo o indirecto de la masacre de ciudadanos civiles y militares inocentes»–, sino también, por ejemplo y entre otros muchos, el TCol. Primo de Rivera y su Regimiento del Alcántara en Annual, Eloy Gonzalo «Cascorro» en Cuba, el Teniente Martín Cerezo y sus hombres en Baler, o incluso Daoíz y Velarde, porque está claro que ninguno de ellos llevaron a cabo sus actos heroicos… para salvar a sus compañeros, sino sólo por España, su soberanía, independencia e integridad. Más aún: todos ellos deberán ser considerados «responsables directos o indirectos de la masacre de ciudadanos civiles y militares inocentes», incluidos, y esto va por usted en concreto TCol. Prieto, los soldados de los Tercios que dan nombre a su sindicato encubierto cuya heroicidad no lo fue… para salvar a sus compañeros, sino… por el imperialismo opresor español, invasor, sojuzgador de pueblos e «inquisitorial».
- Hay que cambiar el juramento en las FAS que ya no debe ser a la bandera y demás, sino sólo «por salvar a los compañeros».
- Ah, y se acabó aquello de derramar si hiciera falta hasta la última gota de la sangre por España, etcétera, sino que se deberá derramar sólo «por salvar a los compañeros».
Sin duda, además, estos dos ilustres, valientes y aguerridos militares, el Col. López Díaz y el TCol. Prieto Mateos, y los demás como ellos que lo son casi todos, estarán encantados con que a partir de ahora la historia de España que se va a enseñar, según se ha aprobado, será sólo a partir de 1833 (siglo XIX del que el Generalísimo dijo que «quisiéramos borrar de nuestra historia»), cantará las bondades de la II República en su vertiente revolucionaria y sovietizante que es como la quisieron, vilipendiará a todos aquellos que fueron «responsables directos o indirectos de la masacre de ciudadanos civiles y militares inocentes» según Máiz durante nuestro glorioso Alzamiento cívico-militar, consiguiente guerra de Liberación y victoriosa paz y desarrollo durante los siguientes 36 años y alabará la plena y mercenaria dedicación de nuestra FAS al servicio de los intereses extranjeros de los EE.UU y de la OTAN aún en contra de los nuestros –por ejemplo buscándonos enemigos donde no los teníamos– y de la UME, quintaesencia de virtudes militares con el extintor y la manga riega como armas letales. Ah, pero eso sí, ambos ilustres militares han conseguido que se enseñe también la heroicidad del Soldado Lois.
¡Cuán astutos han sido una vez más la ministro Robles y sus secuaces, y qué estúpidos, tibios y cobardes han sido el Col. López Díaz y el TCol. Prieto Mateos tirando piedras sobre su propio tejado y, peor aún, sobre el de nuestra más gloriosa historia militar y de España!

Teniente Ferrer (capitán Ferrer), donostiarra y carlista asesinado de un tiro en la nuca por alguno de sus compañeros de armas cobardes por decir : «hemos dado nuestra palabra de SUBLEVARNOS y nuestra obligación como militares es cumplirla por la PATRIA»…. pocos militares españoles HOY cumplen su juramento de defender a ESPAÑA…. cobardes sin honor. Cuartel de Loyola (S. Sebastián), 13 Horas del 19 de julio de 1936.
El capitán Ferrer dio su palabra, cumplió su palabra y fue asesinado por la espalda por su HONOR de fidelidad a DIOS, a ESPAÑA como militar y carlista que era.
Íñigo Caballero
Donostiarra y carlista desde que nací
Si la mayor virtud militar es salvar compañeros, de ahí a fomentar la rendición, o la deserción, cuando sea la única o la más fácil manera de «salvar compañeros» hay sólo un paso. O sea, que habrá condecoraciones a los desertores o a los cobardes que no luchen y se rindan, cuando sea el caso.
Y así sucesivamente…
Está clara la idea del ejército y de la patria que tienen esos militares tan listos y la ministra, aún más lista.
y los demás militares, calladitos, que es mejor.