El último 12 de Octubre

Si Dios no lo remedia, y Dios no suele remediar lo que los hombres no merecen que se remedie porque no sólo no hacen nada para ello, sino que se empecinan en no poner de su parte lo necesario para remediarlo, este 12 de Octubre será el último. Es decir, la última vez que se celebre el día de la Raza, la Hispanidad y la secular existencia de España como nación y como pueblo. Porque, si Dios no lo remedia, y la verdad es que no merecemos que lo remedie, España va a dejar de existir; si es que ya no lo ha hecho hace tiempo.

El PSOE  –que no Sánchez, pues él sólo es su mascarón de proa del momento–, esa organización históricamente criminal y manifiesta y rabiosamente antinacional, es decir, antiespañola, junto con sus aliados naturales de siempre, o sea los comunistas –que increíblemente subsisten en la Tierra sólo en nuestro suelo–  y los separatistas de toda ralea  –unidos ambos a él por sus mismos antecedentes criminales y sentimientos antinacionales–, mediante el golpe de Estado institucional preparado desde el 6 de Diciembre de 1978, y ejecutado hábilmente desde entonces  –con la connivencia y complicidad entusiasta de UCD-AP-PP, que quede constancia–, va a declarar extinguido el Régimen del 78 sustituyéndolo por otro  –sin periodo constituyente alguno, ni menos aún referéndum popular–  de corte “plurinacional” cuya esencia será una autocracia con piel pseudodemocrática, que durará lo que dure, tras cuyo fracaso estrepitoso sólo Dios sabe en qué derivará.

Al igual que en los años 30 el PSOE lideró el golpe de Estado institucional por fases con el que finiquitó la II República   –coacción al aluciando Alcalá-Zamora para que impidiera a la CEDA (ganadora de las elecciones) formar gobierno, ladina destitución del perplejo presidente, pucherazo en las elecciones de Febrero de 1936, amnistía de los revolucionarios del 34 (¿les suena?), expulsión por coacción de los alcaldes electos en 1933, ilegalización de Falange, amparo de la violencia revolucionaria, etc.–, la cual fue para él siempre y sólo un puente hacia su proyecto también plurinacional, entonces sovietizante, que se truncó sólo porque no calcularon bien los tiempos, demostrando el 18 de Julio que había media España que no estaba dispuesta a tragar semejante sapo, ahora el Régimen del 78 ha sido para el PSOE también y siempre puente  –bien que de plata–  sobre el que construir su golpe de Estado institucional por fases nunca abandonado para llegar a donde entonces no pudo, es decir, y repito, a ese engendro de España “plurinacional”  –que desde luego no será España nada más que en su nombre, e incluso tal vez ni eso–, para lo cual esta vez sí han medido los tiempos (casi medio siglo les ha llevado), corroyendo a la sociedad de forma que tras el paso de varias generaciones no existe ni cuarto y mitad de españoles capaces de revelarse contra el sapo que… es el mismo que aquel otro, sólo que disimulado conforme a los tiempos y circunstancias actuales.

Para ello, y poco a poco, el PSOE, que es quien ha capitalizado y liderado la política española desde 1978  –dejando para disimular y que no se notara tanto algunos breves periodos al PP disfrutar de las mieles del gobierno, sabiendo que nada iba a cambiar, menos aún a retrotraer, sino mejor aún a consolidar lo por él hecho–, ha llegado con Sánchez al momento crucial en el que la trama no tiene más remedio que desvelarse, pero lo ha hecho contando con el control férreo de todas las instituciones que, puestas al servicio incondicional de su proyecto, no sólo van a colaborar en la fase final del golpe, sino que van a ser las que le den visos de legalidad. Tanto es así, que no sólo el Partido Popular se acomodará a la nueva situación, con la cual viene estando acomodado desde también aquel 1978, sino que las Fuerzas Armadas, esta vez, ni van a rechistar, y la Corona… ay, la Corona… tampoco, bien por si la necesitan al menos durante un tiempo para darle más legitimidad al invento plurinacional y poder cobrar por ello, bien para que su final sea lo mejor pagado posible dada su tan meritoria labor de soporte durante tanto tiempo del entramado golpista que ahora llega a su cenit.

Así pues, disfruten de este próximo 12 de Octubre porque muy posiblemente será el último; bueno, en realidad hace ya mucho que hay poco o nada que disfrutar, porque la que debería ser gran fiesta nacional se reduce a un desfile militar pobre, patético y aluciando en el que desfilan banderas y tropas de todo el mundo en un espectáculo tan multicolor como el arcoíris  –uy, lo que he dicho–  y en el que lo español es tan difícil de descubrir como a Waly en el dibujo.

A pesar de todo y en la seguridad de que aunque tengan que pasar ocho siglos, como ya ocurriera una vez, España renacerá de sus cenizas y cual ave fénix volará más alta que nunca: ¡Españoles! ¡Viva siempre España!


9 respuestas a «El último 12 de Octubre»

  1. A subrayar la demolición de las creencias previas de la población, en las que se fundaba la idiosincrasia y la solidez de España en sus mejores siglos de existencia. Ha sido un trabajo implacable y eficaz de ingeniería social para culminar el objetivo final de sus enemigos. De ahí que no ocurra la legítima rebelión que debería oponerse a este proceso maligno, extremadamente dañino.
    También debemos recordar que en 1986 se eliminó la condición de la fiesta del 12 de octubre, de ser, también, la fiesta de la Hispanidad lo cual ni siquiera se hizo público.
    ¡Viva siempre España y que Dios nos ayude!

  2. Desgraciadamente, creo que tiene usted más razón que un Santo.
    Es más, he visto el Desfile por televisión espantosa, y, la verdad, me ha parecido muy triste y pobre, como si fuera una despedida…

  3. Lo que es verdaderamente tremendo y demoledor y tiene un mérito increíble es que han bastado y sobrado dos generaciones cortas, apenas 40 años, para que la escoria política destruya por completo una sociedad, socavando y demoliendo los cimientos de una Nación milenaria: su cultura, sus símbolos, sus tradiciones ancestrales, sus valores, sus principios, su religión, desvirtuando y destrozando la Educación a través del adoctrinamiento, introduciendo todo tipo de falacias y de basura ideológica, corrompiendo a los niños y a la juventud.
    No obstante lo anterior, algunos moriremos con las botas puestas defendiendo nuestra Patria hasta el final al precio que sea.
    Firmado: Gaspar González Laynez
    ¡Viva España!
    ¡ARRIBA ESPAÑA SIEMPRE!

  4. Lúcido artículo, don Francisco.

    Queda poco espacio para la esperanza, pero, ¿y si Dios aún encontrara tan solo diez justos en «Estepaís»? ¿Qué pasaría? Porque si no los hallare… (Ver Génesis, 18 : 24~32).

    NOTA:
    En este siglo XXI, un justo es más raro que un diamante de 1000 quilates.

  5. Desde que nació, España es como Dios, está devorando a sus hijos buenos para alimentar
    a sus hijos de puta
    Su historia no podía terminar de otra manera

  6. Mejor arriba España que viva España, porque esto último es como un ruego; como un aprobado o un notable; hay que soñar con el sobresaliente. Arriba y muy arriba, por querer que no quede.

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