En Las Tablas cunde la desolación

Y es que no es para menos. Publicamos hace poco el siguiente artículo AQUÍ. Pues bien, según nos informan, definitivamente la platilla de sacerdotes, con su hasta ahora párroco, Rvdo. P. D. Ignacio Andreu, de la parroquia de Santa María Soledad Torres Acosta de Las tablas, marcha al exilio por orden confirmada del cardenal Osoro; de tan infausta presencia como peor aún va a ser su memoria.
Definitivamente se consuma lo que apunta a una más de sus cacicadas tan incomprensibles como injustificables; entre otras cosas porque no ha tenido la deferencia, mejor decir la mínima caridad, esa que tanto predica pero que tan poco ejercita, de dar la cara y explicar a los feligreses los motivos de tan draconiana medida. Por ello, cunde la desolación en dicha parroquia, aunque mejor decir en todas las Tablas porque D. Ignacio, especialmente, y la parroquia en particular, venían siendo piedra angular de fe en tal barrio, de esa fe de verdad que tanto escasea, por lo que tanto más aún hace falta.

D. Ignacio Andreu llegó a las Tablas con una mano delante y otra detrás en una verdadera obra de misión; comparable a las de aquellos, tantos, que partieron a cristianizar el nuevo continente. Sólo dispuso de un terreno y una choza, o sea, un humilde barracón y… lo hizo todo, de cero a lo que hoy hay… bueno, él no, en realidad la Divina Providencia a la que por ser D. Ignacio siempre fiel y estar animado de un celo evangelizador sin par, le fue propicia con los resultados que hoy vemos. Sólo él sabe los desvelos, trabajos, sudores y lágrimas que le han costado lo conseguido; el Señor también, lo tiene apuntado y ese tesoro no hay polilla ni Osoro que se lo quite.
De pronto, por arte de birlibirloque y de un cardenal completamente desacreditado y que causa mofa allí donde va, indigente intelectual, patético y escandaloso en no pocas de sus declaraciones y actos, D. Ignacio es largado con viento fresco como nuevo párroco de la Parroquia de Fuente del Fresno; casi allende los mares. ¡Qué mal suena! Cunde la desolación en Las Tablas.
Lo peor, lo más indignante, lo incoherente, lo que clama al cielo, es el silencio de Osoro y de sus adláteres, de esa curia madrileña anodina, acomodada, bisagrera, penosa, que no son capaces de dar una explicación… lo que hace pensar que no la tienen. Y si hay razones, que las digan, que no somos niños, ni imberbes, ni tontos, sino pecadores arrepentidos y vueltos a pecar y a arrepentirnos, pero que no perdemos la fe, esa que hoy muchos clérigos y prelados no tienen. Que lo peor, lo más doloroso es la ignorancia que es lo que con tan mala baba crean Osoro y los suyos con su premeditado silencio; esos mismos, Osoro y los suyos, que aunque están entre nosotros nos da cada día más la impresión de que no son de los nuestros.
Y es más indignante aún porque son los mismos que nos predican una Iglesia «abierta», de «salida», «moderna», adaptada a «signos de los tiempos», «participativa», en la que los fieles «tengan voz» y otras zarandajas que, llegado el momento, no cumplen. Osoro, como nuestros prelados de hoy en día y desde hace ya décadas son la muestra de una vaciedad, estulticia e hipocresía intolerable. Dicen, pero no hacen; predican, pero no practican.
Lo que será de Las Tablas a partir de Septiembre solo Dios lo sabe. Esperemos que aunque los hombres pueden ser cesados, la obra quede.
Nuestra recomendación a los feligreses es que no se callen, que no se conviertan en católicos de sacristía, que una cosa es la obediencia y otra la sumisión, que, dados los tiempos que corren, y el clero que nos ha tocado sufrir, a quien hay que mantenerse fiel es a Cristo «pues vendrá un tiempo en que no sufrirán la sana doctrina, antes, deseosos de novedades, se rodearán de maestros conforme a sus pasiones, y apartarán los oídos de la verdad para volverlos a las fábulas. Pero tú vela en todo, soporta los trabajos, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.» (2 Tim 4,1-5).

* Brillante artículo, que suscribo totalmente.
* Hoy en día la mayoría de los Pastores son más bien lobos, con piel de corderos.
* Y yo me pregunto, estos Prelados que viven en palacios, viajan en coches de gama alta, no se privan de ir a los mejors hoteles y restaurantes, ¿realmente rabajan a favor de la Iglesia, o en contra de la Iglesia…?
¿Pero si el sacerdote lo es de la Archidiócesis de Madrid, cómo es que le envían al Arzobispado de Valladolid…, A UNA CASA DE SALUD?
¿Va cómo capellán, de algún centro sanitario, residencia de ancianos, o lo que sea, O CÓMO ENFERMO… MISERICORDIADO, y lo digo con segundas…?
La enseñanza tradicional de la Iglesia siempre nos ha (o nos había) pretendido enseñar que el ministerio ordenado es una vocación tan alta… Hacer las veces de Cristo en medio de la comunidad, hacerse otro con Cristo pobre, obediente y casto…
Sin embargo, hoy por hoy hay tanto mundanismo en la Iglesia, tanto laicismo, tanta trampa y cartón, tanta vanidad, tantos intereses creados (en definitiva, tanta apostasía), que se hace harto difícil entrever entre tanto follaje la luz de Cristo, la sinceridad de una vocación presbiteral, la esforzada vocación de un ministro consagrado, el genuino amor a Jesucristo y a su Iglesia de un «pastor según el corazón de Cristo»…
Don Ignacio no va a ninguna casa de salud a Valladolid. El 5 de septiembre celebrará su última Misa en las Tablas y después será el nuevo párroco de la Parroquia de Fuente del Fresno. Esto que digo es lo mismo que el propio Don Ignacio ha dicho ya públicamente. Antes de hablar en foros públicos y confundir a la gente conviene informarse de primera mano. Un saludo
Lo ha dicho él mismo en los anuncios al final de la misa. Si eso no es de primera mano….
Estimado seguidor: pues corregido, cómo no, bien que las primeras noticias apuntaban a lo otro, pudiendo ser que Osoro haya corregido al publicarse lo anterior. Así somos por aquí. Lo que no quita el resto, o sea, el cese, la escabechina y… el silencio ante los feligreses. Saludos cordiales
Estimado seguidor: pues como ve, no tenemos inconveniente en corregir cuando la información nos llega, aunque algo tarde, de fuente que parece buena. Así que como corregir es de sabios pues hecho, no va a una casa de salud, que conste que fue lo primero que se dijo y de buena fuente, lo que muy posiblemente haya cambiado una vez que lo dimos a conocer y Osoro se pudo dar cuenta de la barbaridad que hacía. Saludos cordiales
Y por cierto, nos iría mejor a los católicos si en lugar de criticar a la jerarquía de la Iglesia rezáramos un poco más por ella. Y ahora me diréis que una cosa no quita la otra. Pues de acuerdo, pero más rezar y menos criticar.
Estimado seguidor: pues rezar rezamos, no le quepa la menor duda. Ahora bien, también conviene no convertirnos en católicos de sacristía, de esos que la ríen las gracias, sin que la tengan, y aplauden las tropelías de nuestra jerarquía con una risa bobalicona admirados de ver a un prelado, porque en los tiempos que corren hay que estar muy alerta y exigirles que cumplan, pues no en balde estamos como estamos. Por cierto, que no comentan nada sobre la escabechina en la parroquia, así como tampoco sobre el silencio respecto a los motivos. ¿No le llama la atención? ¿No merecemos los feligreses una explicación? Saludos cordiales
A los católicos nos iría mucho mejor que rezar por todo, como mojigatas, que no hubiera en la cúpula la morralla que hay, eso sería mucho mejor que rezar por ella. Y que hubiera Justicia, que tampoco hay. Porque el rezo no puede ser la solución al mamoneo que hay y que lo invade todo. No creo yo que la solución sea hacerlo todo mal pero rezar mucho en compensación y mientras rezamos tanto seguimos por el mal camino. Más bien, habrá que hacer algo en la dirección correcta y no hacerlo todo mal y sin el menor propósito de enmienda, y quererlo luego compensar todo rezando mucho pero sin ánimo de enmienda seguir y seguir haciéndolo mal y creer que bueno se hace mal pero rezamos y con eso ya lo arreglamos todo, que en realidad no es arreglarlo, es consentir que todo siga igual…igual de mal.