Esta vez no a la «X»
Volvemos a insistir, como lo hicimos el año pasado, sobre las razones de por qué NO debemos colocar la «X» en la casilla de la Iglesia en nuestra declaración de Hacienda. Decisión dolorosa, claro, como católicos que somos, pero necesaria e, incluso, obligatoria, a la vista de las incesantes y constantes barbaridades que comete nuestra jerarquía y buena parte del clero y religiosos; para qué hablar del actual obispo de Roma.
Como católicos, conscientes de que ese dinero va a ir a manos indeseables y a seguir financiando la destrucción de la propia Iglesia, así como de la catolicidad de España, les animamos a NO dárselo a la Conferencia Episcopla, que es quien lo recibe y reparte según le da la gana, pero a no dejar de no dejar de cumplir con el precepto de «ayudar a la Iglesia en sus necesidades», para lo cual nada más fácil que lo siguiente:
Hagan el cálculo del 0,7% de su cuota íntegra –que es la suma de la cuota íntegra estatal y de la autonómica–, y entréguenselo en mano y en metálico al sacerdote o religioso que consideren de su entera confianza porque le ven que predica el Evangelio en su totalidad y sin tapujos.
Y es que la CEE no es la Iglesia, por eso, ayudar a ésta no debe confundirse con hacerlo sólo y siempre con la CEE.
Gran dolor y mucho ha costado esta decisión; en manos de nuestra jerarquía y clérigos está que sea la primera y última vez. ¿Las razones de lo que les sugerimos? Pues entre otras que puedan añadir ustedes, las siguientes:
* La deriva que desde hace décadas vienen amparando e impulsando la inmensa mayoría de los clérigos y religiosos, como sus antecesores –hay muy escasas excepciones que, por ello, son más honrosas, pero que al tiempo confirman la regla–, cada día más radicalmente errada, bien con acciones, omisiones y/o silencios cómplices, y de la que en absoluto se apean, ni muestran intención alguna de hacerlo, se ha vuelto intolerable y, más aún, hace que consideremos que colaborar con ella de cualquier forma nos haría también responsables de sus terribles consecuencias que a la vista están entre los que se declaran católicos –para qué decir de los que no lo hacen así–: profunda crisis de fe, completa confusión, apostasía generalizada, ignorancia supina, caída de la práctica a mínimos jamás conocidos, relativismo atroz y un largo etcétera que ustedes conocen.
* Todo ello es consecuencia de que la jerarquía y el clero y religiosos en general, ni predican el Evangelio en su totalidad –más bien lo tergiversan–, ni oran, ni hacen penitencia, ni ponen todo su empeño en su labor ministerial, ni forman en los seminarios, ni ejercen su autoridad, sino todo lo contrario; se podría decir que ni creen.

* Venimos asistiendo a constantes espectáculos bochornosos e indignantes sin que por su parte ni de la del clero ni se atajen, ni se denuncien, ni siquiera se contradigan; entre otros
* Los obispos de las provincias catalanas han sustituido a Dios por la idolatría secesionista; amparan a religiosas públicamente heréticas y blasfemas; los sacerdotes han profanado sus propias iglesias prestándolas para acciones y propagandas políticas alienantes; se alían con partidos y colectivos tradicional y manifiestamente anticatólicos y perseguidores de la Iglesia.
* Menos dos o tres obispos –y no siempre– y algún que otro sacerdote, todos los demás se suman o callan ante las repetidas agresiones a la Fe de parte de los colectivos radicales y revolucionarios feministas y sodomíticos de marcado cariz y fin anticatólico.
* Apoyan o guardan silencio ante actuaciones de autoridades civiles que van directamente contra Dios, contra nuestra santa Fe y contra la Iglesia.
* Son casi nulas o eminentemente tibias las pastorales, homilías y actos que de forma explícita, directa y con la contundencia que lo hace el Evangelio, clamen contra el divorcio, el emparejamiento, el aborto, la eutanasia, la eugenesia, la exhibición de la sodomía, la imposición de la ideología de género, la profanación de iglesias, etc.
* La liturgia, los sacramentos, en general todo lo relativo al culto, lo banalizan, lo relajan o incluso lo evitan.
* Nos presentan como modelos a reputados e históricos heresiarcas, a sacerdotes mundanizados, a pseudoteólogos errados, a personajes en nada católicos.
* Mantienen con nuestras aportaciones económicas medios de comunicación –13TV y COPE–, no sólo deficitarios hasta lo financieramente intolerable, sino que, peor aún, siguen una línea que de católica no tiene nada más que el nombre, en la que se contrata a «estrellas» cuyo proceder profesional y privado tampoco se ajusta a las exigencias de nuestra fe, en las que se exhiben programas heterodoxos y/o perniciosos.

* Siguen apoyando de manera directa o subrepticia opciones políticas –partidos y otros– marcada y públicamente liberales –el liberalismo está condenado por la Iglesia–, como son el PP, desde hace décadas, y ahora C,s, al tiempo que coquetean con los revolucionarios de siempre.
* Los centros educativos de cualquier nivel que se dicen católicos no lo son, e incluso a veces son peores que los otros
- Y además, la penosa actuación que han tenido durante la epidemia vírica suspendiendo el culto por ellos mismos cuando, ni el propio Gobierno marxista-leninista y ateo, amén de perseguidor de la Fe, se atrevió a ello.
En su mano está, obispos, clérigos y religiosos, que reconsideremos nuestra postura y que nuestra profunda tristeza actual se torne en inmensa alegría, para ello sólo tienen que volver a los orígenes, al Evangelio en toda su maravillosa profundidad, pero también en toda su enorme exigencia. Si así lo hacen, siempre por la salvación de las almas –empezando por las de ustedes– y la mayor Gloria de Dios, no duden que Él se lo premiará; sino, tampoco duden que se lo reclamará. Pero eso sí, nosotros no vamos a colaborar con nuestro dinero en su desvarío y perdición, que sería también la nuestra, y hasta ahí podíamos llegar.

Gran iniciativa! Basta ya!!!
Triste, pero necesario.
Casi obligado.
Es una verguenza la apología que la COPE y 13TV están haciendo de una persona tan nefasta para España y para los valores católicos como Rubalcaba. Hay que hacer verdaderos esfuerzos para no vomitar de las sandeces que se están diciendo, no ya desde los medios de la ultraizquierda, sino desde los medios de la conferencia episcopal.
Resulta increible la apología que se está haciendo de este político de la ultraizquierda más nefasto imposible.
A mi me hasta me ha sentado mal la comida. No bromeo. Es verdaderamente repulsivo, demencial. En realidad, mas que de iglesia católica deberiamos hablar ya abiertamente de secta conciliar. Esta gente ha sido captada por otro poder, y no es más que la división meapilas del nuevo orden mundial.
Estimado seguidor: seguro que no bromes, y es que lo qu usted dice es verdad, porque reniegan de Dios para rendir culto a un «dios» mundano tan viejo como el propio mundo anque ahora le llamemos Nuevo Orden Mundial. Saludos cordiales
Ya le he dicho a mi gestor que este año no ponga la X a favor de la Iglesia Católica, pues no la merecen, en absoluto.
Una Iglesia que cierra los templos, y nos deja más tirados que una colilla, cuando más la necesitabamos, para hallar en ella consuelo, ayuda y esperanza, no merece aportación económica alguna.
Y siento hacerlo así, y decirlo públicamente, pues soy católico, desde mi nacimiento hasta que Dios quiera llamarme a su lado, o más bien al Purgatorio, pues todos o casi todos tenemos pecados que expirar, pero creo, en conciencia, que estoy actuando con Justicia.
Se la dejaría a D Ignacio, para la parroquia de Las Tablas, aunque a estas alturas ya no creo que reculen en su decisión de destituirlo.
Estimada seguidora: toda la razón. El mandato es ayudar a la Iglesia en sus necesidades, lo que n quiere decir que sea a la CEE. Lo que hacemos muchos es calcular ese 0,7% y dárselo en mano al sacerdote al que admiramos por su labor. No sabemos lo que ha pasado con D. Ignacio. Un comentario apunta que se ha debido a que siguió con su labor, Misas y demás durante la epidemia, como corresponde; menos para casi todos los demás que hicieron vergonzoso mutis por el foro. Así estamos. Mil gracias. Saludos cordiales
Muchas gracias, es verdad, durante el confinamiento también puso un lazo negro que cubría todo un frontal de la parroquia, mucho antes de que el gobierno admitiera o declarara el luto. Siempre ha cuidado de su parroquia. Espero que le hayan dado la opción de recurrir.
Por primera vez en mi vida, y tengo más de sesenta años, he dado instrucciones a mi gestor para que este año no ponga la X en la declaración de la renta a favor de la Iglesia Católica, PUES NO LO MERECEN, ya que, cuándo más les necesitabamos, nos han dado con la puerta de las Iglesias en la cara, cerrando los templos, y pasando de todos nosotros…
Soy católica y pecador, pero creo que actúo con justicia, pues si no quieren atendernos en nuestras necesidades espirituales, tampoco nosotros tenemos obligación alguna de aportar dinero de forma directa para su mantenimiento, pues indirectamene seguimos aportando, con los salarios de los Obispos, Sacerdotes y Profesores de Religión, que SON SUFRAGADOS POR EL ESTADO.