Exaltación y homenaje a criminales en Torrelodones

En Torrelodones, localidad de la sierra de Madrid, gobierna en mayoría absoluta un extraño partido denominado «Vecinos por Torrelodones» (VxT) –del que nos llegan noticias que en breve, tras su comprobación, divulgaremos– quien, con el apoyo del PSOE, ojo al dato, y, cómo no, con el de los mamporreros PP y C,s, han tumbado una moción de VOX para cumplir con lo últimamente decidido por el Parlamento Europeo en el sentido de quitar de nuestras calles símbolos totalitarios marxistas; la calidad democrática de los citados queda, por ello, más que en entredicho.
El caso es que en Torrelodones, dichos «demócratas» aprobaron en 2016 por unanimidad –Dios los crea y ellos se juntan– denominar como «Plaza Alcalde Mariano Cuadrado» a una plazuela ubicada justo en el centro de la localidad, no faltando un gran homenaje público a tal personaje, incluyendo la correspondiente sobredosis de adoctrinamiento en los colegios e instituto públicos y privados… ya saben, por aquello de ir preparando el futuro.

En dicha plazoleta figura la siguiente placa dedicada a tal personaje: «Maestro y Alcalde de Torrelodones. Socialista, católico y republicano. Fusilado en Madrid el 15 de Septiembre de 1939, dejando mujer y ocho hijos. Su dignidad, honestidad y defensa de la legalidad representan un ejemplo de vida para su familia y amigos, sus vecinos y los más de 5.000 refugiados acogidos en Torrelodones durante la Guerra Civil. Para todo el pueblo de Torrelodones una herencia de la que nos sentimos orgullosos».
Pues bien, investigado el caso recientemente (ver Apuntes Biográficos), y con los documentos originales en la mano, así como, mala suerte para ellos, con las propias declaraciones del protagonista de esta historia de terror, como van a ver, encontramos que Mariano Cuadrado Fuentes lo que fue es realmente lo que sigue:
* Republicano: pero de la república frentepopulista revolucionaria y bolchevique, prueba de ello fue la brutal represión contra el Partido Republicano Independiente –¿es que sus integrantes no eran republicanos?–, muy consolidado en Torrelodones, a cuyos dirigentes se detuvo y encarceló –siendo varios de ellos asesinados, falleciendo otros en la cárcel– por el solo hecho de no ser afectos a la única «república» que contemplaban Cuadrado y los suyos, es decir, a la frentepopulista revolucionaria y bolchevique.
* Socialista: pero omitiendo su matiz revolucionario que él mismo confiesa desde joven, así como su deriva frentepopulista –bolchevique– inherente al PSOE de entonces y, como vemos, de ahora también.

* Católico: en absoluto, pues fue decidido laicista anti-católico. Sus propios escritos anticlericales lo acreditan, así como sus actuaciones, entre otras: sustracción del cementerio a la parroquia; cierre de la escuela de ideario católico del pueblo sólo por ello; incautación del edificio que estaban construyendo los Cruzados de la Enseñanza católicos y permitir que se detuviera al cura-párroco que terminó muriendo en prisión. Además, sabiendo que alardear de anti-catolicismo le daría crédito como frentepopulista, no dudó en esgrimir tales actos en su defensa cuando en 1937 fue detenido y acusado falsamente de desafecto por sus propios correligionarios por rencilla internas.
* «Ángel de la Sierra de Madrid»: cuando no hizo nada especial, sino sólo lo obligado y lo mismo, incluso menos, que otros ayuntamientos del área, acogiendo a los desplazados por la guerra en la sierra y no a 5.000 personas, sino como mucho a 3.500 y eso exagerando, a los cuales evacuó a otras localidades siempre que pudo.

* Maestro: pero dedicado mucho más a la política que a su labor docente y, pero aún, pues fue de los de «la letra con sangre entra» estando documentado el maltrato a sus alumnos, de forma que incluso a uno llegó a romperle un diente de un puñetazo; todo un «progresista».
* Defensor de la legalidad republicana: en absoluto. Pues fue un antidemocrático, ilegal e ilegítimo usurpador de la alcaldía y golpista municipal al hacerse con ella en Marzo de 1936 –con la II República vigente–, antes de comenzar la guerra, echando materialmente al consistorio legal emanado de las elecciones municipales de 1933 vulnerando descaradamente la legalidad republicana en vigor. Más aún, es el propio Cuadrado quien lo acredita cuando en Septiembre de 1937 los suyos le expulsan de idéntica forma –por rencillas personales internas– y él les acusa de «abuso de poder» y manifiesta ilegalidad relacionando una por una todas las leyes que vulneraban; que, paradojas de la vida, eran las mismas que él había violado en Marzo de 1936 para hacerse con la alcaldía.

Además:
* Fue responsable de los desmanes frentepopulistas: pues ejerciendo como máxima autoridad civil del pueblo amparó –y protagonizó en varios casos– las «incautaciones» de propiedades privadas, los registros y las requisas de todo tipo de bienes en comandita con el Comité del Frente Popular del que era presidente y de las «organizaciones obreras» (¿?) y milicias frentepopulistas –¿qué legalidad republicana las amparaba?–; el mismo Cuadrado reconoce su ilegalidad al afirmar, tras la incautación de la finca Las Marías, que la guardería funcionaría en ella «hasta que se dé forma legal» a dicha incautación.
* Fue responsable de la represión frentepopulista: pues ejerciendo como máxima autoridad civil del pueblo, por acción y/o inhibición, según el caso, amparó –y ordenó– la detención ilegal de todos los desafectos al Frente Popular, varios de los cuales acabaron siendo asesinados o fallecieron en la cárcel, mientras que otros fueron privados de su libertad durante toda la guerra.
De acuerdo a la legislación republicana sólo la autoridad pública podía detener, o sea, la Guardia Civil, lo que no realizó en ningún caso, encargándose de ello las milicias frentepopulistas y «organizaciones obreras» manifiestamente ilegales. Cuadrado pretendió que se limitaba a enviar a los detenidos a la Dirección General de Seguridad, pero no pudo ocultar: que sabía que no había motivos para su detención, que él no podía ordenarla ni consentirla, ni tampoco que conocía el fin que les esperaba en tal organismo, si es que llegaban a él, lo que no siempre sucedió.

Consta en acta de pleno municipal de 15 de Octubre de 1936 que, a la pregunta del 1er Teniente de Alcalde «si habían sido detenidos todos los que figuraban en la lista del Partido Republicano Independiente», Cuadrado contestó que «no depende de él, pues él se ha limitado a entregar la lista a la Brigada de Investigación (organismo frentepopulista que amparaba las checas) con lo cual queda terminada su misión y que lo que procede es recurrir al Frente Popular para tomar un acuerdo fulminante y así se acuerda»; dos semanas después, a comienzos de Noviembre, eran asesinados los primeros de los detenidos.
Requisó las armas existentes en el pueblo con la excusa de evitar presuntos «complot contra la República», pero el único caso calificado así por Cuadrado no lo fue en absoluto, pues las armas en cuestión se hallaron en el pozo donde las había arrojado la atemorizada mujer del sargento de la Guardia Civil. Lo que Cuadrado hizo en realidad fue desarmar a los desafectos al Frente Popular, y armar a los afectos, vulnerando de nuevo la legislación republicana pues la competencia para expedir licencias de armas era exclusiva del Ministerio de la Gobernación (Interior), no de los ayuntamientos.
Cuadrado pretendió no tener responsabilidad alguna en tales los asesinatos porque según él sus correligionarios «no le obedecían». En tal caso, si no hubiera estado realmente de acuerdo con lo que hacían, debió dimitir ipso facto a la primera y marcharse a su casa, único proceder que le hubiera eximido de toda responsabilidad. Al no hacerlo la asumió plenamente.

En cuanto a su muerte fusilado en Septiembre de 1939 hay que señalar con claridad:
* Que su proceso, condena y ejecución, lo fue tras el correspondiente consejo de guerra sumarísimo, amparado, como todos, por la legislación republicana de guerra vigente desde el 18 de Julio de 1936 al declarar los alzados el «estado de guerra» de acuerdo con ella en fondo y forma. De ahí que su proceso fue legal y legítimo, que contó con todas las garantías jurídicas exigibles para tal procedimiento, pues además de tribunal, hubo fiscal y Cuadrado dispuso de defensor, hubo testigos de cargo, bien que, algo muy significativo, no los hubo de descargo por desgracia para él; no pudiéndose achacar tal cosa a un pretendido miedo hacia las nuevas autoridades, ya que en multitud de otros procesos idénticos los hubo, como consta.
Lo que llevó a Cuadrado a la muerte fueron, sobre todo, los cinco asesinados tras ser detenidos en Torrelodones, cuyos familiares coincidieron en señalarle directamente como responsable; también los desmanes.

Avala lo dicho que Rafael Martínez López, también maestro, 1er Teniente de Alcalde, miembro del Comité del Frente Popular y activísimo impulsor de la represión, fue condenado a 30 años de cárcel –en la que murió al poco por enfermedad–, y es que para la legislación de guerra republicana en vigor la máxima pena correspondía en exclusiva a la máxima autoridad por ostentar la máxima responsabilidad, que fue el caso de Cuadrado al haber figurado como alcalde. Fueron 19 los alcaldes de la sierra de Madrid que sufrieron la misma pena que Cuadrado conforme a los mismos parámetros que él –en la zona hubo cerca de 300 asesinados, algunos de forma cruelísima–; el suyo fue un caso más que ratifica lo dicho.
Este es pues el criminal al que Vecinos por Torrelodones (VxT), con mayoría absoluta, el PSOE, claro, y los mamporreros PP y C,s mantienen plaza y placa en Torrelodones, homenajean y ponen como ejemplo a niños y jóvenes, lo cual hace a dichos partidos, a sus dirigentes y concejales, cómplices de los crímenes de Mariano Cuadrado.

Extraordinario artículo
¡Qué asco de artículo!
Estimado seguidor: desde luego. Es asqueroso que una localidad, sus representantes «democráticos» y sus partidos políticos que deberían velar por la limpieza en todos los sentidos del municipio, sean cómplices de mentir, engañar, manipular y homenajear a criminales convictos y confesos como Mariano Cuadrado, el cual se delata y acusa siempre a sí mismo y no precisamente al terminar la guerra, sino cuando estaba en el machito. Un golpista municipal en plena II República, protagonista de la persecución del Partido Republicano Independiente hasta borrarlo de la faz de Torrelodones, maltratador de sus alumnos hasta romperles los dientes… y mucho más si es que es posible. Las pruebas que él mismo dejó son incuestionables. Tiene usted razón: qué asco de Vecinos por Torrelodones, PSOE, PP y C,s. Saludos cordiales
Enhorabuena por su valiente denuncia de tipejos como éste que por el hecho de haberse hecho justicia con el mismo ahora se pretende reivindicar y limpiar su pasado criminal.
¿Por qué los «concejalitos» de esas serviles agrupaciones políticas no investigan el caso de su «héroe» como ha hecho usted exhaustivamente y reconocen su error e ignorancia y rectifican el daño causado?