¡EXCLUSIVA! Sólo uno dio el paso al frente (III/III)

Terminamos esta serie (aquí Primera Parte – Segunda Parte) dando voz al propio Col. D. Lorenzo Fdez. Navarro de los Paños reproduciendo la entrevista que el 9 de Julio de 2008 publicó al Diario La Opinión de Galicia, en la cual, el Coronel aporta datos muy significativos, porque, entre otras cosas, deja al descubierto al Ministerio de Defensa de entonces desde el cual, con esa «buena leche» y forma de actuar que le viene siendo característica desde hace algunas décadas, intentó, mediante una sesgada y mal intencionada «filtración», desacreditar a este honorable jefe y caballero… maniobra artera y repugnante que, de todas formas, le salio por la culata… y es que más tontos no podían ser.
Pero antes, y para imperecedera vergüenza y escarnio, recordemos quiénes fueron esos tontos durante el periodo de tiempo en que discurrieron estos hechos: Rodríguez Zapatero (presidente del Gobierno), José Antonio Alonso Suárez y Carmen Chacón Piqueras (ministros de Defensa), Soledad López Fernández (Secretaria de Estado de Defensa), Gral. Félix Sanz Roldán (JEMAD), Gral. Carlos Villar Turrau (JEME) y el Gral. Ángel Guinea Cabezas de Herrera (Jefe de la Cuarta Subinspección del Ejército).
ENTREVISTA AL COL. D. LORENZO FDEZ. NAVARRO de los PAÑOS
–¿Tiene previsto recurrir su destitución al Tribunal Supremo?
–Lo estoy estudiando. El Tribunal Militar Central ha considerado que cometí una falta disciplinaria y por ello ha desestimado mi recurso. Pero el general que instruyó un expediente por presunta falta grave, por el mismo motivo solicitó el ar- chivo del expediente al concluir que “no se puede considerar que exista acción alguna contraria a la disciplina”. Yo opino de igual manera.

–En su informe sobre la ley de la memoria histórica, sale en defensa de Franco…
–Tal y como expuse en mi recurso, el informe que elaboré no puede ser considerado como partidista porque no hago referencia a ningún partido político. En tal caso cabría considerarlo partidario, en cuanto puede inferirse que en el fondo del mismo subyace una defensa del general Franco y de su obra. Algo que no debe ser considerado grave cargo contra un soldado que lo tuvo como jefe, y cuyo primer despacho de oficial está firmado por su autoridad. Y mucho menos debería ser sancionado por un mando que alcanzan iguales vínculos.
–¿Cómo calificaría el documento que ha elaborado por encargo de sus superiores y que ha provocado su destitución y la condena a un mes de arresto?
–Es un informe muy crítico y muy duro. Pero manifestaba mi criterio en un asunto del servicio que me afectaba de manera directa. Lo expuse por el único conducto que nos permite la disciplina militar: Mediante un informe reservado a mi jefe directo. Así debió entenderlo mi superior cuando en lugar de sancionarme de forma inmediata con arresto preventivo de 24 horas, el inicio de un expediente sancionador, según establece el régimen militar, tardó en hacerlo 21 días, hasta que Madrid tuvo conocimiento del texto. Admito que el documento es duro. Quien lo lea puede considerar que estoy bien sancionado, incluso poco sancionado y también habrá quien esté completamente de acuerdo conmigo. Nunca un documento clasificado, que yo comuniqué a mi superior, debió darse a la prensa. Lo hice confidencialmente por el único procedimiento que deja el Ejército a un militar para informar a sus mandos de lo que siente y piensa. No se nos permite hacer manifestaciones públicas, pero no está prohibido pensar y de hecho es el único cauce, y reglado, por el que un jefe puede conocer lo que piensa un subordinado.

–¿Sabe de quién procede la filtración?
–Tengo las pruebas documenta- les que atestiguan su vía desde La Coruña —no desde Valladolid— hasta Madrid; aunque falta precisar quién y por qué asumió la grave responsabilidad de ordenar su filtración a los medios. Desde luego no fue el mando de Valladolid que me sancionó.
–¿Alguien del Ministerio de defensa, en Madrid?
Tengo conocimiento del proceso por el cual el documento llego de la La Coruña a Madrid, pero no de Madrid a la prensa. En la copia cotejada remitida por el Tribunal Militar Central para que pudiera fundamentar mis alegaciones figura en el folio seis una copia del documento que remite el Cuartel General en el que aparecen subrayadas en su literalidad las frases que publicó la prensa, y por lo tanto de dicho documento se podría determinar cómo llegaron esos extractos a los me- dios de comunicación.
–¿Se ha sentido traicionado por el Ministerio de Defensa?
–Ni traicionado ni sorprendido.

–En su informe insta a los al- tos mandos a “procurar” la permanencia de los símbolos franquistas. ¿Es una llamada al incumplimiento de la ley de memoria histórica?
–Es inadmisible que se dijera en su día que promuevo el incumplimiento de una ley. Se interpreta sesgadamente mi escrito, se hizo en su momento y se reitera ahora. La única forma que tengo de rebatir tales falsedades es que se conozca el documento. Y puesto que el Tribunal Militar Central ha dictaminado que no es reservado ni debió serlo, y por ello no persigue a quienes lo filtraron, procede que se conozca en su literalidad y no de forma manipulada como se dio a la prensa y por lo que se ve, ahora vuelve a dársele. Ahora, quien lo lea puede considerarlo inadmisible, magnífico o indiferente, pero en función de lo que lee, no de filtraciones interesadas.
–El Tribunal Militar Central tuvo múltiples dudas en la deliberación de su recurso por el cese.
–No lo sabía. Algún miembro de la Sala habrá opinado seguramente que en ningún caso hice manifestaciones públicas y por lo tanto se me estaría arrestando al conocer mi forma de pensar, no por manifestaciones contrarias a la disciplina. Actualmente todas las vacantes son de libre designación y a estas les corresponde el cese sin ser preciso otra justificación que ocupar una va- cante de libre designación… En tales condiciones hace falta valor heroico para mantener un criterio que no es el que desea quien ha otorgado la vacante. Lo comprendo e incluso lo disculpo.
–Las ideas que usted manifiesta en su informe, ¿son compartidas por otros altos mandos?

–No lo sé. En el Ejército no se hacen encuestas, cuando el mando quiere saber algo se lo pregunta al subordinado y aunque la respuesta no le guste, no toma providencias, simplemente ya conoce lo que piensa; que es algo imprescindible para ejercer el mando.
–¿Siente que ha habido una caza de brujas contra su persona?
–No contra mí, sino contra las ideas expuestas en mi informe. La publicación del libro del general Mena el 20 de febrero, a escasas fechas de las elecciones generales, produjo gran nerviosismo y se pretendió conjurar su posible efecto agitando, una vez más, el ruido de sables; para lo que se filtraron a la prensa dos documentos internos del Ejército: la carta del general Blas Piñar y mi informe reservado.
–Si no hubiera sido víspera de elecciones, ¿cree que el informe no habría transcendido y tampoco hubiera sido destituido?
–El informe ya se había conocido en un alto nivel y exigida la sanción, por lo que no fue determinante para el arresto, pero sí para el cese. De hecho la persona que proporcionó el documento se arrepintió al ver que un documento reservado, que había elevado por cauce militar y para uso interno, era utilizado con fines ajenos a la Institución Militar.

– Dos oficiales expresaron a través de cartas enviadas a este periódico el apoyo a su trayectoria
–Demostraron ser buenos amigos, y sobre todo, valientes. Personalmente ya se lo agradecí.
–¿Sotto voce ha recibido más o menos apoyo del esperado?
–Yo nunca he esperado apoyos, actúo de acuerdo con mi propio honor y espíritu, como preconizan las ordenanzas.
–¿Es partidario de la retirada de símbolos franquistas?
–Esos símbolos forman parte de la auténtica memoria histórica y sobre todo resulta inadmisible que al tiempo que se quitan las calles dedicadas a los de un bando, se inauguren y dediquen calles y monumentos a los del otro, o que las corporaciones locales retiren menciones honoríficas al general Franco mientras se le conceden similares títulos a personajes como Santiago Carrillo.

–¿Qué le parecen las exhumaciones de víctimas del franquismo?
–Todo el mundo tiene derecho a saber dónde descansan sus antepasados y a honrarios. Me parece perfecto que se autorice y financie la recuperación de los restos, cuando ello sea posible, de todas las víctimas, del régimen de Franco, de la República y del Frente Popular. Lo que resulta inadmisible es que mientras se hace esto se nombre doctor honoris causa a Santiago Carrillo, cuando tiene a sus espaldas el genocidio de miles de asesinatos en Paracuellos del Jarama.
–¿A cuánto asciende la indemnización que exige por su arresto?
–A 15.000 euros. Pero la cuantía que solicito al Tribunal Militar no es para mí, sino para que se reparta a partes iguales entre el Patronato de Huérfanos del Ejército, laAsociación de Víctimas del Terrorismo, Cáritas, la Cocina Económica de A Coruña y la Fundación para la Defensa de la Nación Española.

Todo un ejemplo de lo que debe ser un Militar Español
Sin duda, el Coronel Lorenzo Fernández-Navarro de los Paños es un militar español extraordinariamente ejemplar y heroico. Tanto más cuanto que el enemigo al que se enfrentó estaba en sus propias filas, entre sus altos mandos e incluso compañeros. Y, además, lo hizo fríamente y cuando la excusa para no hacerlo era fácil, e incluso obligada por quienes deberían ser ejemplo y garantía de lo contrario de lo que ordenaban.
Si las Laureadas en tiempos de guerra son un honor y una prueba de valores militares, algunos arrestos en tiempos de paz son mucho más meritorios y costosos que ellas. En tiempos de guerra el perder la vida puede ser algo corriente incluso en momentos de descanso, y la adrenalina del combate, junto con el ejemplo de los camaradas muertos, un acicate a la heroicidad. Todo lo contrario de lo que a los buenos militares les ha sucedido durante el actual y execrable régimen, donde no han contado normalmente ni con el ejemplo ni con la justicia (militar o civil).
La gallardía y el buen hacer de D. Lorenzo es digna los elogios recogidos en esta página y de muchos más.
Además, su buen juicio y conocimientos, y su fino arte en exponerlos son dignos de estar presentes en todos los que quieran nuestra historia reciente y el duro futuro que tenemos por delante.
Enhorabuena una vez más.
¡Gloria a los héroes de España!
¡Oprobio y muerte a los traidores!
Me encanta el comentario de José María, no se puede poner mejor broche a la trilogía de este artículo en 3 entregas.
No voy a comentar largo y extenso, no quiero parecer cargante, me voy a limitar a a dar tres pinceladas.
– La primera y más importante, las bonitas fotografías que ilustran este articulo, especialmente la última. Juventud divino tesoro.
– La segunda, el Tribunal Militar Central. Decía Heráclito que nadie se baña dos veces en el mismo río porque las aguas no son las mismas cada vez. Si esto es así respecto de los ríos con igual o mayor motivo puede decirse de los tribunales de «justicia» porque el nombre del Tribunal (Tribunal Supremo, Tribunal Militar Central etc) permanece, pero dependiendo de su composición el mismo Tribunal puede ser una cosa o la contraria. Yo a los militares que componían el Tribunal Militar Central entonces (cuando recurrió el protagonista de este artículo), no los conozco y no puedo opinar, pero los de 2015 me parecen de pena desde el punto de vista de su nivel jurídico, diplomas a aparte, porque el movimiento se de muestra andando. No me parce mal que exista una Jurisdicción Militar, y no creo que la solución a las injusticias de la Jurisdicción Militar se resuelvan haciendo que sea la jurisdicción ordinaria la que se ocupe de las cuestiones militares, porque por la misma regla de tres no me parece mal que exista una jurisdicción especializada Contencioso-administrativa y sería un error que los tribunales civiles se hicieran cargo de ella. Creo que el error está en dejar al Tribunal Militar Central en manos no a jueces de carrera sino a militares metidos a jueces. (La Sala V ,-de lo Militar-, del Tribunal Supremo sí está formada por jueces de carrera).
¿Por qué es un error?, porque por la razones que sea que no necesariamente tienen que ser por corrupción abierta, sino que puede ser por deformación profesional o por un sentido incorrecto de lo que es el ejercicio de la Magistratura, la obediencia «no debida» (porque para la ilegalidad no hay obediencia que valga en el ámbito jurídico) pesa más en esta clase de militares que:
– el mandato del art. 9, 1º de la Constitución Española de sometimiento de todos, ciudadanos y poderes públicos (y ello incluye al propio Tribunal Militar Central y a las autoridades administrativas de la Administración Militar: Comandancias, Dirección general de la Guardia civil, Ministerio de Defensa etc etc), que en mi opinión no acaban de pillarlo,
– la garantía de interdicción de la arbitrariedad (art. 9,, 3º CE),que en mi modesta opinión tampoco acaban de pillarla
– El sometimiento pleno de la actuación administrativa (también dela Administración Militar) a la Ley y al derecho. El sometimiento «pleno» es lo contrario del sometimiento «a la carta», que en mi modesta opinión tampoco acaban de pillarlo.
– y que los tribunales de justicia, por muy militares que sean deben cumplir el art. 117, 1º CE, es decir ser independientes y estar sometidos ÚNICAMENTE al imperio de la ley.
En mi modesta opinión estas 4 cuestiones son una asignatura pendiente del Tribunal Militar Central que yo conocí. El Presidente del Tribunal mantenía en sus resoluciones judiciales lo contrario de lo que tenía escrito y publicado en un libro en relación con el carácter excepcional de las medidas cautelares. Si llegamos a estos niveles, por tal de no estimar un recurso, presuntamente por razones políticas, entonces ese tribunal en realidad no es tal, por muchas medallas que tenga o por muchos cursos que dé. A lo mejor la solución pasa porque la composición del Tribunal Militar Central sea por jueces de carrera, especializados en la materia militar como lo son los jueces de lo Contencioso-Administrativo en la materia administrativa, pero sin el vasallaje propio de los jueces militares que, con honrosas excepciones, hacen verdad eso de que «La Justicia Militar es a l ajusticia, lo que la música militar es la Música». No es un problema solo del Tribunal, los Asesores Jurídicos del Cuerpo Jurídico militar, les pasa lo mismo y un Abogado del Estado les da diez mil vueltas, por la misma razón. En mi modesta opinión la primera medida para llevar la Justicia al ámbito militar sería sustituir en las Asesorías Jurídicas de las dependencias militares a los funcionarios de este Cuerpo Jurídico militar por el asesoramiento de la Abogacía del Estado.
Merece la pena, por lo que hay de premonitorio, leer el clarividente voto particular que formuló el Excmo. Sr. Magistrado del Tribunal Constitucional D. Vicente Gimeno Sendra, en la Sentencia del Tribunal Constitucional 113/1995, de 6 de julio,al respecto de la falta de garantías que ofrecía el Tribunal Militar Central sobre todo en el ámbito dela protección delos Derechos Fundamentales de la persona.
– Otra cuestión (la tercera) es el uso de la «disciplina» («para mantener la disciplina») como pretexto para decisiones injustas e ilegales en el ámbito militar. La disciplina está muy bien pero cuando una autoridad militar utiliza el pretexto de «para mantener la disciplina» en un asunto que la falta de disciplina no ha tenido ninguna intervención ni ha jugado ningún papel, sino todo lo contrario se ha hecho con todo respeto y subordinación, (como es este caso del Coronel Lorenzo Fernández Navarro) el recurrir a este «fundamento» no tiene otra lectura que la de que la autoridad militar carece de ningún argumento para fundamentar su mala actuación y tiene que recurrir a éste.
– La cuarta cuestión que me parece reseñable (en lo ocurrido al protagonista de este artículo), es la presencia del Ministro de Zapatero José Antonio Alonso, amigo de la infancia de Zapatero, Juez de la Audiencia provincial de Madrid y portavoz de Jueces para la democracia (es decir para el comunismo). La panoplia de jueces al servicio delos gobiernos del PSOE forma una imagen de un Poder Judicial en manos de la extrema izquierda. Este es uno más de tantos jueces rojos. La punta del iceberg no puede ser mas desconsoladora, pues si esto (José Antonio Alonso, Gande-Marlasca, Dolores Delgado, Mª Teresa Fernandez de la Vega, Baltasar Garzón, Conde Pumpido, Mariano Sanchez Berbejo, Carlos jiménez Villarejo, el actual Ministro de «justicia» Juan Carlos Campo, etc.etc) es lo que se ve, qué no será lo que queda oculto bajo las aguas.
Por último este caso también demuestra que esta «guerra» es sobre todo una guerra moral. Los que defienden los valores dela Patria, la Verdad y la Justicia como ideal de vida, y los que la mancilla haciendo uso de toda clase de subterfugios.
Enhorabuena al Coronel, por lo que hay de espejo de virtudes y testimonio de vida, de carne y hueso, (no como los «héroes» del cine que son de cartón, porque todo es un montaje de ficción ) y enhorabuena a B. Diaz del Castillo por haber preparado estas tres entregas.
Lleva mucha razón José Mª en su comentario cuando dice que hay situaciones de paz (de paz aparente pero que son de lucha de guerra subversiva donde el enemigo ya ocupa los puestos demando propios) donde la Laureada se hace más merecedora que en situaciones de combate convencional. Está por escribir el «martirologio» de los militares perseguidos en la dictadura llamada «democracia» sólo por la desconfianza que inspiraban en los poderosos de que su honestidad y su resistencia a ser traidores podría ser un obstáculo para sus planes de destrucción de España como nación soberana y libre, y de sus Fuerzas Armadas . Eso sí sería verdadera «memoria histórica».
Me acabo de dar cuenta de que he incumplido mi propósito de ser breve. Lo siento.Pido disculpas.
En mi comentario largo anterior veo que el cerebro va más rápido que mis manos escribiendo, y se han dejado partes sin completar
Donde dice
– el mandato del art. 9, 1º de la Constitución Española de sometimiento de todos, ciudadanos y poderes públicos (y ello incluye al propio Tribunal Militar Central y a las autoridades administrativas de la Administración Militar: Comandancias, Dirección general de la Guardia civil, Ministerio de Defensa etc etc), que en mi opinión no acaban de pillarlo,
DEBE DECIR:
– el mandato del art. 9, 1º de la Constitución Española de sometimiento de todos, -ciudadanos y poderes públicos-, a la Constitución , la Ley y el Derecho (y ello incluye al propio Tribunal Militar Central y a las autoridades administrativas de la Administración Militar: Comandancias, Dirección General de la Guardia civil, Ministerio de Defensa etc etc), que en mi opinión esto de sometimiento de todos a la Constitución a la Ley y al Derecho no acaban de pillarlo,
Donde dice:
– El sometimiento pleno de la actuación administrativa (también dela Administración Militar) a la Ley y al derecho. El sometimiento «pleno» es lo contrario del sometimiento «a la carta», que en mi modesta opinión tampoco acaban de pillarlo.
DEBE DECIR:
– El sometimiento pleno de la actuación administrativa (también de la Administración Militar) a la Ley y al Derecho (art. 103, 1º CE). El sometimiento «pleno» es lo contrario del sometimiento «a la carta», que en mi modesta opinión tampoco acaban de pillarlo.
Hombres como este son los que tienen que estar al frente de este pais……HONRADOS…..HONESTOS…..LEALES…….PATRIOTAS…….con esta clase de personas al frente España seria diferente…..un gran hombre sin lugar a dudas……Gracias por este reportaje……Un saludo y…..Viva España!!!!!!