Franco, más actual que nunca; que ya es decir

Ahora que asistimos a la culminación mediante el previsto colapso del régimen del 78 y a la agonía de su anti-católica y anti-española Constitución. Ahora, que contemplamos el principio del final de ese régimen que nació de la destrucción por traición de la incontestable legalidad y legitimidad del que con tanto acierto, patriotismo y cariño construyera Franco durante cuarenta años de dignidad, trabajo, justicia, orden, paz de verdad, hermandad, caridad –que no solidaridad– y progreso sin par. Ahora que vemos los resultados de cuatro décadas, y algunos años más, de despropósitos, corrupción, iniquidad, apostasía y vergüenza. Ahora no vamos a elogiar la inconmensurable figura de Francisco Franco. No, no podemos.

Y no podemos porque cuando nos hemos sentado a escribir este artículo, nos dimos cuenta de que no podíamos hacerlo con el alma y el corazón rotos por tener que contemplar la destrucción de nuestra patria, la sepultura de España, quién sabe por cuánto tiempo o si para siempre, la dispersión de nuestro pueblo y la dominación de nuestros espíritus y tierras por apátridas de aquí al servicio de ideologías malignas que nunca han perdonado que fuera España adalid de la Fe y brazo armado de Cristo, que fuera evangelizadora de la mitad del orbe, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio, el único imperio en el que nunca se ponía el Sol.

Por eso, preferimos darle a él, al Caudillo, la palabra, y traer a nuestra memoria lo que el propio Franco dijera tantas veces a lo largo de su vida con tanta clarividencia:

1946.- «Para nosotros tiene más importancia lo que acentúa el valor de la personalidad humana y la plena valoración del individuo, que la democracia formalista y gárrula que lo explota. A esa democracia convencional, nosotros oponemos una democracia católica y orgánica que dignifica y eleva al hombre, garantizándole sus derechos individuales y colectivos, que no admite su explotación por medio del cacicazgo y de los partidos políticos profesionales». 

1952.- «Nosotros NO tenemos partido. Nosotros somos un Movimiento que hemos cogido de todos los españoles y de nuestras tradiciones aquello que nos es común, aquello que nos une y NO lo que nos divide». 

1955.- «Si a los regímenes políticos hemos de juzgarlos por sus frutos, llegamos a la conclusión de que no podría concebirse un sistema más dañino para los intereses de la Patria y para el bienestar y el progreso de los españoles que el que hasta nuestro Movimiento padecimos (…) Si fueron tantos los sacrificios que nuestra nación necesitó para que la patria se salvase, no podía abandonársela de nuevo a aquellos viejos sistemas que la venían aniquilando. por eso, ningún camino más fácil ni más recto, para este primero y básico objetivo, que la desaparición del anárquico sistema liberal (…) Alejarnos de los partidos políticos, de historia tan triste y de balance tan catastrófico, nos permitió redimirnos del tan desdichado y artificial engendro de los partidos, tan estrechamente unidos a las desgracias de nuestra nación». 

1956.- «NO a aquella democracia falsa y explotadora que hoy pedía el voto para engañarnos mañana. Esa democracia la repudiamos (…) Nosotros, a la democracia inorgánica le oponemos una democracia orgánica». 

1959.- «Se confunde fuera de España la política nacional de unidad con la que llaman de partido único. Si la política de partidos llevó a España en el siglo XIX a tres guerras civiles, y al estado gravísimo de la II República, es natural que busquemos sus soluciones políticas por otros cauces fuera de lo artificioso de los partidos. Sin apenas medios hemos hecho resurgir la nación y hemos elevado su nivel de vida, como se comprenderá, nos va demasiado bien para pensar en un suicidio colectivo. Por otra parte, no es imperativo de la democracia que esta haya de practicarse a través de artificiales partidos políticos. Lo que a unos pueblos puede irles bien a otros, como nosotros, está demostrado nos era fatal» … «Cada día se acusa con mayor claridad en el mundo la ineficacia y el contrasentido de la democracia inorgánica formalista, que engendra en sus mismas entrañas una permanente guerra fría dentro del propio país; que divide y enfrenta a los ciudadanos de una misma comunidad; que inevitablemente alimenta los gérmenes que más tarde o temprano desencadenan la lucha de clases; que encienden la unidad nacional al disgregar en facciones beligerantes unas partes de la Nación contra las otras; que mecánica y fatalmente provocan con ritmo periódico la colisión entre las organizaciones que se dicen cauces y mecanismos de representación pública; que en lugar de constituir un sistema de frenos morales y de auxiliares colaboradores del Gobierno, alimentan la posibilidad de socavar impunemente el principio de autoridad y orden social». 

1961.- «La política no existe sin el diálogo. El diálogo es la base de la política. Podrán tener unos hombres la responsabilidad de Gobierno, pero su política estará siempre vacía si no existe el diálogo; pero no el diálogo anárquico, no el artificioso de los partidos políticos suplantador de las verdaderas estructuras nacionales, sino el diálogo directo con los representantes directos de estas propias estructuras» (…) «Repudiar el sistema de partidos por lo que tiene de disgregante y envilecedor no es desconocer la diversidad de opiniones; sino hacer que se expresen por sus legítimos cauces representativos en vez de enfrentarse de modo irreductible. Queremos libertad de opiniones, pero no al servicio del antagonismo permanente de los partidos. La razón de ser de los partidos políticos estriba justamente en lo que divide, no en lo que une. Nosotros, en vez de hacer crónicas las discordias, buscamos la unidad». 

1962.- «De todos es sabido cómo se realizaban las elecciones, cómo se fraguaban los partidos políticos, cómo se arrastraban a los electores para conseguir su voto. Unas veces se explotaba la espiritualidad, pidiéndole a la Iglesia influencia para obtener sus votos; otras acudían a los empresarios y patronos, para, a través de la fuerza, del mando y del dinero, coaccionar a los electores, mientras otras explotaban las pasiones de los trabajadores a través de las organizaciones sindicales, para pedirles sus votos, comprando a sus primates para que no votasen y obtener una ventaja en la elección» (…) «Todos hemos conocido la ficción de los partidos políticos, en los que la relación entre representantes y representados se limita a la elección entre varios nombres que los comités de los partidos les presentan, y que en la casi totalidad de los casos los electores desconocían; pero una vez lograda la investidura obraban a su antojo, sin tener en cuenta los intereses y la voluntad de los votantes».

Y así podríamos seguir ad infinitum, pero es suficiente, pues a buenos entendedores con pocas palabras basta.

Hoy, visto lo que vemos, y tras recordar todo lo anterior, viene indefectiblemente a nuestra memoria aquello que vaticinara Menéndez Pelayo «Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte». De verdad qué pena. 


4 respuestas a «Franco, más actual que nunca; que ya es decir»

  1. ¡¡¡Enhorabuena!!!
    Magnífico artículo, donde la esencia radica en esas citas del Caudillo.
    Auténtico catecismo o vademécum de sabiduría política.
    Cuando se pronunciaron esas sentencias, los españoles las comprendían -por haber vivido el desastre de la partitocracia- y en consecuencia sabían cuanta verdad encerraban.
    Y ahora es necesario que las conozcan las nuevas generaciones de españoles, para poder entender lo que nos está pasando.

  2. Extraordinario Franco y extraordinario Toribio. Extraordinarios ambos, y El Español Digital por defender lo que nadie defiende. Extraordinarios los tres.

  3. Recientemente me ha venido al pensamiento, la comparación de la España de nuestros días con un toro de lidia que aguarda -medio muerto y echado junto a las tablas- la llegada del puntillero.

    Igualmente, sin saber exactamente el porqué, ronda por mi mente la idea de que la conocida sentencia que reza «TODO ESTÁ ATADO Y BIEN ATADO» (frase dicha por el Caudillo en el mensaje de fin de año de 1969) no se refería principalmente a los asuntos de la venidera sucesión al frente de la Jefatura del Estado y de la segura permanencia del régimen creado por él. Más bien, el sentido último de esa expresión, estaba relacionado con España como nación y se remitía a su futuro como tal. Sin embargo, nunca antes se me había pasado por la cabeza que ese -más que cualquier otro- pudiera ser su verdadero y oculto significado. A fin de cuentas, por mucho peso que puedan tener las apariencias que proporcionan los hechos históricos (y tengo entendido que el Generalísimo era de la misma opinión), la salvación de España mediante la Cruzada de Liberación 1936-1939, vino de lo Alto fundamentalmente.

    De todo corazón, espero que la «musa» que me haya inspirado ese concepto esté en lo cierto, y el nuevo rescate de España dependa de la Providencia, primeramente, una vez más. Porque si ello se encontrase subordinado, exclusivamente, a lo que pudiesen o quisiesen hacer sus hijos… estaría «apañá» la madre patria.

  4. Falange Auténtica y VOX pueden ir de la mano y convivir.
    Yo viví 22 años hasta 1975.
    En aquellos tiempos, me acuerdo del «Afilador», con su música característica …,
    El señor Afilador conocido en todo el barrio, vivía con dignidad y jamás estuvo en ninguna «Cola del Hambre» o «Cola del Paro».
    También me acuerdo del «Sereno», con su manojo de llaves …,
    la «Libertad» de pasear con 12 o 14 años por las calles iluminadas por la Luna y las Farolas de Gas, con total seguridad y tranquilidad para los padres.
    Nadie hablaba del «Franquismo», conocí a personas afiliadas a la Falange Auténtica (en las catacumbas…) , a la Falange Unificada, Monárquicos de Don Juan, OJE y Scout, no se veían por la calle a nadie saludar con el Puño ni con la Mano Alzada, salvo en las Manifestaciones, en la Plaza de Oriente, dónde no cabía un alfiler.
    El 20 de Noviembre de 1975, España le rindió Honores desfilando en las «Colas Kilométricas», en perfecto orden y «Silencio del Dolor por la Inmensa Pérdida», hacia el Palacio de Oriente donde reposaban los Restos Santos del CID Campeador del Siglo XX.
    Que como el CID, seguirá ganando batallas contra el Marxismo después de muerto.
    Vivimos «tiempos» muy difíciles. Gramsci DIXIT.
    No podemos dejar que «Gramsci» nos engañe otra vez..,
    ustedes mismos deben analizar que en el «huerto nacional», las matemáticas electorales NO engañan.
    Hay que tomar el «poder» como el adversario …,
    de forma silente.
    ¿Aprenderemos? …,
    o esperaremos un nuevo CID que nos conduzca desfilando por los campos de Batalla …

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