Franquismo servil

Luis Suárez

El franquismo es hoy imposible, pero podemos llamar franquistas a quienes defendemos la memoria de aquel régimen como un hecho histórico extraordinario y extraordinariamente positivo, del que cabría extraer lecciones importantes. Sin embargo hay entre los franquismos diversas corrientes, una muy amplia, que interpreta aquel régimen justificándolo en el enorme mérito, implican,  de haberse congraciado con las potencias anglosajonas. Esto es frecuente sobre todo entre los más católicos y monárquicos. Así Luis Suárez, que ha producido densos y valiosísimos estudios, los más documentados sobre aquel régimen, y que sin embargo da una interpretación de conjunto realmente pintoresca en una nota de Razón española. El viejo problema de los árboles y el bosque. 

Así, presenta al franquismo “no como un régimen sino como una variación de regímenes”. Hasta 1942 estaría  dominado por la “influencia de los totalitarismos”  y solo desde entonces Franco se fue “desprendiendo de las influencias hitlerianas”. Esto, aparte de ser radicalmente falso (la ideología hitleriana nunca fue aplicada en España, ni Franco quiso entrar en la guerra mundial en ningún momento, aunque quizá vacilase en alguno), deja a Franco como un oportunista barato, según lo presentan sus enemigos: mientras Alemania iba ganando, dominaba su influencia. Cuando su victoria se alejaba “Franco emprende el establecimiento de buenas relaciones con EEUU e Inglaterra” (nuevo régimen, según Suárez).

Luego, cuando Franco se entera del Holocausto, ordena defender a los judíos “haciendo lo posible cumplir la disposición de Alfonso XIII” (fue la dictadura de Primo de Rivera)” de reconocer como españoles a los sefardíes. Franco nunca se enteró del Holocausto (sí lo conocieron los anglosajones y no hicieron nada por impedirlo) ni probablemente lo consideró más que una típica mentira de guerra. Sí conoció la persecución a los judíos, pero no en todo su alcance, y solo por motivos humanitarios protegió a los que pudo, a pesar de que en su mayoría le eran enemigos.

En 1953, nuevo “régimen” franquista: Gracias a los acuerdos con Usa, «Ya no es solamente el catolicismo, es también la libertad económica, las normas que empiezan a introducirse en Europa»(?).  Así, «España debe a EEUU un agradecimiento que no tiene límite, ya que gracias a ellos se pudo comenzar la reconstrucción económica». Aquí alcanza Suárez el colmo del servilismo. Como expresan sin duda los datos económicos, la reconstrucción estaba lograda en lo fundamental ya en los años 40 y frente a todas las adversidades de la guerra mundial, el aislamiento y el maquis. Siendo el único país de Europa occidental que no debió nada a los ejércitos useño y soviético ni a las finanzas useñas, dato crucial prácticamente nunca citado, como si fuera vergonzoso, y que a Suárez le trae al fresco, al parecer.

El propio Franco ya criticó los repentinos entusiasmos  prouseños de algunos, señalando que la ayuda recibida había sido bien modesta. Y no a cambio de nada. A Usa, en su contienda “fría” con la URSS, le convenía en extremo el acuerdo con España, entonces el país estratégicamente fundamental de Europa, junto con  Inglaterra, ante una eventual ofensiva soviética. Además, en España no contaban los soviéticos con las poderosas quintas columnas comunistas de Francia o Italia. No hay ningún motivo de gratitud especial: fue un clásico toma y daca con un país que había hecho lo posible, junto con los soviéticos, por aislar a España durante largos años. Y Franco, hombre desagradecido,  según implica Suárez, se  permitió romper el embargo a Cuba, mantener una política exterior independiente, no reconocer a Israel ni enviar tropas a Vietnam, entre otras cosas.

Como Suárez es un tanto ultramonárquico,  encuentra por fin el cambio definitivo del régimen en 1969 “cuando se produce el juramento de Juan Carlos como futuro rey”… aunque “la Monarquía no es un régimen, sino una forma de Estado que afecta a todos los esquemas de la sociedad”.  El agradecimiento sin límites a Usa se extiende entonces a su supuesta tutela política: “Es decir, la Transición es un fenómeno de largo aliento, apoyado sobre todo por los EEUU, que empieza en 1943 y concluye en 1978″. El servilismo resulta simplemente alucinante en un historiador que se dice franquista, y que pinta a Franco como un oportunista que siempre está con el que vence, con el propósito de instaurar una monarquía a gusto de Usa y que no se entiende bien por qué ha tardado tanto. Con tales entusiasmos franquistas no hacen falta antifranquistas.

Para piomoa.es


3 respuestas a «Franquismo servil»

  1. Don Pío, habitualmente, tiene el don de ver al «rey desnudo» cuando casi todos los demás suelen aceptar el engaño de su inexistente y maravilloso traje (como en el cuento).

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