Gosnell, el carnicero de niños de Filadelfia
En la historia del sufrido movimiento antiabortista, hay a veces momento de luz y de victoria. Momentos que además llaman especialmente nuestra atención sobre los horrores del aborto y los problemas que lo rodean, y le dan fuerzas a tan loable movimiento para no rendirse. Uno de esos se produjo en 2010 cuando el FBI registró la clínica de un médico abortista de Filadelfia, el doctor Kermit Gosnell. Lo que los investigadores encontraron allí y lo que muchos testigos vieron no puede describirse. Entrevistamos a Ann McElhinney, la valerosa cineasta que ha producido una película sobre tal suceso titulada «Gosnell», ya estrenada en EEUU y pronto en España, que no pueden perderse; eso sí, dense prisa porque intentarán que pase desapercibida o la retirarán rápidamente de la cartelera.
Bueno, Ann, antes de entrar en la sustancia de tu película, ¿puedes darnos una idea sobre lo que sucedió?
Sí. Es un caso extraordinario. Lo cuentas y piensas que no hay quien se crea que aquello pudo suceder, y menos en este siglo.

En Pennsylvania, uno de los estados más «progresistas» de EEUU, había un médico, Kermit Gosnell, un afroamericano, ahora tiene unos 70 años, que dirigió una clínica abortista durante 30 años, donde habitualmente –y no son mis palabras, sino las del gran jurado, que le condenó a cadena perpetua–, y de forma rutinaria, ayudaba a dar a luz a bebés, vivos claro está, y luego les cortaba el cuello con unas tijeras. Y lo hizo durante 30 años. Es por eso que a los ojos del gran jurado se le describió como el asesino en serie más grande de Estados Unidos, que es la frase que usamos en la película.
Hay tantos detalles sobre los que vale la pena detenerse. Entrenó a su personal no cualificado para hacer lo mismo cuando por cualquier circunstancia tenía que ausentarse de la clínica; y cuando digo personal no cualificado, se trata de personas que se hacían pasar por enfermeras, que sólo tenían una formación muy básica, eran alcohólicas, tenían problemas de salud mental y algunas antecedentes criminales. Gente que como declaró el detective encargado del caso, Jim Wood «No les permitirías ni cortar el césped de tu casa, cuando menos administrar anestesia».
El mejor anestesiólogo en aquel lugar era una joven de 15 años. Sólo lo repetiré una vez más para cualquiera que no lo haya escuchado o no se lo crea. Una adolescente de 15 años a la que Gosnell facilitó una hoja de instrucciones «Un poco de rosa, un poco de rojo «, con la que realizaba una especie de cóctel de anestesia que administraba a las embarazadas.
Había gatos caminando por la clínica. Gosnell acostumbraba a desayunar cereales en el mismo quirófano, en realidad una simple habitación. Llegó a cortar los brazos, los pies y las piernas de algunos de los bebés guardándolos en frascos como trofeos.
Hubo dos mujeres muertas y muchas otras cosas. Karnamaya Mongar, refugiada butanesa, que llevaba en EEUU cuatro meses, murió en 2009 a causa de un aborto fallido en la clínica de Gosnell. Semika Shaw, joven madre afroamericana, murió por lo mismo en 2000.
Lo que es realmente extraordinario y por lo que me siento súper enfadada, es porque Gosnell es un psicópata y desafortunadamente entre nosotros hay psicópatas que hacen cosas terribles, y hay muchos que lo saben y no lo denuncian.
Lo que es realmente despreciable y muy, muy difícil de digerir, es la actitud del Departamento de Salud de Harrisburg, formado por personas con trabajos cómodos y con una responsabilidad, que nunca movieron su trasero para investigar esas muertes. Durante 17 años nadie de Harrisburg levantó un dedo para ver qué hacía este tipo.
Bueno, creo que lo que me impactó, al menos a mí, fue que no sólo que nadie investigó, sino casi más que los medios de comunicación no informaron, al menos muy pocos. ¿Por qué?

Ahí está el segundo problema. Empiezas con el hecho de que Gosnell escapó bajo las mismas narices de todas las agencias gubernamentales con responsabilidades en estos casos. Pero usted menciona otro punto muy importante. Cuando finalmente este tipo se vio atrapado, en gran medida gracias al trabajo del Detective Jim Wood, un agente de narcóticos encubierto, que no sólo hizo su propio trabajo en narcóticos, sino que también siguió adelante e investigó el asesinato de Karnamaya Mongar, entonces, y conociéndose ya el trasfondo terrible del asunto, los periodistas decidieron no informar del caso.
Por ejemplo, The Washington Post lo describió como un mero crimen local. ¿Crimen local? Los gatos corrían por la clínica abortiva, pies de los bebés cortados y guardados en frascos, dos mujeres muertas y 47 bebés encontrados en el sótano… y para dicho prestigioso periódico sólo fue una noticia local.
Cuéntanos, ¿por qué decidiste hacer una película sobre esto? ¿Cómo ha sido el camino?
Una pesadilla. Una completa pesadilla de principio a fin. Decidimos hacer una película porque… había algo realmente terrible en el caso que contar. Esto es como un holocausto moderno. No hay duda de eso.
He visto las fotografías de los 47 bebés que se encontraron en las instalaciones, y lo único con lo que puedo compararlo es con Auschwitz. Fue un holocausto que ocurrió a plena luz del día en Pensilvania, y nadie lo sabía. Viajaba por todo el país, hablaba con la gente, y nadie había oído hablar de este asunto.
Pensé, sé algo, y la gente tiene que saberlo también. Pensamos, ¿sabes qué? esto se presta a una película y queríamos contar esta historia de una manera que fuera muy accesible, especialmente para los jóvenes.
Una de las cosas que creo importante es que las personas que han leído el libro lo aprovechen. El libro es muy difícil, muy duro, porque todo está en él. No escatimamos detalles ni datos, toda la información está en él, pero nunca se podría mostrar todo eso en una película, nunca.
Había una escena que planeamos para la película, y cuando llegamos al plató, pensamos, ¿sabes qué? no podemos hacerlo. No podemos. No podemos mostrar eso en la película; la gente no pudo hacer la escena, fue tremendo.
El Departamento de Salud no examinó el lugar en 17 años, y había gatos y mujeres que quedaron mutiladas de por vida, y había escenas horribles constantemente. Esto es en realidad lo que sucedió. Aún así, el número de cabezas que deberían haber rodado, no ha rodado.
La noche de la redada, dos enfermeras del Departamento de Salud (ADA) acompañaron al detective, al FBI, a la DEA y a los fiscales locales. En el registro de la clínica estuvieron presentes 17 personas en total. Entre ellas, dos enfermeras del departamento, de ese famoso Departamento de Salud de Harrisburg. Cuando entraron, vieron todo aquello. Gosnell estaba a punto de hacer un aborto, ¿y adivina qué decidieron hacer?… una llamada telefónica … llamaron a Harrisburg, a la gente que financia esos lugares y a los abogados, y decidieron… dejarlo seguir.
Por cierto, estas son las mismas personas del Departamento de Salud que van a los restaurantes y bares, raspan con el dedo en una mesa o en una silla, encuentran polvo, y… clausuran el local. Pero con la clínica no hicieron nada.
Eso demuestra que el aborto es sagrado para esas personas. Para ellas es como un sacramento. Da igual las condiciones en que se realicen.
Bueno, ¿a quién esperas llegar con esta película?

Absolutamente a todos. A todo el mundo. Esta película es para todos. Creo que realmente hace falta, y que los ojos del mundo, pero particularmente los ojos de los estadounidenses, se vuelvan hacia este problema del aborto, porque sobre él lo que falta es información.
Al hilo de esta historia y haciendo la película me sorprendió la cantidad de personas en Pennsylvania que no conocían la ley del aborto. Cuando digo, no conocía la ley, me refiero incluso a abogados.
Lo que convierte este caso en fundamental es que centra la mente de las personas en los niños de una forma como no ha habido oportunidad de hacerlo antes.
En el centro de esta historia, hay un bebé llamado Baby Boy A, que nació y vivió y murió ese mismo día, pero que en los pocos minutos de vida consiguió impactar a dos de las trabajadoras del abortorio, Adrienne Moton y Kareema Cross, que le tomaron una fotografía con sus móviles. Por cierto, se preguntó a Kareema Cross en el estrado que mostrara al jurado lo que hizo el bebé cuando lo arrojaron al cubo de la basura. Kareema Cross se puso de pie, se tiró al suelo y se acurrucó en posición fetal. El silencio en la sala fue más brutal que el peor grito de dolor.
Por su parte, Adrienne Moton, guardó la fotografía en su teléfono, nunca la borró, porque dijo que sabía que algún día alguien tendría que verla. Cuando la arrestaron, porque como todos los trabajadores habían practicado abortos, todos fueron arrestados, alguien le dijo a Moton «Dios mío, debió ser terrible arrestarte», a lo que ella contestó «No fui arrestada, fui salvada «.
Fue ella la que tras admitir todo lo que allí se hacía dijo en un momento de su interrogatorio «Hay una fotografía ahí dentro», entregó el teléfono a la policía y les dijo “Me siento muy aliviada, porque ahora soy libre. Ahora estoy libre». Un último detalle. En el estrado se le preguntó «¿Por qué tomó la fotografía?» y ella dijo «Porque era tan grande. Pudo haber sido el hermano pequeño de alguien. Quería tomar una fotografía para que recordáramos que estuvo con nosotros por un tiempo».
Cuando ingreso en prisión hablé con ella. Supe que en la cárcel las demás presas la acosaban por ser asesina de bebés, y le pregunté si era terrible, a lo que me contestó que «No, no». Entonces le dije «¿Qué es lo que más te molesta?» y me dijo «Que apaguen la luz. No me gustaba la oscuridad, porque aún veo su cara».
¿La de Gosnell?
Eso es lo que pensé, pero me aclaró «No, la del niño de la fotografía y todo lo que podía hacer durante los minutos que vivió», y, echándose a llorar no paró de decir «Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento». Esta es la historia que creemos que vale la pena llevar al público.
Quiero decir también, porque creo que es realmente importante, que muchos dirán «Oh, Dios mío, nunca podría ir a ver esa película» o «No quiero saber nada más sobre esto «, pero yo les quiero decir que todos tienen que ir a verla, ese un deber, ese un deber patriótico y para con la Humanidad.

También hay héroes en esta historia y eso es lo que también te llevas. El detective Jim Wood, Christine Wexler, Joanne Pescatore y Ed Cameron de la ADA, quienes pusieron a este tipo entre rejas para siempre. También hay otros héroes, y está el niño que se escapó. El bebé que se escapó, que es una historia muy significativa en toda esta pesadilla, en esta especie de mundo diabólico. Está el bebé que se escapó y eso es lo último que ves en la película. Verán a esa niña, la que se escapó, cuya madre, embarazada de siete meses, cambió de opinión, porque fue a la clínica, habló con Gosnell y le preguntó «¿Qué les sucede a los bebés después?» Y él dijo «Bueno, los quemamos».
Oh, Dios mío.
Se fue a su casa, habló con su prima y su prima llamó a Gosnell quien le espetó «No vas a recuperar tu dinero». Ella declaró todo lo anterior ante el gran jurado, uno de cuyos miembros le preguntó «¿Y qué pasó?» Ella le dijo «Oh, ¿no lo sabe? Mi bebé comenzó a ir a la guardería hoy”. El gran jurado se puso de pie y aplaudió.
Es genial. Así que hay algo de esperanza en esta película, lo cual es bueno, porque fue…
Hay mucha esperanza, hay mucha esperanza en esta película. Creo que es un deber dar testimonio. Recuerdo haberle dicho a David Daleiden, ya sabes, el que tomó los videos de todo aquello, «¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Cómo pudiste permanecer allí y grabar? ¿Cómo lo hiciste?” Él me dijo “Fue un privilegio ser testigo de los niños que nadie quiso, que ya no podían hablar, aquellos niños cuyas madres no les querían, por eso yo quería estar allí y grabarles para que siempre se les recuerde».
También muy interesante sobre esta película ABORTONO.ORG

El caso homólogo de Gosnell en España fue el caso del abortista Morín, destapado por la prensa extranjera mediante cámara oculta (nos tuvieron que decir desde fuera lo que pasaba en nuestra propia casa porque aquí nadie se daba cuenta de lo que pasaba) condenado gracias a la acusación de Alternativa Española (AES) que lo trabajó muy bien y con la dificultad añadida de estar frente unos jueces y un tribunal de tendencia progre y proabortista. Consecuencia de ese escenario judicial, Morín, sólo fue condenado a menos de 2 años de cárcel. Sentencias vergonzosa – teniendo en cuenta los brutales asesinatos que cometió y las trituradoras industriales que usaba para deshacerse de los cadáveres de forma ilegal -, que hizo que Morín no pisara la cárcel y que contrastase con la perpetua a la que fue sentenciado Gosnell.
Estimado seguidor: efectivamente. Una vergüenza para toda España, para nuestro sistema judicial y más para el político corrupto y corruptor. Así nos va. España se hunde por sí misma; tantas y tan graves manchas no se lavarán fácilmente. Saludod cordiales
¿Se sabe la fecha del estreno en España?
Estimado seguidor: pues todavía no. Acaba de estrenarse en 750 cines norteamericanos, así que no tardará. Habrá que estar atentos. Saludos cordiales
Acabo de ver la película y es impactante, no deberían permitir el aborto de más de 8 semanas de embarazo a menos que sea por asuntos médicos. Pobres bebés que se les negó el derecho a vivir
Estimada seguidora: sin duda, es estremecedora, de ahí que al ver la realidad del aborto hay que estar en contra de él absolutamente desde el mismo momento de la concepción cuando ya es un ser humano pleno, distinto a su madre que lo lleva en el vientre pero a la que no le pertenece. Saludos cordiales
y cual seria la diferencia entre las 8 semanas, las 5 o las que sea, cuando comienza a ser una vida humana? acaso el minuto siguiente de la semana 8 ahi comienza a ser ser humano???
Muy triste y a la vez muy real. Eso ocurre en todas partes de este mundo insolito. Esos angelitos que a pesar que recibieron el calor y la alimentacion de una falsa madre, les arrebatan la vida de una manera muy cruel.
Acabé de ver la película. Estoy muy impactada. Me sobrecoge el pensamiento de que este caso es de hace muy poco tiempo.
Parece vivido en los tiempos medievales.
Todo parece surrealista desde el silencio de las organizaciones de salud hasta la permisividad de estos holicaustos.
Estoy sim palabras.
Estimada seguidora: igual nos pasó a nosotros, por eso creímos imprescindible recomendar verla. Mil gracias. Saludos cordiales
Ví la película en la televisión cubana y me resultó impactante, fabulosa y necesaria por considerarla de obligatorio conocimiento para todos y especialmente para crear conciencia en jóvenes y mujeres sobre ese asunto. Y por supuesto autorizar el aborto solo cuando es necesario por un problema de malformación u otro y con no más de 8 semanas de gestación . Gracias por tan excelente film Sra Ann.
Acabo de ver la película en YouTube, es una realidad que vivimos cada día en muchos rincones del mundo, estamos viviendo en una sociedad que quiere que hasta el último día antes de nacer se vuelva el aborto legal, la palabra legal cada día se aleja tanto de lo moral, nos quieren hacer creer que porque es legal es moral,que gran mentira, que gran manipulación, en vez de buscar leyes y métodos «más humanos» de matar bebés, porque no trabajan o trabajamos en ser una sociedad que respeta, cuida y ama a sus semejantes, porque apoyar algo tan cruel como el aborto en cualquier etapa. Estoy bastante triste y conmovida por esta película y por nuestro mundo que esta sin freno frente a un tema como el aborto
Estimada seguidora: su tristeza es la nuestra, su pena también. Demuestra usted humanidad y sensibilidad, lo que quienes practican estos crímenes hace mucho que perdieron. Ánimo y a luchar para que se acaben. Saludos cordiales