Guadiana del Caudillo conservará su nombre

Guadiana del Caudillo conservará su nombre pese al sectarismo socialista.

Antonio Pozo

El PSOE, tras ganar las municipales en Guadina del Caudillo, no ha tenido otra obsesión que cambiar el nombre del pueblo, tratando de saltarse a la torera las decisiones de los jueces. Antonio Pozo, ex alcalde de VOX, sigue luchando desde la oposición para que el pueblo mantenga su nombre.

 ¿Podría explicarnos el origen del conflicto y de su recurso ante el Juzgado Contecioso Administrativo?

 El conflicto viene generado por la decisión del Presidente de Diputacion de vincular las ayudas a nuestro pueblo al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, teniendo que acatar lo que diga una comisión de enchufados socialistas y haciendo que valgan lo mismo que las sentencias ya emitidas por jueces y tribunales.

¿Cómo valora que el Juzgado le haya dado la razón a usted?

La valoración es muy positiva.  En un mes se han emitido 4 sentencias en este sentido (tres del Ayto de Badajoz y una de Guadiana del Caudillo) contra las decisiones políticas y arbitrarias del Presidente de la Diputacion, que ha estado utilizando esa institución con fines políticos y ahora la justicia le está dando un varapalo sobre otro.

¿Era lógico y justo que les diesen la razón?

Yo siempre lo he tenido claro, desde el principio llevamos defendiendo los argumentos que ahora las sentencias vienen a ratificar. Una comisión política y arbitraria de enchufados socialistas no puede dictaminar si se incumple una ley o no, para eso están los tribunales. Era tan evidente que estaba seguro que esto llegaría.

Nadie está por encima de lo que decida un juez…

Han intentado suplantar a jueces y tribunales, estos socialistas se creen dioses aquí en EXTREMADURA, pero les ha salido el tiro por la culata y tendrá sus consecuencias, no pararemos hasta que paguen todo el daño que han hecho al pueblo.

¿Se puede decir que ya está a salvo el nombre de Guadiana del Caudillo o pueden volver a la carga desde mañana?

Es su único punto en su programa electoral, el cambio del nombre del pueblo, y lo intentarán por todos los medios, en el pleno del martes llevan una moción para iniciar los trámites, pero no se lo pondremos fácil. Lucharemos con todas las consecuencias para mantener la historia de nuestro pueblo, y llegaremos hasta donde haga falta, pues ellos han basado toda su oposición estos años sobre este tema. No saben hacer otra cosa, pero como la justicia los está poniendo en su sitio, andan como pollo sin cabeza.

¿Por qué es tan importante defender nuestra historia y que los nombres de los pueblos de España sean respetados?   

La historia es la que es y no se puede cambiar, lucharemos para que se mantenga.  Han ganado las elecciones, pero con el apoyo de todo el aparato del PSOE extremeño, basado en mentiras y engaños al pueblo, como ahora están demostrando las tribunales y pagarán por ello. Reconozco los resultados electorales, pero para mí no tienen legitimidad ninguna.  Han utilizado toda las malas artes del mundo.  En política no todo vale.

Entrevista al ex alcalde de la localidad en exclusiva para El Correo de Madrid


4 respuestas a «Guadiana del Caudillo conservará su nombre»

  1. Franco fue un príncipe católico; con esto, queda todo dicho.

    Indudablemente, la persona llamada en el siglo Francisco Franco Bahamonde cometió en vida pecados, errores, imprudencias, injusticias… Sin embargo, fue un príncipe católico, no un sátrapa comunista. Esta distinción la olvidan todos los que, desde la invariable progresía (invariablemente estúpida, tóxica, sectaria, ruin, malvada, manipuladora, totalitaria, enemiga del Dios Uno y Trino, de la la civilización cristiana y de la patria), se dedican al pim pam pum de espetar o disparar contra el Caudillo toda clase de dardos envenenados con injurias del tipo «Franco dictador, golpista, asesino, genocida, fascista…».

    Injurias sin ninguna base histórica ni moral solo al alcance de personas desalmadas que, de puro sectarias por filocomunistas, han perdido el norte de la racionalidad, el equilibrio, la honradez intelectual, el amor a la verdad. Son, sin más, gentuza.

    El régimen de Franco marcó una época, es irrepetible. Y desde luego, hoy no cabe desear aplicarlo así tal cual, porque por ejemplo el esfuerzo de verdadera justicia social que supuso la construcción de varios millones de viviendas de protección oficial (las popularmente conocidas como «casas baratas»), hoy lo contemplamos como que ha quedado desfasado; dicho de otro modo: esas viviendas han quedado desfasadas, ciertamente, pero no así ha quedado desfasado el esfuerzo de dotar a la clase trabajadora de la época de una vivienda que se pagaba sin que ello supusiera hipotecar la vida, como sucede hoy.

    Con todo, lo que sí cabe desear es un ejercicio de la política para nuestra patria que, allende consideraciones infructuosas sobre la licitud o ilicitud de la democracia liberal o burguesa, sobre su alcance o sus límites, ponga los ideales de «Dios, patria, civilización cristiana y justicia social» en el centro de ese mismo quehacer político.

    Porque nuestro país, chantajeado por podemitas, separatistas catalanes, bilduetarras y resto de seculares enemigos de Dios, de la Iglesia y de la patria, amenaza ruina inminente.

    1. El diluvio de traiciones y de «cambios de chaqueta» que vivió España después de la muerte de Franco, solo es comparable a lo ocurrido en Alemania a partir del 7 de Mayo de 1945.
      Sin embargo, en Alemania, el miedo sí estaba más que justificado. Acababan de perder la guerra y el temor a las posibles represalias no era motivo para bromas.
      En España, siempre diferente, la «rendición» se hizo de forma voluntaria y hasta orgullosamente cobarde, sin necesidad de ningún «ultimátum».
      Así pues, comenzaron a salir «rojos» de toda la vida hasta de debajo de las piedras… ¡Cosas veredes, amigo Sancho!.

  2. Franco fue el hombre que eligió la Providencia para salvarnos del comunismo e instaurar el Reinado Social de Cristo. Muchos que lo conocieron estaban convencidos de su santidad de vida y ahora quieren abrir su proceso de beatificación. Quizá uno de sus pecados fue confiar en Juan Carlos.

    1. Yo estoy convencido de que Franco, más que confiar en Juan Carlos (traidor hasta con su propio padre, no hay que olvidarlo), tan solo optó por lo que él pudo haber considerado en su momento como un mal menor para España, entre las diferentes posibilidades REALISTAS que tenía a su alcance.
      Existen muchos indicios de que no fue una decisión fácil para el Generalísimo, y de que todos los enemigos de nuestra Patria (internos y externos) tenían ya planes para intervenir -tras la muerte del Caudillo- si la resolución tomada finalmente no hubiera sido satisfactoria para ellos.

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