Hartos de las mismas excusas para ocultar la intolerancia

El acto de proclamación de la Reina de las Fiestas (La Opinión)

Todo aquello que suene a tradición, todo aquello que quiera recordarnos la gloriosa historia de España, todo aquello que se cimente sobre el sustento de la elegancia y el buen hacer, esta malvada izquierda, especialmente la ultraizquierda, se lo quiere llevar por delante para sustituirlo por la más vulgar de las chabacanerías sin gusto y estilo alguno, sin seña propia de identidad y siempre con las mismas amparándose en las mismas excusas.

Betanzos, distante 24 km. de La Coruña, ha sido siempre una ciudad con solera; con raigambre; fiel conservadora de sus costumbres y tradiciones, incluso algunas ancestrales; un auténtico icono medieval con viejas puertas, calles empinadas, plazas recoletas; un lugar idílico para el paseo, tranquilo y sosegado, sin prisa, al declinar la tarde; una ciudad de las del Rey como presume en el escudo que se conserva de su desparecida Puerta Real. Una ciudad en la que se pierde la noción del tiempo que parece detenerse para hacer más grata la estancia.

El Globo (La Voz de Galicia)

Una de las cosas de las que podía presumir Betanzos era, precisamente, de sus fiestas de agosto, las que celebra en honor a San Roque, su Santo Patrón. Unos días en los que las señas propias de identidad adquirían carta de naturaleza, convirtiéndolos en únicos y difícilmente parangonables.

Allí, a lo largo de un puñado de días, cada vez que mediaba agosto, la fiesta, en su dimensión más popular, se convertía en la protagonista de todas las vivencias ciudadanas. Era la fiesta en estado puro.

Durante aquellas jornadas era fácil encontrarse por sus calles con los vestigios de un pasado que conservaban con esmero y mostraban, a propios y a extraños a timbre de honor.

Los conciertos de música joven rivalizaban con las jiras campestres, en la misma medida que lo hacían los fuegos artificiales con las verbenas callejeras; los pasacalles de Gigantes y Cabezudos, al son de la gaita y el tamboril, tenían cabida al igual que la tenía la solemne Función del Voto o la proclamación de sus Reinas de las Fiestas -mayor e infantil-; las viejas danzas gremiales de los sastres competían, en sana pugna, con las de los marineros o las de las moras.

En sus calles, en aquellas magnificas comitivas o procesiones cívicas que discurrían por ellas con motivo de la Función del Voto o de la proclamación de las Reinas de las Fiestas, era fácil ver a la vieja “Coca” o al siniestro “Gamachiño”, auténticas reliquias extraídas de los antiguos ritos asociados a la celebración de la fiesta del Corpus, al lado de los soldados del Regimiento Provincial de Betanzos con sus vistosos uniformes de inicios del siglo XIX o de los Alguaciles de Villa con su elegante vestimenta del siglo XVII.

Gigantes y Cabezudos en las fiestas de Betanzos (La Voz de Galicia)

Una puesta en escena magnífica que realzaba la clase y categoría de la ciudad y de sus gentes y que tenía su punto álgido, llegada la noche de San Roque -16 de agosto-, con la elevación a los cielos del majestuoso globo de papel como el mejor mensaje de los betanceiros a su Santo Patrón.

Pues bien, una parte de todas estas manifestaciones populares han desaparecido o están en trance serio de hacerlo por la intolerancia y la demagogia barata de unos pocos, de una minoría.

En las pasadas elecciones municipales celebradas el 28 de mayo, la victoria correspondió al Partido Popular, con mi buena amiga Cecilia Vázquez Suárez a la cabeza, que obtuvo ocho actas de concejal. Le siguió el Partido Socialista, con seis y, por último, el Bloque con tres.

Hay que señalar que, durante los últimos años, el gobierno municipal estuvo en manos de los socialistas que, sin embargo, conservaron la estructura y el espíritu de sus fiestas como era tradicional, sin cambios ni alteraciones de calado.

Sin embargo, la llegada de los bloqueros con sus tres concejales -tan sectarios, totalitarios e intransigentes como todos los demás partidos de la ultraizquierda- determinantes para que los socialistas mantuviesen el poder, pese a perder cuatro actas con relación a las elecciones 2019, vinieron a trastocarlo todo.

La primera medida que exigieron para respaldar la elección de la alcaldesa fue cargarse la figura de la Reina de las Fiestas, tanto mayor como infantil, argumentando que se trataba de un “acto sexista”, sustituyéndolas por un personaje de nuevo cuño “el representante del pueblo en las fiestas”, aun auténtico sinsentido, carente de la mínima razón de ser, al que la ciudadanía dio la espalda, prueba de ello es que a la elección del “representante mayor” se presentó tan solo un candidato, un individuo, en tanto que a la elección del “representante infantil» concurrieron dos niñas, siendo una de ellas eliminada por no ser siquiera de Betanzos.

Por supuesto, al no existir acto de coronación de la Reina de las Fiestas, las comitivas que se organizaban con tal motivo han perdido su razón de ser y, en consecuencia, no saldrán de nuevo a las calles.

Tampoco este año el tradicional Globo, el número fuerte de las fiestas, surcará los cielos. Ignoramos si el motivo está vinculado a la nueva ideología predominante en el Ayuntamiento de Betanzos, aunque si sabemos que los bloqueros pretenden desvincular el famoso globo con la figura de San Roque, única razón de ser de estas celebraciones y que, sin tener presente esta figura religiosa, carecerían de sentido y, sobre todo, de su motivación y base histórica.

La “danza de las moras” (Ayuntamiento de Betanzos)

Es de suponer, consecuentemente, que esos tres concejales del bloque no concurrirán a la Función del Voto, otro de los números tradicionales de estas fiestas, en la que la ciudad renueva la promesa hecha a San Roque en 1416, en la misma medida que si tuviesen capacidad para ello harían desaparecer esta tradición como pretenden hacer desaparecer muchas otras.

La danza del gremio de los sastres (La Voz de Galicia)

No hay que olvidar que, en Santiago de Compostela, donde el Apóstol y la Catedral son la primera industria y la mayor fuente de ingresos de la ciudad, su nueva alcaldesa bloquera se negó a concurrir a los actos tradicionales del pasado día 25 de julio, organizando un acto paralelo carente del mínimo sentido.

Volviendo a Betanzos, últimamente hemos sabido que un grupo de jóvenes de Betanzos, dirigidas por una profesora de ballet y danza, montaron, preparándolo durante un año, un número que titularon “danza de las moras” y que pudieron escenificar en la pasada Feria Franca, organizada en la ciudad, pese a la oposición de estos tres memos bloqueros para los que también esta manifestación artística era sexista.

Siempre son las mismas excusas las argumentadas por esta ultraizquierda ignorante y perversa para justificar la eliminación de las tradiciones, excusas todas ellas banales, huecas de contenido, absurdas pero que, a fuerza de repetirlas como cotorras, van calando en los tontos: “sexismo”, “animalismo”, “ecologismo”, “cambio climático”, “respeto a las minorías”, las directrices de la nueva religión de lo “políticamente correcto”, dimanantes de la perversa “agenda 2030” y de sus postulados de las que son fieles y sumisos esclavos.

Pero así, merced al vil chantaje y a la intolerancia de tres individuos y a las ansias de poder y al deseo incontrolado de seguir en el machito no importa sacrificar lo que sea menester y así, Betanzos ha perdido una buena parte de su esencia y sus fiestas se han convertido en ramplonas y vulgares, sin seña propia de identidad alguna, unas fiestas que se podrían celebrar en cualquier parte sin el prestigio y la solera de una ciudad como esa.

Cuando será el día en que a los gobiernos de las ciudades lleguen personas serias y solventes que, desvinculadas de partidos del signo que sea, dediquen todo su esfuerzo a defender, con justicia y honradez, los derechos de la ciudadanía, velando por las tradiciones y costumbres de las que sus localidades respectivas han hecho gala a lo largo de la historia, desplazando para siempre a estas minorías intolerantes que están logrando, en contra de la voluntad de las mayorías, cambiar nuestra sociedad, eliminando nuestras mejores costumbres y tradiciones.

Oficial, Subteniente abanderado y Sargento del Regimiento Provincial de Betanzos (La Voz de Galicia)

Lo siento por Betanzos, una ciudad que quiero y admiro y en la que tengo buenos amigos, pero más les hubiera valido haber votado a Cecilia Vázquez quien, a buen seguro, sería fiel continuadora de las tradiciones.

Blog del autor: http://cnpjefb.blogspot.com/

2 respuestas a «Hartos de las mismas excusas para ocultar la intolerancia»

  1. En España no existe la izquierda a secas. Toda la izquierda es ultraizquierda o extrema izquierda, desde la basura de la psoe hasta la mugre infecta bolivariana.
    Tenemos lo que merecemos si carecemos del valor de defender y proteger nuestras costumbres y tradiciones ancestrales, nuestros símbolos, nuestras fiestas, nuestro idioma, nuestra forma de vida, nuestros principios, nuestros ideales, nuestra fe.
    ¡Arriba España!

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