El homenaje al «Guti» y el plumero de Margarita Robles

No sabemos si es para reír o para llorar; tal vez para las dos cosas.

El Gral. Alejandre… bueno, parte de él

Si visitan el Twitter del Ministerio de Defensa –no lo hagan con asiduidad porque se empacharan de vaciedades–, observaran que entre la pléyade de las acostumbradas noticias de autobombo y fotografías de postureo, hay un video de homenaje a Gutiérrez Mellado en el que se ensalza su figura, pero que, claro, como según los cánones de lo «políticamente correcto» hoy, también fue pecador «franquista», Margarita Robles ha cogido el plumero, y los mando superiores del ministerio, con el Gral. Alejandre a la cabeza, la goma de borrar, y se han cargado la práctica totalidad de la vida militar del «Guti»; o sea, han hecho lo mismo que hacia Stalin con los que se iba cepillando que, no contento con ello, los hacía desaparecer de las fotografías. Así, a Margarita se la ha visto el plumero y al Gral. Alejandre, una vez más –¿cuántas ya, general?–  «la pluma».

Del «Guti» dicen dónde nació, que ingresó con la primera promoción de 1929  –se callan que fue la Academia General Militar que creó y dirigió Franco bajo el gobierno del Gral. Primo de Rivera–, que salió Teniente y… de pronto, por arte del plumero y de la goma de borrar de los citados, aparece de Teniente General –¡vaya salto!–, Vicepresidente del Gobierno, Ministro de Defensa, «héroe» del 23-F y artífice de no se sabe cuántas cosas más, siempre, claro, con la Traición… perdón, se nos fue la tecla, hemos querido decir Transición.

Así que desde 1931 hasta 1975, el «Guti» o no existió, o no hizo nada, porque alguien como él, tan demócrata, tan progresista, tan monárquico, tan bueno, tan de estos tiempos, jamás, claro, pudo haber colaborado con la «oprobiosa», con el «dictador», con los terribles «crímenes del franquismo», etc. etc.

Pero como la verdad histórica es contundente, y nosotros no tenemos los complejos del Gral. Alejandre, ni el sectarismo ideológico totalitario de Margarita Robles, vamos a recordar a nuestros seguidores algunos detalles del «Guti» para que la desmemoria histérica actual no logre borrarlos

Cap. Gutiérrez Mellado

Al «Guti» le pilló el Alzamiento Nacional contra el infecto gobierno del Frente Popular, bolchevique y sovietizado, que quería destruir España, destinado en Campamento, Madrid, siendo uno de los sublevados ¡vaya, hombre! Como la cosa salió mal allí, fue detenido con otros muchos, bien que logró zafarse de la cárcel –¿por qué?–, pasando toda la guerra en la capital española sin que fuera perseguido. Tanto es así, que se unió a la Quinta Columna y fue agente del Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) nacional. Incluso a sus coetáneos les llamó la atención la facilidad con la que se movía; pero como servía y lo hacía bien, pues nadie preguntó más de lo necesario, que no estaba la cosa para desperdiciar potenciales.

Nada más terminar la contienda, el «Guti», ya capitán, tuvo una actuación más que misteriosa a raíz del asesinato del Comandante de la Guardia Civil Isaac Gabaldón Irurzun, su hija Pilar (17 años) y el conductor del coche oficial D. José Luis Díez Madrigal (23 años), cerca de Talavera de la Reina, por milicianos comunistas, en circunstancias más que extrañas y nunca del todo aclaradas. (VER AQUÍ ARTÍCULO DEL COL. J. Mª MANRIQUE). Dicho comandante estaba encargado de recoger datos sobre la Masonería ¡Uy, yuyui! La actuación del «Guti»  fue tan misteriosa, que logró incluso posponer el fusilamiento de uno de los convictos y confesos, y entrevistarse con él a solas en varias ocasiones.

Luego, el «Guti» sigue su carrera militar y reaparece, también misteriosamente, o por arte de birlibirloque, en la cúpula… ojo: política, nada más fallecer el Caudillo.

Desde puesto tan importante fue el artífice de aquellos indignos, hirientes e incalificables entierros de los militares que caían vilmente asesinados por ETA, a los cuales se enterraba sacándolos literalmente por la puerta de atrás, con cuyas familias no se tuvo la mínima caridad y, en fin, para qué seguir recordando aquellos hechos tan tristes y penosos en los que el «Guti» demostró su absoluta falta de hombría, compañerismo, camaradería, honor y dignidad, a la par que su sobre abundancia de soberbia, falacia, engreimiento, insensibilidad y… no seguimos más.

El «Guti» en un funeral de militar asesinado por ETA

El caso es que como han podido apreciar, sobre la vida del «Guti» siempre planearon enigmas y misterios de muy difícil explicación, aún hoy sin aclarar, y puede que para siempre, a pesar de haber sido personaje público de sobra conocido. A no ser, que como muchos se barruntan, la única explicación plausible es que el «Guti» fuera uno de esos masones de los varios, no muchos pero suficientes, que la Masonería dejó en la España nacional como «durmientes» a la espera de mejores tiempos. Porque hay datos fehacientes de que la secta no «abatió columnas», sino que desde mediados de 1938, a la vista de los acontecimientos más que evidentes, decidió incluso colaborar en la victoria nacional para mejor poder situar a los cerca de 900 «hermanos» que por diversas circunstancias habían logrado camuflarse.

La estrafalaria hija del «Guti»

Lo que resulta penoso, vergonzoso y una muestra patética de manipulación informativa histórica pueril, es el video laudatorio del Ministerio marxistas de Defensa de Margarita Robles, y del piernas del Gral. Alejandre sobre el «Guti»; una nueva muestra del agit-prop que nos atenaza y de la falta de hombría y categoría de la mayoría de los mandos superiores militares actuales… y desde hace décadas, porque si se quiere decir algo de alguien, que se diga todo y si no todo se calle.

P.D.- ¿Qué podemos decir de un General como Alejandre que no ha movido un músculo, ni su trasero de la poltrona, cuando la sátrapa feminista  Margarita Robles –que de femenina no tiene nada– le pasó el plumero a su propio jefe de Gabinete por una nimiedad, aplicándole una pena desproporcionada a la presunta falta que había cometido; si es que la hubo?


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