Homenaje al insigne patriota Cap. de Navío Camilo Menéndez Vives

Hacía tiempo que tenía en mente lo que hoy quiero compartir por fin con los lectores de esta benemérita web: rendir un sentido homenaje a una gran persona, a un gran militar, a un gran católico y, por todo ello, como no podía ser de otra forma, a un gran español: el que fuera Cap. de Navío D. Camilo Menéndez Vives, que seguro que por todo lo dicho no sólo descansa, sino que disfruta de la paz y gloria de Dios tan merecida como trabajada a lo largo de toda su vida; y es que hay algunos, como es el caso, de quienes por su trayectoria ejemplar podemos asegurar que ya están en el Reino de los Cielos.
No me voy a extender reseñando su vida; sólo algunos datos y luego diré por qué. Camilo Menéndez Vives (Madrid 1921- Azuqueca, Guadalajara, 1995), fue sobrino del que fuera Gral. Pedro Vives Vich, uno de los pioneros de la Aviación española, y sobrino del Tte. Gral. Camilo Menéndez Tolosa, ministro del Ejército entre 1964 y 1969.
El Alzamiento Nacional le cogió con tan solo 16 años de edad, lo que no fue impedimento alguno para que se alistara voluntario como requeté, pasando luego a servir en la Armada Nacional, combatiendo siempre, en uno y otro lugar, en primera línea. Finalizada la guerra continuó su carrera militar en distinto puestos y mandos, desarrollándolos con gran eficacia y humanidad, siendo siempre muy querido, al tiempo que respetado, por sus subordinados. Conservó siempre una valentía digna de aquel requeté y marino voluntario que fue, pues llegados los difíciles y tristes momentos de la Tra(ns)ición no perdió oportunidad para dar la cara y cantar las cuarenta a los jefes que por aquel entonces chaqueteaban vilmente abandonando a España por «hacer la carrera», lo que le valió más de un arresto. Ha quedado para la Historia aquel «Por encima de la disciplina está el honor» que espetó a la cara a Gutiérrez Mellado cuando el por entonces Vicepresidente del Gobierno (1977) intentaba por todos los medios que el sepelio de varios policías asesinados por ETA se celebrara y pasara como de puntillas.
Su actuación en el 23F, de cuya preparación no tuvo conocimiento alguno, entrando en el Congreso cuando todo estaba ya perdido por firme sentido del honor y del compañerismo, es uno de esos gestos que la Historia nunca olvidará y que reconocerá algún día; que nadie lo dude.
Pero he dicho que no me extendería porque mucho mejor que yo para que sepan quién fue Camilo Menéndez Vives está su hijo, Camilo Menéndez González-Palenzuela, en esta, a mi parecer, interesantísima, sorprendente y emocionante entrevista que tuve el placer y lujo de realizarle para RadioYa. Que ustedes la disfruten escuchándola, tanto como yo al realizarla.
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Haces una labor impagable, marada.
Gracias y enhorabuena
Bravo Capitán de Navío Camilo Menéndez. Bravo. Un hombre y un militar de los de verdad, de los que ya no hay. Bravo. Gran entrevista con datos que emocionan. Ejemplo para lso traidores de hoy que visten de uniforme como podrían vestir de lagarteranas.
Camilo Menéndez nos regaló aquel gesto que nunca olvidaré. Cuando vi que entraba con todo perdido en el Congreso se me nubló la vista. Fue algo inenarrable que he recordado mil veces. Gracias por recordarlo y gracias por tan gran entrevista. No conocía de él nada más que lo poco y malo que siempre dijeron los mierdas de periodistas y lo del Congreso. Descanse en paz tan merecida. Gracias a su hijo sin duda digno de su padre
La entrevista buenísima, pero siendo muy buenas las respuestas que aporta el hijo del Héroe casi me gustan más las preguntas que formula D. Francisco B. Ayuso que son oro de 24 kilates en estado puro.
En aquella frase que el «Coronel» de la Armada D. Camilo Menéndez Vives (que en Gloria esté) le replicó al miserable de Gutiérrez Mellado (que esté pagando por sus pecados), «¡Por encima de la disciplina está el honor!» se condensa la distinta visión Moral de uno y otro bando: frente a la prepotencia del General espía y advenedizo de «minimizar» los asesinatos de ETA y ofender y ningunear los cadáveres todavía calientes de sus subordinados asesinados en acto de servicio, y a sus familiares rotos de dolor, pretendiendo sacar los féretros a escondidas y por la puerta falsa, (y en otros sepelios dando la misa en el idioma de los asesinos), que no eran más que una parte de la amplia panoplia de triquiñuelas de la que estos sujetos miserables hacían uso para sostenerse en el poder y llevar a la Nación Española a la ruina que empíricamente ahora se constata que nos han llevado, y por otro lado, como antítesis moral de lo primero, la actitud tremendamente ética y ejemplarizante del Capitán de Navío de darle una lección al General prepotente, y que ha quedado para los anales de la Historia Militar, porque en la vida de las naciones no todas las batallas por la Patria se libran en las trincheras y a tiro limpio, sino que el campo de batalla está también a las puertas de un funeral, y la batalla se libra con el pensamiento, el Honor, la bizarría de no someterse a la falsedad del enemigo, y la palabra.
Dice el art. 18 de las Reales Ordenanzas (RD 96/2009, BOE nº 33 de 7/febrero/2009)
Artículo 18. Justicia en las Fuerzas Armadas.
Propiciará, con su actuación, que la justicia impere en las Fuerzas Armadas de tal
modo que nadie tenga nada que esperar del favor ni temer de la arbitrariedad.
Desde este importante artículo ya se puede apreciar por sí solo cómo los militares rojos son peores militares que los militares de verdad, porque los militares rojos con su prepotencia, con su arbitrariedad, con su sectarismo político lo que propician en las FFAA no es que impere la Justicia, sino todo lo contrario, que impere la persecución política, la tiranía, la traición a España, etc. etc., porque esta guerra entre lo que aman a España y la sirven a costa de los graves riesgos que ello conlleva y lo que están posicionados con sus enemigos para gozar de las mieles materiales que otorga la traición, es sobre todo y antes que nada una guerra MORAL, y el protagonista de esta historia, es uno de sus máximos exponentes en un momento de mayor mérito por cuanto la regla general era la deserción, en que sus compañeros de armas que debían cerrar filas con él, habían sustituido el «Todo por la Patria» por el «Todo por la nómina», y luego en el retiro 40 años después algunos lo quieren arreglar a toro pasado abriendo un blog o yendo a Radio Ya, como si se pudiera adorar a Dios y al Diablo al mismo tiempo.
Me he dejado en el tintero dos cosas que también quería referir:
– la primera los comentarios que me han precedido, que me parecen buenísimos.
– la segunda hacer referencia a la catadura moral de los compañeros que formaron parte del Tribunal de mala llamado de «Honor» porque como bien dice el interlocutor fue de deshonor, que en votación secreta todos sin excepción colocaron una bola negra como voto y luego fueron a casa del Capitán de Navío a pretender disculparse. Cuando tal gesto más que disculpa lo que merece es que hubiera habido Justicia en España para privarles de la nacionalidad española y que un avión Hércules los hubiera llevado al límite de las 12 millas de las aguas jurisdiccionales españolas y los hubiera echado al mar con sus enseres (la cama, el sofá, la televisión, los armarios todas sus cosas). Tu puedes votar en un sentido o en otro, según tu honesto parecer, pero votar la expulsión a sabiendas de que es una injusticia y además en una votación secreta y luego pretender justificarse yendo a su casa, eso lo que demuestra hasta qué punto puede llegar la degradación humana escondida debajo de esos flamantes uniformes, y es testimonio una vez más de lo que yo he venido sosteniendo muchas veces en mis comentarios, que la Justicia militar es como un paisaje lunar, porque injusticias hay en todos los ámbitos, pero con el nivel de degradación que se encuentra en el ámbito militar que votan todos bola negra cuando su parecer interno es todo lo contrario, eso no se da ni en los peores ámbitos de los tribunales civiles, donde se cometen injusticias porque los magistrados están podridos no porque sean incapaces de buscar la verdad y adherirse a ella.
Todo lo cual deja ver el aspecto inmoral y prevaricador que fue la Transición española, una ilegalidad detrás de otra, una arbitrariedad y un chantaje sin solución de continuidad, al que sólo unos pocos se atrevieron a oponerse mientras los más desertaron de sus juramentos y de sus obligaciones para asegurarse seguir una vida cómoda y burguesa en lo económico a costa de entregar España a sus enemigos para que la descuartizaran.
D. Camilo Menéndez ¡presente siempre! Bravo Todo un español de los que ya no quedan. ¡Presente!
Emocionante entrevista. Qué padre y qué hijo. Se me pusieron los pelos de punta en más de una ocasión. Cuánta verdad. Qué satisfacción al escucharla. Gracias al hijo y al padre y a este periódico por publicarlo para que todos podamos conocer quién fue Camilo Menéndez
He encontrado esta entrevista y me he quedado anonadado. Qué maravilla. Qué gran hora he pasado. Gracias a todos los que la ha hecho posible